Partida Rol por web

Prólogo

 | Mundo Real Año 1850 |

- Estás radiante, Alicia, radiante – le dijo su tía, una señora bajita y regordeta, que tenia un mofletudo rostro.

  La joven, de tan solo 19 años, se la imaginó con una cara enorme, hinchada, como un globo, como si estuviera apunto de explotar. Alicia no pudo evitar soltar una leve carcajada.

 - Alicia, céntrate. Ya eres toda una mujer… y mañana es el día de tu boda – su tía dio un tirón de su cabellera rubia mientras le peinaba y Alicia hizo una mueca -. Estarás hermosísima.

 La joven se contempló a si misma en el espejo. Vio como la niña de antaño había desaparecido: su figura se había estilizado, su rostro había adquirido fracciones propiamente adultas, sus ojos azules transmitían la amargura de una vida encadenada en los protocolos y su cabello rubio y rizado estaba siempre en perfecto estado. ¿Hermosa? Ella se sentiría más hermosa si pudiera quitarse ese retocado y dejar que su cabello le cayese libre y graciosamente sobre los hombros.

 Alicia no quería casarse con aquel hombre. Lo detestaba. Le obligaba a que lo besara, y si no lo hacía le pegaba. Estaba segura de que no era aquello lo que una adolescente que ya era mujer necesitaba para ser feliz, ni para estar hermosa, ni para ser “alguien” en la sociedad.

 - Entonces será mucho mejor que me vaya a dormir – dijo, harta de que su tía siguiera arreglándole el cabello -. Quiero tener buena cara para mi esposo.

 Deseaba encerrarse en su cuarto y llorar como lo hacía cada noche. No quería a aquel hombre, le temía con todo su ser… y mañana, precisamente mañana, iba a atarse a él para toda la eternidad. Aquel era un destino desgraciado.

 Alicia se tiró en la cama, sin quitarse el vestido azul que había elegido para los actos protocolarios de aquel día, y rompió en un llanto silencioso hasta quedarse dormida.

| País de las maravillas |

Un terrible golpe en la cabeza hace que se despierte de golpe, con los ojos llenos de lágrimas y una terrible jaqueja. Temiendo haberse quedado dormida, se incorpora rápidamente, envuelta en un sudor frío.

 - ¿Qué… es esto? – se pregunta a si misma, con un titubeo.

 - ¡Alicia! ¡No puedo creerme que estés aquí!

 La joven se gira, sobresaltada por la voz a sus espaldas y con el corazón desbocado en el pecho.

 Frente a ella hay una mujer hermosa, con el rostro y las ropas blancas. Se encuentran en una habitación pintoresca, pequeña, con muebles de diferentes tamaños, colores y formas, y con un olor a… locura.

 — Disculpe… ¿Le conozco? — inquiere la joven, intentado hacer ver sus buenos modales.

 — Por supuesto que sí… Soy la Reina Blanca — respondió —. Mi hermana, la Reina Roja, se ha hecho con el poder de este país, Alicia. He hecho que vinieras porque necesitamos tu ayuda para acabar con esto.

 >> La Reina Roja se dedica a cortar la cabeza a todo aquel que no acata sus absurdas órdenes. Creo que el conejo Blanco y el Gato Cheshire son dos de sus principales aliados para enterarse de quien incumple sus leyes.

 >> La Liebre de Marzo y el Sombrerero Loco siguen empeñados en celebrar la fiesta del No-Cumpleaños… ¡Ahora también el día de su cumpleaños! ¿Te das cuenta de lo estúpido que resulta eso?

 >> La Oruga se pasa todo el día fumando sin prestar atención a ninguna otra cosa.

 >> Don Dodó dirige un comité de náufragos que salen cada viernes a las nueve de la mañana hacia el mar de lágrimas.

 >> Las Flores del jardín se han vuelto muy territoriales y se encaran con todo aquel que intenta atravesarlas.

 >> La Sr. Pájaro ha desaparecido…

 Alicia hace un ademán con los ojos entrecerrado a causa del dolor de cabeza y del exceso de información.

 — Lo siento, lo siento – la detuvo, con toda la cordialidad que le fue posible -. Trato de seguirle… Pero no tengo ni idea de lo que me está diciendo. ¿Dónde me encuentro?

 La Reina Blanca abre una pequeña ventana cubierta por unas persianas verdes y desproporcionadas. Ante Alicia aparece un mundo increíble.

| Fiesta No-Cumpleaños|

- ¿Té? - ofreció el Sombrerero Loco.

- ¡Por supuesto! - accedió la Liebre de Marzo.

Se escuchó, cerca y lejos, el ronquido del Lirón que dormía en el interior de alguno de los numerosos azucareros esparcidos por la kilométrica mesa. Debido a la boquilla, el sonido salió aumentado con un exajerado eco.

Los dos personajes se asustaron en sobremanera: El Sombrerero Loco tiró del enorme sombrero que decoraba su cabeza, hasta que le cubrió el rostro por completo; la Liebre, empezó a dar tumbos por la mesa cargada de utensilios y gritando:

- ¡A los locos hay que tratarlos con cariñooo!

Al cabo de un rato, se dieron cuenta de que ningún guardia de la Reina Roja había provocado el ruído...

| Castillo de la Reina Roja |

- Don Dodó saldrá a otra de sus expediciones por el Mar de Lágrimas hoy mismo; tendremos que ejecutar a unas cinco flores rebeldes y someter a juicio a Billy el Carpinterio por haber... - una breve pausa por parte de la carta - realmente no recuerdo el motivo, Reina, Soberana.

- Creo que no lo había - aventuró un Dos de Corazones.

La Reina Roja dibujó una sonrisa malvada.

- ¿Desde cuando eso importa? - le espetó - ¡Qué le corten la cabeza!

Dos Cinco de Corazones se llevaron al Dos de Corazones sentenciado a muerte.

- ¿Dónde está el Gato Cheshire? Hace semanas que no tengo noticias - sin dejar que nadie responsa añadió: Quiero jugar al criquet.

En ese instante, una boca sonriente y cínica aparece entonando una graciosa y tétrica molodía.

- ¿Me llamaba, Reina? - inquirió la boca del Gato Risón.

Londres año 2009

Un lluvioso día

Hacia un día muy lluvioso. Calado de frió me dirigía al puente de Vauxhall. Hoy pensaba pasar la noche ahí, y a pesar del frió viento y la neblina que trae el rió Themesis, al menos estaré protegido del agua que cae del cielo... Hace mucho que no comía nada y ahora, al menos una lata del caldo  caliente y sucio no me vendría mal... Tenía esperanzas de haber encontrado al Paul, mi compañero de las tempestades, una hoguera encendida y un poco de cartón seco que me habrá reservado...

Pero nuestra madriguera bajo el puente se encontraba vacía.

- Malditos Cops del carajo!!! Otra vez vinieron con revisiones y echaron a perder todo el trabajo de últimos meces...

Arrastraba mi carro por las charcas y riachuelos, ya sin importarme la lluvia... Mis botas viejas y desgastadas se llenaban de agua poco a poco. ¿Donde iré ahora? A cobijarme en algún portal, compartiéndolo con los gatos... Ni fuego, ni bebida caliente... Y la botella de Wiskey que encontré abierta y olvidada en un portal se quedó vacía el jueves pasado...

Oj, viejo Londres, que amistoso que eres con tus ciudadanos..

Me senté en un banco, bajo las ramas de un Abeto. Parece que sus hojas me resguardaban un poco de la lluvia. EL parque parecía desierto... Solo a lo lejos vi moverse una mancha blanca. Tan poco habitual para este sitio y este tiempo, hacia mi corría un conejo blanco, vestido con un chaleco de terciopelo rojo, y con un reloj en las manos:

-           Dios mío, Dios mío, otra vez voy a llegar tarde. O mis orejas, mi bigote... Seguro que Su Majestad ordenarán a cortarlos... Oh, por mis orejas y bigote, otra vez llego tarde!!!

Mientras pasaba ( o salteaba mejor dicho ) por mi lado, de su bolsillo calló un pañuelo blanco con iniciales bordados en el: C.B.

-           Oiga, - le chillé – Su pañuelo...

Pero la mancha blanca se alejaba de mi vista sin hacerme ningún caso... Guardé cuidadosamente aquel trofeo y me puse a correr detrás del Conejo, olvidándome del carro y de mi malestar. Solo Black, mi perro y fiel compañero, seguía mis pasos.

Tras rodear unas cantas manzanas de edificios pálidos, me encontré en una plaza minúscula, tan típica para el Viejo Londres. En su centro había un rosal, y sobre la tierra emblandecida por la lluvia se grabaron las huellas de pequeñas patitas de aquel animal saltarín.

-           ¡Ya le tengo! –susurré recuperándome el aliento. – ¡Aquí está su pañuelo, Sr. Conejo!

Tenia esperanza que él esté escondido entre los arbustos espinosos. En cambio encontré un agujero que en diagonal perforaba la tierra y, supongo, terminaba en alguna alcantarilla... Quise seguirle, pero Black frunció el ceño y empezó a gruñir avisándome del peligro que pueda conllevar seguir a animales fantásticos a los sitios tanto sospechosos.

Mi viejo perro, a veces eres mucho mas listo que yo... Pero los humanos, somos muy seguros de nosotros mismos, sobre valorando nuestras posibilidades... Y yo mas que otros debería saberlo...

Sin embargo la curiosidad me superaba. Sin hacer caso alguno a mi perro me adentre en profundidades de la madriguera. Oí un par de ladridos afuera, y sentí un fuerte empujón sobre mi espalda. Black me seguia... En este mismo momento noté que estamos cayendo en vertical. La oscuridad se desvanecía poco a poco dando paso a una tenue luz, que provenía de numerosas lejas que rodeaban nuestra caída, llenas de libros, botes (¿de mermelada será?) y aparatos extraños... Extendí la mano para agarrar uno de estos botes...

- MMm, pepinillos salados...- hace tiempo que no los comía - ¿Te apetece uno Black? Pero mi perro no se fiaba ni del sitio ni de la comida... Pataleaba en el aire, con esa expresión de una confianza traicionada que solo perros y niños pueden tener... Y es verdad, ¿Por que aun no hemos caído?

Justo en este momento oí un CRACK, y acabé en el suelo, con mi perro sobre los brazos, y el bote de pepinillos volcado sobre los azulejos cuadrados de blanco y negro. QUe desperdicio!!!

La habitación en la que aparecimos tenia cierta semejanza con un campo de ajedrez enorme. Justo en frente había una puerta de madera tallada, y manivela que parecía su nariz...

Y bien, mi viejo amigo, veremos a ver que es lo que nos espera... Al menos estamos en un sitio seco y caliente ! - dije dirigiéndome a mi perro.

- Wow me respondió él, y se lanzó hacia la puerta. Que remedio tenia yo, mas que seguirle...

Prologo:

Era de noche en la ciudad de Londres, y mientras Hannibal Díaz, se terminaba de cambiar, pudo observar nuevamente aquellas cicatrices que se había inflingido recientemente.

Por suerte para el, era un Adonis y Gigoló y sus cicatrices le servían también como herramienta para sus conquista con las mujeres, el consideraba que era por el hecho que se sentían identificadas con el como si fuese un niño grande que necesitaba el cariño de una madre, el despertaba su lado maternal siempre, eso pasaba hasta que el las dejaba sin dinero a ellas y se marchaba a otra parte de la ciudad.

Suspiro al verse terminado de vestir de traje negro de encaje, y vio en el espejo a aquella pequeña personita que era el cuando era mas chico, el verse la imagen de aquel niño feliz, que nada en la vida podría hacerle daño, eso cambio con el tiempo.

Se encontraba manejando en su auto ultimo modelo, hacia la casa de una importante descendiente de una mujer noble, para su fortuna también su familia pertenecía por parte de madre a la aristocracia inglesa.

Dejo estacionado el auto en el frente de la mansión para que un joven muchacho le estacionara el auto en el lugar que le corresponde.

Al entrar a la mansión un mozo estaba sirviendo los tragos correspondientes y Hannibal agarro una copa con un poco de champaña burbujeante y salio hacia fuera antes de tener que volver a la rutina de conquistar alguna mujer y sacarle el dinero de la noche.

Fue entonces cuando decidió alejarse un poco del ruido de la fiesta y al acercarse un poco mas al bosque, vio a un conejo blanco que saltaba de un lado a otro, todo le parecía bien hasta que se fijo mas detenidamente en dicho conejo, el poseía anteojos, un chaleco y sacaba del bolsillo de un reloj.

En un susurro que esperaba que no fuese escuchado por las orejas del conejo dijo:

-¿Estoy acaso alucinando?, no puede ser, ¿será el conejo del cuento?, pero eso es imposible, ¿eso no era real o si?

Si bien estaba en la duda si era el conejo del cuento que había leído de niño o no, lo vio entrar en una madriguera, el niño interior de Hannibal ahora se hacía mas fuerte que nunca y fue así como su curiosidad venció al miedo de su duda y siguió al conejo hasta su madriguera.

Cuando lo vio entrar, el también entro.

¿Qué le depararía adentro?, ¿sería como las aventuras que había leído en el cuento?, ¿esta experiencia le cambiaria su forma de vida?

El niño interior de Hannibal quería creer que si, y el actual también quería aunque fuese solo un poquito.

                                                                         [ En algún Oscuro Lugar.... ]

Una habitación a oscuras, un suelo lleno de cristales rotos, mil y un cacharros rotos o inservibles, al fondo un enorme objeto tapado con una grisacea manta llena de polvo....

Desde la ventana rota, quebrada que daba al exterior se veían dos extraños seres, dos Naipes entablando una conversación, del tamaño de casi una persona adulta....

Naipe 1: Nada, he registrado la casa ruinosa esta y no he encontrado al Sombrerero Loco ni a la Liebre de Marzo, solo hay cosas rotas, suciedad, cristales rotos y lo que me ha parecido que es un espejo tapado...

Naipe 2:Si no encontramos a esos dos, nuestras cabezas rodaran por orden de la Reina Roja...

En el fondo de esa habitación sumida en las tinieblas, un aire rebelde que de casi eleva a los naipes, entra por las rotas ventanas, elevando la grisácea manta desvelando un espejo, pero no un espejo corriente, años atras tuvo su propósito, en el fondo del espejo reflejaba una extraña sombra, que delante de él no aparecía...

Estupidos, decir que no hay nada es una equivocación, pero a la misma vez es una verdad, nada es nadie, nadie es algo, algo es nada, nadie sera nada siempre, algo será alguna vez nada, nada es nadie pero siempre es algo,tal vez cuando lleguéis al Castillo de la Reina Roja, vuestras cabezas serán seccionadas por  orden de ella, entonces no seréis nada, pero algo seréis aunque ya en ese momento no seáis nadie.

¿entonces nada puede ser alguien?,¿nadie puede no ser nada?....¿eternidad?,¿infinito?, son preguntas que no tienen respuesta, pero hay siempre estarán...... -decia una voz que provenía de la sombra del interior del espejo, en un tono bajísimo -

De repente la conversación de los Naipes se acelero...

Naipe 2: Tenemos que irnos, tenemos que encontrar a esos dos, no quiero quedarme sin cabeza... -decia el naipe mientras empezaba la carrera para alejarse -

Naipe 1:¿Cuando la Reina Roja he tenido una excusa para no ordenar eso? -decia al rato de que su compañero emprendiera la marcha y el empezara tambien a correr...

Naipe 2:.....Nunca....

Naipe 1:Entonces Callate y vamos a buscar lo más rápido posible a esos dos...

Una vez más aquella casa destruida se quedo sola, el aire había quitado ya la manta que cubría el espejo, era un espejo grande, forjado en cobre, pero parte de su pulido espejo estaba roto, solo quedando un gran trozo que ocupaba medio arco de ese cobre forjado...

Menos mal que se han ido esos dos, no os dejaría nunca que atrapárais a ese Sombrerero Loco y a la Liebre de Marzo, hace muchos años que no los veo, de todas maneras dudo que me reconozcan.....,¿que es esta extraña sensación?,¿es una sensación misteriosa, familiar?

En la sombra del espejo se perfilo una sonrisa y partes de una tela azul de un vestido....

¡¡¡ HA REGRESADO, ES ELLA, POR FIN TANTOS AÑOS ESPERANDO A DADO SU FRUTO, TU CUANDO TE FUISTES TE LLEVASTES PARTE DE MI, PERO TAMBIEN TE ROBE PARTE DE LO QUE TIENES, ES HORA DE QUE AMBAS NOS DEVOLVAMOS NUESTROS PASADOS Y FUTUROS......

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Las Sombras del espejo cada vez que se acercaban a la parte del espejo, empezaban a disiparse, mostrando una imagen familiar, una languida y algo pálida mano todo la superficie del espejo, cual ondas de agua empezo a vibrar todo lo que quedaba del espejo, al poco esa mano salia del espejo, seguida de un cuerpo femenino, como el de una niña, unos ojos verdes y profundos parecian brillar con luz propia, un aire fuerte, quebro los pocos cristales que quedaban en la ventana, a la misma vez que hacia bailar el vestido Azul de la chica y la manta se desplazaba hacia la pared.........

Una sonrisa casi tetrica se perfilo en la cara de la chica de oscuro cabello , a la misma vez que de sus labios salieron.....

                                            ¡¡¡   B I E N V E N I D A     A        C A S A         A L I C IA    !!!

Un niño observaba con tinte de vergüenza ajena en los ojos lo que aquel joven hacía. Su tío Alex se había vuelto extraño, y por un lado era divertido, pero tampoco dejaba de ser extravagante que anduviera por ahí comprando cada zapato de mujer rojo y llamativo que encontraba, tocando cualquier cosa verde esmeralda con las dos manos susurrando "Oz" al hacerlo, dándole toques rápidos y algo violentos a los espejos para comprobar si podían atravesarse y fijándose en cada conejo que descubría en la campiña.

Pero la palma se la llevan tres situaciones: La primera una ocasión en que en las noticias se anunciaba la noticia de un huracán y se lamentó de no estar ahí; la segunda aconteció en el metro, donde Alex vio a una jovencita enfundada en un vestido verde y calzada de rojo... Se le acercó con descaro y fascinación en los ojos y sin más, le puso las manos en la cintura y volvió a decir "¡Oz!". Afortunadamente la chica, creyendo que lo que quería el tío del niño era flirtear, se rió y Alexandre pudo enrojecer tranquilamente y apuntarse otro teléfono... Pero lo que el pequeño Kyle veía venir era que esa chica le daría un buen guantazo al loco de su tío.

La tercera era ésta. La idea era ir con el abuelo de Kyle (padre de Alex) a cazar conejos a la campiña mientras daban un paseo a caballo. Alex tenía un aspecto absolútamente inglés: Con las botas de montar y las polainas negras, el pantalón, los guantes y la camisa blancos, la chaqueta roja de jinete y el casco negro en una mano, la fusta en la otra. Se había recogido el pelo en una coleta, ya hasta ahí todo elegancia... El problema venía cuando las partes blancas del uniforme estaban perdidas de barro debido a la tormenta y su trasero sobresalía de la madriguera de un conejo por la cual apenas cabían sus hombros.

- Tío Alex... Está diluviando -explicaba Kyle, rezando porque el abuelo, que se había distraído, llegara para echarle una bronca a su tío.

- ¡Te juro que los he visto! -dijo con una incredulidad muy crédula en la voz- ¡Un vagabundo primero, luego un tipo de aspecto elegante!

- Ninguno de esos es un conejo blanco, tío -el niño, curiosamente, era la voz de la razón.

- Me he atorado... -Alex Stymest seguía a su rollo, intentando deslizarse cómodamente por la embarrada madriguera y reptar hacia su interior. Meneó un poco el trasero hincando las puntas de los pies en el suelo y, finalmente, se desencajó, esbozando una sonrisilla de triunfo al extender la mano y comprobar que no aún no tocaba el final. El corazón le latió a mil por hora- Oh... ¡Oh, Kyle! ¡Creo que la he encontrado! -explicaba mientras se arrastraba como los soldados en las zanjas hacia el interior de la oscuridad, con la fusta para el caballo en la mano derecha- ¡Ésta madriguera debería ser mucho más pequeña! ¿Te das cuenta? ¡Solo puede significar que... OH... UUUUAAAAAAAAAHHHHHHHH! -el grito sonó con eco, y alejándose...

Kyle abrió los ojos mirando la entrada de la madriguera. No podía ser. Imposible.
Corrió hacia su caballo, lo montó y cogiendo las riendas del de Alex echó a trotar al grito de:

- ¡ABUELO! ¡¡ABUELOOOO...!!

Alex por su parte consiguió que sus ojos se hicieran a la penumbra, viendo aquel túnel en que flotaba ahora... El subidón de adrenalina no había desaparecido, y la impresión de estar cayendo y cayendo le hizo aferrarse a una mecedora y sentarse en ella con la sonrisa de un adolescente que se montara por primera vez en una montaña rusa. Miró hacia abajo, parecían estar los mismos tipos que había visto entrar, así que se aventuró a preguntar, alzando el tono y sin soltarse de los reposa brazos de la mecedora:

- ¡CABALLEROS! ¿OIGAN? -preguntaba al vagabundo y al gigoló- ¿Es la primera vez que hacen ésto...?

País de las maravillas

| Castillo de la Reina Roja |

- ¿Me llamaba, Reina? - inquirió la boca del Gato Risón, una media luna blanca escondida entre la oscuridad del castillo. Poco a poco fue mostrando sus ojos, su nariz y su cabeza; dejando su felino cuerpo oculto, de esta forma evitaría que le cortarán la cabeza por su ausencia y el enfado que había provocado en la Reina Roja.

Aunque claro, ¿cortarle la cabeza? ¿Pero si ya estaba dividido como un puzzle? ¡Era libre de ese maldito castigo! Reflexionado esto mostró su cuerpo por completo, y siguió su conversación ante la mirada de la reina -He estado ocupado, Majestad, pero tengo noticias-amplió su sonrisa y enredó su cola cuando se colocó enfrente a ella- he encontrado a quien buscábamos, iba camuflado en forma de mujercita con vestido azul. Nada más verla me dirigí a atacarla con mis zarpas valientes, pero su contraataque fue feroz, utilizó un arma terrible, de hecho, la tengo aquí- el gato sacó de la nada un zapato negro de charol un poco gastado- esto...

La cara de los presentes era de terror absoluto. Había quedado como un héroe cuando era un mero ladrón.

El país de las maravillas

| Bosque - Casa de la Reina Blanca |

Me quedo asombrada ante la belleza, extravagancia y absurdez de lo que me rodean. Es un bosque en el que no había estado jamás. Sobresalía una vegetación muy densa, extraña, diferente. Arbustos enormes con formas de animales. Humos de colores ascendían desde diferentes partes. Ruídos absurdos por doquier.

Miro con asombro a la mujer que se hace llamar la Reina Blanca, mientras subo uno de los tirantes de mi vestido azul que se había resbalado hacia mi hombro.

- Es... es... extraño - no se me ocurre otra palabra -. Oiga... verá... voy a casarme dentro de unas horas, señora. Agradezco mucho su...mmm... invitación, sin embargo tengo otras obligaciones que cumplir. ¿Podría decirme como volver a casa...?

Antes de que ella pueda contestar y yo seguir insistiendo, noto como algo tira de mi pie y me caigo sobre mi trasero. Me doy cuenta de que mi zapato ha desaparecido como por arte de magia...

- ¡Mi zapato! - grito, incrédula.

Al escuchar las palabras del viejo y ver al vagabundo que tambien habian caido dentro de la madriguera como el, les dijo a ambos:

-No señor es la primera vez que estoy aquí, disculpe señor, pero supongo que usted estara mas familiarizado con el libro de cuentos para niños ¿verdad?

Aníbal dice esto indicándole al anciano el niño que se encontraba también con ellos, no sabía que probablemente respondería el viejo ni el vagabundo mucho menos aquel niño que trajo con el, el anciano.

-Bueno, si no lo esta no importa, solo le diré el nombre del cuento, Alicia en el País de las Maravillas, se que puede sonar loco, se que puede ser demente, pero encontré un conejo como lo describe el cuento y lo seguí para descubrir si era el conejo del cuento, y por como encontré objetos que menciona el libro mientras Alicia caía pues esto ya no me parece una coincidencia, debemos de estar dentro del cuento.

Sonreía al pensar en esta posibilidad, si el cuento realmente se volvía real, por lo menos seria algo que realmente le cambiaria la vida, el cambio que necesitaba para dejar esa vida de gigoló y pensar mejor las cosas.

Hannibal les había hablado al vagabundo, al anciano y al niño mientras se ponía a examinar detalladamente la habitación y luego con su mano izquierda les dijo a ellos

-Si ustedes recuerdan el cuento, por aquí debe de estar el picaporte, pero ¿Dónde?

Se concentro en la búsqueda del picaporte, esperaba recordar bien todos los detalles del cuento, pero ¿y si no?, pues lo iría recordando durante la marcha.

País de las maravillas

| Castillo de la Reina Roja |

...criquet. La Reina Roja da un respingo, siempre sorprendida con la repentina aparición de la tétrica media luna que precede al gato.

¿Ah, sí? Buscaste, buscaste y ¿qué encontraste?, caminando de forma brusca se acerca junto al Gato y le arrebata el zapato, ésto no parece un arma..., murmura, observando muy de cerca el brillante accesorio.

Tuerce ligeramente la nariz, ¡Rey! ¡¡REY!! ¡¡¡REEEEEY!!! ¿A tí ésto te parece un arma?, lo muestra, acercándoselo, pero no permitiéndoselo tocar.

Vuelve a acercárselo a los ojos, ignorando por completo la respuesta del Rey, si la hubiera. Tú. Siete. ¿Cómo utilizarías esto como arma?, dice, señalando un tembloroso siete de corazones, al que tiende el zapato con media sonrisa. Echa una mirada de complicidad al Gato y pone los brazos en jarras.

¡¡VAMOS!! ¡DÍ ALGO!, vocea, antes de que el pobre siete pudiera siquiera responder.

País de las maravillas

| Cuarto misterioso |

El calor hacia que el hombre cansado por el frió y el hambre se dormitaba poco a poco. Los chorros del agua de su abrigo viejo y desliñado cubrían los azulejos del suelo. El gorro de fieltro, cuidadosamente arrinconado y puesto bajo la custodia del perro negro de grandes dimensiones soltaba un inolvidable bouquet de olores a moho, sudor y agua estancada

A través del sueño, le llegaban a sus oídos unos murmullos medio enfadados medio arrogantes. Parece que alguien le hablaba...

-         Oiga, oiga Ud! – Se levanto los ojos hacia un hombre de traje elegante y ojos tristes.

Sorprendido por la situación, la compañía de dos personas bien vestidas ( aun que también hay que decir bien ensuciadas, la lluvia no perdona a nadie) Alcanzo el gorro del suelo y lo puso sobre su pelo grasiento. Se incorporó y estrechó la mano, sin quitar el guante de lana medio destrozado que la cubría, hacia los dos visitantes de su hábitat provisional.

-         Antes de todo he de presentarme, Bill Crighton – Les sonrió, con una de esas sonrisas de muestra de respeto entre iguales, como si estuvieron en algún banquete oficial.

Por un momento parecía como si no llevase harapos, ni la barba despeinada, sino un esmoquin con impecable camisa blanca y un pañuelo en el bolsillo de su chaqueta. Sin esperar que le respondieran, tosió abundante con un burbujeo profundo, arranco y tiró la saliva en una de las esquenas de la habitación.

Sus ojos perdieron el brillo en aquellos momentos, ya era otra persona.

-         Decía Ud. Que estábamos en un cuento infantil, -  pronunció en voz baja, aun recuperando el aliento. – No conozco ningún cuento similar a ése, sin embargo no niego haber visto a un conejo blanco, de hecho aquí mismo tengo su pañuelo. ¿Como decía que se llama?... De cualquier forma, para estar en un cuento, hay que pisar páginas y sobresaltar palabras, nosotros sin embargo, nos  encontramos en un sitio totalmente real y tangible, aun que tanto extraño, sin duda. Y el picaporte, pues hay uno a su derecha, justo detrás del trasero de Black, Os referías a este? – Indicó a una portería baja de madera tallada, que se encontraba detrás de su perro.

Se apartó del camino de los dos visitantes y se acurruco en el suelo junto a su animal de compañía – Eh, ahora vendría bien algo de comer – susurró, serró los ojos y siguió dormitando...

 "Animal Liberation Front"

Rezaba la imagen en la camiseta de Steve. Hacía tiempo que venía planeando la incursión, hoy era el gran día y no pensaba dejar escapar esta oportunidad por nada del mundo.

A.L.F es una organización activista por los derechos de los animales, sin embargo sus métodos son lo que se podría llamar "poco ortodoxos", el grupo realiza desde marchas y manifestaciones hasta sabotajes y robos en la industria peletera y farmacéutica, hoy le tocaba el turno a la última.

Robert y Clara, miembros de el A.L.F junto con Steve, planearon durante meses este asalto a los laboratorios de Blackcat Inc., una multinacional dedicada a el desarrollo y distribución de productos de belleza y que durante años han llevado a cabo miles de experimentos en conejos y ratones causándoles deformaciones, enfermedades y mucho dolor. La acción consistiría en esperar cerca del laboratorio de pruebas hasta el momento en que los últimos científicos se retiren, ingresar por la fuerza y liberar a los animales. 

Estaban ubicados en unos arbustos detrás del laboratorio, estaba oscuro y algo incún ómodo, pero era un sitio seguro en el que no serían descubiertos por ningún guardia de seguridad.

- ¿Steve, crees que tardarán mucho en salir de ahí? - dijo Clara con los ojos rojos y haciendo esfuerzo por mantenerse despierta.

La verdad si estaba algo tarde, y esperar no mejoraba la situación...hasta el mismo Steve sentía sus párpados ceder ante la tentación del sueño.

- Creo que iré a ver - dijo Robert levantandose silenciosamente y caminando hacie la entrada, Clara lo siguió de cerca.

- Steve, quédate aquí...te haremos una señal si es el momento -

Steve se quedó en ese mismo sitio, esperando la señal, escuchándo atentamente...y seguramente lo habría seguido haciendo si un hecho anormal no hubiera captado su atención.

Desde el mismo sitio donde se hallaba sentado, pudo ver claramente a uno conejo blanco saliendo del laboratorio e internarse en los árboles aledaños, Steve se frotó los ojos - Bueno, esto es raro...parece que esea amiguito logró escapar sin ayuda -  aunque había algo extraño en la situación que no dejaba de inquietarlo por lo que decidió seguirlo y protegerlo.

- Dios! que tarde está! me vooy!! me vooy!! - oyó susurrar a medida que se acercaba a los árboles

- Pero que!...- exclamó al girar su cabeza y observar a un elegante conejo, con un reloj de apariencia costosa exclamando a viva voz como se le hacía tarde para algo....

Cuando se disponía a decir algo..el conejo se internó más en los arbustos...justo debajo de uno especialmente frondoso.

- Espere! usted! conejo! - exclamó Steve mientras se abalanzaba sobre el arbusto tratando de alcanzar al conejo, pero no fue la naturaleza quién lo recibió en el arbusto...sino un vacío acompañado de una sensación de vértigo carácteristica de una sola situación...la caída libre.

Después de una "caída" si así se le puede llamar...Steve no solo estaba confundido, sino asustado...no solo era totalmente ilógico, sino que también parecía no ser el único...había más gente allí, y parecían discutir algo.

- Eehhm, discúlpen...que diablos es este lugar?............................y que le han hecho al conejo!!?? -

Una fría mirada verde escudriño la habitación oscura donde estaba...

Se que ha venido pero no se donde esta, en cambio noto que esta y se que ha venido, aunque su lugar no lo tengo claro y su procedencia es clara.-decia Alice mientas sus manos se espolsava el polvo que aun tenia -

Reflejos...., esas ventanas que el mundo desconoce pero siempre están ahí, es lo único que se me da bien,los reflejos....

Alice se puso delante del espejo al pasar la mano por el espejo, como si fuera una televisión sintonizándose en UHF, cambiaban las imágenes...

Un reflejo convexo, en el veía la eterna celebración del Sombrerero Loco y la Liebre de Marzo..., en sus largos días sin descanso del no Cumpleaños..

Me alegro que estos dos esten bien, aunque no se ubicar donde están, solo puedo ver el reflejo, no puedo ver bien el lugar....

Más imágenes, una cara de furia de la cara de la Reina Roja mientras parecia que su cabeza subia y bajaba...

Tampoco me sirve....

Un extraño reflejo fragmentado en pequeños trozos, en ellos veían a un monton de hombres de distintas edades y un perro tan oscuro como su pelo...

Interesante...., más "invitados" a el País de las Maravillas...., 1,2,3...vaya 5 hombres de distintas edades, desde el apuesto joven que no teme a envejecer y es incauto, hasta la imagen de la experiencia en ese hombre marcado por la condenación del hombre, la vejez, muchas arrugas hay en su piel ...

El extraño perro negro se acerco a los cristales del frasco roto de "pepinillos", empezando a gruñir y ladrar...

Vaya, es extraño, me presientes....

Los ojos oscuros del Cánido parecían despedir una extraña ira hacia ella, sus ojos en el reflejo de los cristales...

No sabía que las criaturas de tu especie notaran esto....-una mirada tan gélida y verde miro fijamente al perro, este se quedo en silencio un buen rato, al poco empezó a tener miedo, alejándose de los cristales espantado.... -

Mejor, no soporto los ladridos...

¿Tendría que presentarme allí?, imposible, estos reflejos de los cristales apenas me dejarian materializarme allí, pero la cosa es sencilla, están en el cuarto, si desean salir deben abrir esa extraña puerta..., si he esperado pacientemente el regreso de Alicia en 10 años, puedo esperar a que ellos se presenten.... -una extraña , sarcástica y tenebrosa sonrisa se le perfilo en los labios de Alice.... -

Les daré una bienvenida en el Pais de las Maravillas que nunca olvidaran.......

Los reflejos desaparecieron.....

Mejor que vaya pensando ya en salir de esta oscura casa, encontrar a sombrerero loco y a Liebre de marzo y decirles que Alicia ha vuelto, fijo de ellos que le celebraran de nuevo una fiesta de No Cumpleaños, empezará a recordar, y me devolverá mis recuerdos, solo de esa forma, le devolveré parte de los suyos....

Es gracioso pensar que la estupidez humana les lleva a hacer cosas que no piensan, fijo que todos ellos persiguieron a ese estúpido conejo blanco, ellos mismos se han metido en la madrigera, ¿o la madrigera los ha atraido?, aun existiendo el cuento de Alicia como advertencia a este mundo, aún hay incautos que vienen aqui cada mucho tiempo...,¿acaso la fantasía humana les tiende a convencerse a si mismo, que es real o que no?,¿por qué aún con la historia escrita para avisarles, aun vienen a este mundo?,¿acaso son conscientes de su propia realidad de las cosas?

No os preocupeis, os enseñare este mundo como nunca os imaginaríais en el cuento,aunque.... -una extraña sonrisa se le dibujo en su rostro-...

no os puedo asegurar cuan de cuerdos regresaréis....., este mundo rompe todas las reglas del vuestro...somos un reflejo de vuestro mundo..,¿o sois vosotros el reflejo del nuestro?

País de las maravillas
| Cuarto misterioso |

Aníbal Diaz al escuchar del vagabundo acerca del picaporte se dirigía hacia ese lugar, cuando de repente escucha que otro hombre ha caído también dentro de la madriguera como lo habían hecho con anterioridad el vagabundo, el perro, el anciano y el niño.

Cuando el joven también pregunto por sobre el conejo con toda la amabilidad que podía sacar de su interior Hannibal le respondió:

-Oye, no te sulfures, ninguno de los aquí presente le hicimos daño al conejo, deduzco por tu vestimenta y por tu apasionada pregunta, debes ser de esa clase de hombres que se dedican al cuidado de los animales o ¿me equivoco?

Estaba esperando la respuesta del joven cuando Hannibal escucho al perro ladrar:

-¿Qué pasa amigo? ¿Qué escuchaste? ¿Qué viste?

Hannibal se dirigía donde se encontraba el perro ladrando y cuando lo vio retirarse de ahí asustado:

-Los animales son mas instintivos que nosotros y si el sale corriendo es por que algo peligroso debe de haber escuchado, visto u olfateado, le haré caso y seguiré investigando el picaporte.

Dicho esto se acerco de nuevo al picaporte y concentro todos sus sentidos a el, si no recordaba mal el cuento, el picaporte hablaba:

-Si estoy en lo correcto el picaporte hablaba, probemos esa teoría. Buenas noches señor picaporte, me llamo Hannibal Díaz, y es usted quien nos puede abrir la puerta hacia el país de las maravillas ¿verdad?

Esperaba la respuesta del picaporte, si le respondía significaría que a continuación habría una mesita con las pócimas que Alicia había tomado cuando era más niña:

-Mantengo mi teoría que estamos dentro del cuento, y señor vagabundo, se como son los libros pero en esta ocasión nosotros podríamos ser los protagonistas de este nuevo cuento de Alicia, la pregunta seria, ¿quien conoce además del libro Alicia en el país de la maravillas el segundo libro?, si no lo conocen pues puede que entre ambos libros tengamos las respuestas que se nos Irán planteando mas adelante.

Se calla nuevamente, el picaporte, aun no respondía esperaba su respuesta, mientras pensaba ¨ vamos, contesta, vamos, demuéstrame que estamos en el libro para poder proseguir ¨

País de las Maravillas

| Castillo de la Reina Roja |

Sonoramene, trago saliva mientras titubeo. Mi vida... o mejor dicho, mi cabeza, depende de mi respuesta a la pregunta de la enfurecida Reina. Al mismo tiempo, comparo, si tardo en responder en demasía puedo tener el mismo fin.

Miro a alguno de mis compañeros en busca de apoyo moral, pero sé que nadie va a darmelo... pues yo tampoco lo haría.

- Ehgrjg... Bien, eh... Majestad pues... - vuelvo a tragar saliva- es un zapato de considerable tamaño y consistencia... No es difícil atacar a alguien con él... Podría...mmm... darle en un ojo... o podría... eh... ¡¡Incluso podría darle en la nariz!!

Asiento repetidas veces, sudando, esperando a ver la respuesta de la Reina Roja.

País de las Maravillas

| Cuarto misterioso |

Con mal humor y con parsimonia... bostezo profundamente. No entiendo a qué viene tanto ruído. El Conejo Blanco acaba de pasar, y no espero más visitas.

Disimuladamente abro los ojos y veo a unos hombres enfrente de mí, pero de una estatura demasiado grande para coger por mi puerta.

- ¡Shhh...! ¿Queréis callaros? Estaba echándome la siesta. Además, estoy cerrado.

Vuelvo a cerrar los ojos para intentar dormir.

| Fiesta No-Cumpleaños|

Hay mi querida liebre, estoy muy triste- dice El Sombrero mareando la cucharilla en su taza de te -la semana que viene es mi cumpleaños, no concibo un dia sin celebrar un no-cumpleaños, tendria que volver a vender sombreros.

País de las Maravillas

| Castillo de la Reina Roja |

La Reina Roja abre su sonrisa y se acerca a él, poniéndole una mano sobre la espalda... lomo... ¡envés de la carta!, asiente, mostrando una ligera sombra de preocupación en sus ojos, En la nariz..., murmura, ...es posible, claro, pero... ¡qué escándalo!.

Observa al tembloroso siete fijamente, Pero, ¿cómo, por todas las rosas rojas del Reino, atacaría efectivamente un soldado de mi Reino losúnicosquepuedenutilizararmasenestelugar con algo así? Observa al siete, buscando una demostración, durante unos segundos y, sin esperar a verla se gira, ¡¡GATO!! ¿quién ese indecente ¡¡DISIDENTE!! que utiliza armas tan terroríficas en mis dominios? ¡QUE LO TRAIGAN AQUÍ! ¡QUÉ LE CORTEN LA CABEZA!

La mujer, roja de ira, zarandea el zapato, y con él al siete que aún lo tiene agarrado. Se para un segundo y murmura, Quierojugaralcriquet.

País de las Maravillas
| Cuarto misterioso |
Aníbal Díaz estaba esperando la respuesta del picaporte y fue entonces cuando sucedió, el picaporte abrió los ojos y les hablo a todos los ahí presentes:
- ¡Shhh...! ¿Queréis callaros? Estaba echándome la siesta. Además, estoy cerrado.
Hannibal Díaz abrió grande los ojos y se dijo a si mismo mentalmente ¨ lo sabía el picaporte hablaba, ahora si podremos proseguir ¨

-Lo sabía, hablabas, entonces esto confirma mi hipótesis que estamos dentro del cuento de Alicia, muy bien entonces la pregunta adecuada sería ¿señor picaporte se acuerda usted de la pequeña niña llamada Alicia?, era una niña pequeña de 8 u 10 años rubia y con excelentes modales, fue la que se tomo la poción para crecer y luego se largo a llorar por su gran tamaño y luego cuando ella tomo la poción para ser mas chica, ya se había formado todo un gran rió de sus lagrimas ¿se acuerda?

Esperaba que se recordara de aquella niña, eso significaría que toda su memoria con respecto del cuento iba a pedir de boca, el niño interior de Hannibal estaba mas que contento, definitivamente, había sufrido una regresión a sus 9 años cuando su abuela le leía el cuento de Alicia, lo volvió a leer cuando tenía 16 años y más recientemente se lo leyó a un niño para impresionar a su madre.

Lo había conseguido, y por ende también consiguió el efecto que quería con su madre, al día siguiente la abandono dejándola sin dinero.

-Señor picaporte, ¿me podría indicar donde están las botellas que bebió Alicia? ¿Se encuentran en la misma mesa?

Hannibal empieza a buscar las botellas que bebió Alicia, después de todo se encontraban en el cuento, ahora solo faltaría que una vez que beba de las botellas recordaría algo que lo pusiese triste para formar el mismo rió de lagrimas que había formado Alicia y dejar que el picaporte abra por la fuerza la puerta.