Partida Rol por web

CARGUERO COMERCIAL USCSS TORRENS. NÚMERO DE SERIE MSV-7760

TRIPULACIÓN: 5

CURSO:  EN RUTA HACIA LA ESTACIÓN ESPACIAL SEVASTOPOL

Diario del capitán del USCSS Torrens.

Todo marcha según lo planeado y nos disponemos a entrar en sueño criogénico. Nos dirigimos hacia la estación espacial Sevastopol. Allí es en donde la USCSS Anisora tiene pensado llevar el registro de vuelo de la perdida Nostromo. Esperemos que la información que contiene merezca el viaje y que explique las razones de la desaparición de la nave, así como de sus tripulantes. Para la compañía, parece haber sido un duro golpe, pero para las familias de la tripulación lo es todavía aún más. Esperemos que el viaje merezca la pena.

Los cristales de las cápsulas se alzaron mientras las luces comenzaban a encenderse. Aún tardasteis unos minutos en empezar a sentir como el calor volvía a vuestros cuerpos y la sangre circulaba de nuevo, y algo más en abrir los ojos. Estabais despiertos, más o menos, y eso solo podía significar una cosa.

Habíais llegado.

Después de un año, debíais estar cerca de la Sevastopol y eso significaba que dentro de poco, tendríais respuestas a la pregunta que todo el mundo se hacía. ¿Qué había sido de la Nostromo?

Una nave y su tripulación no desaparecen de cualquier manera, aunque la compañía no dio demasiada información. Cada vez que se les preguntaba por qué creían que se había desviado de su rumbo, simplemente respondían que no tenían acceso a esa información. Era una maldita evasiva. 

Pero todo eso iba a cambiar... en cuanto os pusierais en pie.

-Joder, tenía que haber dejado una botella de agua aquí dentro...- dije entre bostezos mientras me incorporaba en mi pequeña lata de sardinas monoplaza, tenía la boca seca , pastosa y estaba de mal humor. Era de los que no era persona hasta que me tomaba mi primer café de la mañana y eso, unido a que era mi primer viaje en hiper sueño no me ayudaba.

Me daba la sensación de que la Compañía me había vendido muy bien la moto aunque empecé a plantearme si si había aceptado demasiado rápido...la misión en sí no era difícil. Había que investigar la desaparición de la Nostromo y quizás en el registro de vuelo estaba la clave ahí se almacenaba gran cantidad de información. Grabaciones de voz, datos de vuelo, mensajes de alerta, todo y muy posiblemente ahí estaba la clave. Estaba claro que habían recurrido a mi porque era uno de los mejores ingenieros y una mente brillante, sin duda me necesitaban si querían resolver aquél entuerto.

Me rasqué la nuca y volví a bostezar -¿Ya hemos llegado? Por favor decidme que si... mierda necesito un café...- mascullé mirando a mis compañeros y compañeras con un ligero tono malhumorado.

El despertar del hipersueño no fue fácil. Sabía que no lo iba a ser. Se lo habían contado tantas veces durante su adiestramiento como piloto y en los cursos y pruebas previas al viaje, que casi podía dar un máster sobre el tema y sin embargo su estado físico al despertar le sorprendió de todas formas.

Se encontraba entumecida y aletargada. Tenía la cabeza como un bombo. Frío, tiritera, mareo y desequilibrio. Le costaba centrar la mirada y...se estaba meando.

Para cuándo Gabriella despertó tan solo Jericó se había levantado de su cabina. Ella fue la segunda. Le saludoó con la mirada. Todavía estaba un poco desorientada y no dijo nada, tan solo empezó a cambiar apoyándose en las paredes de la nave. Tenía que llegar al baño.

Tras una larguísima meada, la más larga de su vida. Regresó junto con Jericó. Se sentía un tanto aliviada al haber soltado ese peso, aunque todavía estaba algo mareada.

- Estoy como el culo... - Me dijo a su compañero. - ¿Has preparado café?¡Necesito una taza!- Exclamó. Entonces acarició el cuello de su compañero y le dedicó una sonrisa. - ¿Me sirves un poco? - Le preguntó.

Luz, demasiada luz. Y frío, mucho frío. Esas fueron las dos primeras sensaciones que Amanda percibió en su cuerpo en cuanto empezó a recobrar la consciencia dentro de la cápsula que acababa de levantar los cristales que mantenían la temperatura de criogenización. Sentía los dedos de las manos y pies entumecidos y con apenas mobilidsd, pero poco a poco todo su cuerpo recobraba el flujo de sangre tan vital para el funcionamiento de su organismo. 

En cuanto fue capaz de incorporarse, observó que dos de sus compañeros, Jericó y Gabriella, ya habían logrado levantarse, hablaban  y buscaban algo caliente que llevarse a la boca. Amanda se incorporó y negó con la cabeza, ¿A caso habían olvidado el protocolo? En cuanto llegasen, debían cerciorarse de que todos estaban bien y se reponían al proceso de criogenizado, pero se ve que un café era más importante que todo lo demás.

- Hola chicos... - mencionó algo aletargada aún, pero movilizándose poco a poco hacia a las capsulas de la capitana y Jack. ¿Habéis comprobado ya las constantes y el estado de la capitana Ámber Jackman y Jack Branston? Lo suponía... Suspiró un tanto resignada pero terminó por dedicarles una sonrisa divertida. Sabía que aquel par era así y que poco se podía hacer, salvo aceptarles tal cual su forma de ser. No olvidéis ir moviendo los brazos y piernas, y si sentís mareos, sentaros o tumbados en las cápsulas. Ha sido un año, y aunque nuestras mentes crean que ha sido un suspiro, nuestros cuerpos pueden haber llegado resentido.

Amber checkeó el estado de la capitana y Jack escaneando con su tablet sus cuerpos de arriba a abajo, comprobando que sus constantes estaban bien, y que sólo restaba que terminasen despertando de su largo letargo. De Jericó y Gabriella pensaba que no sería necesario, almigual que ella misma, pero para guardar los datos y realizar el informe según el protocolo, se realizó el escaneo y pidió a los otros dos que se acercaran a su posición.

- Jericó, Gabby... Acercaros un momento antes de degustar esa dosis de cafeína... - les comunicó con un gesto con la mano. Quiero realizar un escaneo según el protocolo. No tardaré...

La capsula se abrio lentamente al igual que lo hacian mis ojos, sino fuera porque habia pasado un año alli aletargado hubiera jurado que se abrian a la misma velocidad, la misma a la que deseaba ir yo; estar en aquel lugar era una perdida de tiempo pero mis superiores me la habian impuesto, tal vez como castigo?? Tal vez por celos de que me hubiera conseguido llevarme a la cama a todas sus parejas?

Sonrei al incorporarme y ver que tan solo tres de mis compañeros se encontraban fuera de sus camaras y no era el primero, me gustaba hacerme de rogar ya que lo bueno se hacia esperar, asi que me incorpore en mi asiento cuando escuche a la oficial medico que le queria hacer un chequeo a aquellos dos.
Demasiado estirada dije en voz alta esperando que me escuchara y oliendo a cafe Por favor deje que nos movamos antes... volvi a decir mientras me incorporaba y estiraba mis musculos.

Eso que huele tan delicioso es cafe?? pregunte mientras buscaba en mi capsula, estaba prohibido y tal vez la doctora me regañara pero no podia irme a dormir sin un paquete de tabaco, busque minuciosamente bajo la almohada y... alli estaba... eso si algo aplastado pero cogi la cajetilla y un mechero y encendi un pitillo Alguno quiere?? pregunte estirando la cajetilla hacia mis compañeros

Faltaba por desperta la capitana, en teoria una de las piezas mas importantes para poner en marcha aquella mision, pero... que estaba diciendo?? La pieza mas importante era yo.. Rei ante mi pensamiento y me acerque a la medico colocando suavemente mi mano en su espalda mientras miraba su tableta Se encuentra bien?? le pregunte con fingida curiosidad Cree que tardara mucho?? si sigue asi tal vez seria mejor despertarla... no sabia mucho del cuerpo humano, bueno... no sabia mucho interiormente pero si de su exterior y nada bueno podia indicar que aquella siguiera durmiendo mucho mas que nosotros.

Cuando despierte deberiamos estirar dije con una mirada penetrante tanto a la piloto como a la doctora Sera bueno para desentumecernos, saque la mano de su espalda y comence a estirarme marcando con ella toda mi anatomia.

La capitana empezó a moverse dentro de la cápsula, pero estaba claro que tardaría algo más que el resto en despertarse. No obstante, eso no significaba nada. Todos teníais una misión que hacer en la nave, pero lo primero era lo primero. Una ducha, vestirse y comer. Sobre todo comer. Después de un año de criosueño, alimentar al cuerpo era una obligación si no queríais terminar arrastrandoos por los suelos.

Todos debíais además confirmar vuestras respectivas identidades. Frente a cada uno de las cápsulas había una terminal en la que debíais identificaros y confirmar vuestro estado actual.

Una lectura digital en la rejilla de identificación era suficiente. La compañía lo registraba todo, sobre todo, después del desastre de la Nostromo, y nadie iba a viajar en aquella nave si no estaba debidamente identificado y anotado.

Y una vez confirmada, podrías ir a aseguraros de que habíais llegado bien y sin contratiempos y de que la estación estaba esperandoos.

Amanda era un pico plasta. Aunque en ese caso plasta significaba profesional, pero...¡Necesitaba tanto ese café! Fanny resopló un tanto hastiada, pero inmediatamente lanzó una sonrisa.

- Venga... - Se acercó a la doctora consintiendo que le realizara aquel chequeo. - Supongo que no queda otra. ¡Pero que sea rápido!

Gabriella estaba contenta de estar allí. Que la compañía le hubiera permitido pilotar aquella nave ers la oportunidad que había estado buscando toda su vida. La compañía había hecho posible que ella, Gabriella Barrer, se convirtiera en astronauta y eso no lo olvidaría fácilmente.

La única pega era que a ella le hubiera gustado que aceptaran su propuesta. Gabriella de una persona que solía disfrutar de la soledad. Un años entero para pensar y dedicarse a sus cosas le hubiera venido de perlas. Con la escusa de estar al tanto por si sucedía algún imprevisto, se lo propuso a la compañía. Pero no aceptaron. El protocolo era el protocolo. Una lástima.

- ¿Habéis despertado bien? - Les preguntó a sus compañeros. - ¡Yo estoy como si un rinoceronte me hubiera dado por culo! - Soltó una risotada corta, pues inmediatamente se resintió su dolor de cabeza.

La capitana se hubo despertado. Al levantarse, con el cabello desaliñado y los ojos pegados, encontró a su tripulación más que despertada. Se estiró y se quitó las lagunas como buenamente pudo.

-¿Qué hacéis? Nada de manitas en la misión. -comentó dirigiéndose a Barrett y Jackson. Tras ello fue hacia la cafetera y se bebió una taza de café a palo seco.- No hay nada como una buena taza de café, joder. -dijo tras soltar un 'ah' al beber.

Tiró el vaso de plástico y se limpió la comisura de los labios.

-A ver, señores, hay que ir moviendo ese culo que tenéis cuadrado. ¿Tenemos noticias de algo?

Gabriella se percató entonces de que estaba completamente desnudas. No entendía como eso había sido posible. Todos sus compañeros, sin estar uniformados, al menos si llevaban ropa interior, pero ella... Lo que no entendía era como no se había dado cuenta hasta ese momento. Era cierto que ya se habían visto desnudos anteriormente pero aún así...

Gabby corrió hasta su taquilla e inmediatamente de vistió con aquel cómodo traje a medida y ajustado al cuerpo. Una vez acoplada a si uniforme, se dirigió por fin a la terminal de identificación e introdujo su huella.

- Protocolos... - Dijo aún con las mejillas terriblemente sonrojadas por el extraño suceso del que había sido protagonista. - Luego cuando llega el momento, no sirven para nada y hay que romperlos... - Sonrió. - ¡Así es la vida y la burocracia! Burocracia e interrupciones... Un divertido juego. ¿Alguno lo conoce?

-¿Servir un café? si aún estoy intentando parpadear de forma coordinada..¿es que ahora soy tu camarero?-dije quejándome en tono cómico, pero al notar el leve masaje de Gabriella en el cuello la sonreí amigable-Debe de estar ya preparado ahora miramos... A la orden jefa..-dije tras un bostezo realizando un saludo militar desganado y cansado ante las palabras de Fox mientras comenzaba a mover los brazos y las piernas para desentumecerlos poco a poco.

Entonces me dí cuenta de que la capitana ya estaba despierta y no pude evitar mirarla con cierto descaro, desde luego verla en ropa interior era un verdadero placer y mi automática sonrisa seductora hizo acto de presencia-¿Eso que oigo es envidia capitana? vamos no seas remilgada siempre puedes pasarte por mi camarote y puedo darte uno de mis gloriosos masajes-dije guiñándole el ojo divertido mientras me rejistraba en la consola de identificación para luego ponerme el mono reglamentario e ir a por mi respectiva taza de café, le dí un pequeño sorbo y puse cara de asco.

-Joder ¿a esto lo llamáis café? creo que el crudo recién refinado sabe mása café que esto, pero...en fin, habrá que tragarlo si quiero estar espabilado-contesté a regañadientes mientras le daba otro sorbo al café-¿Noticias? imagino que si nos hemos despertado es porque hemos llegado a destino no?-pregunté usando la lógica más pura-Vayamos al puente a ver qué bonito recibimiento nos espera-

¿Eso que oigo es envidia capitana? vamos no seas remilgada siempre puedes pasarte por mi camarote y puedo darte uno de mis gloriosos masajes

-¿Me vas a tocar mucho los cojones ingeniero? -comentó con el ceño fruncido dejando su taza de café.

A ella no le importaba que estuviera en ropa menores, es más, Amber concebía el bikini  y la ropa interior como las mismas prendas. Así que, antes de ir a los vestuarios, se acercó a la señorita Fox y le preguntó:

-¿Cuál es el chequeo que debes hacerme? -su pregunta se respondió al recordar lo que estaba haciendo Jerico.- La verdad es que me siento mucho mejor, de todas formas ese es tu trabajo. -se terminó de estirar y caminó hacia los vestuarios, donde se colocó su traje verde. Se lo había traído para camuflarse con el entorno. Mientras se vestía recordó sus buenos tiempos dónde una vez se vio en tal situación que tuvo que matar a un hombre.

Al volver, se plantó con los brazos en jarra y miró a los presentes:

-¿Es que no piensan registrarse? ¡Vamos, joder! Moved el puto culo. ¡Ya lo deberíais haber hecho!

De lo único que estaba orgullosa ella era de su querida peluca pelirroja. Llevaba meses sin teñirse y se había conformado con comprarse una peluca...

A la oficial médico no le pasó desapercibido el comentario de Jack llamándola estirada, y al acercarse a su posición para escanear sus constantes y el estado de salud en que se encontraba, no dudó en darle un cañón con el nudillo del dedo medio en toda la cocorota, eso sí, sin propasarse y mirándole con rostro divertido. Para Amanda aquello no iba a ir a mayores e iba a dar el asunto por zanjado, cuando observó que el muy rebelde se sacaba una cajetilla de tabaco, se ponía a encenderse un pitillo tan pancho, y se disponía a fumárselonsin reparo alguno. No, por ahí no. 

- ¿Pero qué crees que estás haciendo? ¿A caso quieres hacer saltar todas las alarmas de incendio de la nave antes si quiera de hacer el registro de protocolo? De verdad, a veces me cuesta creer que seas un genio con dos carreras cuando actúas así...tan.... irresponsable. - mencionó bastante seria y con mirada molesta, tomándose el pitillo antes si quiera de que diese la primera calada y apagando lo de inmediato. Pese a estar prohibido, no te voy a impedir fumar si así deseas y delatarte a nuestros superiores, pero al menos ves a la zona de los baños, en los vestuarios, donde no saltarán todas las alarmas. ¿Entendido? No es que pretendiese ser una aguafiestas, pero tendrían problemas si permitía aquello, y él más que nadie era consciente del hecho. No por nada era un tipo inteligente y perspicaz, capaz de comprender el funcionamiento de cualquier sistema, maquinaria o artefacto de la lanzadera, pero a veces Amanda se veía al límite de su paciencia, era demasiado exigente y dura consigo misma, y lo reflejaba en el teatro. Estás en perfecto estado de salud, Jack. Finalizó la médico tras el escáner, no pudiendo evitar observar el cuerpo esculpido del joven y pensar que estaba tremendamente bueno. No es que Amanda fuese de piedra.

Uno a uno, fue escaneando a todos sus compañeros, sin el más minimo pudor por estar semidesnuda, con un top negro ceñido y ropa interior a conjunto. Al terminar de escanear a la capitana, rápidamente pasó a registrarse, anotando todos los datos y el estado de salud en su tablet y haciendo constar los resultados a los integrantes del grupo para que añadir den los resultados en sus respectivos terminales.

- Ya está, capitana, está en perfecto estado. Solo era necesario un chequeo rutinario, valorar las constantes, realizar el escaneo y subir los datos a la base. Con qué qué todos se registren en sus terminales debería ser suficiente para mantener contentos a nuestros superiores hasta nuevo aviso. - terminó por comentarle a Amber, por la cual sentía profundo respeto, y a la que consideraba una líder nata. Con su permiso iré a tomarme una ducha, vestirme y desayunar un poco. ¿De cuánto tiempo disponemos? A pesar de tenerse confianza y ya haber estado juntas anteriormente ennla Tierra, salvo que le pido lo contrario, le hablaría de forma formal por ser su superior al mando. Generalmente terminaban hablando de forma coloquial con el tiempo, pero al empezar una misión, solía ser lo habitual, y pese a que conocía ya a todos, era la primera misión en conjunto.

- Voy a la zona de baños y vestuarios. ¿Alguien me acompaña? - mencionó de forma casual y como si fuese un comentario sin importancia, pero no le gustaba en exceso ir sola y se sentía más cómoda en compañía. Bueno, voy yendo para allá...

Mientras la tripulación de la Torrens se activaba, nadie se había dado cuenta de que una pequeña luz parpadeaba en el panel de control principal de la sala. Esa luz indicaba que Madre, el ordenador de la nave, quería hablar con la capitana. Ella era, de hecho, la única que podía hacerlo. Solo en su ausencia estaba autorizado el siguiente en el escalafón de mando, y así sucesivamente.

El hecho de que el ordenador quisiera comunicar algo no era habitual. Una vez se producía la llegada al destino, se activaban todos los protocolos que permitían a la nave entrar en funcionamiento: comunicaciones, sensores, ventilación, preparación de los sistemas de aterrizaje y atraque, etc.

Por consiguiente, una llamada significaba que algo no iba bien o que al menos, era diferente a lo esperado.

Después del registro y del merecido café. Gabriella se acercó al puente para sentarse a los mando de la nave y comprobar que todo estaba en orden. Quizás debería haberlo hecho antes, pero si la Torrens llevaba un año navegando sola, podía esperar unos minutos más a que se acabars el desayuno.

Fue nada más sentarse en aquel cómodo sillón de cuero y sentir de nuevo la emoción de encontrarse a los mandos de una enorme nave especial cuando vio algo que no le gustó demasiado.

- ¡Capitana, venga a ver ésto! - Dijo en voz alta. - Es madre, el ordenador de abordo. Tenemos un aviso de que tiene una comunicación pendiente y eso bueno... Es normal dentro de que ha pasado un año, pero no habitual. Este tipo de avisos solo puede significar una cosa... Problemas...