Partida Rol por web

Mayor Krause, disculpe señor, traigo una radio de las nuestras que encontré en el bosque, tal ves a ustedes les sea más útil que a mí.

Le entrego la radio mientras miro alrededor con la esperanza de que haya cafe o algo para tomar por aquí. Aunque sea sin leche, o aunque sea sin cafe. Pero algo.

¿Qué órdenes tengo por el momento, señor?

Miro los edificios que señala el mayor, deben ser importantes o tener buena vista de los alemanes. Un precioso campo de tiro. Algo apropiado para mi arma, que se mantiene limpia y virgen por el momento.

Veamos si estrenamos a esta pequeña

Asímismo, ¿dónde está mi batallón? ¿Se han podido reorganizar?

Mientras esperas a que el mayor te atienda, observas que detrás de la barra de la cafetería hay otro soldado usando un equipo de transmisiones y diciendo palabras en clave, de las cuales no entiendes ni la mitad, aunque tampoco es tu trabajo.

- ¡Soldado!- Reclama tu atención.- ¿Cuál era tu batallón? El segundo ¿no? Bien, hemos encontrado otro pelotón perdido del segundo, aunque ahora andan peleando por el Norte del pueblo. Te vas a unir a la sección del cabo Bellamy para echar un vistazo por el Este, quiero que encuentres algún vehículo que puedas usar para acercarte a tu batallón; quizá Vandervoort necesite la radio. ¿De acuerdo?

¡De acuerdo señor, sí señor!

Vehículos con gasolina en un pueblo francés, haber qué encuentro. Salgo a la calle lamentándome de no haber encontrado café.

No llevo ni un día y ya odio Francia, ¿qué pelotón andará por aquí? Se me ha olvidado preguntar, joder.

Miro hacia el Norte del pueblo, se oyen algunos tiros. Hay que darse prisa, me acerco a cualquier grupo que haya por ahí.

¡Hey, muchachos, ¿cómo va eso? ¿Dónde puedo encontrar una moto o un coche por aquí? O aunque sea un caballo, algo para llegar rápido ahí- digo mientras señalo la zona de combates.

Cruzas la calle y detrás te sigue el pelotón del cabo Bellamy. Hay dos soldados fumando un poco a cubierto, que te indican que vayas más hacia el Este.

Vuelves a andar unos metros, cuando el cabo Bellamy y uno de sus hombres saludan a unos compañeros, que traen unos cinco o seis soldados alemanes que se han rendido; y los llevan en fila india hacia el centro de mando.

- Jaja, los boches están corriendo hacia el Oeste como ratas. Vamos a llevar a estos allí. ¡Enga andar cabrones! ¡Jaja!- Rien entre ellos mientras empujan a los soldados nazis.

Os despedís del grupo que dirige a los alemanes y camináis por una de las calles poco pobladas de casas. Uno de los soldados se gira:

- Bueno, parece que todo está tran...

De repente una bala le atraviesa la garganta y se desploma al suelo. El cabo Bellamy te empuja hacia la pared de una vivienda.

- ¡FRANCOTIRADOR! ¡FRANCOTIRADOR! ¡Ponéos a cubierto!

Otro de los paracaidistas que corria hacia el mismo lugar que el tuyo para resguardarse recibe otro disparo. Cae enfrente tuya pero con ayuda del cabo tiráis de él hacia la pared.

Éste ha tenido más suerte, sólo está herido en el brazo.

La madre que le parió. Esto es lo que más odio de la guerra, que un solo cabrón te meta miedo.

¿Alquien lo ha visto? ¿Alguien sabe dónde está?

Miro a la primera víctima, que parece no haber sobrevivido al impacto. Después miro a la pared en la que estoy apoyado.

Si me decís dónde está, puedo subir a esta casa y dispararle. No os preocupéis, no os pediré que corráis ni nada, sólo que me digáis dónde para ese hijo de puta come mierda.

Hijo de puta, le grito en alemán que lo primero que se aprende de un idioma es la descortesía.

Escuchas a soldados correr a cubrirse por donde puedes, algún grito de: "¡En el granero!" y cosas similares. El cabo Bellamy golpea con al culata de su Garand a la puerta de la casa hasta que esta cede un poco y la termina por abrir con una buena patada.

Entra el primero y tu le sigues, la vivienda está a oscuras totalmente, pero el cabo no se fía y apunta hacia todas las habitaciones. Subís hasta el primer piso y te hace una señal hacia una ventana. Desde ella parece verse un granero a lo lejos.

Se escucha otro disparo.

¡Le sigo! le digo al cabo mientras entra por la casa, abro algunas puertas e inspecciono las habitaciones, entro en un cuarto de baño y con mucha calma retiro las cortinas de la ducha con el cañón del arma, no hay nadie.

Salgo al pasillo y veo negar con la cabeza a Bellamy.

Vacías-le susurro.

Subimos por las escaleras con calma, volvemos a registrar, nadie. Me señala una ventana, me acerco a ella y muevo con calma las cortinas color verdoso.

Estas cortinas son horribles, y dicen que los franceses tienen gusto. Veamos qué panorámicas hay por aquí.

Con calma asomo la cabeza por al ventana, se oye otro disparo. Mis ojos recorren el paisaje.

¿Dónde estás cabronazo? Enseñáme tu cara, que te la voy a decorar con plomo...

Miro hacia una de las ventanas del granero; creo ver el cañón de un fusil, apunto. Nada. Compruebo con desilusión que es el mango de una escoba o algo así. Pero...un poco más a la izquierda creo ver algo...

¡Ahí está!

Escondido entre la paja del piso superior del granero está el francotirador, su arma le delata aunque él esté escondido entre tanto forraje. Sin duda está observando a su próxima víctima el muy cabrón.

Se me presenta un dilema...intentemos darle.

Te veo...ahora veamos...apunta...respira...y dispara...¡mierda! ¡Otra vez!

Mi primer disparo le roza el cuerpo pero no llega a tocarle, nervioso disparo una segunda vez, volviendo a fallar.

Espero que no me haya visto.

Me giro al cabo Bellamy.

He fallado, y supongo que nos habrá encontrado...¿nos ponemos uno en cada ventana?

Las balas impactan en las maderas del granero, alertando al tirador y haciendo que deje de apuntar a su antiguo objetivo y se gira para buscar quien le dispara. Comienza a observar las ventanas del edificio en el que estás.

Parece que se fija en tu ventana...

Ahora me van a dar, a ver cómo salimos de ésta.

¡Hey, cabo! Mi plan es simple, que uno pegue unos tiros hacia el granero sin asomar la cabeza, sólo para asustar, mientras tanto yo me asomo le busco y disparo, ¿cómo lo ves? No hay riesgo para ti.

Pero para mí sí, además imagino que se habrá movido, debería buscarle.

Busco por al habitación un espejo o algo que asomar con la bayoneta para buscar en el sitio de antes al tirador, sino hay espejo pues rompo un cristal con la culata.

Bien, veamos dónde estás cabronazo...

El cabo asiente y dispara un par de tiros en la dirección del nazi. Momento que aprovechas para asomar el trozo de espejo.

El francotirador sigue en el mismo sitio, aunque se ha cubierto mejor con la estructura de madera. Sigue mirando hacia este edificio.

Me asomo a la vantena...

Sigue en el mismo sitio el cabrón, voy a intentar darle ya

No hay mucho tiempo, si me paro a apuntarle me ensartará una dosis de plomo germano...

Disparo dos tiros un poco a lo loco el primero es que ni se acerca al granero, vuelvo a disparar...¡le dí!

¡Le he dado!-drito entusiasmado-Bueno no lo sé, pero creo que le he dado...Sí, le he dado.

Disparas un par de tiros, pero son respondidos por un disparo del francotirador. Afortunadamente la bala se aloja en una pared de la habitación y no en ningún cuerpo humano.

- Pues parece que el cabrón sigue vivo.- Te dice el cabo Bellamy.- Mejor seguir disparando, daremos tiempo a que le rodeen en el granero...

Miro inquisitivo y temeroso el agujero en la pared.

Nota mental: si sigues así no sobrevives a la guerra...

Señalo el agujero y miro al cabo.

Yo también sigo vivo, de milagro...¿qué hacemos ahora? ¿Seguimos disparando al granero? Yo voy a hacerlo, pero no quiero volver a asomar la cabeza. Qué le parece si bajo al piso de abajo me pongo en una ventana, usted sigue pegando tiros al aire y así yo puedo dispararle desde otra posición...

Claro que desde abajo igual no le veo...