Partida Rol por web

El Cabo Bellamy dispara un par de tiros por la ventana, pero sin asomar la cabeza para no poner en peligro su pellejo.

- No creo que desde el piso de abajo tengas una línea de tiro, es mejor desde aquí...¡Pero ten cuidado!

Ahora desde ahí.

Cabo, voy a ir a su ventana me asomaré y le dispararé, ¿ok? Vamos.

Gateo con rapide hasta la ventana del cabo, agarro el fusil y me preparo para lo peor.

Me va a fundir a balazos...

Me asomo le busco y disparo, tal vez por suerte le haya alcanzado las dos veces, mas no estoy seguro y prefiero esconderme a comprobarlo, aunque quizá no me esconda con la suficiente rapidez.

Señor si me salvas de esto prometo ir a poner una vela en la iglesia del pueblo, y rezar un par de padrenuestros, bueno y todo lo que quieras...

Promesa que probablemente no cumpliré, pero si cuela, cuela.

Tus disparos se dirigen al granero rectas y decididas. No sabes si le habrás herido o no, pero el francotirador hace un gesto brusco, antes de que vuelvas a esconderte para cubrirte.

Pasan algunos segundos y parece que no se escucha respuesta.

Momentos de tension. El cabo y tu os miráis hasta que de repente se escuchan unos disparos, aunque no van en vuestra dirección. Han sonado cerca del granero y parecían fusiles y metralletas.

- ¿Le habrán cogido?- Te pregunta Bellamy.

Espero que sí, que le hayan cazado, voy a comprobar.

Vuelvo gateando hacia la primera ventana y apoyo la espalda en la pared. Una vez ahí cojo de nuevo el trozo de cristal y lo pongo en la bayoneta, pero al suerte no me acompaña, pues en cuanto asomo el improvisado espejo se me cae a la calle.

¿Es que no se puede tener un buen día nunca? ¡Demonios! En fin, habrá que asomar la cabeza, otra vez...

No puedo sobrevivir a muchas como estas- le digo al cabo Bellamy-me juego demasiado a la lotería...y varias veces.

Cojo aire y me voy a incorporar, me detengo a mitad, vuelvo a apoyar la espalda. No puedo, demasiada tensión. Para distraerme cargo el arma, ya vacía tras los disparos...termino de cargarla.

Venga vamos allá.

Me levanto, cojo aire y asomo la cabeza con el fusil apuntando al granero...

El granero está vacío. O al menos la ventana por la cual es francotirador disparaba.

En cambio, alrededor del edificio se mueven soldados norteamericanos. Hablan entre ellos y andan de un lado a otro, inquietos aunque al descubierto, por lo que deduces que no debe de haber un peligro claro, o no estarían allí de pie.

Parece que no hay peligro, ¿bajamos, señor? Aunque creo que le prometí al Gran Pastor que iría a visitarle...

Pues si el cabo Bellamy lo permite voy a cumplir la palabra que le hice al Santísimo y voy a rezar en la Iglesia más cercana. Que los devotos soldados de Cristo, son precisamente eso, devotos.

Sino me deja pues me acerco al granero.

- Vayamos al granero, deja la iglesia para cuando amanezca jaja.

Bajáis las escaleras y salís de la vivienda. Continuáis por el sendero que conduce al granero, donde hay varios soldados haciendo un corro. Te asomas y ves al francotirador alemán en el suelo, herido en el vientre.

Gimotea y se tapa la sangrante herida. Le debe de doler, pero ninguno de tus compañeros parece tener ganas de ayudarle.

Le miran con odio.

No es mala idea, quizá le haya dado.

Le sigo cabo, por cierto ¿no sabrá dónde puedo encontrar algo de café? Soy algo así como adicto.

Salgo de la casa siguiendo al cabo Bellamy y recorro la distancia que me separa del granero con paso despreocupado y tranquilo, pues considero que los alemanes ya han daado bastante mal por hoy y no creo que ningún cabrón se entretenga en demostrarme su puntería.

No le he preguntado. ¿Qué tal fue su salto? ¿Cayó con compañeros o solo? Yo estuve solo un buen rato, bueno, hasta hace media hora más o menos, estuve un rato en esa casa de allá, vya, no la veo, bueno por ahí. Buscando uniformes grises, pero nada. Ahora veamos si le he dado al individuo ese o si ha sido otro.

Mientras el soldado alemán maldice y le oyes pedir ayuda, tus compañeros felicitan a un joven paracaidista que al parecer fue el que le alcanzó con su Garand.

- El cabrón se quería escapar.- Te comenta uno.- Tenía un vehículo ahí detrás para la huida...¡Que se joda!

Felicito al paracaidista por tener mejor puntería que yo y escycho las palabras del desgraciado (ya que más o menos le entiendo).

¿Qué más se cuece por aquí, muchachos?

- ¡Médico por favor! ¡Ayuda por favor!- Grita desesperado el soldado alemán.

- Dicen que tenía un vehículo por ahí detrás. Quizá sea lo que andabas buscando ¿no?- Te dice el cabo Bellamy.

¡Oh porras es cierto! ¡Tengo cosas que hacer, y yo por aquí de charla!

Cierto, debo irme, tengo órdenes,

Rápidamente corro alrededor del granero buscando el vehículo...

Me había olvidado de mis compañeros, debo ir hacia el norte, me pregunto cuáles de ellos seguirán vivos, y cuáles estarán ahí. Luego espero que no nos manden a ningún matadero, como tomar trincheras...o cañones.

El granero está lleno de paja, aunque vacío. Sales por la puertecita del fondo, seguido por Bellamy.

Allí, en la oscuridad y tapado no muy bien por ramas, encuentras un vehículo ligero alemán.

- Bueno, aqui lo tienes ¿no? Es lo que andabas buscando...

Bien, gracias, ¿Me va a acompañar o se va a quedar por aquí controlando la situación? Yo ahora iré al norte, quizá encuentre a alguno de los míos...

...vivo

Subo al vehículo con o sin él y tras bajar las ventanillas del coche y asegurar el fusil, enciendo el motor y me dirijo a mi destino, con el volante en una mano y la pistola en la otra...por si acaso.

- Yo creo que deberías volver al puesto de mando e informar al mayor ¿no?- Duda el cabo Bellamy.- Además, vete tu a saber dónde estarán tus compañeros. ¿No te estás arriesgando demasiado?

Bien pongámonos en marcha...

¿Vienes con el mayor o te quedas por aquí? No creo que haya muchos más de estos tiradores por aquí...

Subo al vehículo con o sin él y tras bajar las ventanillas del coche y asegurar el fusil, enciendo el motor y me dirijo a mi destino, con el volante en una mano y la pistola en la otra...por si acaso.

Echo un último vistazo al granero, al campo y a la casa desde la que he disparado, y pienso que tal vez con una granada de humo hubiéramos llegado, pero todo ha salido bien, así que dejémoslo como está, ahora llevemos este ruidoso trasto al puesto de mando...

- Sí, espera.- El cabo Bellamy se sube como copiloto.- Ya.