Partida Rol por web

¡Alto, en nombre de Castilla! II: ¿Quién roba a la Muerte?

II. ¿Qué ha pasado con el cuerpo?

Cargando editor
06/01/2014, 19:22
Criado del Castillo

Los criados os miraban cuando caminábais por los pasillos del castillo, y no todos os reverenciaban (algunos cargaban telas, otros comidas para banquetes, otros armaduras, mientras que otros tantos andaban con la cabeza agachada, como apenados por la muerte de la Señora de Montepenares). Lo cierto es que se respiraba un ambiente apenado, hastiado, lleno de duelo en general. Mientras os adentrásteis en una antesala antes de las cocinas, os topásteis con el muchacho que corroboró vuestra coartada la noche anterior. Tras detenerlo, se ofreció para cualquier disposición.

Vuacedes manden -dijo respetuosamente mientras aguantaba unos paños listos para ser guardados-.

Cargando editor
07/01/2014, 12:10
Damián

Damián, ante la confianza puesta por su Señor Don Pelayo, no podía menos que caminar por los pasillos hinchado como un pavo emplumado. Mirando a diestra y a siniestra, perdonando vidas como si fuera el Gran Inquisidor, hasta que topó con la severa mirada de Don Pelayo, momento en el que, azorado por la vergüenza, se desinfló como un saco roto.

Camino ya de las cocinas, toparon con el criado de la noche anterior.-Dios os guarde, señor.- Saludó cortésmente el joven, a la par que realizaba una leve y correcta inclinación de cabeza.- Antes que nada, daros las gracias por vuestra palabra en la habitación. Se nos acusaba de una grave felonía de la que no podíamos ser culpable, mas a mi señor Don Jimeno es hombre justo, y nos ha ordenado ayudar en lo que buenamente podamos para con vuestro señor Don Ramiro.- Damián, todavía no muy seguro de cómo lidiar con tal investigación, probó con preguntar.-Somos extraños en este castillo, así que si preguntamos por ahí muy seguramente nos echarán la culpa como hizo don Pelayo. ¿Porqué lo hizo? ¿Acaso no se lleva bien con Ramiro? Me da a mi que mucha prisa tuvo en encasquetarnos la muerta... con perdón de la difunta señora de Don Ramiro.- suspirando, añadió.- Si pudierais darnos un poco de luz os estaríamos agradecidos, pues vuestro señor recuperaría a su difunta esposa y nosotros podríamos seguir nuestro camino. Si no, al menos decidnos con quién debiéramos hablar en Montepenares que pudieras sernos de ayuda.-

Cargando editor
07/01/2014, 12:51
Criado del Castillo

Creo no entenderle, señor -respondió el criado a Damián-. ¿Se refiere al responderle a don Fulgencio? Era evidente, mucha más gente del servicio sabe que vuecencias no salieron del castillo: las doncellas del señor, el ama de llaves, los mozos que guardan las puertas, los mozos de cuadra... ¿porque no salieron del castillo, verdad?*

Cuando habló así de la esposa fallecida, el criado se ruborizó.

Señor, habéis de moderaros. Don Ramiro no quisiera oir hablar así de la su difunta... E además en eso del hablar... ¿hablar de qué? En Montepenares se sabrá ya lo ocurrido, lo de la desaparición del cuerpo... -el tipo aún no se llegaba a creer, tanto como vosotros, que la difunta esposa hubiera desaparecido-. Habéisdela buscar, que nuestro señor Ramiro estará bien agradecido...

Notas de juego

*Se refiere a que él habló diciendo que habíais estado allí todo el tiempo, pero lo podría haber dicho otro cualquiera (había muchos criados en vela o guardia por las noches).

Cargando editor
10/01/2014, 12:56
Pelayo de Arbás

PNJOTIZADO.

Eso hacemos, eso haremos... et que la encontraremos para darle digno entierro... -apostilló el caballero Pelayo-.

Cargando editor
10/01/2014, 19:20
Damián

-Muchas gracias por su tiempo, Señor.- Dijo cortésmente Damián.- No le molestaremos más.- Y en eso que se marchó, junto con su señor Don Pelayo.

Estando ya lejos de cualquier oído, confesó sus sospechas.- Mi Señor, sin ánimo de querer acusar a nadie, pero... si todo el mundo en el castillo sabía que no habíamos salido de él ¿Porqué diantres nos culpó Don Fulgencio? ¿Porqué calumniarnos tan alegremente aún sabiendo que dicha acusación no se sustentaba para nada? Ay mi Señor, mucho me temo que este castillo pudiera bien ser un nido de víboras.- Dijo Damián, entrecerrando los ojos, experto en asuntos de intriga cortesana.- Creedme si os digo que más sacaremos en el pueblo que aquí, interrogando a quien pudiera tener orden de no hablar.-

Notas de juego

Mejor vamos pa Montepenares.

Cargando editor
11/01/2014, 11:42
Pelayo de Arbás

PNJOTIZADO.

Quizá fue impulsividad, joven Damián -dijo con cautela el caballero-. ¿No recordáis como nos aviso nuestro Jimeno acerca de estas tierras? El rey aragonés las reclama para sí, pero los nobles afincados aqui tiempo ha se niegan a darla así como así... quizá estaban ya recelosos de cuanto puediera ocurrir, y quizá hemos sido la cabeza del turco, como suele decirse... Por supuesto -hizo un pausa reflexiva-, aquí hay gato encerrado, de algún modo: un cuerpo no desaparece así como así, no se pone a andar él solito...

Y en éstas elucubraciones y otras tantas pusísteis pasos a Montepenares, teniendo Damián la tutela, temporalmente, de su propio amo. Una vez bajando el camino del castillo vísteis a dos hombres aparecer en él, apareciendo perpendicularmente. Eran Potencio y Tariq.

Cargando editor
11/01/2014, 11:46
Director

Y en estando allí en aquel depóstivo,con aquel pedazo de papel en las vuestras manos, pusísteis rumbo al camino por el que habíais vuelto. Media legua aduvísteis hasta dar con el terraplen que se elevaba hasta la cuesta del castillo, teniendo ahora a la izquierda el mismo (a unas decenas de pasos) y a la derecha la ruta hacia Montepenares. Pero en éstas que vísteis a dos bajar de la fortaleza, dirección al pueblo. Eran Damián y Pelayo.

Cargando editor
11/01/2014, 12:00
Pelayo de Arbás

PNJOTIZADO.

¡Habéis ya vuelto! -dijo el caballero calatravo-. Que mi pupilo y éste íbamos al Montepenares que le dicen, a ver qué podríamos fisgar por allí... ¿Qué ha ocurrido?

Notas de juego

Postead ya para los cuatro.
 

Cargando editor
11/01/2014, 12:57
Tariq el Shadid

-Nosotros también íbamos al pueblo a pesquisar demientre volvíades*. Habemos incontrado algo en el depósito del simenterio -dije, haciéndome el importante, en una pose con los brazos cruzados-. Inséñaselo -le dije a Potencio.

Notas de juego

* mientras volvíais.

Cargando editor
12/01/2014, 12:15
Damián

El joven estaba más henchido de orgullo que un gallo de pelea. ¡Había estado hablando de politiqueo con su Señor Don Pelayo, y además había llevado la iniciativa por el castillo! Damián veía que el sol brillar, la mujeres eran guapas, los campesinos sonreían y saludaban, incluso los campos parecían florecer a su paso... Hasta que topó con un moro y un ladrón. Las nubes volvieron, las mujeres no eran para tanto, los campesinos lo miraban con recelo y el campo, bueno, el campo estaba lleno de hierbajos...

Poniendo cara de hastío, esperó a ver qué habían encontrado esos dos en el cementerio, pues poco habían sacado en claro ellos en el castillo.-Poco más que palabrería había entre la servidumbre del castillo. Solo saber que todo el mundo en la fortaleza sabía que no habíamos salido... Todos menos el Fulgencio ese. ¿Curioso, no?- dijo Damián.- ¿Y vosotros? ¿Qué tal? Aparte de saquear muertos, seguro...- finalizó, mirando con recelo a Potencio.

Cargando editor
13/01/2014, 12:25
Potencio Flores

Sacó del bolsillo un pedazo de papel

- Estaba en las tumbas. Pero no entiendo bien la letra. ¿Podríais vos mi Señor leerlo? si no habríamos de enseñarlo en el castillo a ver.

Cargando editor
13/01/2014, 13:29
Pelayo de Arbás

PNJOTIZADO.

El caballero Pelayo tomó el trozo de papel que Potencio les mostró. Él sabía leer (mínimamente) y aquello era muy útil aunque fuera para contar algún pasaje de la biblia a cualesquier. Tornó en extrañeza el rostro y leyó su contenido:

 

 

Aquí pone... -dijo el calatravo mientras lo leía en alto a sus compañeros-: "No busquen de qué murió doña Luisa, no busquen dónde se halla su cuerpo... … preguntaos quien la mató... Mejor preguntádselo a Brisco, “el hideputa”."

¿Y esto? -preguntó Pelayo-, ¿Estaba en el cementerio?

Cargando editor
13/01/2014, 13:36
Fulgencio de Salete

Fue entonces cuando, en estando vosotros allí en mitad del camino, comenzaron a oirse cascos de caballos que subian y una pequeña polvareda abajo del cerro del castillo. Parecían dirigirse a lo alto, a la fortaleza. En pocos segundos llegaron hasta vuestra posición: era Fulgencio y sus soldados rastreadores.

TOC, TOC            TOC, TOC             TOC, TOC             TOC, TOC              TOC, TOC

TOC, TOC ....  TOC, TOC... TOC, TOC... -a medida que os vieron y se acercaban, aminoraban el paso de la bestia-.

TOC, TOC....... ¡¡TOC!! -y entonces se pararon delante de vosotros-.
 

¿Ocurre algo? -dijo muy secamente Fulgencio desde su caballo al veros allí plantados como "pasmarotes"-.

Cargando editor
13/01/2014, 13:51
Tariq el Shadid

Miré a Fulgencio con sumo desprecio. Sabía que si yo abría la boca se iba a liar gorda, y por eso permanecí en silencio, esperando que los demás no cometieran la estupidez de contar lo que habíamos descubierto al que se había convertido en nuestro enemigo, acusándonos sin pruebas a la primera ocasión.

Así pues, me crucé de brazos con tranquilidad pero le miré desafiante.

Notas de juego

Cargando editor
13/01/2014, 17:35
Potencio Flores

- Señor Fulgencio, gran placer al veros- dice haciendo una reverencia para sorpresa de todos -precisamente hablábamos del cementerio -todos temísteis que el rastrero, buitre y convenido de Potencio se fuese a ir de la lengua, pero respirásteis al oir -nada hemos hallado , ninguna pista -dice negando con la cabeza- ¿ha habido más suerte en el campo? ¿Se ha encontrado algo? estamos a vuestra disposición para lo que sea menester. Todo con tal de ayudar aquí.

Cargando editor
14/01/2014, 13:08
Director

Al escuchar vuestra "negativa", la mano derecha de don Ramiro espoleó el caballo con fiereza mirando el camino arriba, y sus dos acompañantes hicieron lo mismo con sus monturas. Os dejó allí, con la palabra en la boca, como frustrado por no haber ni siquiera él hallado nada en su batida...

Quedásteis en medio del camino con aquel mensaje.

Cargando editor
14/01/2014, 13:46
Pelayo de Arbás

-Maldita sea, este hombre hombre no parece querer resolver este entuerto-dijo enfurecido por el comportamiento insolente de Fulgencio- debemos hacer algo por nosotros mismos, ya habéis escuchado lo que dice ésta nota...

Cargando editor
14/01/2014, 16:34
Damián

A pocos metros de la enorme montura de Fulgencio, Damián fue consciente del miedo que podía llegar a sentir un infante a pie mientras era arrollado por caballería cargando. El poderoso animal era tanto o más amenazante que el caballero que lo montaba, y sabiendo que su señor Don Pelayo tenía el papel en la mano, procuró no desviar la vista en ningún momento hacia allí. Eso sí, sorprendido se quedó que el rastrero pícaro que los acompañaba no delatara el hallazgo.

Con la boca medio abierta, finalmente entró en razón. Una vez se hubo marchado Don Fulgencio, no pudo evitar girarse hacia los otros.- ¿Alguien conoce a un tal Brisco? Quizás debiéramos hacerle una visita…-

Cargando editor
14/01/2014, 18:21
Potencio Flores

- Habemos de preguntar por él a alguien que nos sea de confianza.¿Qué tal ese muchacho del castillo? parecía bien simpático.

Cargando editor
15/01/2014, 15:05
Tariq el Shadid

Muchas ganas tenía de ajustarle las cuentas a aquel presuntuoso, pero tal vez no hiciera falta. Su comportamiento era muy sospechoso, lo cual indicaba que debía estar en el ajo de alguna manera. Parecía tener más interés en desviar la atención (acusándonos a nosotros) y ocultar pruebas que en encontrar el cuerpo. Si conseguíamos resolver el misterio, tal vez podríamos implicarlo de alguna manera. Cómo me gustaría verlo colgando de una higuera.

-En el castiello nin una palabra -dije, cuando Potencio propuso preguntarle al criado-. Que ese zagal tan simpático puede fablar depués con el Fulgencio de los cojones et dezille que habemos preguntado por el Brisco. Veo meyor que vayamos al pueblo et preguntemos allí primero. Et más nos vale ser discreptos si non queremos que nos cuelguen de las pelotas.