Partida Rol por web

Las mujeres se acobardan al darse cuenta de que es un inquisidor quien les habla. Se conforman con seguir su camino por las calles, cuchicheando entre ellas y preparando nuevas celadas para los incautos.

Te dejan el camino libre. ¿Pero que camino has de tomar?

El francés toma la ruta más corta y lógica, y camina por las calles de Madrid. Sin embargo, cuando va internándose en los barrios bajos, las escenas son cada vez más preocupantes: incluso hay hombres atados en las esquinas cubiertos de alcanfor y con las ropas llenas de boñiga, mientras hombres y mujeres se ríen y bailan alrededor de su víctima.

Una vez librado de las mozas , me detengo un segundo.Que direccion he de tomar , para hayar a mi pecaminoso hermano...
Tras unos segundos de meditacion me acerco a alguien y le pregunto.

Seria vosa merced tan amable de indicarme por donde he de tomar para llegar a la zona de las manceberias.

Efectivamente, amigo Juan, algo he conseguido. Pero vamonos de aqui ipso-facto, antes de que se den cuenta.

Acto seguido le hace un guiño y sale por la puerta.

Sigo los pasos de mi fiel amigo hasta la calle confiando en su honesta y humilde palabra.

Cuando mi compañero me propone ir a una taberna.

Querido compañero, mi gaznate esta seco y me vendría muy bien un poco de buen vino para saciar mi sed, mientras podéis saciar vuesa hambree .

PD: Voy vestido normal.

PD2: ¿No estábamos Antonio Clavijo "el Mozo" y yo?

Así sea, pero te ruego que aceptes mi invitación, ¿O acaso faltarás a mi honor? jajjaja!

Río sin maldad, para convencer a Patxi de que se una a mi en la comida

Venga, ¡La primera botella de tinto va a cuenta mía!

El hombre se para a mirar al inquisidor. Parece un vecino que ha olvidado ponerse la máscara de Carnaval. Sonríe ante la poco usual pregunta, y señala calle abajo.

-En la calle del Olmo habrá tres o cuatro. Dos calles por debajo de la Madalena.

La calle de la Madalena es una calle ancha que se cruza a la calle donde estás, poco más adelante, que se llama de San Sebastián. Parece que la calle del Olmo queda a mano izquierda, tercera bocacalle desde donde estás.

Los dos pícaros salen a la calle de los Abades, en pleno barrio bajo madrileño. A izquierda y derecha, calles paralelas y descendentes. La Plaza Mayor quedaba muy lejos.

Entre risas y chillidos, aparecen en el fondo de la calle un par de docenas de mujeres, en su mayoría talluditas, vistiendo ropas viejas, con el rostro embadurnado en ceniza, sostienen cáscaras de naranjas rellenas de algo viscoso, y miran hacia vosotros...

- ¿Cuanto conseguiste? ¿Suficiente para hacer repartición amigo mio? - pregunto a Tobias mientras alzo la vista a las mozas.

Tobias deja ver una pícara sonrisa y responde a Juan.
Tanto mas que suficiente, 50 reales por barba, amigo mio. Toma tu parte.

Y ahora que?

- Gracias - Digo concluyendo con un suspiro

Gracias al "buen" cristiano que me ha indicado la direccion de los locales de " la verguenza" donde puede encontrarse el Dominicio , me dirijo hacia ellos.

Un hombre de dios jamas deberia entrar en esos locales... pero he de hacerlo para sacar a ese insensato inmediatamente Digo en voz baja mientras comienzo a andar.

-¡Las fregonas! -dice una voz al fondo de la calle.

Las mujeres, al ver que dan el aviso y que los dos hombres hacen caso omiso a su presencia, comienzan a tirar sus cáscaras de limón llenas de salvado, grasa y alcanfor.

El padre reanuda la marcha y camina calle abajo. Cruza la calle de la Madalena, donde vuelan a los viandantes unos calderos llenos de harina de panizo. Afortunadamente, el inquisidor estaba lejos de esa escena.

Aprieta el paso, y llega al fin a la dichosa calle. Allí, ve a un grupo de acechonas o prostitutas en la calle, vistiendo medios mantos y mostrando sus escotes, desvergonzadas. Varios de los edificios de la calle tienen sobre el dintel dibujadas unas hojas de laurel: es el símbolo que identifica a las mancebías o casas de placer.

Le echo una mano sobre el hombro a mi camarada.

No seré tan descortés como para dejar comer a un jovenzuelo solo, pero la segunda de tintorro es para mi bolsa, espero no haber acabado con tu honor y no tener que batirme con vuesa merced, porque ya estoy mayor para tener que zurrarle en el culo a un jovenzuelo, jajaja

Al ver que era tal la osadia de las busconas , empiezo a tomar color de la rabia.Pero recuerdo por que estoy en la calle tal dia como hoy...

Tendria que estar entre las paredes de mi celda y no aqui... Pero es importante encontrar al infeliz de Fray Hernando, por eso he de centrarme en ello, un unico hombre por muy grande que sea su fe no es capaz de hacer frente a todos los males que esta festividad pagana supone...

Miro a las buscones , niego con la cabeza y llenandome los pulmones de aire entro en la casa de fornicacion mas cercana.

Sera el destino amigo, o sera que nuestros pies, conocedores de nuestro culto al unico dios verdadero Baco, nos guian a su merced a donde sin saberlo queriamos ir.

Digo a la vez que señalo una taberna que se divisa a lo lejos en la calle por la que andamos.