Partida Rol por web

Parecía que Mako se había dado cuenta de que no estaba en mi mejor momento así que simplemente lo dejó como un ofrecimiento a acompañarle -gracias lo tendré en cuenta-  pero al marcharse del lugar empezó a cantar un poco incluyéndome en la canción mientras se alejaba pero aún así pude escucharla, fuer realmente vergonzoso que todo el mundo escuchase que había rechazado una aventura por lo que según el era leer una revista.

Me levanté, cogí la jarra de cerveza y salí detrás del semiorco, en cuanto estuvo a rango le tiré la jarra, posiblemente no lo hiciera demasiado daño dado que solo lo tiré con la fuerza suficiente para alcanzarlo -!Que demonios cantas sobre mí ¡, dios espero que solo sea la primera que cantas- caminé hasta ponerme a su nivel, -vas a tener que hacer algo con lo de cantar tan mal- dije algo jocosa mientras me apretaba un poco el paño que tapaba mi herida -espero que no sea mala idea seguirlo-

Llegué cansada a la taberna, sin duda el camino de vuelta había sido más aburrido sin Mako haciendo el idiota y sin sus ruidos estomacales pero en cualquier caso había vuelto con los bolsillos con algo más de peso, pero sabía que había unos cuantos héroes más por ahí en otras mazmorras. No me gustaba demasiado la idea de volver a jugarme la vida pero supongo que estaba acostumbrada a ello, si no de donde sacaría el dinero para mis propias cosas, pensando en dinero pedía una jarra de cerveza mientras me dedicaba a mirar un cuando de la taberna con un mapa de todo el lugar. 

Intentaba recordar algún lugar donde poder ir tras la buena cerveza, además el camino sería largo como siempre con lo que tenía tiempo para "descansar", un lugar del mapa me llamó un poco la atención -La cumbre del Rey de la Montaña, sin duda si es un rey debe de tener tesoros, aún no he encontrado ningún calzado de mi gusto- estaba un poco perdida en mis pensamientos mientras pagaba la copa y me ponía en marcha, sin darme cuenta empecé a tararear la canción que Mako cantó al última vez que salió de al taberna.

Por mi parte, mi lagartijo se va a quedar en su montaña, sus esbirros trasgetes bajaran alguna vez a asaltar el pueblo y robar las caravanas que tengan la desgracia de acercarse. Los inviernos seran especialmente duros para el pueblo, ya que la magia de Galcifraxx provoca un clima frio que pilla al pueblecito en un invierno que no termina. ¿Tu tienes alguna idea Ank?

Edit: Mejor pensado, creo que arrasara el pueblo en represalia xD

XD bueno, luego de postear pensé ¿Qué haría el bueno de Smaug ante una situación asi? por suerte tanto los libros como las películas lo muestran xD

El frio manto de la noche se cernió una vez más en la pequeña villa de Ardan. Las familias se apretujaban en sus hogares en torno al fuego, lanzando maderos congelados, a fin de calentarse sus cuerpos demacrados. El largo invierno no había terminado, y aunque algunos héroes habían logrado derrotar a otras amenazas que asolaban el pueblo, los fríos vientos del Monte Milter no paraban de soplar. La comida empezaba a escasear por los continuos saqueos de los trasgos, las cosechas se habían retrasado, y las caravanas no lograban llegar con nuevos alimentos. Parecía que muchos de aquellos aldeanos tendrían que pasar una noche más sin llevarse más que un pedazo de pan reseco a la boca.

Solo los pocos guardias de la ciudad que había fuera se percataron del cambio en el viento. Pues por un momento el viento pareció detenerse, miraron al cielo medio cubierto por las nubes. Extraña señal era aquella ¿Acaso algún héroe había logrado terminar con los vientos del invierno? Algunos empezaban a regocijarse ante el suceso, sin percatarse de una sombra que ocultó la luna. Lo primero que escucharon fue un viento aullante, como un huracán que bajaba de las montañas. Los arboles temblaron y crujieron ante el aire gélido como el beso de la muerte. El rugido de un mal del que solo se rumoreaba resonó en los oídos de todos y cada uno de los habitantes del pueblo, como la señal que anunciara el final de su tiempo. Pues la figura bajo del cielo, ocultando con sus grandes alas la luz del firmamento, lanzando su gris sombra sobre los indefensos. Gelcifraxx, había llegado.

La sierpe paso sobre la villa una y otra vez, descargando su aliento de hielo sobre todo y todos lo que se encontraba por medio. Hombres tensando sus arcos y mujeres corriendo con sus hijos en brazos quedaron congelados en vida, a merced de una lenta y dolorosa muerte. Los tejados y paredes de las casas se hundieron ante los golpes de la rabiosa bestia y el peso de su hielo. Las flechas volaron, rebotando en las escamas, mientras la bestia repartía dolor y muerte de forma indiscriminada. Incluso cuando aquella villa de humanos no era nada para Gelcifraxx, pues sus ojos estaban puestos en algo mucho mayor. Otras tierras, otros tesoros, nuevos enemigos que matar, nuevas gentes que esclavizar.

A la mañana siguiente todo había pasado, solo un puñado de personas había sobrevivido a la furia del dragón, y tal como este deseaba, esparcieron las noticias de lo que había ocurrido a los cuatro vientos.

...

Pobres Ilusos... no alcanzaban a comprender mi poder. No destroné al rey gigante por mero placer, ira o riquezas, si no por lo que guardaba en su montaña... un tesoro de gran poder mágico, los gigantes lo llamaban "el Corazon de Thyrm", uno de sus dioses. Tal y como planeaba, devore el tesoro y tome su poder. Esto trajo ese invierno en las tierras cercanas, algo que no tenía planeado y que atrajo mas atención de lo que deseaba, pues aun me lamia mis heridas de mi batalla contra el rey gigante, y aun batallaba por mantener el control sobre su progenie y sobre el mismo rey destronado, que ahora me servía desde la muerte.

Entonces, los héroes llegaron, escalaron mi montaña, se adentraron en mi morada, robaron mis tesoros... y todos murieron. Uno tras otro, algunos cayeron en el ascenso, a otros los despache yo mismo... a otros los deje vivir... por un tiempo, como mis juguetes y esclavos de mis mas retorcidos deseos. Pero igualmente, todos cayeron.

¿Por qué destruir el poblado humano? sencillo... una demostración de fuerza. Ahora que he dado ejemplo con aquellos que mandaban esbirros a detenerme, las otras aldeas y señoríos cercanos se apiñan a mis puertas con ofrendas con tal de que deje tranquilas sus tierras. Otros vendrán con sus guerreros, héroes y ejércitos... pero estoy preparado para ello, y cuando lleguen los aplastare, alzare sus ejércitos de la muerte con mi magia, y los usare para tomar sus tierras y sus tesoros. No importa que camino elijan, tarde o temprano todas las tierras y sus riquezas caerán ante mí.

Ahora me alzo ante los cuerpos despedazados de mis enemigos, victorioso, pero no indemne. Mis enemigos han sido destruidos, y el pueblo que querían proteger yace en ruinas y pisoteado bajo el hielo y la nieve. En cuanto a esos otros señores del mal que han logrado sobrevivir, creo que les concederé un algo de tiempo mientras reúno fuerzas, pues en el tiempo querré comprobar su resolución y fuerza. Aun así, ellos también caerán ante mi o me servirán.

Toda esta tierra, todo lo que contiene y todos los que lo habitan serán míos al final, pues soy Gelcfiraxx, Rey de estas tierras. Y mi reinado de terror no ha hecho más que empezar.