Partida Rol por web

Seguimos aqui.

El calor se deja ver bastante bien. Claramente estais en verano, junto con vuestras montuas y el equipo que ois ha regalado Cromi para el desarrollo de esta arriesgada misión. Disponeis tambien de un mapa de la zona, asi podreis encontrar el camino hasta la escuela. El camino esta bastante tranquilo, acostumbrados a la actualidad os cuesta mentalizaros de que es asi como debe de estar de diario. 

- Parece que todo está en su debido lugar, una lástima que nuestro lunático compañero haya tenido ese trágico "accidente" justo antes de entrar en el viaje temporal. Seguramente habrá ido a reunirse junto a su dragón en el reino del nunca jamás. ¿No lo creen? - Bromeó el guerrero una vez se hubo reincorporado del extraño trance que había supuesto aquella temporal travesía.

- En fin, creo que tenemos trabajo por delante...

Recemos por que encuentre en el otro mundo con sus queridas criaturas imaginarias. - Dice ironico el guerrero, mientras inspecciona el lugar en busca de peligros. - En fin, vamos, en marcha o moriremos de vejez aqui. -

Comenzais a caminar y pronto llegais a la costa del lago. El lago es grande y se puede ver gran cantidad de vida acuatica dentro de él. Parece mentira creer que sea el mismo lugar. En cualquier caso para llegar a la escuela hay que cruzar en barco, afortunadamente, el barquero de aquel entonces era un hombre amable y ante todo, vivo.

Miro el lago que se alza ante nosotros. La vista es magnífica. Es un lago repleto de vida, con un agua cristalina, pura... Pocos lagos hasta la fecha había visto como aquel. Una lástima que tuviese que acabar lleno de muerte, pestilencia, y putrefacción. Era su destino, y poco podía hacer por él.... Una verdadera pena.

Tras lamentarme por el lago, y el lugar en general, veo al barquero. Tal vez sería algo imprudente por mi parte acercarme a pedirle que nos llevase al otro lado. No sé cómo reaccionaría ante un tauren. Prefiero no arriesgar. Así pues, digo a mis compañeros- Deberíais de decir vosotros al barquero que nos llevase a la otra orilla. No sé cómo reaccionaría a la petición de un tauren, así que prefiero no arriesgar, y que lo hagáis vosotros.

- Saludos, buen hombre. Nos dirigimos a la academia y me preguntaba si nos puede echar una mano en el cruce ...- Dijo Gerrard acercándose al barquero tratando de disimular su verdadera identidad y no parecer hostil ante el extraño. Le resultaba de todas formas improbable que se omitiera el aspecto del tauren a la hora de tomar decisiones, pero también estaba claro que ante cualquier inconveniente bien podían ajusticiar al barquero y simplificar todo el asunto.

- Alumnos de Scholomance supongo .- El barquero habla en tono afable.- ¿Ireis los tres? Pues vamos, los profesores de la escuela se toman muy mal que los alumnos lleguen con demora a sus obligaciones.

El barquero parece no importarle el hecho de que un tauren viaje en su barcaza, a fin de cuentas* no era asunto suyo.

Así es, amable señor. Llévenos lo más rápido que le sea posible, buen hombre... -Dicho esto, espero que el hombre me indique que suba en su barca, para, después; subir. No quiero ser descortes.

Montais en la barcaza despues de que el hombre ocupe su puesto pilotando el timon y controlando la vela, aprovechando que el viento le es favorable.

- Espero que no te importe, pero ¿podrias ocuparte de los remos? - El barquero se dirige al tauren, viendo su tamaño y su imponente masa muscular no duda en que tendra fuerza suficiente como para hacer que la barca se desplace, la corriente es tranquila y el agua esta en calma. Scholomance tan solo se encuentra a unos 100 metros de distancia.

No vería inconveniente en hacerlo... -Diciendo esto, me siento, cojo los remos, y empiezo a remar- Pero, dime... ¿Por qué no lo haces tú?. Realmente no me importa, pero es una petición algo extraña...

- Resulta incomodo encargarse del timon, el velamen y los remos todo a la vez. Y tu pareces lo suficientemente dotado como para encargarte de los remos. A menos que seais alguno un navegante como para manejar el timon, que en ese caso no tendria incoveniente en encargarme yo de los remos. - El tono del hombre es jovial y afable.

Llegais al muelle de Scholomance. De cerca la fortificacion escuela es cuanto menos imponente. Sus fuertes muros, sus estandartes y el mercado que hay en la plaza demuestran que, aunque vosotros ya sabeis que se cuece ahi dentro, es un lugar lleno de actividad. La guardia os ayuda a bajar de la barca, curiosa guardia por cierto, se compone de dos hombres adultos acompañados por un sabueso y un felino.

En el mercado podeis ver de todo, desde venta de articulos varios, tales comida y bebida, ropa, extraños abalorios, hierbas para pociones y demas cosas extrañas, pero ni rastro de protodracos azules.

- La escuela esta alli, podreis entrar sin problemas. - El barquero con estas palabras se despide de vosotros.

La gente no parece extrañarse de vuestra llegada y en particular de la del chaman. Murbloff parece incomodo por si le miran demasiados, pero sin embargo pronto se le va ese sentimiento de incomodidad al ver por alli aparte de humanos, altos elfos, enanos y algun troll, pero ni rastro de más tauren como él.

Es extraño, no parece haber ningún tauren... Quizás sea porque no tienen a nadie que siga a los espíritus ni a la madre tierra... -Comento a mis compañeros al ver la fauna local. Aunque es sorprendente ver trolls, no veo ningún orco ni ningún tauren... ¿Quizás sólo tengan magos, al fin y al cabo?

Deberíamos de buscar a quién tenga que admitirnos aquí. Al fin y al cabo, es a lo que hemos venido...

- Gracias por el viaje, ha sido ... reconfortante. Hasta luego.... - Gruñó el guerrero mientras saltaba de la barca para poner pies en tierra y reanudar así la marcha junto a los demás. El lugar era parecido a lo que había imaginado aunque no por ello dejó de incomodarle ese ámbito tan raro para él.

- Busquemos al mandamás de este antro antes de que comencemos a parecerles sospechosos a los búhos de la zona...

Avanzais por el complejo de la escuela y llegais al edificio de la escuela propiamente dicha. El edificio es impresionantemente grande,más de lo que parecia en vuestra era. El tiempo no lo ha tratado bien por lo visto.

Podeis ver algunos de los alumnos con las vestimentas todos iguales, y en esa ocasion algunos si que se quedan mirando al tauren y susurrando entre ellos, pero no es que lo miren mal ni nada de eso, sino solamente que por lo visto es el primero que ven de su especie.

Una vez dentro podeis sentir una serie de aromas propios de las escuelas de magia del Kirin Tor, que es lo mas parecido que conoceis vosotros, aunque el chaman recuerda las sesiones de aprendizaje en su tierra y los aromas son parecidos. No obstante hay un aroma que no lograis reconocer, o mas bien que lo teneis en la punta de la lengua pero ahora mismo no caeis en que es.

Eso es lo de menos, el caso es que estais en la entrada de la principal escuela de nigromancia de vuestra era y ahora mismo es cualquier cosa menso sospechosa, ya que la gente no tiene pinta de ser los que se van a convertir en los nigromantes que mas tarde asolaran Lordaeron.

Una lástima -digo lamentandome de nuevo, pensando en voz alta- que este lugar esté condenado...

Bien, es el momento de entrar... ¿Estáis preparados?. Aunque creo que si hemos llegado hasta aquí, estaréis preparados...

Veis a un hombre que aunque no querais no podeis evitar quedaros mirandolo por lo llamativamente feo que es el buen señor. Le acompañan un grupo de estudiantes tras él todos ellos en perfecta formacion. Son 9 y van en un cuadro perfecto de 3 por 3 con el profesor a la cabeza. Van todos muy serios, claro que os dais cuenta de que alli nadie tiene cara de felicidad ni nada. Todo el mundo esta muy serio.

Demasiado serio...

- Tengan en cuenta ustedes que invocar criaturas de otros planos es algo muy serio y que más de una vez ha creado conflictos de indole mundial. La escisión de Azeroth, la primera gran guerra, la devastación de Draenor. Todo eso ha sido siempre provocado por lo mismo. Los demonios que habitan en el mundo inferior de la Vorágine esperan al mago incauto para embaucarlo con sus artes y a la minima por el resquicio que se crea en la tela que separa nuestros mundos la cruzan.  Ya ha ocurrido que muchisimos magos han intentado convocar demonios para tenerlos como siervos y esos siervos han derrotado a sus invocadores, destruyendolos y quedandose ellos como amos.

Interrumpe su charla al ver a los tres nuevos alumnos. Se gira de nuevo hacia sus alumnos.

- Acudan a la biblioteca y vayan leyendose los nombres verdaderos de las criaturas sobrenaturales de rango 4. El encargado de biblioteca les proporcionara lo que necesitan.

Los alumnos acuden raudos a la orden de su maestro, pero sin romper la formacion en ningun momento. Se acerca hacia los recien llegados

- Hola - su tono de voz de repente resulta afable e incluso amistoso - ¿Quienes sois? Conozco a cada alumno de esta escuela y vosotros no me sonais.

- Somos nuevos aprendices recién llegados del exterior. Ha sido un viaje largo pero mis sentidos me dicen que habrá valido la pena dentro de muy poco.- Contestó de inmedianto Gerrard tratando de desviar el tema de conversación hacia un terreno menos escabroso como lo era el de su verdadera identidad.