Partida Rol por web

Aquello era extraordinario. Habían pasado de una incoherente berborrea sobre la salvación del mundo a un tiroteo como los que se veían en aquellas películas del oeste antiguas que solo se reproducían en algunas salas especiales de los museos más prestigiosos.

Nervioso por la idea de recibir algún disparo perdido, corrió a refugiarse en la esquina de la habitación más alejada de la entrada, distaniándose del área de tiro.

Poco después la chica asiática, su secuestradora, se inmiscuyó en la liza con intención de eliminarlos a los dos si seguían interfiriendo en la reunión, cosa muy loable a su parecer, mientras que la otra mujer salía de la sala (imaginaba que para ayudar a alguno de los de afuera) arriesgando su vida inconscientemente. Los únicos que se mantenían razonablemente lejos de la discusión eran él y el tipo del taller.

Dick calculó las posibilidades de dar a la chica con sorprendente rapidez. Pero no quería arriesgarse mas por una pachanga tan decidida. El mercenario puso el seguro al arma y la enfundó.

Con un gesto doloroso, se puso en pie y se acercó hacia la puerta para seguir con lo que estaba pensando.

-Tengo un coche y armas, por si alguien mas viene.

Recuesta a la chica bien, que esté cómoda para cuando se despierte. Se pone en pie y agarra el brazo de Dick.

- Espera.. Te vas a marchar asi??? Vas a dejar a la chica aqui.. y con la herida en el brazo?? Seguro que aqui hay algún botiquin y podemos curaros, verdad? - mira a Ravenna

-Tengo botiquín y otras cosas para curar ese tipo de heridas...

Se acerca a un armario, este no es de cristal ni esta protegido con código. Lo abre y saca un botiquín bastante grande y lo deja sobre la mesa...

-Hay prototipos que tienen unos añitos... si aun funcionan podrían curar decentemente alguna herida... pero no se en que estado habrán quedado...

Uno por uno, todos los integrantes del grupo iban aceptando la proposición de convertirse en héroes. Todos menos Chris. Él no sabía muy bien qué es lo que pintaba allí: sus mejores aptitudes no se centraban en los ordenadores ni en el combate, sino en el motor. No le dio tiempo a decidir, y menos a responder, cuando el guardaespaldas de la chica, el que iba de rambo, derribó la puerta y entró por la fuerza en la sala. Instantes después, las balas volaban por toda la habitación de manos del yonki y el fortachón, que se habían enzarzado en una disputa que no llegaba a comprender.
Al principio, el mecánico se quedó un poco chocado por la reacción y el primer disparo, pero en cuanto las piernas le respondieron, y a al igual que el científico, corrió a buscar refugio tras un sofá que tenía pinta de ser caro (aunque comparado con aquel instrumental informático, bien podía ser una golosina).

- ¡¡¿¿Pero es que no tenéis dos dedos de frente??!! - El "duelo" cesó, quedando todo en silencio a excepción de las amenazas de la de siempre, que demostraba una vez más que esas pintas de inocente no eran más que una mala fachada. Chris asomó la cabeza por encima del respaldo del sofá para ver la situación. Se podían ver gotas de sangre en el suelo. Es lo que suele ocurrir cuando te lías a tiros con alguien por las buenas.

Más seguro, el tipo se puso de pie y se sacudió el polvo de la ropa en un acto reflejo. Las razones de lo que acababa de pasar aún le eran desconocidas, pero eso carecía de importancia en ese momento. - Haced algo con estos dos. Si lo que queréis es salvar el mundo, sería conveniente que no murieseis antes de empezar. -

Dick se acercó a la chica, él estaba perfectamente, salvo por el golpe de la bala. Se agachó y recogió a la rubia para echarsela al hombro sano.

Luego la chica oriental le habló.

-¿Hum? No, claro que no, la rusa se viene conmigo. Es mi paquete. Yo estoy bien. Suerte en toda esa mierda de salvar al mundo.

El mercenario empezó a subir las escaleras.

Una vez todo hubo concluído, Zilard también salió de su escondrijo, recobrando la compostura y aflojándose el cuello de la camisa. Miró hacia la puerta derribada para ver una vez más como el tipo se marchaba con aquella joven rubia como fardo sobre el hombro.

-Aguarde un momento-dijo al mercenario mientras se aproximaba hacia la puerta-usted parece un tipo bastante cuerdo y, además, hábil en las confrontaciones...

Se detuvo frente al marco reventado de la puerta, aún maletín en mano y con una media sonrisa en los labios.

-Sé que me meto donde nadie me llama, pero... ¿qué debe hacer con esa chica?, ¿acaso no puede posponerlo?-inquirió al pistolero-lo pregunto, porque me vendrían muy bien los servicios de alguien como usted y, si me ayuda, podría pagarle cuanto desease...

Dick se detiene y mira a Victor.

-Ella es hija de un mafioso. Si no logro salvarle la vida me matarán a mi también. Si hubiese sabido que esto estallaría no hubiera aceptado el trabajo. ¿Entiendes ahora porque quiero salir de aqui a toda costa? No por ella sino por mi.

Explicó despacio y con buena letra, pero yendo directo al grano.

-Cobro 5000 ahora y 4000 luego.

Le ofreció.

Sonrió al mercenario nuevamente, mirándolo por encima de las gafas. 

-Me parece perfecto... ¿prefiere llevar primero a la chica a su destino o traérsela con nosotros?

Se giró y miró a la joven asiática con gesto autosuficiente.

-Una vez haya conseguido las piezas podré llevarla a los laboratorios para terminar el trabajo...

Nuevamente se olvió hacia la puerta y salió un par de pasos al exterior de la sala.

-Primero necesitaría que me escoltase a mi apartamento, cerca del distrito portuario, y después a los barrios bajo de la ciudad-anunció a su posible futuro socio-le agradecería que se encargase de mi asunto con la mayor rapidez posible, así que si no le importa traerse a la chica con nosotros podemos salir de inmediato...

-Doctor... esta insinuando que nosotros no somos lo suficientemente capaces de llegar a su apartamento y recuperar esas piezas? Prefiere contratar a ese hombre?

Enfunda la otra pistola y se cruza de manos mirando a Zilard.

-Está menospreciando mi ayuda?

Se gira de nuevo hacia la muchacha, con una sonrisa aparentemente más amplia, pero siempre sin ostrar los dientes.

-¿Acaso eso le resulta incómodo?, es solo un trabajo y poco me importa quién me ayude... siempre y cuando lo pueda hacer bien-dijo tajante.

El científico entró de nuevo en la habitación y habló de nuevo, para todos los presentes.

-Si prefieren acompañarme todos, por mí maravilloso, me sentiré alagado de ser el centro de atenciones, pero lo que sí es seguro que no busco es a personas...-su mirada recorrió la sala, deteniéndose brevemente en aquellos cuya apariencia no inspiraban demasiada confianza a la hora de dejar su vida en sus manos-que retrasen la operación...

Dick no dijo nada, aunque tuvo ganas de responderle a la menuda chica de la pistola que no era lo mismo tener a una adolescente Cowboy con pistola que a un militar entrenado cubriéndote el culo. Sin duda, Victor de había dado cuenta y empezó a mover ficha.

-Doctor ¿podria agarrar a la chica? así tendré el dedo libre para disparar.

Le pidió al hombre, cogiendo a Irina con ambos brazos. Su hombro ya empezaba entumecerse, pese a que la chica era delgada, tener 50 o 60 kilos encima no era nada agradable.

Miró al tipo de reojo, con gesto de desagrado.

-¿Cargar con la mujer?-dijo despectivo-creí que ese era su trabajo, no el mío, ya le dije que si le suponía demasiado esfuerzo que pospusiera lo de la chica...

Zilard refrenó sus palabras un instante, con semblante pensativo. En primer lugar aquél era un tipo peligroso y no quería acabar como el hippie o peor. Además, si no trataba de ser un poco más... inflexible, no conseguiría resultados. Al menos no demasiado rápido.

-Puede... que tenga razón....

Se giró de nuevo hacia la muchacha asiática, con una amable sonrisa en el rostro.

-Tal vez sea necesario que venga más gente, teniendo en cueta que llevamos una pequeña carga...-dijo al grupo congregado, pero mirando fijamente a Ravenna-¿vendrán con nosotros o deben cumplir primero alguna otra tarea?

-Yo no pienso cargar con la chica si es por lo que piensa que voy a ir... ademas, me siento infravalorizada al haber contratado a ese hombre, teniendo en cuenta que es sido yo la que le ha salvado la vida y no él.

Le da el botiquín a Faye para que cure como buenamente puede al hacker.

-Iré, pero lo hago para asegurarme que después no se escapa con las piezas que faltan para su replicante e incumpla el trato. Y créame cuando le digo que esos enemigos que hay fuera no son su peor enemigo.

Sí, eso es una amenaza en toda regla, solo para confirmarle que si se la juega, ella irá tras él y acabará el trabajo de esos individuos.

Miró a la joven fijamente. Por un vrebe instante una expresión de desagrado surcó el rostro del científico antes de recobrar su apariencia tranquila.

-Muy bien...-se acercó al pistolero y le ofreció una mano para cargar con la chica. No parecía demasiado pesada aunque no tenía en mente aguantarla por mucho tiempo...

-Imagino que tendrá usted algún medio de transporte con el que sacarnos de este suburbio, ¿no?-inquirió algo preocupado. Si tenían que ir hasta su edificio desde allí a pie lo m´sas seguro es que tardasen demasiado o, peor aún, muriesen por el camino.

Coge el botiquin que le ha dado Ravenna y se acerca al de las rastas.

- Veamos que podemos hacer..

Observa su herida y se la intenta curar como puede, aunque ella no sabe de medicina y el chico tiene la bala incrustada. Intentará sacarsela desinfectando unas pinzas y dandole a él su chaqueta.

- Muerde.. que va a doler..

Baña la herida en alcohol e intenta hacerle la cura como buenamente puede..

Dick ofreció a la chica al hombre y luego sacó la pistola.

-Si, lo tengo, era mi plan de huida A. ¿A donde le llevo?

Su nuevo paquete era un tipo realmente singular. Dick lo escudriñó para saber con quién trataba.

La camarera introduce las pinzas "esteriles" en la herida para sacarle la bala... aunque como no sabe nada de medicina, mas bien lo que ha visto por la tele, le hace bastante daño antes de extraerla... ahora solo queda coser para cerrar la herida y vendar. Y que sea lo que dios quiera.... 

Se muerde el labio y mira preocupada al hombre, cuando le saca la bala, suelta las pinzas y le tiemblan las manos, se ha asustado.. no imaginaba que fuera a hacerle tanto daño.

- Ya.. ya queda poco..lo siento..lo siento.. - repite varias veces mientras intenta enhebrar la aguja para empezar a coserle.

Nuevamente baña la aguja en alcohol y comienza a coserle.

Respiro hondo mientras la chica observa mi herida, y alzo una ceja cuando me da su chaqueta y dice que la muerda porque va a doler, y joder si la creo....

-Mmmmmm....- Gimo de dolor cuando vierte alcohol sobre la herida.

-Don´t worry... About a thing... Cause every little thing... Gonna be all right....- Susurro, cantando un viejo tema, mientras frios sudores caen por mi frente a medida que las pinzas buscan en mi interiór el cacho de plomo....