Partida Rol por web

- Entonces... Si  lo  tenemos  todo  claro  y  estamos  listo... Será  mejor  que  nos  pongamos  en  marcha. Cuanto  más  tiempo  tardemos, más  opciones  hay  que  la  situación  se  complique. 

Miro a los presentes, me levanto del asiento y abro uno de los cofres, del que saco 30 monedas de oro y las coloco encima de la mesa. -Bien aqui esta el pago acordado, ahora si me disculpan, voy a hablar con este joven. Y partiré yo tambien

Hace tiempo mientras viajabas escuchaste historias o leyendas, a las cuales no hiciste ni caso dado que te quedaste dormido, pero antes de quedarte dormido en el entre-sueño, escuchaste que nombraban una mujer llamada Morrigan, la madre de los demonios, señora del tiempo del espacio, lastima que te quedaras dormido y no prestaras atención, podrias haber tenido buena información... o tambien es posible que no se trate de la misma Morrigan...quien sabe..

Mientras los demas tomaban sus monedas, Arryken rodeo el escritorio y se puso de tal manera que ninguno de los demas escuchara lo que tenia que decir a Brien.

-Mi señora, sere breve dadas las circunstancias: veo que usted se codea con el gran Dinah, el Angel Caido de Samael dijo sin rodeos mientras distraidamente metia las monedas de oro en su monedero mi señor, a quien no debo revelar, tambien es conocido de el. Y bajo sus ordenes, me encuentro aqui... O mejor dicho, bajo sus ordenes llegue aqui de casualidad. Persigo a un criminal muy peligroso, y las pistas que pude encontrar acerca de el me han traido aqui. Si vuelvo de la expedicion, me concederia una entrevista? Cualquier indicio que pueda haber notado me sera util.

Ake se queda pensando seriamente... parecía ensimismado sopesando el hacer el bien y arriesgar su vida tanto, al enfrentarse un demonio. Pero eso era lo que parecía... en realidad era algo duro para las matemáticas, y estaba intentando dividir el dinero equitativamente.

Miku escucha las palabras de la mujer y ve como deja el saquito de dinero, mira a la mujer y dice:

- Hey no eran 30 para cada uno? porque por 5 Monedas por cabeza es una miseria sobretodo si las cadenas estan rotas, me parece que quieres que hagamos esto practicamente gratis no?

Miku se sienta pesadamente en la mesa, 5 monedas era demasiado poco, si bien era cierto que solo tenian que andar hasta el lugar, pero tenia la sensacion de que ese dinero iba a ser poco, ademas quien sabe a lo mejor quejandose conseguia mas dinero y eso era algo que realmente necesitaba

Miro  un  segundo  a  la  mujer... ¿5  monedas  de  oro  le  parecen  poco? 

- Si  la  primera  parte  del  pago  le  parece  poco  señorita, estoy  seguro  que  otras  personas  del  pueblo  les  parecerá  una  buena  cantidad. De  manera  que  si  para  usted  el  esfuerzo  no  es  compensado  por  el  pago, la  invito  a  quedarse  en  la  taberna  disfrutando  de  su  sopa.

Mantengo  la  mirada  a  la  mujer  a  ver  si  la  aparta. 

- ¿Nos  vamos? 

Pregunto  al  resto  sin  apartar  la  mirada  de  Miku.

Miku sostiene la mirada de Sven mirandole fijamente, sus ojos dorados miran al gran hombre a los ojos directamente mientras esta toma algo de aire concentrandose un poco, iba a usar un truco que habia aprendido hace tiempo, cuando "la veian" a ella y su hermana y queria alejarlos, mira fijamente de nuevo a Sven y coloca las manos debajo de la mesa, es entonces cuando hace su "pequeño truco". Los ojos de esta parecen brillas, es como si fuese un ser oscuro, mas peligroso de lo que aparenta.

- Creo que no sabes a quien estas hablando hombre de las nieves

Aunque muy concentrado en sus "matemáticas" Ake percibe la discución y se apresura a pararse entre ambos, con aquella velocidad, propia de un guerrero ágil. Lastima que al llegar parece que se había movido mal y se tenía que sostener un costado. Para entre uno y el otro, les hace un gesto de calma a ambos y les dice - vamos chicos, no se exalten; por un lado le entendemos señor Sven... hay gente muriendo y... es su gente.- lo miro con sensibilidad a Miku; para luego voltear a ver a Sven - por otro lado, entienda que las capacidades de cada uno es increiblemente valiosa... estoy seguro que no encontrará en varios kilometros de viaje...- miro a ambos de nuevo - ésto solo es un malentendido - y muestro una amable sonrisa, esperando se calmen o al menos se unan contra mi...

Aterrorizado por lo que acaba de ver. Miku con unos ojos un tanto extraños y además un aura que asustaría al más fuerte. Hecho a correr fuera del edificio y, en la calle, intento relajarme por lo todo esto que ha pasado. Esperaré allí hasta que decidamos partir, pues no quiero ver a es mujer a menos de diez metros de mi por ahora.

Brien mira a la mujer que acaba de lanzar un hechizo de miedo y con furia en los ojos se levanta del asiento, mientras que su pelo empieza a llamear y los tatuajes se vuelven rojo incandescente.-Detén ese hechizo ahora mismo, o lo empezare a tomar como una afrenta hacia mi y mis invitados, y te aseguro que no quieres verme enfadada. 

Al  ver  los  sellos  mágicos, mi  cuerpo  se  mueve  instintivamente.

Rapidamente  echo  mi  mano  izquierda  al  extraño  bulto  de  mi espalda, sacando  de  debajo  de  la  capa  un  escudo, al  mismo  tiempo  que  mi  mano  derecha  se  va  a  la  espalda, hacia  la  empuñadura  de  mi  espalda. Con  un  movimiento  rápido  me  cubro  con  el  escudo  bloqueando  el  hechizo, mientras  que  al  segundo  siguiente  estiro  mi  brazo  derecho  y  coloco  la  punta  de  la  espada  a  unos  milímetros  de  la  frente  de  Miku.

- Creo  que  eres  tú  la  que  no  sabe  con  quien  habla  mujer  gato. - Me  mantengo  quieto  en  el  sitio. - Me  parece  muy  bien  que  tu  huida... - Hago  una  pequeña  pausa. - Digo  tu  viaje, te  haya  traído  hasta  aquí, supongo  que  para  evitar... Malas  compañías... - Vuelvo  a quedarme  en  silencio  unos segundos  para  dejarle  claro  que  sé  lo  que  es. - Pero  no  voy  a  tolerar  que  te  excedas  de  forma  innecesaria. 

Tras  decir  esto, de  un  movimiento  rápido, enfundo  la  espada  aunque  sigo  sujetando  el  escudo.

- Sé que  tus  capacidades  nos  serían  de  mucha  ayuda, aunque  gracias  a  esta  última  acción  tus  cinco  monedas  de  oro  han  bajado  a  dos. Aunque  te  invito  a  que  nos  acompañes  y  me demuestres  que  te  mereces  más  de  cinco. 

Arryken habia estado tranquilo durante el asalto de los minotauros, pero era realmente porque sabia lidiar contra ese tipo de bestias torpes. Sin embargo, le tenia un sano temor y respeto a la magia, en especial la mas sutil: crear bolas de fuego o pilares de luz destructiva era una cosa, pero ya joder con las emociones o pensamientos ajenos... Eso si le daba terror.

Entrecerro los ojos y se alejo un paso, nervioso. La adrenalina corria por su cuerpo, y estaba a punto de comenzar a materializar sus armas por si las moscas cuando Lady Brien se puso como una fiera. No sabia si lo frustraba mas el hecho en si o el momento, antes de que la mujer pudiera darle una respuesta a su peticion.

Ake había planeado como actuar (eso de entrar entre los dos) pero en realidad apenas intentó acercarse, sintió el aura terrible de Miku y se quedó paralizado donde estaba. No pudo moverse ni decir nada de lo que quería y mucho menos volver a pensar con claridad ni darse cuenta de que las cosas se estaba e iban a tornarse... problemáticas.

 Finalmente, a fuerza de estrujarse la cabeza (literalmente) Hakkon logó recordar donde había oido antes el nombre de Morrigan.

 - Ah, si, esa historia tan rara y soporifera sobre una madre de diablos, señora del espacio del tiempo y no se que otras chorradas. Na, seguro que no tiene nada que ver. Es imposible que sean la misma persona -

Apartó aquellos inutiles pensamientos de su mente y se centró en cosas más importantes, como en todas esas monedas de oro que Brien había dejado sobre la mesa. Aunque a la gente de ciudad le resultase poco al norne la paga le parecía buena, de hecho se apresuró a guardarse sus 5 monedas de oro en los bolsillos; en todo caso un trato era un trato y ellos ya habían aceptado aquel al acompañar a Brien, no tenían derecho a protestar ahora.

Estaba contemplando distraido la discusión entre Miku y Sven, mientras se hurgaba entre los dientes para sacarse los restos de comida, cuando sintió erizarse los pelos de su cuerpo en una premonición de peligro. Todos los músculos del norne se tensaron como resortes, y guiado únicamente por el instinto lanzó al aire un zarpazo que choco restalleante contra una fuerza invisible.

Incapaz de determinar el origen del ataque Hakkon miro desafiante a su alrededor, gruñendo y enseñando los colmillos, preparado para enfentarse a lo que fuera. Pero se fué relajando paulatinamente al ir penetrando en su cabeza la realidad de la situación y las palabras de sus "compañeros".

Miku se pone en pie, estira la mano y coge sus 5 monedas, a continuacion dice:

- Veo que no voy a ir con unos inutiles, me parece bastante bien entonces.

Mira a Sven y mientras habla muestra una sonrisa:

- Tu no decides mi parte, pero parece que puedes resistir bastante bien los efectos colaterales de mis habilidades, podre actuar a gusto si hay problemas mayores

Tras esto sin mediar palabra se dirige hacia el exterior dispuesta a seguir el camino mientras se relaja para que el efecto pase, a fin de cuentas su intencion solo era la de hacerla un solo instante para ademas de "imponerse" un poco a la reaccion de Sven probar en cierta forma a los demas 

- ¿Tienes  cera  en  los  oídos?

Pregunto  mientras  me  coloco  delante  de  Miku  impidiendo  que  salga.

- Soy  Sven  Ygnling, hijo  de  Kristrem  Ygnling, príncipe  de  Goldar. Mi  tía  es  Brien  Stegalkin, señora  de  esta  ciudad. De  manera  que  como  esas  monedas  de  oro  han  salido  de  las  arcas  de  la  ciudad, tengo  pleno  derecho  a  decidir  que  tienes  que  coger  menos  debido  al  comportamiento  que  acabo  de  ver. Es  cierto  que  en  el  norte  no  tenemos  una  educación  tan  refinada  como  en  otros  principados, aunque  tenemos  un  sentido  del  honor  superior  al  de  cualquier  otro  y, ahora  mismo, has  mancillado  la  hospitalidad  que  se  te  ha  proporcionado  atacando  a  los  presentes  con  artes  mágicas, de  manera  que  no  estás  en  situación  de  negociar. 

Me  mantengo  quiero  en el  sitio.

- Solo  lo  diré  una  vez  más. Coge  solo  dos  monedas. Si  eres  capaz  de  saldar  el  agravio  obtendrás  las  otras  tres. ¿Me  he  expresado  correctamente?

Antes del asesinato de Walder, Arryken nunca habia salido de Lucrecio. Sin embargo, tenia algunas nociones basicas de la geografia y culturas de Gaia, y hasta un niño era consciente de que la hospitalidad era un tema mas que serio en el norte. Incluso, en los lugares mas tradicionalistas, se la sostenia incluso por encima de las leyes. La chica zorro habia quebrantado aquella tradicion, y no sera raro que, cuanto menos, la desterraran del pueblo.

-Quizas deberia dejar las monedas, señorita dijo Arryken a Miku en tono conciliador, despues de la dentellada del enorme Hakkon. Esto se ponia cada vez mas peliagudo: Estaba en un lugar muy reducido, con dos hechiceras, un principe y un gigante violentado por el miedo. No estaba seguro de poder salir muy bien parado de esto si las cosas pasaban al siguiente nivel.

Miku suspira y deja caer una a una las 5 monedas en el suelo, mira al norteño y niega con la cabeza y suspira, entonces dice:

- Señor principe de Goldar ahi tiene sus 5 monedas de oro, espero que no se las quede usted y se las de a la gente de la aldea que pudo protegerse gracias a las artes magicas que tanto pareceis odiar, o tal vez a esa chica que ha perdido a su esposo en la taberna

Hace un movimiento de moverse a un lado para pasar y se va al exterior, mientras camina dice:

- No os preocupeis tengo curiosidad por saber como es ese teorico demonio y esa tal Morrigan