Partida Rol por web

-¡Vamos gamberro! ¡Te voy a enseñar lo que son modales!

Cogiendo a Quint por el brazo, se lo lleva hacia el interior. Alejándose de vuestra vista.

Menos mal que no se ha resistido, no se si hubiera sido capaz de enfrentarme a él. ¿No se supone que la clase burguesa es pacífica?

Con una cara entre firme, a la par que asustada, continúa su camino hacia la parte interior de La Dama.

Una voz se escucha desde lejos. Es Albert:

-¡FF! Acercate a ayudar a estos buenos caballeros, y señoritas.- es lo que escucha.

Cuando escucha esto, sale del interior de la sala central, en camino de la entrada. Entendiendo perfectamente lo que quiere Albert, le pregunta.

-¿Ha sido ese el que montado tanto revuelo? Bah, parece un jovenzuelo. Dale un escarmiento y mándalo de nuevo con los demás. Supongo que será un hijo problemático, al que su padre le ha "regalado" el vuelo. Aunque no es mi problema meterme en esos campos.

Discúlpeme caballero, si le he ofendido-dice mirando a Quint, sin disimular un cierto tono de sorna.

Los soldados están tan bien educados como el resto del sobrecargo todo ha sido cuidado para que los burgueses de la ciudad esten lo más cómodos que el dinero pueda comprar.

-¿Me permiten sus armas? Estarán en el camarote para cuando vayan, no se preocupen.

Y dándose la vuelta, acompaña a Albert, por si acaso al chavalito rubio se le ocurre volver a montar un espectáculo.

 Acarreado por la pareja de guardias, atraviesas la sala central. Un enorme salón decorado ten deliciosamente, que cualquier palacio podría envidiarle. Dos alfombras rojas recorren el pasillo existente entre las mesas y, mientras eres arrastrado, los grupos de personas ya sentados cuchichean chismes mientras, obviamente, te señalan con disimulo.

 Por el fondo del pasillo aparece con porte regio un hombre de mediana edad. Vestido con sus mejores galas, que parece despedirse de un pequeño grupo de personas del interior. Mirando descuidadamente hacia todos los puntos posibles, o eso es lo que parece, da la impresión de que intenta que no falte nada. Que todo esté perfecto. Al fin y al cabo, no se realiza el viaje inaugural del primer Zeppelin de todo Gaïa todos los días.

Con aire amable, y con una reverencia de cortesía se presenta:

-Muy buenos días, caballeros, y señorita. Mi nombre es Vincenct Bravil. Mi trabajo aquí es que no les falte de nada durante el vuelo. No se corten en pedir, nuestro experimentado servicio satisfará todos vuestros deseos. Por ahora vengo a llevaros a vuestra mesa, dónde tras un ligero refrigerio, la Dama despegará, y podreis acceder a vuestros camarotes.

Cuando la señorita pase, dice mirando a Xerine, os guiaré hacia la gran sala. Por cierto, pueden preguntarme lo que quieran sobre este barco. Para su deleite, me he informado sobre todo lo que pueden saber de este bello armatoste.- Dice mientras da unas palmaditas en la pared.

Aaron, tras la propuesta de Vincent Bravil, comienza a preguntar:

-¿Que velocidad alcanza la dama?

-¿A que altura llegaremos?

-¿Cuanto mide?

-¿A cuantas personas puede llevar en cada lado?

-¿Cuantas personas pueden trabajar aqui?

-¿Cuanto vale un billete? Es que el mio lo gané como premio, y tengo curiosidad de cuanto vale el viaje que voy a hacer.

-Las comidas y vevidas que tomemos a lo largo del viaje, ¿se pagan por separado o vienen incluidas en el tiquet?

Aaron es una persona tan curiosa que siempre le ha gustado saber como funcionan las cosas que desconoce.

¿Qué mas podria preguntar ahora que tengo oportunidad?

 -Entonces señor Bravil, creo que puede informarnos de lo que todo el mundo quiere saber. ¿Cómo fue posible, la Dama?. Es decir, ¿Que es lo que hace posible la existencia de una nave tan grande y tan innovadora?

 - Ehhh... yo...

Apenas había abierto la boca, cuando los dos hombres que iban de negro bombardearon al señor Bravil con preguntas. En fin, tendría que esperar otra ocasión. Sin mediar palabra, siguió al grupo en dirección a la mesa

Quint levantó la cabeza del suelo para escuchar las respuestas a las preguntas de los demás. Ya había hecho demasiado el ridículo y no quería abrir la boca por ahora.

Además, la pregunta que de verdad le inquietaba era muy simple: ¿De verdad esto va a volar como un pájaro y no caer como una piedra?

 Vincent sonríe ante la avalancha de pregunta y no puede evitar retroceder un paso. Ha sido como una descarga de flechas, de las que se tiene que proteger. Por suerte, su armadura es perfecta.

-Respondiendo a su pregunta.- dice mirando a Vincent- pues creo que es mucho más importante, aunque no menos interesante- mira a Aaron, guiñandole un ojo- que las que pregunta el joven, La Dama fue construida en Lucrecio, por orden del Príncipe de Gabriel, para demostrar a todo Gaïa quienes son los poderosos. Aunque creo que lo que están demostrando es quién tiene más poder adquisitivo.- Sospechando la procedencia de su público, evita ser demasiado... burgués- Se dice que hasta el propio Lucanor Giovanni estuvo encargado de su diseño y planificación, aunque supongo que es solo un rumor, simple publicidad. Todos sabemos que Lucrecio posee adelantos científicos que nosotros casi no podemos ni imaginar. Por eso han encargado "La Dama", lo que no puede pagar una buena investigación, lo paga el dinero.- Esperando haber complacido a su primera pregunta, se dispone a responder la multitud de preguntas lanzadas por el chico del pelo alborotado.-Respecto a tus preguntas, he de decirte que La Dama es capaz de alcanzar los 8 km en 23 minutos, Pensarás que no es rápido, pero considera que es sólo el primer modelo. 500 pies será la altura media del trayecto. Tiene 51 m de longitud, y eso, solo la cabina del pasaje. Tiene capacidad para 30 personas a cada lado del dirigible, y eso sin incluir la tripulación. Nos encontramos sumando guardias y personal de servicio entre 30 personas. El precio de un billete, te lo dejo en secreto. Si fuiste capaz de conseguir uno, mejor para tí. Espero que el juego no fuera nada fácil. Todo esta incluido en el billete. Disfrutad.

Las últimas preguntas las había respondido cada vez más rápido. Imitando la manera de preguntar el joven. Parece que quería que el viaje fuera ameno, y amoldaba su registro según las personas con las que estaba hablando. Realmente el hombre parecía desenvolverse.

 Xerine observó, inmutable, la escena que se había dado lugar en la puerta. A pesar de todo, al final no había ocurrido nada realmente interesante. Quizás el chico rubio no tenía lo que había que tener, o simplemente había recapacitado. Una cosa estaba clara: Para llevar una actitud así, había que poder llevarla. Y el comportamiento del joven se resumía en una sola palabra: Patético

Entonces, oyó una voz. El dolorido revisor se refería a ella con educación, preguntándole por su billete. Oyó como el mayordomo que estaba dentro comentaba algo, y luego la miraba. Parecía que la iban a sentar con desconocidos. Estuvo a punto de alegar, pero al final pensó que era mejor dejarlo correr. Los ánimos estaban algo caldeados, y, a decir verdad, tampoco le apetecía pasarse el viaje entero oyendo a Albuin y su esposa charlar sobre temas totalmente intrascendentes. Así que se giró, y se despidió del hombre y sus acompañantes, con una mera fórmula de despedida, sin mudar su expresión

Nos veremos durante el viaje

Concluyó, antes de entregar el billete al revisor. Luego se sujetó la abultada (e incómoda, para que negarlo) falda, antes de subir por la pasarela. Al llegar, se encuentra con los que al parecer serán sus acompañantes, hablando con un mayordomo. Dirige una mirada rápida a cada uno, sin fijarse demasiado en ellos: Podrían interpretarlo como una falta de educación. A decir verdad, ninguno parece dar el perfil respecto a lo que se refiere a los pasajeros de la Dama, todos burgueses gordos y bien vestidos, con sus esposas estiradas y maquilladas acompañándoles. Quizás la mesa de Xerine sea la más peculiar de toda la Dama. Aunque habrá que ver dentro

Sin decir palabra, hace un gesto de asentimiento, indicando que ya está lista para seguir al camarero

Ahora que las preguntas habían terminado, Faliar se acercó al señor Bravil

- Eh...disculpe, señor Bravil. Yo... también tengo una pregunta. Le parecerá... raro, pero no sé como conseguí mi billete. Me lo encontré al lado de mi mesilla al despertar, y... bueno... llevaba mi nombre... y me gustaría saber... quien me lo envió.

Xerine comienza a impacientarse, aunque no muda su expresión

Vaya pregunta más absurda. ¿Cómo va a saberlo el camarero? ¿Que se cree, que se sabe toda la vida de todos los pasajeros? Seguro que ni siquiera sabe tu nombre

Aprieta con fuerza el violín. La verdad es que tiene bastante prisa por llegar. Le gustaría poder tener tiempo de sobra para ensayar antes del concierto, y seguro que le cuesta encontrar un rato libre, debido principalmente a sus otras obligaciones...

 Los acompañantes de Xerine, al llegar hasta el revisor, son enviados fuera del Zeppelin. Al parecer ha habido una confusión y el billete de la mujer está comprado en el compartimento equivocado. Albuin y su esposa se encontrarán en el otro ala del dirigible. Los encargados no pueden hacer nada, los camarotes ya están revisados y acondicionados para cada pasajero. No pueden cambiarlos a falta de tan poco tiempo para despegar.

Vincent echa una ojeada a Faliar.

-Sinceramente, y ruego que me perdone si le molesta, caballero, no soy capaz de reconocerle, supongo que algún benefactor suyo le habrá concedido tal honor. ¿Sabe?, me ha formulado una pregunta a la que no soy capaz de encontrar respsuesta. Enhorabuena.

Observando cómo Xerine se incorpora al grupo:

-Ya estamos todos. Espero que disfruten del camino.

Mientras comenzais a caminar, Vincent os cuenta historias de como consiguieron los recios listones de roble que componen las paredes, o el gran trabajo que tuvieron los orfebres para incrustar esas finas pepitas de oro en los marcos de las puertas. Vamos... toda una pijería al servicio de los más adinerados.

Tras atravesar todos los compartimentos Albert suelta a Quint en su camarote. Cerrando la puerta tras de sí.

¿Qué has aprendido hoy joven granuja? Musita mientras clava su mirada en los ojos del chaval. No está del todo convencido en lo que está haciendo, pero sabe que es su obligación.

 Xerine muestra interés por todo lo que dice el camarero, aunque se abstiene de comentar nada. Tampoco se ríe cuando bromea, aunque evita hacerle un desaire, y mira hacia otro lado como si no lo hubiera oído. No es propio en ella tratar mal a la servidumbre. No después de todo lo vivido

  Tras doblar una esquina atravesáis un recio portón de roble, con intrincados grabados que da acceso al gran salón central. Es una gran estancia de unos 30 m de longitud, por 20 de anchura, decorada de un modo lujoso y llamativo, así como el resto del dirigible. varias estatuas de marmol de conocidos escultores adornan el lugar, junto a la carísima moqueta y una gran lámpara de araña en el techo. Hay tre filas de cómodos sillones, que dejan paso a dos amplios pasillos laterales. Tras pasar la puerta, veis que 2 soldados estan de guardia en esta. Y que en las dos puertas del fondo (una despues de cada pasillo) sólo hay custodiando un guardia. Vincent os acerca hasta una mesa situada en la parte izquierda del Zeppelin.

-Desde aqui podreis ver el despegue perfectamente. Os aseguro que es una imagen muy digna de ver. Por cierto, señorita, sentimos mucho el malentendido con los pasajes, intentaré arreglarlo para que durante el camino pueda volver a reunirse con ellos. Y ahora, si no les molesta, me retiro. Hay más personas que atender.

Sobre la mesa se encuentra un pequeño cóctel listo para ser comido. Varias botellas de un vino sublime esperan ser servidas por los comensales.

Faliar se rasca la cabeza, un poco aturdido.

- Disculpe... antes de que se vaya... ¿puede decirme de alguien que pueda saber lo de mi ticket?... No sé, alguien que llevase el asunto de los tickets... Un administrador, un interventor... no sé cual es la palabra adecuada...

 Y, a pesar de todo, es sólo fachada. Ya que el fingido interés que muestra por las explicaciones del pomposo y autocomplaciente criado, está realmente respaldado por su verdadera motivación, una motivación que le viene, no sólo por costumbre, si no por propia naturaleza desconfiada

Ese lugar podría servir para ocultarse en un asesinato. Ese recodo es perfecto para esperar a la víctima. Ese sitio permite un ángulo de visión lo suficientemente pequeño como para ocultar una de las manos sin parecer sospechosa. Ese chico tan guapo de los ojos grises lleva una baraja de cartas en el bolsillo. Esa máscara de la mujer me recuerda a algo que leí, quizás en algún libro de costumbres tribales ¿Brujería o Chamanismo? Mejor mantenerse alejada

Y así, fue repasando todo de forma disimulada. Ella era una asesina. Y el diablo se escondía en los detalles

- Preguntaré al capitán si tanto le preocupa señor, pero no creo que pueda obtener respuesta alguna. Cuando haya terminado de acomodar a todos los demás pasajeros gozará de toda mi atención. 

Mira un poco a ambos lados... y dice en un tono un poquito más suave.

-Espero no ofenderles... pero sois los viajeros más extraños que hay en la nave. Es un honor para mí, prestarles todos mis servicios una vez que el vuelo haya comenzado. Por ahora, degusten el pequeño obsequio preparado para recibirles.

Extraños compañeros de viaje...

Un desmemoriado, una hermosa dama y un misterioso sujeto.

Permanezco tranquilo y despido con un gesto al camarero cuando se retira.