Alice asintió. Lo había entendido a la perfección
Esas asesinas Comenzó a decir, en tono cauteloso Querían matarme debido a mis conocimientos. Debido a que sé algo que ellas no quieren que sepa
Se quedó en silencio, mirándole, esperando que él hablara. La pelota estaba en su campo
- Yo...quiero ayudarte. Necesito saber quién te persigue, para poder estar alerta. No quiero que te ocurra nada malo.
No creo que entiendas como funciona esto. No te conozco de nada, y no me fío de ti. Si tú tampoco te fías de mí, entonces tenemos que dar un paso al vacío, y tenemos que darlo a la vez
Frunció el ceño ligeramente
Ya te he dicho la razón, a grandes rasgos. Los detalles vendrán después. Pero ahora te toca a ti: ¿De qué nos conocemos?
- No te preocupes, te he entendido perfectamente: soy yo quien ha empezado este juego. Sólo te estaba... expresando, mi preocupación. No esperaba encontrarte aquí.
Conrad se la quedó mirando, parecía absorto contemplando a la joven. En sus ojos, el brillo de la nostalgia.
Si la mirada de Conrad incomodaba a Alice, está no dio ninguna señal de que así fuera
¿Y bien? Estoy esp...
Sírvete ;)
Aún así, si alguna vez quieres interrumpir a alguien solo tienes que ponerlo en tu post, y que el otro edite el anterior
- Te pareces tanto a ella
El cartógrafo interrumpió la insistente frase de la impaciente Alice.
Eso no es una respuesta Dijo, confirmando lo obvio
Pero él no había terminado, y seguía abstraído en sus recuerdos.
- ...no me extraña que Faliar te confundiera con ella cuando despertó. Eres la viva imagen de Rose.
Sonidos extraños comenzaron a acosarles. Pasos, era seguro.
Alguien se acercaba, alguien que no había sido invitado a la conversación.
Conrad salió de inmediato de su melancolía, girándose hacia el origen de los pasos.
-¿Chicos?
Catherine apareció entre la maleza. Una sonrisa se dibujó en su boca, al parecer había estado buscándolos.
-Os estaba buscando, mira que os escondéis, pillines. Ya hemos logrado enceder fuego, Fa ha encontrado un arbol caído no muy lejos, en la otra dirección. Creo que tendremos leña para toda la noche, y quizá hasta podamos guardar algo.
Sé que dicen que no hay que hacer leña con el arbol caído... pero..
Soltó una carcajada.
Cath tiene el don de la oportunidad, a que sí Kyra? xD
Alice se guardó las dagas antes de que Cath apareciera en escena. Calzándose su máscara de porcelana, la dedicó una sonrisa algo fría y asintió
Yo también he encontrado algunos leños Señaló a sus pies Aunque supongo que no nos harán falta. Igualmente, no creo que a un hombre tan fuerte y capaz como Conrad le moleste llevarlos, por si acaso el tronco arde muy rápido y necesitamos más madera
Sonrió en dirección al noble, y luego se acercó a la hechicera. Cuando llegó a su altura la cogió de un brazo, como si fueran amigas de toda la vida
¿Volvemos?
Tira para engatillar a esa zorra. En el cuello
Necesitaba tiempo para encajar ese golpe. Eso no se lo había esperado, desde luego. Conrad conocía a su madre, eso era obvio. Vale, hasta ahí bien. Era una revelación, pero algo que podía aceptar sin problemas. Al fin y al cabo, Rose no había pasado toda su vida metida en una caja: Habría asistido a fiestas, habría conocido a gente... Puede que se encontrara con un joven Conrad tiempo atrás, en vete a saber tú que circunstancias. No, lo que la alteraba no era eso... Lo que realmente la había dejado de piedra era el hecho de que, si Conrad solo había conocido a su madre...
¿Cómo es que a ella le sonaba su cara?
No, claro que no. Los recuerdos no se trasmiten de padres a hijos, eso era algo que hasta el más necio sabía. Entonces solo quedaba la opción de que se hubieran encontrado en persona, hace unos año. ¿Pero dónde? ¿Cuándo? El pomposo idiota se burlaba de ella. No le había dicho nada, excepto que conoció a su madre. Y ella había revelado un pedazo del pastel. Diablos, si no fuera porque sabía que a la larga no le convenía, le amordazaría por la noche y le llevaría a un claro apartado para sacarle las respuestas a punta de daga
Rose. De repente, todo parecía girar en torno a ella. Rose, Rose, Rose...
¿Qué diablos me ocultas, madre?
Conrad alzó las cejas, sorprendido ante la rapidez con la que Alice había vuelto a esconder sus armas y recomponer su disfraz de señorita inocente. Se quedó mirando cómo se iban las dos, de la mano. Después, miró al suelo, a los leños que ahora quedaban donde ella los había dejado caer. Con un suspiro, los recogió, y siguió a las dos hacia el campamento.
Uno más interpensativo, y por mí, fundido en negro. ;)
Había estado a punto de decírselo. El cartógrafo tenía el corazón encogido, y temblando, en sollozos, que no dejaba que se reflejaran más allá de su alma. Nada en su actitud revelaba su dolor. Pero debía hacerlo. Por Niobe. Faliar era la mejor opción. Había estado tan cerca...
Intuía que aquella conversación no había terminado, sino que sólo quedaba en un intermedio. Xerine volvería para saber más, si el nombre de Rose significaba para ella la mitad de lo que significaba para Pierre.
Y ya. Yo lo dejo aquí, a menos que Kyra reincida con el día siguiente, o algo. Me voy a dormir, que toy muy cansadito.
Madrugada. El cielo nublado apenas dejaba que los pálidos rayos de luna se filtraran entre el manto de melancolía y temor que parecía flotar por toda la región. Como si de un presagio agorero se tratara, el mismo aire que inundaba la región parecía cargado de sentimientos negativos, un breve preludio a lo que les esperaba más allá de los bosques y las colinas, una vez su viaje concluyera. Moth les esperaba con los brazos abiertos y los ojos empañados de recuerdos oscuros
Esos y otros pensamientos vagaban por la mente de Conrad mientras hacía su guardia, apostado a un lado del carromato, mientras su vista vagaba por el campamento y los alrededores a la búsqueda de un enemigo que no aparecía nunca. Esos y otros pensamientos fueron cortados súbitamente cuando, a su espalda, el frío tacto de un filo metálico le hizo dar un respingo
No me importa que jueguen conmigo La voz susurraba a su oído, haciendo que el vello de su nuca se erizara de forma involuntaria Siempre y cuando me dejen jugar a mí también
¿Cuándo se había despertado? Había mirado a su posición hacía unos pocos minutos, y habría jurado que la había visto durmiendo. No había hecho ningún ruido. ¿Era una sombra nocturna lo que le estaba amenazando o era la chica que esa misma tarde se había perdido entre la espesura con Catherine? Las dos caras de la moneda. Xerine, la chica de los mil nombres
La daga dejó de apretar su espalda y, si Conrad se hubiera girado en ese momento, no la habría visto por ningún sitio. Alice se encontraba a sus espaldas, apenas dos felinos puntos verdes en la oscuridad
Conrad, tras el disparo de adrenalina que le había dado el instinto de conservación, al notar el arma en su espalda, pereció calmarse un tanto cuando el tacto de ésta dejó de presionar a su espalda. Aun así, la curvatura de sus hombros con el cuello indicaban que seguía algo tenso, pero no se dio la vuelta. Se quedó ahí, de espaldas, simplemente girando un poco la cabeza, como había hecho en su primera conversación. Lo justo para que supiera que no hablaba solo, sino con ella.
- Nadie te impide jugar -también susurró él. No quería despertar a nadie- sólo que antes...no he podido terminar de hablar.
Termina ahora. ¿Qué relación tienes con mi madre?
Su voz era solo un susurro, al igual que la de Conrad. Aún así, estaban lo suficientemente apartados de los demás como para no despertarles
Pierre esperaba pasar esa noche tranquilo, había creído que ella esperaría más para volver a preguntarle, que tendría más tiempo. Pero Xerine quería respuestas ahora, y tendría que poner en marcha su idea. De nuevo, su alma se encogía de dolor ante el paso que estaba a punto de dar.
El cartógrafo suspiró, y pareció como si se desinflara. Se giró más, quedando de perfil para Alice, y apoyó la espalda en el carro. Su rostro reflejaba.....¿tristeza?
- Yo...conocí a Rose...hace muchos años.