Partida Rol por web

Seisil bajó un poco la mirada ante la respuesta de Sir Roderick. Sabía perfectamente que no había sido totalmente honesto al responder a las preguntas pero tenía la sensación de haber hecho lo correcto. Su tono empezó suave pero se hacía más firme según la convicción de sus palabras elevaban su ánimo.

- No es mi intención contradeciros pero humildemente creo conocer bien a Sir Tudfwich. Puede que hayáis oído otras cosas sobre él y no seré yo quien diga que son calumnias, pero lo que he dicho es completamente cierto y además es mi Señor. Fue él quien puso su espada en mi cabeza, - omitió el detalle del penoso estado en el que lo hizo - quién me concedió el rango de caballero y gracias a él, voy a participar en este torneo para defender las artes de la caballería en el nombre de Dios. No, no soy un malagradecido que muerde la mano que le dio de comer y, si bien todos somos hijos de dios y sujetos a las debilidades de la carne y las tentaciones del maligno, no seré yo quien tire la primera piedra.

Respiro profundo tras el alegato y se quedó esperando la aprobación o la ira del señor del castillo de Vagon.

Al parecer tus palabras no han incendiado los animos de tu anfitrión, pero  te despacha con frialdad.

-En fin, que os plazca el torneo.

y con un gesto altivo, te indica el camino a seguir.

Tus palabras hicieron que el señor no se tomase a mal tu falta de sinceridad. Pero tu sabes que no fuiste honrado ni sincero al sustraerle parte de la información a tu anfitrión.

Ademas tampoco te cae tan bien tu señor como para andar por ahi mintiendo o diciendo medias verdades sobre él.

Como consecuencia de todo ello, haz una marca en falso.( y ya se resolverá en la fase de invierno)

Sir Elisedd se quedó desconcertado por las palabras del conde. Tanto, que se atrevió a replicar.

- Cierto es que nuestros caminos han transcurridos por derroteros diferentes en estos últimos tiempos, mas mi lealtad está con el ¿Cuánto más debería conocerlo para decir otra cosa?-contesta Sir Elisedd-¿Hay acaso, algo que me quisieirais decir sobre él?

-No es aqueste lugar ni momento para fablar de otros señores.

-Podeis de pasar  al banquete.

Al parecer tus palabras no han incendiado los animos de tu anfitrión, pero  te despacha con frialdad.

y con un gesto altivo, te indica el camino a seguir.

Entrando al banquete.

Tras el protocolario acto de saludo y presentación,( en el que os ha ido regular) dará  lugar un banquete amenizado por generosidad de bebidas y algo de música, que no siempre se aprecia con nitidez y calidad debido al ajetreo y ruido que se produce entre los comensales.  Mañana comienza el torneo y aun se espera que lleguen algunos caballeros más.

En la sala hay dispuestas alrededor de 12 grandes mesas de diferente tamaño en la que se sentaran los invitados, esto es, caballeros, señores, señoras y  damas. Algunos pajes, escuderos y damas de compañía de señoras principales también se dan cita unas cerca de sus señoras y pendientes de sus deseos, otros en el ultimo lugar de la sala, pero sin el deber de preocuparse también en la cena, de los caprichos de sus señores.

Aun se observan muchos huecos, también en las mesas principales, puesto que aun no han llegado todos los participantes del torneo.

Los pj ocupan la segunda peor mesa del banquete. La peor queda reservada a los escuderos y pajes de personalidades relevantes, pero no dejan de se pajes y escuderos.

 Por tanto dentro de los caballeros estais en la peor mesa. Os rodean caballeros de poca fama y recién nombrados, y algunos caballeros pobres que no desaprovechan la ocasión para mejorar su suerte y sus ingresos. El vino y la comida será igual  que la de las mesas principales, lo único que están mas alejados del anfitrión y de los músicos, no siendo esto mala cosa del todo. ¿ o si?

Seisil respira hondo mirando la amplia sala que acoge el bullicio propio de estas ocasiones. Se encuentra un poco nervioso. No es la primera vez que asiste a un banquete pero no recuerda ninguno con tantos comensales. Y por supuesto es el primero en el que asiste con el rango de caballero y eso es una novedad y una responsabilidad.

Asume con humildad su lugar en el festejo ya que es consciente de que un caballero recién nombrado y bastante desconocido no puede esperar mucho más en la casa de un Señor que tampoco conocía personalmente hasta hoy.

Antes de sentarse se da una vuelta por la sala y aprovecha para saludar al párroco que conoció esta tarde si es que lo ve y, por supuesto, si considera que no interrumpe una conversación importante.

El párroco aun no está se ve que no ha llegado, pero llegará.

Solo tratasteis con los pajes y escuderos de Cornualles y en esa reunión fijo que hay caballeros, y algun que otro, pocos, escuderos y pajes. No es seguro que esten.

El banquete es sobrio en cuanto al número de platos pero generoso en el  tamaño de las raciones y en la abundancia de las bebidas. Realmente es más una recepción que un banquete, aunque las diferencias son demasiado sutiles.

El primer plato es un cochinillo de tamaño medio, relleno de pulpa de  ciruela, manzana y pera, acompañada de finas hierbas y nueces.

En el intermedio unos acróbatas lanzaran sus palos y dagas  al techo y se los pasaran entre ellos.

El segundo plato es un pato sobre una pulpa de cereza,  fresa y miel especiada con albahaca y tomillo.

En el entreplato unos juglares alabaran con sus canciones las virtudes del rey Uther, y justificaran sus pretensiones para alcanzar el título de Alto rey.

Tercer plato: pastelitos de tocino y leche en un lecho de pulpa de futas y azúcar.

Violas y arpas entonan la sala a modo de final de banquete.

En cuanto a bebida se ofrece hidromiel y cerveza sin límite, cosa que algunos, sin duda, están aprovechando.

Sir Elisedd se sentó en un asiento libre respetando la etiqueta. Ni demasiado cerca del conde como para que pudiese resultar ofensivo ni demasiado lejos como para que su presencia se pudiese despreciar. Con un gesto cortés saludó a los comensales que se situaban a sus lados y al frente, con quienes le gustase o no, debía compartir la mesa. Con ellos conversó acerca de detalles triviales: el torneo, heráldica, que si aquel era demasiado joven o aquel demasiado mayor, como para participar,...

Dio cuenta de cada uno de los platos, dejando la cantidad necesaria en el plato como para demostrar templanza pero no demasiado como para parecer descortés. Asímismo, bebió con moderación, pues no quería que la pérdida de autocontrol que proporcionaba el alcohol, provocasen que hiciese ninguna tontería.

También aplaudió a algunos de los acróbatas que actuaron como entretenimiento. E incluso les echó alguna moneda.

Elisedd no se  ubicó  en la zona acorde a su rango, prefiriendo asentar sus caballerescas posaderas en una mesa demasiado próxima a las mesa presidencial, y por tanto en una bancada reservada a caballeros  importantes.

No tardó en ser afeado por su actitud y recolocado en su mesa. De camino,tuvo que aguantar alguna mofa burlona de caballeros y damas, mientras otros más condescendientes con su impetu y edad, se limitaron a mover la cabeza en señal de desaprovación.

Por lo demas esta disfrutando de la comida y de la bebida, tal vez en exceso.

- No seias timido joven caballero, sentarse  en aquesta parte tiene más virtudes que males. Se puede usar et abusar de los bebedizos con placided y escondimiento, por estar lejos de la zona principal,  et ademas los modales quedan sueltos y no atados.

Tras haber hablado con Elisedd, retoma la charla con el resto de los acompañantes de la mesa.

Y agora,  no estoy seguro jovenes caballeros,  de haberos dado aun lo vuestro. 

Y dicho lo cual os obsequia con un sentido  y caballeresco erupto, brotado desde lo más intimo de su ser. 

La mesa aplaude la ocurrencia y el meritorio erupto. Sin duda,  sir Elisedd, dado su proximidad, se ha llevado la mayor y ¿ mejor? parte.

Al final entablasteis amistad, cosa no rara, en la 2º zona menos favorecida del convite.

-No es que el mucho beber sea de mi interés-dijo Sir Elisedd, aún contrariado por el suceso cuando su vecino de asiento le comentó las ventajas de sentarse allí-Nubla los sentidos y la razón y no es mi agrado ninguna de las dos cosas. Me temo que en el norte las cosas se hacen de forma diferente. Eso es todo.

Llegado el eructo de su compañero, que olía sobre todo a alcohol, aguantó la vaharada estoicamente, mas no aplaudió ni rió el gesto sino que, a pesar de su desagrado, fingió indiferencia.

Durante la cena el caballero permaneció callado, taciturno. Pensando en sus  cosas. Apenas comió y menos bebió. Lo cierto es que aquel lugar se le estaba atravesando y empezaba a pensar más en el momento de abandonarlo, que en cualquier otra cosa. Ni siquiera el torneo le motivaba ya.

Levantose incluso antes de que la cena hubiese terminado, sin preocupar que a alguien le molestase el desplante. Total, después del anterior, nadie lo iba a notar y si lo notare, tampoco se extrañaría demasiado.

Sir Seisil aprovechó la comida para interesarse por los compañeros de mesa. Sabía que no serían los caballeros más importantes pero bien decía Dios que no entraría un rico en el Reino de los Cielos y estás personas podían ser tan dignos y honorables como cualquier Señor.

Si bien eso podía ser cierto, también era verdad que no hacían gala precisamente de exquisitos modales. Seisil se comportó con corrección pero sin hacer ser excesivamente protocolario. Sabía cuándo había que comportarse con la más rigurosa educación y cuando había que relajarse más, y esta ocasión era de estas últimas por un exceso de celo solo despertaría las burlas de los compañeros de mesa.

Cuando Sir Elisedd se levantó y se marchó sin despedirse miró apesadumbrado sin decirle nada ya que no entendía muy bien el motivo de que abandonara la mesa.

¿ prefieres pirarte a tu tienda ya, o deseas volver?

Si el torneo no te motiva ya ¿ quieres irte del torneo?

En el entreplato, cuando  unos juglares alababan con sus canciones las virtudes del rey Uther, y justificaron sus pretensiones para alcanzar el título de Alto rey, caballeros de Cornualles mostraron una indignación más que evidente. Ni rastro de los escuderos cabrones.

Ademas  más de la mitad de los caballeros de la sala aplauden por compromiso y nada complacidos, pues parecen ser de fuera de Logres y no se  reconocen como vasallos de Uther Pendragon. Las reglas de hospedaje y cortesía obligan a eso.

En tu mesa hay caballeros poco conocidos, alguna dama de segundo nivel y caballeros pobres.

En el resto de la sala, hay mesas y en ellas parecen estar sentados los caballeros por nacionalidades. Hay una mesa de occitanos, otra de cornicos, de romanos, de irlandeses, de franceses y de Britania .

Ademas hay una solo de damas, y otra  de pajes escuderos y damas de bajo nivel, y por supuesto las principales, ocupadas por los señores importantes.

Y si, si que ha llegado ya tu amigo el pater.

Ademas de interrelacionarte con esa gente, puedes intentar sonsacar ( o que te los saquen a ti), rumores.