Partida Rol por web

 Se escucha una voz aguda de entre los caballeros parece se sir Paibol con ganas de desafiar.

“Sir Paibol de la muy magna ciudad de Exeter reta al sir Sésil por ruin et cobarde, et por maltratar a indefensos escuderos non suyos, por de  tratar a la sangre noble con más desprecio que si fuere la más vil de la sangre plebeyaca et por sucio descortés et  poco caballeroso”.

“Retobe a muerte,  hasta la su rendición o la mi rendición a cambio de la su espada et escudo, armadura  et el su caballo de monta para el mi escudero  afrentado.

Et yo haré lo mesmo con Sir Gwilherm, por bellaco et tambien ruin.

Sir Irabasl  Fiel caballero de la grande Cornualles, desafia a otro vil caballero: Sir Gwilherm dice llamarse, en las mismas condiciones que el mi amigo Sir Paibol. Esto es, Retole a muerte,  hasta la su rendición o la mi rendición a cambio de la su espada et escudo, armadura  et el su caballo de monta.

Hay dos desafios pendientes. Podeis echar una oratoria para ganaros con el discruso el favor del publico y de los caballeros, sobretodo sir Sesil porque sir Paibol lo tiene a su favor.

Sir Elisedd no tiene aun rival, asi que puede elegir las condiciones y retar a quien le plazca, si es que le place hacerlo.

Queda pendiente si  sir Elisedd  decide retar a alguien y en que condiciones. Puede ser por amor, a primera sangre, con armas embotadas, por amor a la lucha, por un rescate….  No tiene que se tan cruel y radical como loa otros desafíos.

Lo que quiera si es que quiere.

-¡Acepto el vostro desafio! -respondí a voz viva al de Cornualles. -¡mas aqueste reto será para gloria et disfrute de aquestas gentes et en especial de sir Roderick! -dije aludiendo al público y al anfitrión del torneo. -¡non será por yo bellaco et ruin como vos decides! ¡será por vil et mal perdedor que vos sodes! -dije con sutil sorna. -¡decida pues el Altísimo si fabréis de ser vos; rencoroso et mal encarado cavallero, quien fabrá de conservar la espada, la montura, et también la vida!.

Aquel caballero, si es que así podía llamarsele, había demostrado durante los días anteriores su poca destreza y peor cortesía. Esperaba que su indigno comportamiento y su procedencia extranjera me ayudara a ganar, junto a la réplica que le hube de dedicar, el favor de la gente que allí espectante se reunía^[1].  Estaba a poner fin de una vez por todas a las continuas afrentas de aquel despreciable caballero. Me dirigí sereno y decidido al terreno de batalla a fin de zanjar, para bien o para mal, aquel asunto...

No teniendo Sir Elisedd ninguna afrenta pendiente con ninguno de los concurrentes, ni causa por la que iniciar lid, dedicose a disfrutar de los combates como espectador. Aunque si viere dama que lo mereciere, no dudaría en retar a quien fuere menester por ganar su favor. Mas ninguna de las damas que había visto hasta el momento habría inspirado tal acción.

Estaba próximo a empezar el combate de Sir Gwilherm cuando el caballero se acercó por expresarle sus buenos deseos.

-Luchasteis con bravura et honor en el día de ayer. Que los dioses, nuevos et viejos, os acompañen hoy en vuestras lides.

-Gratitud sir Elisedd. -respondí al caballero. -Vos tambien luchades con bravura et tambien honor. Si salgo vivo de aqueste lance plasceríame compartir uno buen vyno con vos. -hice aquella invitación a modo de despedida.

Seisil había pasado el tiempo hasta el comienzo de la siguiente etapa del torneo en recogimiento. Sabía que había faltado al buen Dios por no haberle dedicado el suficiente tiempo durante este evento y se culpaba por la mala fortuna que había tenido en el presente día. Las relaciones sociales y los deberes de caballero eran importantes, pero no había que olvidar las obligaciones con el Padre que juzgaría las almas cuando llegase el día.

Apartado en un pequeño bosque junto a un arroyo, los bramidos de la batalla que se celebrara parecían lejanos en ese lugar y cobraban protagonismo el rumor de las aguas descendiendo veloces y por los cantos de las avecillas que trinaban entre las ramas. Este ambiente, y la penitencia mental a la que se sometía, tranquilizaron el alma de Seisil y cuando su escudero vino a llamarlo para el comienzo de los desafíos se encontraba mucho más centrado y presto para la lucha.

Al llegar no le sorprendió el reto del de Éxeter. Había meditado sobre si él mismo debía retar a Sir Paibol por la afrenta de la anterior mañana en la tienda, pero había llegado a la conclusión de que la victoria en la justa era suficiente revancha. Pero el destino quería que el orgulloso caballero de Cornualles quisiera de nuevo enfrentarse a él, y el aceptó, sin alegría ni pena, el desafío.

Tras oír las mentiras e insultos de Sir Paibol, Seisil se sintió ofendido pero le pidió al Señor calma y mesura para tratar a este caballero de mala fe. Agarró el relicario con el cabello de San Blas y se conjuró al altísimo para que le diera la inspiración necesario para responder a las calumnias.

- Tengo que aceptar este desafío pues un buen caballero no puede dejar que las afrentas y calumnias de los impíos manchen el buen nombre de la caballería. En ningún caso insulté yo a vuestros escuderos, pero sí que intervine para que dejasen de hacer tropelías a los ciudadanos de esta villa que con tanto cariño nos ha acogido.

- Es evidente de donde viene esta falta de honor y modales, si tienen como modelo a un caballero que miente e insulta con tanta facilidad como vos. Y si en vez de corregir vos esta conducta poco decorosa, como es la responsabilidad de cada caballero velar por el buen hacer de sus escuderos, la alentáis, me batiré en duelo gustoso para que el buen Dios, que a todos nos mira desde el Cielo y purgará nuestras almas el día del Juicio, decida quien lleva la razón en esta disputa. 

Sir Seisil no acertó  a usar las palabras adecuadas para intentar poner al publico de su lado. Afortunadamente el público no lucharia.

Sir Gwilherm:

1]¿No hay un bonus por buena réplica y malos modales del otro que además es extranjero? ;). De no haberlo la cosa parece quedar en empate...

Y una duda: Al ser el combate a muerte, ¿se puede hacer uso de todas las tácticas y maniobras de combate?.

No hice la tirada de sir irabasl de oratoria. Una vez hecha, le ganaste la tirada enfrentada, y la gente esta a tu favor.+ 10 de gloria.

Puedes usar todas las tecnicas que quieras. Por los insultos puedes  usar honor como pasión e inspirarte. Si tu lo haces él tambien lo hará. Echale una ojeada a las reglas de pasiones e inspiraciones, porque puede ser bueno o malo.

Sir bradwen se aceca a donde vos, al saber que lucharas contra un cornico.

Aquestos perros de Cornualles, tienden a la  defensa baja y osan atracar levantando la espada por encima de la cabeza, tened en cuenta estas precauciones. Vigilad también su escudo pues lo usan con frecuencia para atacar y taparos la visión a vos y no solo para defenderse.

Mi escudo, reclinado contra un barril de madera, reclamaba en aquel momento toda mi atención. Miraba con la mente en otro lugar aquel yerro adornado por una blanca cruz sobre negro veste. Numerosos arañazos y abolladuras surcaban el metal que, en lugar de restar belleza a aquel instrumento de guerra, engrandecían las líneas y colores del blasón familiar que con honor y orgullo lucía en él inscrito. Tal afrenta, la acometida por el de Cornualles contra mi honor y dignidad, iba a ser pronto satisfecha a golpe de espada y choque de escudo. Por mi honor y el de mi familia aquello no iba a quedar así...

Y ya así, con el yelmo recién calzado apunto de ligar sus ataduras se presentó un caballero castellano de Silchester.

-Vos agradezco el consejo, sir Bradwen. -me limité a decir. Pues ya podía defenderse sir Irabasl por lo alto, por lo bajo, o por donde le viniera en gana, que presto y acertado tenía que estar para librarse de las acometidas que le iba a dedicar.

Allí, preparándose también, se encontraba sir Seisil. Había mostrado digna destreza en los días anteriores, así como rectitud, caballerosidad y buen hacer en la réplica dada al caballero de nombre sir Paibol. Tales palabras hicieron que ganara mi aprecio y buenos deseos en su lid. -Tened buen combate, sir Seilsil. Más sabed que Dios fabrá de guiar la vostra espada pues siempre se halla Aqueste junto a los dignos et xustos.

Enlacé las ligas que fijaban el yelmo y, tras los pertinentes ajustes al resto de la armadura, insté al escudero a que me preparara las armas. Listo y dispuesto me encontraba para finiquitar aquel lance...

Ambos caballeros recurren al honor como inspiración, ambos la consiguen y ambos disfrutan de eso.

sir irabasl esta ansioso por la lucha y se golpea el pecho con la espada.

Desde dentro del circulo y rodeado por caballeros en un lado y publico en todos  los lados, bajo la atenta mirada de nobles y damas desde las gradas, sir irabasl ansia respuesta a las condiciones por él impuestas.

( a muerte, espada, armadura escudo y caballo de monta)

Sir paibol se siente deshonrado por el mal trato padecido a sus escuderos, pero en sus carnes. Tambien se seinte deshonrado por haber perdido en la justa contra tí. Si hay motivo.

Ambos estais desalentados. El que pierde estara a su vez seriamente melancolico, y el que gane un poco melancolico, pero necesitará la ayuda de otro compi que le haga recuperarse.

Sir Paibiol esta esperando a ver si te decides a aceptarle el reto y todas sus condiciones?

Se ha desequilibrado al golpear, si le ganas el ataque enfrentado se cae al suelo, y si lo pierdes y fallas la destreza te caes tu.

Sir Elisedd observaba con interés las diferentes contiendas, en especial la de ser Gwilherm, quien se había ganado su respeto en la gran batalla. Por su parte, no conocía a nadie allí ni había tenido ninguna afrenta, ni parecía que la fuese a tener y tampoco era de guerrear sin motivo así que aquel prometía ser un día tranquilo...y aburrido.

¿Piensas hacer algo mientras tus compis luchan?

¿ estaras dentro de un rato en la cena final del torneo o pasaras como el primer dia?

Seisl nos sentía motivación alguna por luchar contra Sir Paibol. Había sido insultado pero ya había tenido su revancha viendo caer al de Cornualles del caballo. En cualquier caso sabía que debía luchar, quizás a muerte, con este estúpido y presuntuoso caballero. El rival atacó con ímpetu y Seisil no se defendió como pudo principalmente con el escudo pero sin lograr vislumbrar un hueco en la guardia del contendiente para poder contraatacar de forma efectiva.