Partida Rol por web

La visión de las mujeres, que debería haber excitado a Sir Cadwallon, en realidad le molesta, ¿cree el rey (o el que haya organizado esto) que unas mozas le van a compensar los esfuerzos? La mano de la hija del castellano le compensaría un año de trabajo... - Lo siento, señoras, pero solo tengo ojos para las damas por cuya causa hemos luchado hoy contra los caballeros de Salisbury. Mal haríamos en luchar por el día por ellas y engañarlas con otras por la noche. - Hizo una reverencia y se retiró. A ver si, con un poco de suerte, la noticia de su galantería se extendía por Sarum...

¡Cual fue  mi sorpresa al encontrarme a tan bellas damas en mi lecho! Sonreí y miro como mis dos compañeros desoían la llamada de la naturaleza.

- Sois jóvenes aún. Venir con nosotros y los tres disfrutaremos con ellas de nuestra gran hazaña. 

Dije mientras señalaba con las manos a las mujeres. Viendo que mis compañeros no hacían caso, decidí pegarme yo el banquete con aquellas damas. Me desnudé y me dejé arrastrar por la pasión, el deseo y la lujuria. Para olvidar los golpes del combate.

Resumen de gloria hasta el momento:

• Sir Flaín de Figsbury 22 del combate + 5 del NO fornicio marcas en espada y casto= total 27
• Sir Cadwallon de Catterick 39 del combate + del NO fornicio marcas en espada y casto = total 48 
• Sir Loren  combate 21 + y nada mas por fallon.

Comienza un nuevo dia  post coyunta, o sin coyunta, pues de todo hubo en la habitación de la posada, en  la noche recién acabada, los caballeros aceptan levantarse con el amanecer. Despacha sir Loren  con arrumacos a las damas que aun estaban recostadas, y ya solos, se visten y adecentan, pues pese a la noche de alboroto, son caballeros y cosa bien es, ejercer de ello.

Al abrir la puerta ven con sorpresa que un caballero se halla recostado en el suelo. Sus ropas señoriales no son capaces de esconder las vendas que hay debajo de ellas. Al mirarlo no tardáis en reconocerlo, sobretodo sir Cadwallon. Efectivamente, no es otro que el derrotado caballero sir Jaradam.

Sir jaradam se incorpora desde su posición tumbada, y en pie, sobrio cortante pero educado.

Caballeros, quisiere hablar en soledad con sir Cadwallon.

Tras hacerse a un lado esto se dicen.

El resto de jugadores quedais a la espera de que la conversación se cierre.

Quisiera felicitaros por la estocada que ficisteis ayer, aun cuando esa estocada fue a parar a mis carnes, aun dolientes y sangrantes. No hubo engaño por la mi parte, temome no obstant, que salí perezoso et confiado. No volveré a cometer tamaño error. Ruegoos pues, que deisme revancha et pronto, pues el mi honor, orgullo et renombre , no pueden  quedar mancillados por un ataque tan errado por la mi parte como virtuoso por la vuestra. Dadme hoy mesmo esta justa revancha que os pido, et que el combate no sea al primer sangrado, mejor deberá ser a  rendición o muerte, más mejor la rendición, et no quiera Dios que muerte. Damde aquesta dicha, et tendréis amistad en mi, sincera et caballeresca. Denegadme tal, et la mesma conseguiriala por medios aquestos u otros ruines, pues no  hay mayor ruindad, que quitar honra y dicha a persona de honor, et no querer enmendarla.

Espera vuestra respuesta.

Ten en cuenta los puntos a favor y en contra de aceptar el desafío, desde no querer honrar al mejor espada del condado y tenerlo como enemigo cierto, a la conveniencia de ejercer la misión dada lo antes posible y sin mella.  ¿O acaso hay algún camino intermedio para satisfacer ambas cosas? ¿Es tan premurosa la misión que no puede esperar un mes de convalecencia? ¿No se supone que contaban los que os ordenaron la misión que pararíais unos días a reposar de la lucha? ¿Acaso estáis con adelanto sobre el horario oficial? ¿ se tomaran a bien los “jefes” que os retraséis en vuestra misión para dar gusto a sir Jaradam?...Puedes o no consultarlo con tus compis, y armar debate, sabiendo que la última palabra la tiene sir Cadwallon.

Tras desperezarme, arreglarme y vestirme decidimos ponernos en camino, para desayunar y luego marchar en nuestra misión. Sin embargo, a la salida nos espera una sorpresa.

Escucho las palabras de Sir Jaradam, y miro a Sir Cadwallon.

No está en mi intención estorbar su parlamento, así que si Sir Cadwallon da su anuencia, les dejaré solos para su charla.

Miro a Cadwallon, esperando su decisión.

Sir Jaradam... esperaba que el caballero no le guardara rencor por su derrota, pero bien podría haberse ganado un enemigo.

En cualquier caso, no iba a empezar ahora a rehuir enfrentamientos.

Hizo un gesto a sus dos amigos, asintiéndoles. A ver qué quería el guardaespaldas del Rey...

El resto de jugadores quedais a la espera de que la conversación se cierre.

Tras hacerse a un lado esto se dicen.

Quisiera felicitaros por la estocada que ficisteis ayer, aun cuando esa estocada fue a parar a las  mis carnes, aun dolientes y sangrantes. No hubo engaño por la mi parte, temome no obstant, que salí perezoso et confiado. No volveré a cometer tamaño error. Ruegoos pues, que deisme revancha et pronto, pues el mi honor, orgullo et renombre , no pueden  quedar mancillados por un ataque tan errado por la mi parte como virtuoso por la vuestra. Dadme hoy mesmo esta justa revancha que os pido, et que el combate no sea al primer sangrado, mejor deberá ser a  rendición o muerte, más mejor la rendición, et no quiera Dios que muerte. Damde aquesta dicha, et tendréis amistad en mi, sincera et caballeresca. Denegadme tal, et la mesma conseguiriala por medios aquestos u otros ruines, pues no  hay mayor ruindad, que quitar honra y dicha a persona de honor, et no querer enmendarla.

Espera tu respuesta.

La noche había sido movida y entretenida. Aquellas mujeres sabían lo que hacían y yo, me había dejado llevar. Un buen festín para festejar nuestra victoria, y una pena que mis dos compañeros no quisieran acompañarme. Ahora, me dolía todo el cuerpo, pero una sonrisa aflora en mi rosto. Sonrisa que se me apaga cuando veo a Sir Jaradan en la puerta de nuestra habitación. ¿Que clase de condenado loco era ese Caballero? ¿Como se atrevía a venir aquí después de un duelo? Por un momento noté que la misión se podía ir a la mierda.

- No deberíamos de dejaros solos, es más, debería de irse.

Mi comentario dirigido a Sir Jaradan no surgió efecto. Sir Cadwallon quería hablar a solas con él. Agaché la cabeza y salí de la habitación con Sir Flaín.

Una vez fuera, comencé a andar nervioso de un sitio para otro.

- ¿En que cree que piensa ese maldito Caballero? ¿Su honor? 

No quería decir nada en voz alta para no levantar sospechas en aquél lugar, pero sentía que poco importaba eso ya. 

La verdad, no creo que haya sido apropiada su visita, pero tampoco lo veo como algo extraño, Sir Loren. Por lo que tengo entendido, si tras un duelo el perdedor se puede mantener en pie en ocasiones visita al vencedor para reconocer su error. Puede que simplemente se trate de eso digo, intentando aparentar una calma que estoy lejos de tener.

En le fondo sé que Sir Loren lleva razón, pero hacer lo que él hace solo puede aumentar las sospechas hacia nosotros.

Sir Cadwallon observó al caballero que tenía delante. - Mi señor, nada me complacería más que daros cumplida satisfacción y probarnos de nuevo en combate. Pues os confieso que si me lancé con extremo brío en la lucha fue por temor a vuestra muy conocida fama como gran espadachín; temí no tener siquiera la oportunidad de cruzar un par de estocadas con vos. No os voy a negar que, como vos decís, mi golpe fue afortunado y el resultado de la pendencia no os hace justicia. Pues os tengo por mejor luchador que yo.

Entonces Sir Cadwallon se cruzó de brazos, antes de continuar hablando. - Mi señor, estáis herido y convaleciente, y aún así estoy seguro de que podríais vencerme en combate. Me ponéis en una situación complicada, pues deseo partir cuanto antes a cumplir las órdenes que he recibido de viajar a Cornualles. - ¿Captaría la indirecta Sir Jaradam? ¿O la mancha en su honor sería para él peor que poner en peligro la misión encomendada por el Rey? - Pero no partiré dejandoos atrás como enemigo, pues ni tengo pendencia con vos ni deseo que os sintáis disminuido. Si en verdad pensáis que solo luchando hoy mismo obtendréis dicha, por amistad a vos os daré satisfacción. 

No estimeis en mucho la mi herida, pues es un rasguño que sangra más que manca. Ademas mi honor quedará mejor repuesto si combato más pronto que tarde. Poco se de la vuestra mision, pero...¿ si el mismisimo mariscal del condado, diera su placet, echariamos revancha de la lucha, en breve?

Sigo caminando nervioso.

- Se que ese Caballero es de confianza, pero no tendría que estar aquí. ¡Maldita sea! Debemos de largarnos lo antes posible y no estar hablando con un perdedor. 

Asiento con la cabeza a las palabras de Sil Loren. No os quito la razón, amigo, pero la decisión era solo de Sir Cadwallon. Si él ha querido hablar con Sir Jaradan, poco podemos hacer nosotros salvo esperar que termine... y que no pierda el honor que le quede a Sir Jaradan haciendo alguna tontería.

- ¿Pero porqué? 

Seguía sin entender nada. 

- Bajemos a tomar el desayuno. No creo que tenga problemas con él y no nos necesitará, y los dos aquí, vigilando el cuarto, es muy sospechoso. ¡Maldita sea!

Me encamino para tomar el desayuno.

- Esto es de locos. Esto está destinado a fracasar y estamos de mierda hasta el cuello. ¿En que estábamos pensando en meternos en todo esto? ¡Maldita sea!

Suspiro y acompaño a Sir Loren, poniendo una mano en su hombro intentando que se tranquilice un poco. En el fondo yo pienso como él, pero expresar nuestros temores tan abiertamente solo puede traernos problemas si existen oídos escuchando.

Me encamino a pedir algo de desayuno junto a él. Si intenta hablar algo más, le indicaré que se calle: en las habitaciones es difícil que nadie, a menos que nos estén espiando, esté escuchando, pero en la sala común...