Partida Rol por web

A mitad de semana Aki descubrió un bol de arroz blanco que alguien había dejado en su mesa. Chicos, estáis jugando con el fuego..., pensó para sí, inquietado al mismo tiempo que se sentía agradecido por este pequeño gesto atento. Tal como los utensilios para escribir que ya habían dejado antes en su pupitre, dejó al bol donde estaba, ni siquiera tocándolo, a y la mañana siguiente las mujeres de la limpieza lo habían quitado.

No podía ignorar, sin embargo, con tanta facilidad el descaro de Michi. Hostia, te has vuelto loco o que..., pensó exasperado cuando volvía el viernes en un recreo del baño al aula y vio a Michi sentado con satisfacción suprema en su asiento. Indeciso, se puso al lado de la puerta y esperó que viniera Rie o el contramedidas Ryu para resolver la situación penosa, y quizá peligrosa para todos. 

El lunes siguiente, las noticias en el periodico se hicieron bastante sonadas. Un accidente de coche provocó dos muertes y un herido.

Dos coches chocan en un cruce de Yomiyama, llevandose por delante también a un peaton por el camino. Dicho accidente causó el cierre durante unas horas de entrada en aquel cruce. Los fallecidos responden a los nombres de Himegoto Yasashii un estudiante de la clase 3-3 del instituto Yomiyama norte, Makoto Yuki una niña de 7 años quien iba acompañada de su tio y su primo en el coche, quienes salieron ilesos. El herido responde al nombre de Jun'ichi Fukita, quien está en el hospital recuperandose

-Mis dedos suelen matar a la gente que me toca matar... pero en este caso, la decisión, no es mia. Yo solo actuo.

Un día del fin de semana, dio la casualidad y coincidencia de que los tres estabais en la calle. Makoto Ryu en el coche de su tio con su prima también. Fukita Hanako junto a su padre en otro coche. Himegoto Yasashii, andando por la calle.

Por desgracia uno de los dos coches le falló los frenos cuando debio parar por el semaforo, llevandose por delante a Himegoto y estrellandose contra el coche contrario.

El coche al que le falló los frenos fue el del tio de Makoto Ryo, y su prima iba sin cinturón de seguridad, por lo cual salió disparada por la luna delantera del coche acabando estrellada contra el suelo.

Himegoto acabó aplastado entre los dos coches, y el otro coche absorbió casi todo el golpe en la zona del conductor, dejando a este herido.

Valla, que semanaa burrida. Y empezaron las muertes. -Ha muerto gente, ignorarlo no funcionó, ves Goro, NO funciono, estas son todas tonterias. Y el accidente fue solo una casualidad.- dijo hablandole a Goro y pegandole una palmada en el hombro. Luego se sento en su lugar.

-A veces las maldiciones afectan a uno mismo... otras maldiciones te afectan, indirectamente...

El golpe dado por la muerte de tu prima, afectó mucho a tu tio, y sin duda te afectó a tu también. La pregunta era... Si la maldición afectaba solo a familiares hasta grado dos siendo de sangre ¿Como tu prima se vio afectada?
 

-Ahora tu alma es mia, pobre ser desgraciado. Eras raro, pero eso no importa en donde los muertos descansan. No te preocupes, ahora no sufriras más.

La maldición te ha matado

-No he llegado a tiempo, pero al menos se ha evitado algo peor que lo que ha ocurrido...

Horas después de dicho accidente, estabas en el hospital, triste por el accidente y preocupada porque no te contaban nada acerca de tu padre. Por suerte, solo pasaró una hora desde que entró en quirofano cuando una enfermera salió para consolarte y animarte

-¿Eres Fukita Hanako? ¿Familiar de Fukita Jun'ichi? - tras saber quien eras te explicó la situación - Tu padre está estable. Habeis tenido mucha suerte, tu por salir ilesa y tu padre porque sus heridas no sean menores. Por desgracia, tiene que quedarse en el hospital durante unos días para que podamos seguir la evolución de su curación. Tenemos un horario de visita flexible para familiares, y si tu casa queda muy lejos de aquí... - miró hacia ambos lados para ver si tenía algun superior y luego se te acercó un poco más y bajó el tono - Haré que te dejen quedarte por las noches. - Y luego te guiño un ojo esperando verte algo más animada.

-Muchas son las formas en que una persona interactua con alguien... al igual que muchas son las lineas que se ocultan en las intenciones humana

Mientras le preguntabas a Ryu acerca de los ejercicios de clase, un aire frio te vino por un segundo, provocandote un pequeño escalofrio. Algo no iba bien.

-A veces hay que prestar atención, a lo que no es importante, o a lo que los ojos no ven.

Una tarde mientras jugabas a un videojuego (GTA por ejemplo) pudiste ver como un bug se realizaba de una manera extrañisima. Un coche aceleró con el semaforo en rojo del videojuego llevandose a un NPC y otro coche por delante. Pocos segundos más tarde, y como era de esperar en dicho videojuego, los coches explotaron.

-La información sobre Yomiyama es muy extensa, no os preocupeis de mirar y usar la biblioteca antigua para ello.

Esa era la forma en la que la bibliotecaria tenía de recibir a sus invitados.

Durante la semana conseguiste ver información sobre el resto de cursos anteriores. Las cifras de muertes no eran muy altas en algunas ocasiones, mientras que en otras eran bastante numerosas. Aunque había dos informes donde en el cuadro que ponía "El sobrante" no había nombre escrito.

El objetivo del contramedidas, era solucionar la maldición, y la principal solución era "el marginado", pero sin embargo según los informes, habían otros metodos para vencerla. Uno de ellos marcaba una frase entre un monton de lineas sin sentido:

La clave está en la clase 3-3

-La información sobre Yomiyama es muy extensa, no os preocupeis de mirar y usar la biblioteca antigua para ello.

Investigando por tu cuenta escuchas que hubo ciertos cursos donde la maldición se resolvió de otra manera, más concretamente a inicios de verano, en finales de junio en un campamento con la clase, donde ocurrió un hecho que puso fin a la maldición.

En un curso apenas hubo muertes, sin embargo en uno más posterior, los supervivientes fueron excasos. De hecho se menciona el incendio del templo Yomiyama y todo.

-A veces los datos que nos llegan sin quererlo... son los más útiles.

Durante tu semana, en una tienda a la que acudiste, te sentó un poco mal que hablaran de ti a tus espaldas, pero esta vez no fue por tus ojos, sino por tu clase. No pudiste evitar poner la oreja, escuchando que decian que ya había empezado el curso, y con ello la clase maldita volvería a generar sus victimas. También mencionaron que como la maldición volviera a hacer efecto, seguramente huirian fuera de Yomiyama para que no les afecter la maldición.

Basicamente insultos e improperios sobre la clase 3-3 que mostraba el temor de los ciudadanos, hasta que un cliente dijo algo un tanto curioso - Venga hombre ¿no me digais que creeis que ocurrirá como aquella vez? Solo esa masacre ocurrió aquella vez y por que aquel mocoso... como se llamaba... ¿Sakakibara? Hizo que la gente se volviera loca con esa grabación

Uno que defendía a la clase 3-3... ¿Pero por qué?

-La muerte sigue pasos muy extraños... pero a veces deja pistas muy inusuales.

Durante tu semana, pudiste escuchar de unas personas, como se volvia loco por el accidente que tuvo lugar. "Otra vez no, por dios otra vez no" Repetía sin cesar - Por qué no recuerdo lo que era... Estaba escondido ¿pero donde?... e de irme de aquí cuanto antes. No quiero que la maldición me ataque también. - Tras eso se subió a un coche y se marchó.

Tras una semana un tanto extraña, el lunes al llegar el profesor, de nuevo tarde, traia consigo un periodico, y una cara muy larga.

Todos estabais en vuestros sitios, salvo uno, un sitio que se encontraba vacío. Además ahora por Harada Michi más que nada, el pupitre del marginado cambio de sitio a primera fila, donde sería algo más complicado ignorarlo.

En el periodico que traia, estaba la noticia de la muerte de Himegoto Yasashii.

-¿Ahora creeis lo de la maldición? - Preguntó el profesor friamente. - Makoto Ryu y Fukita Hanako, lamento mucho lo que os ha ocurrido, pero lo de la maldición no iba a broma, y esto lo demuestra. Como ya dije en su día, no tengo ganas de morir, y si yo estoy haciendo mi mejor empeño por ello, vosotros deberiais hacer lo mismo - Su regañina iba obviamente a aquellos que intentaron interactuar con Goro Aki de alguna manera - Si no lo haceis... las muertes seguiran su curso.

Tras ello y unos segundos de tiempo, el profesor suspiró y comenzó a dar la clase.

¿Tenía que creer que un accidente era obra de una maldición? Mala suerte sin duda, e incluso estaba demostrado que cuando alguien cree estar maldito atrae desgracias.

Sin duda para Lid que tenía una vista global de la clase, no pasó desapercibido aquel bol de arroz desperdiciado, pero le gustó como idea básica, le pareció mala idea dejarlo de aquel modo, y no le convenció lo de "una ofrenda". El lunes de buena mañana cuando llegó el prfesor culpando a una maldición de dudosa legitimidad, se dirigió hacia Hikari-kun con un bol en la mano y le pidió que le acompañara al pupitre del marginado, donde dejo el bol y clavó en este los palillos - ¿como piensas hacer una ofrenda de forma tan vaga? - tomó también unas baritas de incienso y las colocó abriendo lijeramente la ventana cercana - si haces una ofrenda hazla bien o directamente no la hagas, y si era un bol para Goro-kun asume las consecuencias y dilo sin tapujos.

Luego se dirigió a la clase - si queréis creer en la maldición hacerlo, pero de hacerlo pensad y hablad con el contramedidas, si no creéis en ella, está bien si queréis participar en este juego, e ignoráis a un alumno, pero no necesitáis ser drásticos. Por mi parte, me mantendré neutra, le ignoraré como parte del juego que nos imponen, he visto cosas mucho peores, pero no pienso ignorarle de forma excesiva.

Luego miró a Todo sabiendo que aquel bol e incienso podía ser un poco molesto - en cuanto a ti, está bien que seas ignorado, es parte del jueguecito, pero nadie ha dicho que tú debas ignorar al resto, las de la limpieza no se han llevado nada si es lo que esperabas, yo misma recogí lo que te presté, y me comí el bol de arroz mientras hablaba con el fantasma. Este bol de arroz yo misma lo tiraré a la basura cuando se acabe el incienso - por dentro estaba aterrador, no por la muerta, si no por ser el centro de atención, odiaba que le miraran fijamente - creáis o no, si no hacéis nada, nada va a cambiar. Yo no creo en esa maldición y aun así me digno a mostrar respeto a la fallecida, eso es hacer algo, y puede provocar algo bueno o malo, pero si la maldición existe algo pasará, o se enfada o se siente halagada, ¿teméis morir? ¿Que muera vuestra familia? Muy bien, entonces yo haré lo que haga falta, dado que eso son dos detalles que me dan igual. Contra medidas si temes hacer algo, dímelo y lo haré.

Muerta o no, al menos sería la más honesta. ¿Una maldición azotaba a aquella clase? Si todos los años se mostraban igual de esquivos, de existir, sería realmente molesto para la fantasma, y sería normal que cada vez estuviera más molesta.

Hanako se sentía devastada por lo sucedido. Había visto salir a su vecina de casa apresuradamente pero no llegó a imaginar el porque hasta que llegó a clase. Imaginaba lo que estaría sintiendo ahora mismo su amiga y se le encogia el corazón de pena. De miedo también. Sus pequeños podían ser los siguientes. Aquel día, la clase fue un autentico martirio. Las palabras del profesor llegaban a ella como envueltas en un eco extraño. Tampoco prestó atención a la loca de Lara.

Se inclinó en su asiento para dirigirse a Tetsuo con los ojos brillantes y voz apagada - Después de clase quiero ir al hospital a ver a Hanako-san pero no quiero hacerlo sola - esperaba que su amigo pudiera acompañarla, aunque si no podía, iría igualmente. Su amiga la necesitaba.

Después de comer y ayudar a su abuela a recoger hizo unas galletas caseras para llevarselas a Hanako. A la hora acordada se encontró con Tetsuo y con Matt y todos encaminaron sus pasos hacía el hospital. Ella ya había llamado a la habitación para preguntar a su amiga si no había inconveniente, pues tampoco quería ser una molestia.

El trayecto lo hizo en silencio, agradecida de tener compañia al lado. En el edificio tuvieron algunos problemas para llegar a su destino pero al final lo lograron. Llamó timidamente a la puerta y esperó a que les abrieran

Un horrible accidente habia sucedido, su prima llego al hospital con vida, pero desgraciadamente eran tan graves sus heridas internas que poco le quedaba en el mundo de los vivos. Vendaron a su tio, que se habia golpeado levemente la cabeza y hecho un leve esguince y ambos luego se reunieron para pasar juntos los últimos momentos de la joven Yuki.

Un intenso y largo pitido indicó que la pequeña ya no estaba allí. Dejó a su tio llorando la pérdida en la habitación, el necesitaba despejarse, se sentía muy agobiado allí encerrado. Al salir del hospital miró al cielo, ya habían muerto dos personas a causa de la maldición, era real, sus empeños y esfuerzos debían ser mucho mayores que hasta ahora.

Al día siguiente al llegar a clase vio a Goro-san fuera de clase y al entrar se sorprendió al ver a Harada-san sentado en su sitio, por lo visto no le gustaba estar en primera fila y había considerado que robarle el sitio al marginado era la mejor opción. No entendía como alguien podía ser tan estúpido como para preferir poner en riesgo a toda la clase solo porque no se sentía cómodo en primera fila.

Se acercó a la mesa del marginado y dio una palmada sobre ella - No estamos aquí para soportar tus caprichos, si lo que quires es suicidarte o matarnos hazlo directamente, pero no nos hagas perder el tiempo haciendote de niñeras ¿no te gusta tu sitio? Bueno pues ahora puedes sentarte en el sitio de Himegoto-san, ya no le va a hacer ninguna falta. - lo siguiente lo dijo con un tono de voz un poco más alto - Así que o empiezas a tomarte esto más enserio o tendré que ponerme serio contigo. - tras lo dicho, hizo un gesto con la mano invitándole a cambiar de sitio y demostrar que no tiene daños cerebrales al poner en riesgo a toda la clase impidiendo al marginado realizar su función.

También escuchó la oferta de Lid-san según fuera investigando la podría usar de conejillo de indias para comprobar sus teorías respecto a la investigación, así que la tendría en cuenta - De momento no necesito que hagas nada, con no ponernos en peligro mortal a todos de momento está bien.

Al acabar las clases se acercó a Kimura-sensei , le pidió permiso para poder quedarse hasta tarde en la escuela, diciéndole que era parte de la investigación y necesitaba registrar cada rincón del aula 3-3.

No iba a negar que estaba molesto por los gestos de algunos alumnos de la clase. Parecía que el consenso al que se había llegado con la mayoría y respestando la decisión de Aki Goro no se había tenido en cuenta, es más, era una falta de respeto para el resto y para el mismo Aki. Puede que no pensara en la maldición con temor o incluso, que no creyese firmemente en ella, pero sí era capaz de aceptar una decisión tomada por un grupo. 

Por otro lado, a la salida de clase volvíamos juntos a casa Tetsuo, Fukita y Osaki, parecían buenos compañeros. A partir de ahora iba a tener que aprender a disimular los colores que me brotaban de la cara cada vez que Hanako Fukita me dirigía la palabra porque íbamos a estar muchas tardes los cuatro juntos, una idea que me agradaba, son todos muy simpáticos.

El lunes me desperté, con tiempo y preparé todo para asistir a clase. Mi padre había dejado el periódico que leía mientras desayunaba sobre la mesa y tras leerlo...

Había llegado al instituto corriendo, jadeando y con algo de sudor, intentaba mantenerme sereno pero me era imposible, había tocado en casa de Hanako y no estaba, en clase estaba Hanako Osaki y me contó que la había visto salir con prisa tras preguntarle.

- Osaki, he escuchado al entrar que querías ir al hospital, ¿podría acompañarte?- le pregunté casi a modo de súplica, me daba vergüenza ir solo al hospital, aunque iría solo si fuera necesario. Me moría por ver a Hanako y quería saber cómo estaba aunque conocía esa respuesta.

Tetsuo era una persona disciplinada. El primer día habían votado para ignorar a alguien y él obraba en consecuencia: Estaba en una clase de 24 alumnos y 25 pupitres. Olvidó el nombre que se había escrito en la pizarra tan pronto se había borrado. Veía a algunos compañeros decir cosas extrañas y a otros perder los nervios, pero él era templado: No podía enfadarse o reprender a alguien por dirijirse a alguien que no existe sin hacer que este último exista. Como no existía, no podía ni siquiera rechazar a aquellos que hacían ver que sí existía. En consecuencia: Para Tetsuo Rido-san o Harada-san no habían hecho nada malo. Si fuese malo significaba dedicar especial atención al marginado para marginarle, y eso no era ignorar, que es lo que a Tetsuo habían ordenado.

En cierta ocasión, Tetsuo caminaba por el pasillo con la mirada en el horizonte, y como el que no existía se encontraba en medio de su avance, acabó el que no existe teniendo que apretujarse contra la taquilla para evitar que Tetsuo chocase con él, o, más exactamente, lo arrollase con la vista fija por encima de su hombro como si nunca hubiese habido alguien en mitad de su camimo.

Pasada una semama, ocurrió un accidente y murió un compañero de clase. Al parecer el fantasma de la maldición era real y había empezado a cobrarse vidas. También resultó llevarse a un familiar de Makoto-san y herir a uno de Hanako-san.

Osaki-san estaba muy afectada, y supuso que Hanako-san estaría aún peor, así que cuando Osaki-san le pidió compañía no dudo ni un instante.

Por supuesto, Osaki-san, no te dejaría sola nunca. - Entonces llegón White-san y pidió venir. Tetsuo asintió con la cabeza. Eso suponía que Osaki-san ya no estaría sola, pero Tetsuo no necesitaba ninguna excusa para ir con su amiga, así que no retiró su intención de acompañarla. Irían los tres.