Partida Rol por web

El día que Ika invitó a Aki, éste se presentó puntual, como acostumbraba. Además, estar con ella le ayudaba a distraerse de toda aquella locura que difícilmente tenía algún tipo de explicación sencilla.

Lo que no podría imaginarse era la sorpresa que ella le aguardaba y, para rematar, aquel pastel. La mera visión conseguía que Aki babease y como encima tenían toda la casa para ellos, no tenía que contenerse en exceso. Por parte de Aki, lo único que pudo traerle fue su presencia. En su rostro se veía el cansancio.

Disculpa, con el comienzo del año mis padres han doblado los cursos en casa...

La excusa no era buena, pero era real. Con el pulgar acarició la mano de ella cuando se la tomó y le sonrió. Estar cerca de ella bastaba para querer que el día se alargase al máximo. Sin embargo cuando ella le sorprendió con la canción después del beso... él sólo pudo mirar boquiabierto a su novia, incapaz de articular palabra todo en ella le capturó: las palabras, el tono, los ojos, el olor, la suavidad, cómo le envolvía.

Cuando terminó, lo único que pudo hacer fue levantarse y caminar despacio hacia ella y rodearla con los brazos cálida y firmemente, sin pedir permiso como haría normalmente... Sus ojos no dejaban de mirarla y negó un par de veces. Si quería decir algo, estaba claro que su mente se había quedado en blanco, de modo que sencillamente dejó escapar de sus labios lo que pasaba por su corazón sin ningún tipo de control.

Eres lo mejor que me ha pasado. ¿Sabes? Pase lo que pase... podrás contar conmigo. Lo prometo.

Lo que ella conocía de él, era un hombre no muy dado a dar su palabra sin embargo era fiel a ella como el que más.

Al ver a Aki tan agotado, Ika se angustió un poco y le sirvió un té junto con el pastel. De seguro, eso le daría algo de energía a su agotado novio. No era la primera vez que sus padres lo llenaban de actividades y parecía que era algo común. Ika lo miró con algo de compasión y agradeció que su padre respetara su deseo de no sobresalir.

La chica había dejado de modelar hace tiempo, aunque aún tenía algunas fotografías en su habitación de cuando aún lo hacía y muy seguramente sus amigos ya las conocían. Era una casa mediana porque no eran solo dos personas, seguro nada comparado con la de Aki. A pesar de ello, era acogedora y su padre era un buen hombre.

Ika cantó con todo su corazón y con emoción, pues había preparado aquello por una semana completa ya y le emocionaba mucho la sorpresa. Puso su corazón en ello y al ver el rostro de Aki, se puso algo nerviosa. No estaba segura si le había gustado o no, pero sintió una gran calidez al besar sus labios. No obstante, el gesto de Aki se sorprendió.

Lo miró ponerse de pie y dijo desconcertada - ¿Aki-kun? - entonces, la rodeó dulcemente con sus brazos e Ika se sorprendió aún más. Era un chico extremadamente educado y que hiciera aquello era una sorpresa. La miraba directamente y ella solo se quedó absorta al ver cómo esos ojos tenían un brillo especial. Sus mejillas se colorearon un poco más y sonrió se abrazó a Aki con fuerza, apoyando su cabeza en el pecho de su novio.

Cerró los ojos para escuchar el suave latido de tu corazón - Pase lo que pase, estaré a tu lado - levantó la vista para volver a ver sus ojos y lo besó con más entrega y menos timidez. Ese momento era suyo y nada ni nadie podría arrebatárselos.

Tetsuo asintió con la cabeza ante las palabras de Fukita-san.

Hanako-san era la única que se había acercado a transmitirle cercanía. Tetsuo se había quedado junto a la puerta como marcaban sus rígidas costumbres hasta que la afectada se había dirigido a ellos. White-san también se había quedado algo más alejado, supuso que por la misma educación que había recibido él.

Una vez la chica ya les había recibido cordialmente, Tetsuo avanzó hasta ella y se detuvo justo delante con el mismo aspecto serio habitual y empezó a recitar una frase que parecía haberse preparado de memoria.

Fukita-san, puedes contar conmigo en estos duros momentos. Comprendo que no te sientas cómoda saliendo del hospital, así que yo estaré disponible para todo lo que necesites. Si necesitas apuntes de alguna clase, algo de comida o bebida o un libro o revista, sólo pídelo.

De repente, puso una expresión extraña que daba algo de miedo y de un movimiento brusco desabotona el cuello y la pechera de la chaqueta de su uniforme abriéndola ligeramente y mete la mano en el interior de la chaqueta como si estuviese buscando algo. Por la apertura de la chaqueta asoman en el pecho las correas de una sobaquera para armas. Tanto por sus movimientos como por su extraño gesto, daba la impresión de que iba a desenfundar un arma en ese mismo instante.

No fue así, sacó una revista enrollada que llevaba guardada en la sobaquera en lugar de cualquier arma y se la tendió a Fukita-san. Resultó que la expresión extraña que daba algo de miedo era una sonrisa.

Te he traído algo de lectura

Entonces salieron al pasillo a buscar la habitación de Makoto-san y este les recibió. Tetsuo saludó y le dio el pésame por la pérdida.

Makoto-san. Goshuushou sama desu. Puedes contar conmigo en estos duros momentos. Comprendo que no te sientas cómoda saliendo del hospital, así que yo estaré disponible para todo lo que necesites. Si necesitas apuntes de alguna clase, algo de comida o bebida o un libro o revista, sólo pídelo. - Tetsuo repitió de corrido la frase que había preparado con tanta exactitud, que ni siquiera se acordó de cambiar el género al hablar de la comodidad de Makoto-san. Pareció darse cuenta de que algo no encajaba bien, así que puso expresión de culpabilidad y se corrigió - ...Aunque si dices que vas a seguir investigando, quizás no tengas tanto problema. Además... Lo siento mucho Makoto-san. No he traído lectura para ti. - Y se inclinó en una profunda reverencia de disculpa.

No me esperaba que Lid-san tuviera una lista para esto. Si al final ella no conseguía hablar con el fantasma no sería por falta de intención.-Sabes si se ha intentado antes hablar con el fantasma? -Alomejor ya lo habia conseguido en curso anteriores y tenian una forma de hablar con el. -Podríamos verlo en los archivos.  -Seguramente encontrariamos alguna pista. 

No recordaba quién era el tal Himegoto o si iba a nuestra clase, pero seguía pensando que la supuesta maldición era una estupidez.  Tampoco me sonaban de nada los nombres de los heridos, siempre había sido muy malo para recordar nombres, apellidos y caras. Pero suponía que el contramedidas sí que conocía a alguien por cómo se había acercado a mí hecho una furia.  Me levante enfadado, quién osaba perturbar mi paz? Eeeh oye, primero, yo no acepte toda esta locura de la maldición y no tengo porque seguir vuestros juegos estúpidos, y segundo, yo no me he dirigido a **** ya sabes a quién me refiero mejor no decir su nombre y no cabrearlos más, para nada, no le he dicho nada de nada, sólo me he sentado aquí y por supuesto no tengo intención ninguna de sentarme en otro sitio porque el hecho de que yo me siente aquí no le perjudica a nadie, si estás enfadado y no tienes nada mejor que hacer, date cabezazos contra la pared, pero no la pagues conmigo.

Estoy de acuerdo con lo que ha dicho ese de ahí. Digo señalando a un chico moreno* es lo más sensato que he escuchado hasta ahora. Me senté de nuevo, apoyando mi silla en la pared y saqué uno de mis palitos de chocolate pocky, para calmarme un poco. Incluso estoy dispuesto a darte un palito pocky. Le ofrecí al muchacho.

Ryu se echó las manos a la cabeza, Harada parecía no haberse enterado de nada. - Pero a ver querido compañero, no es solo que ignores a nuestro compañero marginado, no puedes sentarte ahí, porque ese cochambroso pupitre perteneció a Misaki Yomiyama. Como parte de tener un ignorado en clase, el susodicho ignorado debe sentarse en el MISMO sitio que Misaki Yomiyama, creo que no es tan difícil de entender, pero si tanto apego le tienes a esa destrozada mesa y esa podrida silla, asume las consecuencias de las muertes de tus compañeros. - Pensaba que había quedado claro que el asiento del fantasma, era para la persona que debía hacer el rol de marginado, pero este chico parecía estar en las nubes.

Aki sacudió algo hastiado la cabeza. Michi no estaba dispuesto, como antes había pensado Aki, de dejar este pupitre, pese a la reprimenda muy justificada de Ryu.

Y todo lo que decía Michi era falso. “El seleccionado deberá sentarse en el pupitre de Misaki Yomiyama”, les había advertido el sensei claramente cuando tocaba eligir la persona que emplearía el papel del marginado. Desde luego, era todo al revés: Michi dijo: “el hecho de que yo me siente aquí no le perjudica a nadie” - y les estaba perjudicando a todos.

Aki sólo espero que el contrmedidas y la delegada sabrían controlar esta situación muy peligrosa para todos, iniciada y sostenida por Lara, Michi y Shuyiro. Una conducta suicidaria, porque ellos mismos podrían ser las próximas víctimas de la maldición.

Y a mí que más me da el pupitre y la silla! La hostia! Esta gente era idiota. Ya os he dicho que no me metáis en vuestras fumadas! de verdad pensáis que la vida de una persona va a depender de esto? empecé a reírme a carcajadas. Dios, si que estáis mal de la cabeza! pero si tanto os importa, cambio el pupitre y la silla y se acabó el puto problema. Dicho eso, cogí el pupitre y la silla del margino, lo puse en la primera fila, y puse en la última fila el pupitre y la silla que estaban en buen estado. Ya está, problema solucionado y todos felices! Ahora dejadme ya en paz, que me cansáis con vuestra chorradas y tonterías!

Aki sólo se encogió casi imperceptiblemente de hombros y se sentó en la silla que acaba de liberarse.

Me pregunto cuántos personas más tienen que morir antes de que todos se den cuenta de que la maldición es una realidad… con la que no se juega.

Ante la pregunta de su amiga la joven dió un respingo - Uy, casi se me olvida.- Extendió los brazos para darle las pastas que había cocinado para ella - Vamos donde tu quieras Hanako-san, pero podemos ir primero donde sugiere Matt-san - su vista se dirigió sin querer a su amigo Tetsuo que se había desabrochado la chaqueta dejandola boquiabierta al ver lo que allí guardaba.

-¿En serio llevas armas?- susurró entre sorprendida, temerosa y a la vez intrigada

Durante el encuentro con Ryu no abrió la boca nada más que para darle el pésame. Apenas le conocia y él parecia tener prisa. Además, en varias ocasiones le había ofrecido su ayuda en clase y ni siquiera le habían respondido a su ofrecimiento. ni él,  ni Amane.

Hice un gesto de disculpa ante Minami Ika, a veces podía ser muy efusivo y eso normalmente no gustaba a todos, realmente a casi ninguno, pero era mi forma de ser. Era parte de mi.

-Entonces... Creo que todo esta relacionado. Tal vez este escondida en este aula, no es muy grande si todos buscamos podremos encontrarla con facilidad. Creo yo. -Las palabras se escapaban de mi boca al escuchar a mis compañeros, al parecer todo fluía en pos de poder solucionar esta maldición tan rara.

Al otro lado Harada seguía en sus trece con el asunto de la silla y como no actuaran pronto los de contramedidas, creo que iría a cantarle las cuarenta, no soportaba esas situaciones de egoísmo.

Miro extrañado a Hanako-san.

No, no traje armas. ¿Debería haberlas traído? No sabía que este lugar fuese peligroso... bueno, aun sin armas estaremos a salvo. No dejaré que ta pase nada. - Como habitualmente, confundió la interpretación de la chica

La casa de Ika era familiar y agradable. Y aquellas dos cosas, la primera en particular, no podían comprarse con dinero, de modo que Aki se sentía realmente bien allí, era un lugar donde se notaba la vida.

Cuando ella dice su nombre, él apenas puede evitar dibujar media sonrisa... su voz es una melodía incluso cuando sencillamente habla. Era otra de las cosas que sencillamente le encantaban de ella. Era una chica que había que descubrir y disfrutar poco a poco y por suerte Aki disfrutaba de cada pequeño matiz de ella.

Pero esas palabras, esas últimas palabras sencillamente le desarmaron y en cuanto sus ojos se encontraron él tomo con una caricia de sus dedos el mentón de ella para ser él quien buscase sus labios ahora en un sencillo y firme beso. Tardó más de dos segundos en cerrar los ojos para concentrarse únicamente en el tacto con ella, en la sensación de su calor. De algún modo se sentía capaz de reconocer los besos de ella en mitad de la oscuridad sin miedo a fracasar.

Casi un minuto después se separó de ella para retomar un poco el aliento y dejar a su novia respirar y manteniendo la media sonrisa un tanto boba articuló una única palabra.

Gracias.

Pero no podía decir bien el porqué, si sería por la canción, por las palabras, por la sorpresa o sencillamente por permitirle estar con ella. Su mano se posó en la mejilla de ella y la acarició con el pulgar mientras apartaba un poco los cabellos de su rostro, volviendo a perderse en aquellos mágicos ojos que la hacían, si era posible, aún más única.

Mis disculpas.

Me inclino ante la corrección de Lid.

En mi casa las ofrendas son... así. Sencillas.

Busco con mi mirada los de la chica, en mi voz hay cierto arrepentimiento por haberla molestado. En verdad normalmente estas cosas tenían una serie de costumbres distintas dependiendo de las familias, del lugar de procedencia, de tu conexión con el muerto, etc...

No hice nada más destacable, hasta que vi cómo Harada Michi trataba de recuperar el pupitre de la muerta. Mis ojos fueron hacia él, con cierta dureza. Más aún con su reacción por un sitio. Está claro que no le gusta esto, sin embargo Goro se resigna y no seré yo quien haga nada por ello, más allá de dedicarle unas palabras.

No es correcto ofender a los muertos. Son muchos los que pueden enfadarse.

Pero entonces volví a mis quehaceres, esperando que a quien le correspondiese se encargase de esto.

En algún momento trato de llamar la atención del profesor para hacerle una pregunta.

Sobre las muertes sucedidas, no tenía nada que añadir. Todos los años habían muertes, en general. No era el primer accidente de coche. Una desgracia, sí, una maldición, no.

En algún momento de la semana los tres se reunieron para tomar un café, té, refresco o zumo en alguna terraza para hablar de los descubrimientos que parecían traer a todo el mundo interesado tras ellos.

Al ver los recortes que Akane les presentó, Aki los revisó concienzudamente.

Es... curioso. Mis padres estuvieron en la clase 3-3. Y dicen que para ellos fue mágico.

Explicó, con los papeles en la mano.

Por eso querían que yo estudiase aquí. Ellos... se conocieron en aquella clase. Supongo que querrán lo mismo conmigo.

Miró a sus amigas alternativamente, pero en su rostro había más confusión o crispación por la situación con sus padres que el orgullo o la alegría de lo que ellos deseaban para él.

Un día Aki se pasó antes de ir a clase por la puerta de la casa de Nana. El tiempo los había separado de grupos, pero siempre sentía que podía confiar en ella y el tema de la maldición parecía estar afectando a bastante gente, así que quiso apoyar a su amiga, aunque fuese desde el silencio, con el sencillo gesto de estar a su lado.

En uno de los archivos viste um nombres de Sakakibara, y además le pertenecía a un alumno vivo

A pesar de que buscasteis en toda la clase, no encontrasteis nada escondido. Confirmasteis, por si acaso os confundisteis de clase, pero nada, ni si quiera en el pupitre del marginado había nada escondido

La bibliotecaria te dió los archivos que habías pedido, y aparte de mucha morralla, viste dos informes muy dellados:

Uno su numero de muertes era de cinco, y el sobrante era el mismo que se eligió de marginado.

Otro fue un archivo donde aparecía el profesor, o profesora, como la sobrante, y fue en el que hubo más muertes de todos los archivos.

Se encogió de hombros ante la pregunta de Hyouka, antes de mirar al desconsiderado, maleducado, irritante, ofensivo e idiota, por que no decirlo, que estaba jugando con mucho más que un sitio y un movimiento de pupitres. Estaba jugando con una ofrenda que se le había hecho a un fallecido, y si bien podías no creer en una maldición, otra cosa era jugar con la irrespetuosidad hacia los muertos.

- ¿que tipo de tornillo te falta a tí? - le dijo a Harada - creo que confundes no creer en algo con imbecilidad... Para empezar, no se de que circo has salido, pero en mi mundo que creo que es el mismo que el tuyo, si el profesor te cambia de sitio "te jodes", ¿tienes problemas con estar delante? Se lo dices al profesor y él verá si hay posibilidad de cambiarte, pero no te comportes como un crío de preescolar, has estado a punto de tirar al suelo una ofrenda, y eso no es no creer en una maldición, y de hecho me importa un bledo si crees o no, a los muertos se les debe respetar, aquí y en cualquier sitio.

Su tono era alto, no tanto como para gritar, pero si tenía un toque que mostraba que la chica estaba bastante molesta.

- si eres algún tipo de delincuente, vete de clase y no molestes, si puedes aceptar otro sitio que no sea el que EL MAESTRO ha dicho que era para otra persona, pues aprende a hablar y puede que lo arregles sin necesidad de ser un niñato engreído y mimado.

Le indicó su pupitre, atrás del todo pero al otro lado - yo también odio sentarme delante, pero no soy una persona con un cerebro de medio milímetro como el tuyo, te lo puedes quedar, y yo me sentaré delante, y si eso no te basta, ¡o te largas de clase y dejas de dar por saco! O hablas con el profesor, en vez de comportarte como el ignorante número uno del mundo.