Partida Rol por web

Tetsuo no era demasiado hablador. Normalmente solo contestaba pero no iniciaba conversaciones. El trayecto lo hizo en silencio mirando con preocupación a su amiga. Quería decir algo para reconfortarla, pero no se le ocurría nada.

Cuando llegaron, ella juntó fuerzas para llamar a la puerta, y Tetsuo, por si acaso le flaqueaban, le cogió la mano y la apretó unos segundos transmitiéndole fuerza antes de soltarla para que llamara.

Ika invitó un día de esa semana a Aki a su casa para que tuvieran un día un poco lejos de toda esa locura que suponía estar en la clase 3-3 y aunque agradecía estar con él en ella, una parte de sí sabía que corrían demasiado riesgo.

Ese día, Ika le tenía una sorpresa a Aki, había ensayado toda la semana una canción que había escuchado y preparó un delicioso pastel de fresa. Ella era muy buena cocinando y le gustaba sobre todo la repostería. Ya que su padre estaba ocupado, tendrían la casa para ellos solos ese día. Por ello, Ika no temía en tomarle la mano a su novio allí.

Después de un tímido beso, Ika le dijo – Aki-kun, te tengo una sorpresa – sonrió emocionada y comenzó a cantar.

Tras terminar, le dijo – No sé qué será de nosotros, Aki-kun, pero me siento muy feliz cuando estoy contigo – sus mejillas se sonrosaron y sonrió dulcemente.

Ika se negaba a votar por Goro-kun, pero igualmente fue el escogido. Era una lástima, la verdad. Todo aquello parecía un mal chiste, pero ella conocía las tradiciones y la seriedad de esa situación con el marginado. Si Goro-kun se hacía sentir de alguna manera, sería castigado él o todo el salón.

Ese día, Ika llegó a llorar a casa, ya que no le parecía justo que fuera el caso, pero no podía hacerlo en la escuela para no preocupar a sus amigos. Le parecía injusto todo el caso del marginado, ya que ella misma lo era y sin necesidad de ser elegida por voto popular.

Su amiga Akane era una fan de todo lo misterioso y en aquella velada en su casa, Ika se mostraba asustadiza, ya que esos temas la perturbaban un poco, prefería dedicarse a sus salvos hobbies. Aki le seguía el juego y le preguntaba más, pero Ika trataba de esconderse como mejor podía para no despertar sospechas.

Ika fue con su padre a visitar a su abuela, donde se encontró con su prima Rie y tuvo una plática con ella. La felicitó por haber sido elegida y trató de darle ánimos en la tarea que les esperaba.

La semana de Ika transcurrió normal, aunque los rumores de la clase 3-3 habían comenzado ya y su primera víctima se había conocido. Ika se sentía asustada, pero no conocía tanto al chico para sentir lástima por él.

A pesar de ello, escuchó los rumores del accidente y de todo lo que había ocurrido. Sabía que debía ignorar a Goro-kun, pero no podía evitar pensar en cómo se sentiría él con todo eso. Por ello, la chica decidió respetar los derechos del chico.

A pesar de todo, Lara parecía importarle un comino la clase y le hablaba a Goro-kun como si no hubieran quedado en algo. Por eso era que prefería votarla a ella, era muy molesta.

Miró a Aki-kun y le dijo – No debemos arriesgarnos – se veía claramente asustada, pero dentro de todo, era una chica valiente.

Miró a Makoto-kun y a Rie-chan y con temor de mirarles a los ojos, dijo – He escuchado que… Que la última masacre… se dio por… por culpa de un… un chico llamado Sakakibara y de una grabación… ¿Hay algo en… en los archivos? -.

-Lo que he dicho, yo creo que es todo casualidad. Y profesor, creo que usted es un paranoico esquisofrenico, con todo respeto, deberia ser sustituido de su cargo y nos deberian poner un adulto verdaderamente responsble y sobretodo, en sus cavales.- dijo despues de darle una palmada en el hombro al marginado y sentarse en su lugar. El profesor estaba loco.

El papel de Aki se volvía cada día más complicado por el empeño de específicamente tres de sus compañeros en romper las normas alrededor del marginado.

Ryu, mostrándose a la altura de su puesto de contramedidas, había regañado debidamente a Harada y hecho que él último dejara ocupar el pupitre de Aki.

Pero luego la insensata de Lara le dirijo directamente la palabra a Aki, mirándole, hablando con él, incluso diciéndole, con una falta de consecuencia en el pensamiento hasta brutal: ‘Aunque tenemos que ignorarte a ti, no tienes que ignorarnos a nosotros’ - primero, si también estaba ignorando a los demás, Aki lo hacía únicamente para volverles más fácil ignorarle a él. Segundo, ella decía “nosotros tenemos que ignorarte” y le habló al mismo tiempo! Aki sólo se quedó la boca abierta ante la actitud de Lara, y, por fin, decidió de ni siquiera mirarla. Para tales chicas, la atención era como una droga, empujándoles aún más a hacer tonterías y reclamar así aún más atención.

Pero lo peor fue el día cuando Shuyiro le interpeló, le dio una palmada en la espalda y se sentó en su pupitre, tal como había hecho antes Harada.

Aki sólo suspiró, dejando a los demás que resolvieran la situación, como todo lo que hubiera hecho hacer sólo habría empeorado la situación – si hubiera dicho algo a Shuyiro, este sujeto habría reaccionado nuevamente a él, ignorándole aún menos etc. - habría significado entrar en un círculo vicioso...

Y el profesor ya había dado a entender que la muerte de su compañero de clase, la primer muerte que tenían que sobrellevar, en parte fue la culpa de algunos por no ignorarle a él, Aki…  

Las cosas no podían irme peor, papá estaba en el hospital herido aunque por suerte no de mucha gravedad, y yo estaba sana y salva, al menos no había tenido la mala suerte de los ocupantes del otro coche, pobres. La primera noche la había pasado junto a mi padre pues los trabajadores del hospital fueron muy amables y me lo permitieron, sin embargo la noche del domingo decidí que era hora de ir a casa, pues necesitaba una buena ducha y coger ropa limpia y alguna que otra cosa para mi padre. Por la mañana salí muy temprano de casa, no tenía tiempo de avisar a mis amigos, seguramente se enterasen en la escuela o ya lo habrían oído en las noticias. Asi que con una mochila en la espalda fui directa a la primera tienda que encontré de flores y tras comprar un bonito ramo y un jarrón para mi padre corrí hasta el hospital para ver como se encontraba.

Una vez en la habitación coloqué el ramo en el jarrón con agua y lo dejé en la mesita, mi padre seguía dormido asi que acerqué una silla a su cama y cogiéndole de la mano me apoye en la cama, parecía que evolucionaba bien asi que con suerte en unos días podríamos volver a nuestra vida normal, habíamos comenzado con muy mal pie y esperaba que eso fuese lo único que tendríamos que superar ese año...

Perdida en los pensamientos que invadían mi mente la mañana fue pasando, él se despertó varias veces, pero la medicación que le daban le tenía adormilado la mayor parte del tiempo y no se enteraba de mucho. Asi que pasé la mañana leyendo algún que otro libro de clase y algún manga que se me había ocurrido traer de casa.

Al mediodía, después de haber comido en la cafetería del hospital y regresar a la habitación, oí el sonido lejano de alguien que llamaba a la puerta, asi que tras tardar unos instantes en comprender que llamaban donde estábamos me levanté y abrí la puerta.

- Ho... hola - dije con cara de sorpresa ya que no me esperaba la visita - muchísimas gracias por venir a vernos, pasad, pasad - y tras una leve inclinación me aparté para que pudiesen entrar y cerré la puerta tras ellos - no os esperaba, muchísimas gracias de verdad, os agradezco la compañía, papá está mejor pero con la medicación no habla mucho, llevo todo el día leyendo bastante aburrida...

Antes de abrirse la puerta percibió la mano de Tetsuo en la suya. Aquello le hizo sentirse triste y consolada a la vez. Le devolvió el apretón con cariño.

En cuanto entró en la habitación se abrazó a su amiga con fuerza. En el rostro lucia preocupación pero se notaba que intentaba disimularla para no preocuparla más.

- Como sigue tu padre?- se acercó un poco a la cama. Sólo lo había visto un par de veces, pero se notaba que era un buen hombre, cariñoso con su hija. No como su padre...

- Que pasó exactamente Hanako-san? El profesor dice que es por la... Maldición. Sentiste algo extraño antes de que pasara?- quizás si descubrían algún detalle podrían evitar que volviera a pasar.

Tetsuo entró detrás y se situó en un segundo plano, junto a White-san.

Cuando las dos amigas se habían saludado se inclinó levemente saludando a Hanako-san.

¡Hanako-san!, ¡Hanako-san Otousan! ¡Gracias por recibirnos! - Les dijo a ambos, padre e hija, aunque no sabia si el padre podía oírle. Esperaba que el gesto ayudase a dar ánimos a Hanako-san. Que su padre no pudiera contestar no quería decir que no estuviese allí. Eso a él le hubiese reconfortado... probablemente.

El lunes despunto con noticias nefastas. Hasta ese momento solo había decidido continuar con el tema del marginado, como parte de la clase, sin importarme quien o que hicieran con Goro-san. Pero después que llegase el profesor con las noticias. Mire instintivamente el pupitre vació, era un chico con quien no había entablado aun conversación, es normal, somos muchos, pero aun así me dolió lo mismo que si fuera un amigo, porque lo veía cada día, como al resto. Y luego miro con tristeza a Makoto Ryu, quería decirle que lo sentía y que entendía su perdida, porque yo perdí a mi hermano mayor también, pero mentiría, era tan pequeño que ya apenas recuerdo su rostro...

Así que no pudo hacer nada, ahora la maldición era real y mis temores si acentuaron, por unos segundo me encerré en mi mismo, intentando pensar con calma, haciendo que el resto de conversaciones se escucharan como bajo el agua. Y así me mantuve en mi propia burbuja hasta que escuche la suave voz de Minami-san y sus palabras hicieron que recordara algo que escuche y me choco la pasada semana. Algo que ahora me martilleaba en la cabeza.

Y sin tener nociones reales del porque me levante como un resorte para caminar hasta donde estaba ella y hablarle a la cara. -¡OYE! -Alce la voz sin darme cuenta. -¿Que has dicho de una grabación? Yo... yo... -Estaba a punto de decir algo que seguramente no tendría ningún sentido, pero necesitaba hacer algo. -Escuche a un hombre que tras enterarse de este accidente, hablaba sobre algo escondido y que no recordaba donde estaba. -Sabia que mis palabras no tenían sentido pero seguí hablando. -Balbuceaba con que no quería que la maldición le atacara a él. Yo no se mucho sobre mas maldiciones de Yomiyama, ¿Pero crees? -Mire a las tres personas. -¿Creéis que pudiese hablar de la nuestra? ¿Puede ser que se refiera a esa grabación que dices? -La verdad es que estaba preguntando a alguien que seguramente supiera lo mismo que yo, nada. Pero necesitaba que alguien mas supusiera lo mismo que yo, por alocado que fuera.

Escuchó lo que le dijo Minami-san respecto a una masacre o algo así - En los informes la verdad es que no pone nada que no se haya dicho ya en clase, al menos en los míos, no soy de la ciudad así que no sabía de la maldición hasta hace poco, si pudieras contarme más te estaría muy agradecido. - dijo curioso pues le llamó la atención que los alumnos se mataran unos a otros por la maldición, pensaba que solo afectaba de forma indirecta, como con los accidentes.

Poco después se unió a la conversación Sogoru-san - No grites compañero, es mejor que esto quede entre nosotros, ya hay varios que están intentando sabotear los planes para salvar la clase, mejor no compartir esta información con ellos, podrían destruir todo lo que necesitamos para sobrevivir. - dijo mientras hacia un gesto con la mano que indicaba que debía bajar la voz.

¿Y el vídeo sabéis dónde puede estar? - también iba a ser muy útil si habían grabado los alumnos como acabar con la propia maldición. Les enseñó también la nota que había obtenido en la biblioteca la semana pasada tras investigarla a fondo. - Esto es lo único útil que tengo. - en la nota se podía leer "La clave está en la clase 3-3". - Si os dice algo, por favor, compartidlo conmigo, debemos acabar con esta maldición cuanto antes. - esperaba que ellos dos les diera alguna pista más, pues los archivos no tenían información relevante.

Ha pasado una semana y ya han muerto dos personas. No me gusta admitirlo pero si la Maldición no es real entonces es que es demasiada casualidad.

Aun así algunos todavía seguina sin creer en ella y no ignorar a Goro, como Lara, que le hablo en la clase delante de todos. Me parecio curioso eso que dijo de haber estado hablando con un fantasma. Lo decia en serio? O es que en realidad estaba loca de verdad?

Decidí preguntarle despues de clase cuando se haya ido la mayoria, asi seria mas facil.  Alomejor es una perdida de tiempo, pero alomejor sabia algo.

-E..esto Lid-san, es verdad que hablas con el fantasma? De que hablas con el? -le dije mientras miraba que no habia gente cerca escuchando.

Yosaki empuja la puerta y entra en clase saludando con una bienvenida habitual a sus compañeros; pero con un visible luto por lo que había pasado hace unos días mientras él estaba de vacaciones en Osaka con su familia. Se sienta en su pupitre, cabizbajo y cruza la mirada con Sakura, lo único que consigue que arquée una sonrisa. Sin embargo, al escuchar el comentario del profesor, esta pequeña complacencia desaparece de su rostro.

-Profesor, con todo el respeto, ¿no cree que está usted siendo totalmente insensible con la pérdida de dos vidas humanas? Haya maldición o no, no le da derecho a comportarse así.

Tras el final de las clases acompañé a Hanako Osaki y a Tetsuo al hospital. No hablé casi nada, mis pensamientos se concentraban en el estado de mi vecina y en el de su padre. <<¿Estarían bien?>>, pensaba una y otra vez. De mis manos brotaba un sudor frío e incómodo que me secaba disimuladamente en los pantalones, estaba muy nervioso.

Al llegar al hospital, entré en la habitación tras Tetsuo y me detuve, allí estaba Hanako con su padre, con indicios de haber estado llorando toda la mañana, no obstante, estaba tan linda como siempre. 

Hice un gesto en forma de saludo y me mantuve callado, estaba demasiado nervioso y no era capaz de controlarme. La verdad, no sé que mierdas me pasa, cada vez que veía a aquella chica mi pulso se disparaba. Me sentía rídiculo pero a la vez, increíblemente bien. 

Había escrito en clase una notita a modo de guión para saber que decir cuando estuviese frente a Hanako:
"Sé que no nos conocemos mucho pero quería que supieras que estoy dispuesto a ayudarte en todo lo que necesites..."

Aquella notita era un estúpido recordatorio, pero cuando mis nervios afloran no doy pie con bola. Y aún así, siendo tan corta, me pareció haberla escrito mil veces de lo mucho que me costó trazar aquellas letras temblorosas a causa de mi enérgico pulso.

Hice gesto de sacarla para dársela pero recordé que mis manos sudaban y la guardé rápido. 
Creo que no me ha visto, pensé.

Cuando aquella chica... ¿Hyouka? Si, le parecía que se llamaba así... Le pregunto por lo de hablar con el fantasma, a lo que Lid sonrió - no me desagradaría por lo menos, por el momento es una conversación en una sola dirección, mientras los demás solo jugaban a creer una maldición incierta, yo pensé que si de verdad existía, tal vez pudiera hablar o comunicarse de algún modo.

Se encogió de hombros - lamento lo del accidente, pero para mi, solo es eso, un accidente en mal momento. Si fuera tan poderosa como para matar a tanta gente, pensé que tal vez le sería fácil decir algo. Además, dan unas pautas muy concretas, ignorar a alguien, que se siente en el rincón, si no comunicó esas cosas el fantasma, entonces son solo suposiciones, y son los miedos de la gente los que crean esa maldición. El poder de la sugestión es psicológicamente algo temible. Si por casualidad realmente esa maldición existe y el fantasma ya se comunicó una vez, solo pensé que podía volver a hacerlo. Pero después de intentarlo, nada, ni el temblor de la ventana por el aire para sugestionarme a mí.

¿El poder de la sugestión? Si, lo había escuchado bastantes veces, gente que veía alucinaciones y transmitía su temor a otros que no viendo lo mismo creían presenciarlo. Huir de esa sugestión e incluso buscar un arma y blandirla al aire. Por presenciar, había incluso, visto a una anciana sufrir un infarto pensando que "una sombra" que mentaba otra persona se acercaba. Para Lara, conocer al fantasma y poder dejar de ser escéptica sería un honor. Por desgracia, y por algunos comentarios dichos por sus compañeros, el accidente podía haber sido provocado por alguien sugestionado por la maldición.

¿Estaba loca por pensar así? Por como le miraban algunos, por lo menos ellos comenzaban a creerlo - si te incomoda puedes llamarme loca, pero sin ver a ese fantasma solo puedo ver la sugestión de los habitantes de este lugar. ¿Les llamaré locos por ello? No, porque tampoco puedo decir que esa maldición no exista hasta que haya agotado todas las formas que se me ocurran para que ese fantasma me responda.

Sacó una pequeña libreta con una lista:

(Quien la quiera ver que avise, son solo ideas de Lid)

Lid mostró la libreta, subrayando la que acababa de hacer...

Ignorar a Goro y sentarse a hablar en su pupitre con el fantasma.
Ofrecer alguna ayuda a Goro en silencio y sin prestarle atención.
Kokkuri-san
hacerle una ofrenda decentemente, con su incienso y su bol de arroz con sus propios palillos
Hablar directamente con Goro-kun
Dormir en el pupitre maldito
Intentar llevar a cabo un exorcismo
Dejar una carta sellada bajo el pupitre con margen para una respuesta
Ouija occidental

Mi rostro antes entristecido va tornando más alegre al ver la animosidad de los chicos que han venido a verme sobre todo la de Tetsuo, desde luego en una primera semana había conseguido mucho más de lo que había imaginado, tenía tres buenos amigos que no habían dudado en venir a verme al hospital cuando lo había necesitado. No como en mi anterior Colegio, donde sí, era alguien conocido pero no parecían preocuparse realmente por mi, y esta nueva sensación... me gustaba.

- Sentaos donde podáis si queréis, bueno papá es fuerte y va haciendo progresos, está fuera de peligro por lo que me han dicho, y milagrosamente yo salí ilesa - miro a Hanako - pues la verdad es que no, no sé si tiene que ver o no con la maldición, yo creo que más bien fue un accidente de coche que ojalá no hubiese ocurrido puesto que los otros implicados salieron muy mal parados.... - agacho la cabeza - no quiero pensar que hubiese sido de mí si papá...

Dejo la frase sin acabar, no quiero ni decirlo, respiro hondo, no quiero amargarles el día encima de que han venido a visitarme.

- En fin, muchas gracias por venir, de verdad, no me lo esperaba - les hago una leve inclinación demostrando mi agradecimiento - ¿queréis que vayamos a la cafetería a tomar algo?, papá lleva un rato dormido y con esta medicación tardará en volver a despertarse seguramente.

De reojo veo que Matt hace un gesto, pero no le doy más importancia, quizás sea que no le gusten los hospitales o algo así y por eso parece estar algo nervioso.

La reacción de Sogoru asustó a Ika, quien se escondió tras su prima Rie como un acto instintivo de supervivencia. Ella no alzaba la voz ni hablaba por una razón.

Al ver que Makoto le pidió que se controlara un poco, Ika salió de su escondite y le miró con un poco más de calma. Era un chico enérgico, lo cual ponía nerviosa a la pobre chica.

- Bueno, verás... Yo escuché eso en una tienda. Hablaban de la clase 3-3 - le estaba costando horrores hablar -, pero es todo lo que sé. Un chico llamado Sakakibara hizo que... Que la clase perdiera el control con una grabación. Eso escuché, no sé nada más - miró a su prima como disculpándose de lo dicho y pensando en lo dicho por Sogoru y Makoto. Ika era una chica lista, aunque no lo demostrara mucho.

- Si la clave está aquí, tal vez la grabación esté aquí. Makoto-san, ¿no hay alguien llamado Sakakibara en las listas de estudiantes de las otras clases 3-3? Tal vez podamos tomar eso como punto de partida - era lo más que le habían escuchado decir a Ika en un largo tiempo, pero con lo apremiante de la situación, era natural. Por tímida que fuera, ella tampoco quería morir.

Aquella situación me recordaba a una muy parecida que había vivido yo hace algún tiempo. Podía entender a Hanako, podía entender su preocupación y su sufrimiento por si las cosas no salían como se esperaba. Su padre tenía una segunda oportunidad y eso me alegraba profundamente. 

¿El incidente ocurrido tendría algo que ver con que algunas personas interactuaran con el marginado de alguna forma?, me pregunté. ¿Eso implicaría más heridos o más muertes?, no había respuestas para mis preguntas, lo cierto es que habría que comprobarlo. Cada vez creía más en que la maldición sí era real, ya habían demasiadas víctimas, pruebas e información. No era una maldición novedosa, por así decirlo. Lo más probable es que los alumnos sigan haciendo lo que sientan, algunos seguirán dejando boles de arroz, inciensos o incordiando al "marginado" y como moneda de cambio obtendríamos accidentes, heridos y muertes. Estaba seguro de que la situación y la convivencia en clase cambiaría drásticamente a peor. ¿Cómo actuarían Ryu y Hanako después de lo sucedido?, reflexioné.

Hanako nos había propuesto ir a tomar algo a la cafetería, era una propuesta muy acertada, habíamos salido los tres del instituto y no habíamos almorzado. Mi estómago rugía como un león...

-Chicos, me encantaría ir a tomar algo con ustedes pero no dejo de pensar en Ryu. ¿Este es el único hospital de Yomiyama no? Creo que lo correcto sería ir a preguntar en recepción si hay algún Makoto en el hospital.- les dije.

Quería hablar con Hanako pero estaba buscando el momento idóneo para acercarme y decirle que estaba para todo aquello que necesitase.

Pasaban los días y el tío de Ryu parecía no recuperarse emocionalmente, a pesar de que físicamente estaba ya bastante bien, tenía una depresión tan grande por la pérdida de su hija que los médicos temían darle el alta y que cometiera alguna locura. Ryu iba a visitarle diariamente para ver si necesitaba algo, pero lamentablemente no conseguía hablar con él, estaba completamente ido su tío.

Un día llegó visita a la habitación de su tío, eran algunos compañeros de clase habían ido a visitar a la otra afectada durante el accidente Fukita-san, por suerte para ella, nadie murió en su vehículo. Ryu abandonó la habitación de su tío y charlo con los demás al otro lado de la puerta.

Os agradezco la visita, pero yo estoy bien, no os preocupéis. - dijo con un tono serio, intentaba llevar lo mejor posible la muerte de su prima, pero ya había aceptado que cuando alguien abandona este mundo, no hay vuelta atrás. Miró a Fukita-san, no la había visto desde el accidente - ¿Cómo está tu padre? Mi tío la verdad es que no acabó muy mal después del choque, supongo que no tardarán en darle el alta. - Echó un vistazo al reloj, debía ir a hablar con los clientes de su tío y explicarles la situación y porque no podía trabajar de momento, además de seguir buscando información sobre la maldición. - Lamento no poder quedarme mucho con vosotros, pero debo seguir trabajando e investigando, hay que evitar más muertes. - Cualquier cosa estaba bien menos volver a su ahora vacía y solitaria casa. - Aunque si tenéis información que podáis creer que es útil respecto a la maldición, no dudéis en llamarme. - Tras lo dicho anotó en un papel su número de teléfono, lo dio a Tetsuo-san que le parecía un chico serio y responsable y partió en busca de más pistas.

Gracias.

Sonrío a la bibliotecaria, que me permite usar para mis investigaciones. Por lo pronto no hay mucha información relevante, más allá de que parece que en inicios de verano la cosa se solucionó varias veces, en un campamento con la clase. Un año que apenas hubieron muertes...

¿Será el año de mis padres?

Mascullo. Pero al siguiente pocos supervivientes.

¿O ese?

Pero no puedo evitar preguntarme que porqué para ellos es tan mágico maravilloso.

Al parecer también hubo un incendio en el templo. Increíble.

Con media sonrisa, tomo notas.

Sin más, pido ayuda a la bibliotecaria.

Disculpe... ¿podría ayudarme? Es sobre el año XX -año de mis padres-, el año XY -año de pocas muertes- y el año YY -año de muchas muertes-, necesito investigar sobre los supervivientes.

Tal vez pueda sacarse información de los supervivientes... aunque lo veo poco probable: ya lo sabríamos.