Partida Rol por web

Hanako se sintió fatal al ver sufrir así a Tetsuo. No debería haber dado por hecho que él querría un beso suyo. Y dentro de su bondad, en lugar de culparla a ella, se culpaba a si mismo.

- Lo siento Tetsuo-chan. Yo.. no quería incomodarte... - no encontraba las palabras adecuadas. - Vayamonos a casa. Pero antes tenemos que llamar a emergencias para que vengan... -  cambió de tema para aliviar la incomodidad de su amigo mientras su mirada entristecida recorria los destrozos ocasionados por el accidente.
 

Tetsuo vio los ojos de ella llenarse de preocupación y como malinterpretaba sus palabras. No es que no quisiera un beso de ella era sólo que no sabía cómo...

¡Idiota! ¡No la dejes así!

Estiró el brazo para cogerla a ella de la muñeca de manera repentina pero con delicadeza. Entonces, en una fracción de segundo tiró de ella haciéndole girar sobre si misma y volviéndose hacia él. Detuvo su giro posando sus labios en los de ella.

Todo el movimiento no duró apenas un segundo. Tetsuo detuvo las palabras de ella con sus propios labios, pero esta vez, no hubo sonrojo.

Cuando su novia le llama noble, Aki se sonroja ligeramente. Pero aquello no iba a detener lo que iba a suceder, así como tampoco lo hace el regalo del tacto de su piel.

Cuando los brazos de Ika rodearon el cuello de Aki, éste se inclinó un poco más sobre ella, tomando la cintura de ella para tomar todo lo que podía ofrecerle. Y así dejó pasar los segundos, todo olía a ella, sabía a ella. Y se sentía más vivo de lo que se había sentido hacía mucho tiempo. Podía sentir cómo la sangre golpeaba todo su cuerpo y teñía su piel y el resto de sentidos se nublaban. Tanto, que ni siquiera sentía la necesidad de respirar, pero sí la de explorar cada rincón de la boca de ella.

Cuando al fin decide tomarse un segundo, Aki decide perderse en observar el rostro encendido de Ika mientras trataba de recuperar el aliento que, en algún momento ha perdido sin darse demasiada cuenta. Sus manos habían, sin pretenderlo, descendido de la cintura para apoyarse en las caderas de Ika.

¿Qué sueño?

Pregunto con interés ante la revelación de Ika, pues hasta el más mínimo detalle podría ser útil.

La verdad es que no soy muy propenso a soñar.

Confieso, pese a todo.

Mientras daba un mordisco al helado de Aki pensó en lo que éste decía

-"¿Un fantasma?¿En serio?"-mira a sus amigos-"Pues quizás tengas razón,la verdad es que no se me había ocurrido"-dice mientras ayuda a su amiga a limpiarse la nariz-"Espera ¿qué sueños?Yo no he soñado nada raro"-les ira y espera que se expliquen porque parecen saber cosas que ella no sabe ni imagina 

Ika suspiró con fuerza. Sabía que lo que diría no sería nada agradable.

Miró a su amiga a los ojos y con mucha seriedad - Akane-chan, ¿recuerdas que hace pocos meses me defendiste de unos chicos que me hacían bullying? - entonces miró a Aki.

- Aki-kun también estaba allí y... Bueno, él estaba consolándome. No recuerdo más, pero me desperté llorando. Algo me dice que es una pista para encontrar al sobrante. Que en ese lugar estaba el sobrante... - sabía lo que estaba insinuando a la perfección y sabía lo terrible que podía sonar, pero eso debía compartirlo con sus amigos.

Aun con la respiración acelerada, vio que Aki se detuvo un momento y la miró. Su mirada estaba posada en sus labios y entonces, notó la posición de las manos de su novio. Le dio algo de vergüenza, pero no le dijo que las retirara. Por el contrario, acercó más su cuerpo al del chico para juntar su torso con el propio y puso su mano gentilmente sobre el pecho de Aki para sentir su corazón acelerado.

Al sentir el fuerte latido, Ika sonrió con dulzura y volvió a besar a Aki con intensidad. Para ella, el descanso había terminado y moría por estar besándolo nuevamente. Se hizo en una posición idónea para que el chico pudiera tomarla más firmemente y ella se acercó a él lo más que pudo. Se separó un momento para mirarlo a los ojos.

- Aki-kun... - acarició sus labios con su pulgar suavemente y agregó - ¿De qué estás seguro sobre la familia? - sería difícil concentrarse en un momento así, pero ella no quería quedarse sin saber su opinión. Por alguna razón, era muy importante para ella.

Suspiraba con fuerza y su boca permanecía entreabierta por su agitación.

Eso repercutira en vuestras acciones, pues ahora sois enamorados :)

¿Quién más había allí, que yo recuerde?

Mh...

Me sumerjo en mis pensamientos ante las palabras del sueño.

Tal vez...

Definitivamente esto cada vez era más oscuro. Dejó su helado frente a él, sin tocarlo, tratando de encajar algunas piezas.

Cuando ella se acercó aún más a él las manos inevitablemente se deslizaron desde su cadera hacia la parte posterior de la misma con naturalidad. Normalmente hubiese retirado las manos sin pensarlo, pero... él sólo podía centrarse en ella. Sus miradas se cruzaron y él no sabía bien qué iba a pasar...

Hasta que ella le besó de nuevo, un beso intenso que él no tardó en responder como si fuese un vaso de agua para calmar un gran incendio. Necesario, pero podría tomar un centenar como ese sin enterarse.

Cuando las miradas se cruzaron y ella le preguntó, nuevamente no actúo como correspondía. Sería por toda la sangre corriendo, sería porque en aquel momento, aunque la vergüenza era grande -y más si alguien les pillaba así-, el placer de estar junto a ella, tan íntimos, sin barreras, era mucho mayor que cualquier otra cosa. De este modo respondió... no sabía si era lo correcto, lo que ella esperaba, pero respondió con el corazón en la mano y el fuego del momento.

Que la encontrarás... -comenzó a decir, quizá más por una educación memorizada, pero enseguida continuó- ... y que me encantaría... formar... parte de ella...

Ya estaba dicho. Y a la vez... se congeló. Se daba cuenta de todo conforme había terminado. Acababa de decirle a su novia que no le importaría, no, que le encantaría formar un futuro con ella. Y era sincero. Y sintió miedo, miedo por la reacción de ella. Miedo por darse cuenta cuán enamorado estaba. Pero también se sentía liberado, había sido sincero con él mismo y no sería una carga que llevar. Pero el miedo al fracaso era amenazante.

Ella se sentía inquieta. De solo pensar que el sobrante podría ser uno de sus amigos...

La verdad, le aterraba la idea, pero era algo que, lastimosamente, no podían ignorar.

Sin embargo, le sorprendió un poco la reacción de Aki - ¿Qué sucede, Aki-kun? -.

Su novio respondía a sus besos con vehemencia y total entrega, lo cual hacía que Ika ardiera en deseo de no separarse de él, de estar allí por siempre. Lo sentía así y no quería que terminara. A pesar de todo, aquello que hizo que la chica pensara de una manera más tranquila fue la respuesta de Aki.

Ella abrió los ojos de par en par al escucharle y le miró directamente. Guardó silencio y no se movió por unos instantes, tal vez microsegundos que, en una situación de esa, se sentían como una eternidad. ¿Quería formar parte de ella? ¿De verdad?

Para Ika, no había nada más hermoso que esas palabras, las palabras que nunca pensaría poder escuchar. Para ella, su relación con Aki había sido un golpe de suerte, ya que no sentía que tuviera ningún tipo de atributo o condición que permitiera que el amor llegara a su vida; pero ahí estaba, entre sus brazos, de ojos violáceos y cabello negro. El chico por el que ella daría su vida sin pensarlo, aquel que había visto algo sobre ella que la misma Ika no podía ver. El chico que, a pesar de todas sus responsabilidades, siempre buscaba una manera de estar con ella. El chico que ella amaba con todo su corazón.

Los ojos de Ika se humedecieron, mas no de tristeza, sino de emoción. Sentía alegría y se abalanzó tan fuerte hacia Aki que por poco y caen al suelo. Ella no planeaba soltarlo bajo ninguna circunstancia.

- Nada me haría más feliz que eso - besó su mejilla con más suavidad.

Mira a sus amigos con extrañeza y una idea se empieza a formar en su cabeza,asustándola como nada antes lo había hecho.Se mira las manos,buscando algún indicio,algo que le indique que lo que está pensando no es así

-"Ika...¿estás diciendo....que yo podría estar..."-no,no,no puede ser,es tan horrible pensarlo que las lágrimas acuden a sus ojos mientras mira a Aki-"Yo no recuerdo nada de eso que cuenta Ika....eso significa que yo..."-comienza a caminar de espaldas,alejándose de ellos cada vez más asustada.

Una de las cosas que les pasaba a los espíritus que no aceptaban su muerte era precisamente que no recordaban el hecho por el que murieron y ella no recordaba nada de lo que Ika estaba contando

Nada...

Aún meditativo y alzar la cabeza para fijarse en que mi amiga parece asustada y entonces reacciono casi sin pensar, para poner una mano en su hombro y tratar de detenerla.

Espera, espera espera. Recuerda... puede cambiar nuestros recuerdos. Quizá quiera esto. Quizá quiera que nos suicidemos o... no lo sé.

Sonrío con amabilidad. A estas alturas no sé bien qué pensar sobre espíritus, fantasmas, maldiciones... sobre todo, en general.

El instante en el que sus ojos se cruzan, Aki podía sentir los latidos de su corazón y cómo la saliva bajaba por su garganta. ¿Tan mala había sido su respuesta? ¿Tanto se había pasado? No, no quería que esto terminase... vale que estaba siendo sincero consigo mismo, vale que no podría recriminarse nada... pero no quería perderla. Ika era lo mejor, ya se lo había dicho. Y perder a la única persona a la que podía afirmar que amaba sería un golpe del que no sabría si se recuperaría. Quería, quería...

Quiero...

Comenzó a decir, temeroso y sin darse cuenta de que la cara de ella no expresaba ningún tipo de rabia ni decepción. Tampoco estaba preparado para el abrazo con el que ella le embistió y apenas pudo evitar que ambos acabasen rodando por el suelo, tomándola por la cintura y la espalda y eliminando cualquier rastro de distancia entre ambos... y convirtiendo ese agarre y un abrazo que respondía a sus sentimientos. Podía sentir los ojos humedecidos de ella, pero él sencillamente podía sonreír como un idiota, algo desde luego nada habitual en él, pero sólo Ika era capaz de provocar algo así en Aki.

Es una promesa, entonces.

Aseveró, la segunda que le hacía en poco tiempo. Pero no le importaba la idea de empeñar su futuro con ella, es más, le apasionaba la idea y el momento podría haber sido digno de un cuento de hadas de esos que ha leído en alguna ocasión.