Partida Rol por web

Ocurrió lo que no me había pasado en largos años... Comenzaron a temblarme las cejas. Nunca había escuchado una cosa más absurda.

-¡Deja de decir tonterías, Jack! ¿Cómo voy a tener celos de una piedra? -le agarro con más fuerza.-

-¡Porque quiero a esa piedra mas que a nada ne el mundo!

Estiro los brazos para tocarla otra vez.

Suelto un gruñido exasperado, haciendo fuerza con las piernas para retenerle.

-Me da igual, ¿acaso no has visto la maldita planta? En serio, de todas las personas con las que me podría tocar una misión, siempre me tienes tocar tú. ¿No podía tocarme una persona cabal? No, era demasiado fácil. Te pondremos a un hippie amante de las piedras. Eso funcionará. -le hago cosquillas para ver si se queda quieto.- ¿Quieres dejar a la piedra? No merece la pena, tiene la cara muy dura.

AL hacerme cosquillas me muevo con espasmos:

-No me importa esa planta, mi piedra me defenderá de ella, porque yo le importo.

-No lo hará, ¿no ves que no tiene corazón? Esa piedra está liada con la planta. Sólo te quiere por tus vísceras. -hago aún más esfuerzo, intentando que no se vaya. No creo que pudiera hacer más fuerza con el suelo que había.- ¿Por qué no te buscas una novia rubia pechugona como hace la gente normal?

-Porque amo a la piedra, y no digas tonterías porque la planta no tiene nada que ver con ella.

Me resistí como podía, y eso de qu eme ponía los cuernos con la flor era inverosímil.

-Estoy por soltarte y que te des el castañazo contra la piedra... -susurré con un tono molesto, mientras seguía agarrándole.- Cuando volvamos a casa te vas a enterar de lo que es bueno.

Vi la huella que dejaban mis pies al ser arrastrado hacia atrás y seguía gritando:

-¡Piedra, no le dejes que nos separe!

Molesto, hice una maniobra de reducción que enseñaban en la policía. En la misma postura, puse las manos tras la nuca mientras colocaba una pierna entre las suyas, para que si intentaba huir, tropezase. Sinceramente, con tal de que se estuviera quieto.

-Jack, no me obligues a usar las esposas.

Miro hacia arriba sonriendo y le digo:

-No te las habrían dejado pasar por la aduana tonti. ¡PIEDRA, AMOR MIOOOO!

Alzo las cejas, aunque él no podía notarlo.

-Jack... Soy policía. No me hables de aduanas.

Amor mío... Listo, había tocado mi límite. Estaba hasta las narices del amor silíceo de Jack. Antes de que pudiera darse cuenta, coloqué una mano libre en sus partes y las retorcí, notando el dolor a pesar de ser el que lo infligía. Empatía.

-Como no te estés quieto serás una hermosa soprano.

Me quedé quieto apretando como una pelotita de piedra.

Con la boca chica le decía a mi piedra:

-Ayudame...

Nathan intentó alejar de allí a Jack, pero éste se resistia, entonces uno de los capullos de la flor se lanzó sobre ellos, Nathan tuvo que soltar a Jack para esquivar a la flor, Jack corrió hacia la roca cuando el capullo lo atrapó. Fonçinho disparó hacia el capullo que había atrapado a Jack con su fusil, intentó disparar una segunda vez, pero su fusil se encasquilló

Mierda. Me abalancé sobre la planta para intentar sacar a Jack de allí. Desgraciadamente, las armas no son lo mío, pero si tenía buena pericia sin armas.

-Jack, ¡háblame! ¡Vive por la piedra!-ya no decía cosas coherentes, pero él tampoco era muy coherente.- Lucha por tu amor silíceo, douchebag.

Dentro del capullo:

-¿Tu también, hija de puta? -le dije a la flor- al final Nathan tendrá razón y estás liada con mi piedra.

Con la mp5 le pegué un ráfaga media (15 balas) y le disparé con la gloc un disparo.

Nathan golpea el petalo donde ha sido introducido Jack, pero no consigue nada, ve que es demasiado duro, apenas le hace nada. Fonçinho intenta arreglar su fusil pero con los nervios no lo consigue. La flor eleva al capullo y con ella a Jack y se aleja y vuelve a su nido a unos veinte metros de altura

Despierto de mi ensoñación y me asomo por el nido.

-¡Dios, que demonios hago aquí! puta piedra de los cojones.

Escuché los gritos de Jack y tuve que contener uno de alivio. Ahora que volvía a estar en sus cabales sería más fácil acabar con la planta. Saco la pistola automática.... Aunque no tenía demasiada esperanza, y como imaginé, fallé el disparo. Debería haber seguido pegándole en melé.

-¡Jack, intenta quemar a la planta!

Saco el mp5 y la pistola. Observo donde estoy y si la flor está por aquí.

-¡Igual va a por vosotros!

-¡Sí, va a dejar la comida que tiene entre las raíces para ir a por cosas que les están disparando! ¡¡Muy agudo, Jack!! -miro a Jack debatiéndose a varios metros sobre el suelo y ya estaba calculando cuánto iba a doler la caída.