Partida Rol por web

Y apunté a las plantas he hice llover fuego sobre ellas mientras sonreía:

¡RATATA PUM RATATA PUM RATATA PUM RATATA PUM!

-¡Así se dispara Nathan, así, jajajajajajaja!

Entre los diparos le grité:

-Si alguna vez te atrapa una cosa de estas, saca el machete, lo coges con las dos manos y las pones delante de tu frente. Entre la presión que hace y el filo será como cortar mantequilla.

-¿Me lo dice el hombre que empezó a llorar porque tenía vértigo? ¿El mismo hombre que se enamoró de una piedra?

Genial. Intenté coger el machete con la mano libre.

-La piedra no me disparó en ningún momento... y el vértigo era para quitar fuego al asunto. -repliqué a nathan mientras se preparaba para no se si rezar o hacer un sacrificio-

-Sí, claro... Como Fonçinho se muera te estaré dando de tortas hasta el día del juicio final. ¿Quieres liberarle?

Hice más fuerza para salir, pero la planta tenía otros planes.

Nathan consigue ejercer fuerza y abrir la flor, intentó agarrarse, pero cayó al suelo, se hizo bastante daño en la cabeza, pero por fortuna no se rompio nada, y aun más suerte, no se mató.

Jack disparó con el subfusil hasta quedarse sin balas, con un disparo más de la glock, la flor de Nathan acabó muerta, solo quedaba la que tenía a Fonçinho, disparó con la glock, una de ellas se encasquillo, saco la otra y comenzó a disparar de nuevo, hasta matar a la otra flor también, Fonçinho consigue salir del capullo de una pieza, os mira sonriente, como si nada hubiera pasado

Me quedé aturdido en el suelo por la caída. Hasta hace cinco segundos estaba atrapado, y por fin podía respirar con libertad. Intenté levantarme, con la cabeza dolorida. Solté un gruñido hasta que conseguí ponerme en pie, y me mantuve firme, esperando a que el mareo pasase.

-Bien... Busquemos a esa mujer.

Agarro de la pantorrilla a Nathan y le digo:

-Balas, no necesitamos preñadas, sino balas. Para el mp5 sólo me queda para rellenar un cargador y dieciocho balas. -dije rellenando los cargadores- y si encontramos granadas entre los cuerpos de los militares muertos, aun mejor. -terminé de cargar todo y enfundé una de las pistolas- Y otra pistola para ti, y si hay otro subfusil para mi mejor que mejor.

No le soltaría la pernera hasta que me contestase.

Le apoyé en mí para seguir caminando.

-Jack, quizás haya una mujer en peligro. No podemos dejarla así. La buscaremos, y si encontramos munición, también. Simplemente no vamos a abandonar a nadie. Miraremos a ver si encontramos alguna radio que funcione o algún barco.

-Buena idea, y si hay una planta comiéndosela le tiramos cocos.

Dije mientras caminábamos.

-Sinceramente... -me mareé un momento y tuve que parar para no caer al suelo en plomo. Cogí aire lentamente.- No vamos a dejar a alguien atrás.

Le tiré de la manga:

-No digo dejar a nadie atrás, aunque sea a alguien que realmente ni conocemos , ni nos viene ni nos va, y posiblemente le demos un poco igual, simplemente que vayamos preparados. Me siento deeeebil Nathy, un par de granadas me harían sentir mejor, o 50 balas mas.

-¿Débil? ¿Lo dice Jack, que no puede ponerse en pie y caminar porque se dejó atrapar por una flor por estar mirando a una piedra? -repliqué en tono jocoso.- Haremos ambas cosas. Fin de la cuestión, Jack.

-Pues registra a ese -le digo señalando a un soldado muerto.

Exhalo un suspiro cansado antes de dejarle e ir a registrar al soldado fallecido. Tenía un par de cartuchos, pero estaban mojados. Todo estaba mojado aquí.

-Jack, ¿qué tal llevas el estómago?

-Lo tengo de plomo. -dije mientras me apenaba ver el triste tesoro.

-Lo digo en serio, Jack. Si te duele especialmente, dilo y pararemos un momento. Te revisaré después, ¿de acuerdo? -aunque más bien necesitaría yo de alguien que me mirase la herida de la cabeza.

Andais en busca de la mujer, de la mujer, de balas, armas o algo que os haga salir de allí, mientras caminais, Nathan cae de bruces contra el suelo, al mirar ve que ha tropezado con algo blando. En el suelo, y saliendo de un arbusto, se puede ver el brazo de una persona. El cuerpo, tapado por la vegetación, es el de una mujer.

- Es Yaseira- dice Fonçinho- La mujer embarazada

Por su barriga podéis ver que ya no está embarazada, a dado a luz, Fonçinho está seguro aunque es dificil reconocerla ya que en su cara hay una expresión de dolor que se ha quedado solidificada por el rigor mortis, deformandola. La causa de la muerte parece clara, una hemorragia post parto. Un charco de sangre oscura llena de coágulos del tamaño de guisantes se extiende por el suelo.

De repente los músculos de la cara de Jack se contráen haciendo que se parezca al hechicero de los Yamirogami. Las venas de su cuello se hinchan hasta que parece que están a punto de reventar por el esfuerzo, mientras sus cuerdas vocales se deforman hasta que su voz suene como la del hechicero

- El hijo de la diosa... el hijo de la diosa... devolvedlo... es el último de nuestra raza... encontradlo y llevadlo al lugar al que pertenece... conducidlo a su hogar... Gami, su madre, le reclama... quiere tenerlo en su regazo... como tiene ahora a todos sus hijos... devolvedlo a Gami... devolvedlo... halladle para enviarle a su morada, junto a la Madre Luna... y evitad a Yami... Yami siente envidia de nuevo, porque su naturaleza es la propia envidia... si Yami encuentra al hijo de la Diosa no quedará esperanza... si Yami os alcanza, os arrebatará a la criatura... y su mano es larga... porque muchos son sus enviados... él es el último de nuestra raza... el heredero de la estirpe... devolvedlo y protegedlo de su tio...

Una ráfagade viento gélido sopla. A lo lejos, suena el rugido de u jaguar, por el volúmen del sonido tiene que tratarse de un ejemplar verdaderamente grande. Jack cae al suelo inconsciente, despierta un par de minutos después

Suelto una palabrota en gaélico, que habría puesto los pelos de punta a mi madre. Por suerte, no estaba ahí para reñirme.

-Tenemos que encontrar al bebé ya.

Ayudo a Jack a levantarse.