Partida Rol por web

- ¿Galen dijo donde iba?

Supisy negó con la cabeza. Simplemente había salido con el aerodeslizador. Y si lo había dicho, tampoco había prestado demasiada atención. La verdad, no le importaba.

- Estoy un poco cansada, y no me gustaría estar vagando por la ciudad sin rumbo fijo. Creo... - se rascó el hombro con gesto despreocupado - creo que me voy a ir a la nave a preparar las cosas.

Esta mujer estaba completamente obsesionada con el trabajo... o quizás es que lo único que le interesaba estaba en el espacio y no en aquel planeta.

- Ni idea chico- contestó a Finn mirando a Supisy-. Llámale y salgamos de dudas.

- Yo mientras voy a halar con el capitán para decirle lo del acuerdo- dijo encogiéndose de hombros como si la cosa fuera baladí.

Justo antes de iniciar la comunicación le dijo a Supisy.- Supy, ¿te acompañamos a la nave? Así irás más segura... de hecho hasta dentro de cuatro horas aquí Don Juan y yo no tenemos otra cosa que hacer... vamos que no nos importará acompañarte- se ofreció el humano, pensado que de esta forma podría hablar con el capitán en vez de llamarlo.

Galen comenzó a cortar las bastas cuerdas con las que le había atado el cazarrecompensas, lo primero que hizo fue sajarse, y la sangre hizo más difícil el llegar a cortar correctamente lo que le retenía. 

Pero instantes después, como concentrándose, como poniendo todo su empeño, cortó las cuerdas de sus manos, que quedaron libres y comenzaron a dolerle cuando la sangre corrió por ellas, la poca que iba por dentro y no por el destrozo que se había hecho fuera. Ahora estaba delante de la mesa, con todo su equipo, sus armas, y también todo su dinero, desparramado delante de é.

Al lado el cazarrecompensas y el recién llegado seguían enfrascados en una lucha a muerte. Y Galen todavía tenía los pies atados.

Tras mirar de soslayo la sangre brotando de su muñeca, cortó las cuerdas que le aprisionaban las piernas mientras con la otra mano arrastraba sus pertenencias hasta la mochila de la que aquel maldito cazador de recompensas las había sacado, poco importaba si algún wupiupi caía al suelo, realmente con salir de allí con la mayoría del dinero y su vida se daba por muy satisfecho, si era necesario, elegiría salir vivo y sin un crédito, pero por intentarlo que no quedase. Una vez todo en el interior, miró a los contrincantes que continuaban su pelea empuñando su blaster pesado.

En el suelo, la batalla a muerte continuaba, la armadura del alienígena estaba ya cruzada y medio rota por brutales golpes del vibrofilo del atacante, que mantenía bien sujeta el arma de su oponente para evitar los disparos.

Galen metió todo en la mochila y...

Percatándose de que no le hacían demasiado caso aquel par de bailarines, decidió echarse la mochila al hombro y sin darse la vuelta, salir de allí echando mistos, al mismo tiempo, tras enfundar su pistola, recoge una camisa vieja de entre sus pertenencias y se la pone sobre el corte del brazo para echar a correr acto seguido y no detenerse hasta llegar al astropuerto.

- Acompañemos a Supisy a la nave y llamemos a Galen. Espero que no se haya metido en ningun lio.

Después de los eventos en los bares y la tienda, Supisy, Finn y Shoram volvieron hacia el espaciopuerto, justo cuando estaban a punto de entrar en la explanada antes de las puertas de las que entraba y salía tanta gente tuvieron una visión ciertamente curiosa.

Galen salió corriendo de una de las otras calles. En las manos llevaba su mochila, que parecía mucho más llena. En su mano tenía un corte a lo largo de la muñeca que sangraba mucho y que había dejado lleno de gotitas de sangre su ropa y mochila.

No llevaba su arma a la cintura. ¿Estaría en la mochila?

Parándose, pudo sacar una camisa vieja de la mochila y rompiéndola, hacerse un vendaje competente.

La gente pasaba al lado de Galen y se dedicaba a sus asuntos. La gente podía tener prisa y cortarse... por supuesto. 

Galen miró hacia los lados, como si se asegurara de sus alrededores y vio a los tres compañeros que le miraban algo asombrados. Parecían contentos y relajados. Como si hubieran pasado un buen rato de bares y tiendas.

Con una sonrisa forzada asintió una vez a modo de saludo a sus compañeros de tripulación, después volvió a mirar su mochila, extrajo de ella su blaster pesado y lo guardó en su funda, después cerró la mochila y se la echó al hombro mientras se incorporaba y aspiró aire profundamente allí parado, miró una vez más hacia la calle por la que había venido y, segundos después, empezó a andar hacia el espacio-puerto.

- ¿Qué? ¿Qué coño estas haciendo? - preguntó la mecánico a aquel con el que había estado en la sala de máquinas tanto tiempo . - ¿Qué te ha pasado?

- ¿Y ese arma Galen? ¿No te habrás metido en un lio?

- Es mi arma. - sentenció sin dejar de caminar hacia el astropuerto - Al parecer la chica de recepción estaba en lo cierto al recomendar a la gente no ir sola por las calles de este planeta. - sonrió nervioso sin mucho más que decir, deseando llegar a la nave de una maldita vez.

Shóram se preocupó al ver el estado en el que se encontraba su compañero, se echó la mano a la pistola y miró en la dirección por la que venía su compañeros.

Al escuchar la razón, el contrabandista se rió y le dijo mirando a sus compañeros.- Qué nos vas ha decir... hasta Finn tiene que tener cuidado esta tarde.. igual una señorita le roba algo- dijo guiñandole el ojo a Finn-. De todas formas, ¿por qué no nos has avisado de que tenías problemas? y ¿por qué no nos has contado donde ibas y te hubieramos acompañado?... aaayyyy alma cándida- dijo mientras le seguía-. Anda vayamos a hablar con el capitán que tengo buenas noticias para ti... y para todos en general- comentó sonriente.