Partida Rol por web

Con el arma cargada y el paso firme, Shoram abandonó la cabina en dirección a los dominios de Meredath. La puerta se abrió nada más llegar y allí pudo comprobar como la mujer tecleaba algo en unos de los datapads conectados a una de las camillas que había en la impoluta enfermería.

Como de costumbre, miró a Shoram con una mezcla de odio y furia. - ¿No tendrías que estar en la cabina monitorizando a los "manitas"? ¿Qué vienes a hacer aquí?.

No era precisamente difícil llevar a la mujer en gravedad cero, aunque si un poco desagradable. 

Y ese no fue el primer cadáver, sino que en la siguiente habitación, que era el control de Hiperespacio, y en la siguiente que debían ser sensores otros cuerpos saludaron a los compañeros en extraños gestos y con rostros congelados de horror. 

Con la misma indiferencia que antes, el Capitán les dijo que los tomaran y los siguieran llevando. No era difícil caminar por la nave con las botas magnéticas de los trajes de vacío, pero las caras entrevistas a la mortecina luz de las linternas situadas en la parte de arriba de las escafandras no se les olvidaría en mucho tiempo.

Los minutos pasaron y pronto pudieron dar todo el rodeo y estar en el otro "cuerno" de la nave, en una escotilla volada de lo que seguramente era un disparo de bláster pesado montado en una nave.

- Venga, arrojad los cuerpos fuera, ahora tendremos que cerrar las siguientes escotillas manualmente y ya podremos ir a soporte vital y a la sala de mando para conectar otra vez la energía y el aire.

- Vengo a pedirte, de buenas formas, que me acompañes ahora mismo a la cabina. De buenas formas- repitió.

Su semblante era serio, cosa que contrastaba con la actitud afable y graciosa que mostraba siempre Shóram. No dejó un solo segundo de mirara a Meredath. Y al verle trastear con el datapad ledijo.

- Por favor, deja eso YA y ven conmigo- le ordenó, sin dejar opción a la réplica.

- No sabia que fuese tan frío capitán ¿Que son los tatuajes de la mujer?

- Nada importante - respondió Supisy - solo son unos tatuajes que se hacen los Telak, una banda de piratas bastante sanguinaria. Pero si están muertos... no tiene porque preocuparnos.

- No sé por que tengo la sensación de que nos va preocupar antes o después ... ¿Quien acabo con ellos? ¿Como es que no se llevó la nave? ¿Como es que nuestro capitán sabe de esto y 15 cadaveres no le hacen parpadear?

Uno tras otro, los cadáveres de los piratas fueron saliendo por la escotilla abierta para perderse en el vacío del espacio, la mayoría serían atraídos por la gravedad del planeta que orbitaban las naves, para convertirse en estrellas fugaces, ignorados y olvidados por todos, desintegrándose poco a poco en la atmósfera.

¿Como es que no se llevó la nave?

Porque yo era uno y dos naves... ¿Podrías habértela llevado tú?

¿Como es que nuestro capitán sabe de esto y 15 cadaveres no le hacen parpadear?

Eran ellos o yo. Y eran asquerosos piratas ¿Que mas dan? Venga, a trabajar. Hay que cerrar unas cuantas mamparas interiores para que cuando conectemos el soporte vital, no se nos escape.

Supisy miró a sus compañeros.

- Si averiguaramos quien es el jefe, y a juzgar por los tatuajes yo diría que no está aqui. - miró los cuerpos uno a uno para evitar que le lanzaran al espacio - Podríamos usarle en caso de problemas. El hecho de enseñar los tatuajes por la videocamara nos debería de dar un voto de confianza que no tendríamos de no tenerlos.

—Es un buen plan, supongo que su cuerpo estará por el puente de mando. Podríamos digitalizar sus cuerpo y sus tatuajes y usarlo para mandar mensajes en el caso de que todo se fuera al cuerno o nos hicieran una emboscada en el futuro.

- A eso me refería justamente, capi. - dijo Supisy contenta de que, para variar, se le hiciera caso en sus locas ideas.

Meredath te miro más que sorprendida. Cerrando el datapad con tranquilidad. Aunque la temblaban un poco las manos.

—¿Qué demonios te pasa ahora? ¿Que es esa mierda de las buenas formas? ¿Es que no vas a dejarme tranquila? ¿Qué voy a hacer yo en la cabina?.

Se la notaba muy asustada por tu comportamiento. 

Lo notaba, estaba nerviosa. Por la mente del contrabandista pasaron cantidad de formas de sacar el blaster y acabar con ella ahí mismo. Odiaba a los traidores. Pero no lo podía asegurar y no podía dejar que ese sentimiento prevaleciera.

Apretando los dientes Shóram refrenó su mano que ya tenía cogida la culata de su blaster, y sacó el arma con suma tranquilidad dejándola al lado de su pierna. Su mirada fría y sus ojos brillantes hicieron el resto.

- Vamos- ordenó sin casi abrir la boca y mucho menos los dientes, haciendo un gesto con la cabeza, para confirmar que ese "vamos" se refería a un vervo que indica lugar y no a una expresión para exohortar, casi rogar, que haciera algo que no debiera y así no tener que refrenar sus impulsos, cosa que le hebiera gustado.