Partida Rol por web

Apocalipsis

La Plaga

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21/02/2010, 19:49
Director

Repuesta momentáneamente del susto del tanque, Yomara vió como los saqueadores salían corriendo, mientras una ametralladora del carro de combate, operada por un soldado con máscara antigás, vomitó fuego cerca de ella, disparando contra los que huían. El ruido amenazó con dejarle sorda, y ella se tapó los oídos.

El tanque prosiguió su camino por la calle, y ella miró los restos de su vehículo aplastado. Antes de pensar en nada más, una persona cayó de un tejado de un bloque cercano, haciéndose polvo contra el techo de un coche que estaba apenas a tres metros de ella. Sin poder evitarlo, conmocionada y asustada, corrió alejándose del lugar, rumbo al puente de brooklyn.

Solo podía pensar en qué habría sido de Oluchi.

Notas de juego

Cambiamos de escena.

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21/02/2010, 19:54
Director

La mujer se giró, sorprendida de verla despierta. Llevaba la jeringuilla en la mano, y la miró un momento antes de volver a mirarla a ella.

-Los soldados la encontraron en su casa, sangrando abundantemente. He tenido que hacerle una transfusión, y ahora le iba a administrar una vacuna contra la gripe.

Parpadeó, dejando la jeringuilla, y acercó una silla a ella, sentándose. Miró a un punto intedeterminado a los pies de su cama, y sonrió como si estuviera reflexionando.

-Aunque tiene usted toda la razón. No serviría para nada, porque no tenemos vacuna contra la supergripe.

La miró a los ojos entonces, quitándose los guantes de látex.

-Tengo una buena y una mala noticia para usted -dijo entonces.

Se dió un tiempo para continuar, no para hacerse la interesante, si no para reflexionar sobre todo lo visto durante el día.

-La buena noticia es que su matriz no ha sido irreparablemente dañada. Cicatrizará pronto, y podrá tener hijos si lo desea.

Parpadeó.

-La mala noticia es que ha perdido usted al hijo que esperaba.

Hubo un silencio, pesado e incómodo. Ella se levantó entonces, como si estuviera muy cansada, y fue a por un botellín de agua que tenía en una mochila junto al armario transportable con los medicamentos.

-Lo siento mucho -añadió, intentando no mirarla a los ojos.

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23/02/2010, 11:32
Ashton Northely

A la mujer que siempre, sin ninguna excepción, le había gustado mantener un absoluto control sobre lo que la rodeaba, incluyendo conseguir la máxima información sobre cualquier dato pese a que pudiese parecer insignificante… le estaba costando mantener la concentración en lo que escuchaba de la otra mujer.

Primer motivo y fundamental, sabía con lo que iba a sentenciar. Aguantó estoicamente, y sin atreverse a respirar, toda la parafernalia hasta que terminó con las frases que tanto odiaba. Pese a esperarlas, a saberlas, le dolieron con, exactamente, la misma intensidad que al abrir los ojos y tener plena conciencia de ellas…. Por eso no quería que se lo recordaran y sus oídos se cerraban en banda. Por eso casi no percibió la parte esperanzada del mensaje.

Segundo motivo, todo lo que no tenía que ver con ese tema le daba igual. Por ella que se muriesen todos con la “supergripe”, ella misma la primera, estaba furiosa con la enfermedad y con el resto del planeta. Era eso lo único que destilaban sus ojos y su rictus serio: enfado y odio… o puede que sólo fuesen dolor e impotencia, quién sabe.

Tercero, le caía enormemente mal. Por su culpa había despertado de nuevo, por su culpa sabía cosas que no quería saber y desconocía la única que había preguntado clara y expresamente. Y encima tenía la desfachatez de compadecerse de ella. El remolino de sentimientos que la atacaban por todos los flancos no se notaban en la dureza que expresaba su semblante, ni en la calma que tuvo la voz al contestar mientras comenzaba a incorporarse suavemente, cuidándose de mirar hacia lo que había sido su preciosamente abultada barriga hacía nada:

Le agradeceré que me diga cuánto más tengo que permanecer aquí y que después me deje sola.

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25/02/2010, 18:11
Director

La mujer la miró, despacio. Pareció pensativa, y nada intimidada por su forma de hablar, mirar y comportarse. Reflexionó sobre lo dicho, y luego se acercó a ella.

-Normalmente debería guardar entre 24 y 48 horas de reposo. Pero este hospital de campaña es necesario para atender a más heridos, asi que si puede moverse, sería conveniente que buscara un lugar tranquilo donde reposar.

Le quitó la sonda del brazo, con cuidado, y luego le puso una gasa apretando la herida resultante, fijada con espadrapo. Entonces, ella comenzó a toser. Primero fue una tos sin importancia, pero fue aumentando en cuestión de segundos. Al cabo, retrocedió apoyándose en la bandeja de los instrumentos, que cayeron al suelo. Su tos se volvió fuerte y preocupante, y ella se tapó la boca, mirándola con los ojos como platos.

Quizá se estaba dando cuenta de que iba a morir en cuestión de minutos.

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28/02/2010, 15:15
Ashton Northely

Se sorprendió bastante de no sentir un profundo dolor al comenzar a incorporarse cuando la enfermera le dio vía libre. Notaba una molestia física, pero era menor de la que esperaba. O había pasado bastante tiempo o simplemente estaba anestesiada todavía. Ojalá se pudiese adormecer su conciencia, la maldita frase que martilleaba insistentemente su mente con tanta violencia que le hacía difícil hasta respirar. Ya no estaba. Lo que más le importaba.

Espero pacientemente mientras terminaban los cuidados en su persona, tomando una noción más clara del lugar, de su vestimenta y de la mujer que por fin estaba en plan profesional y no con conversaciones que le hacían demasiado daño. Estuvo a punto de suspirar aliviada, pero no, ni eso ni un mínimo consuelo por nada llegaría a su corazón pronto. Estaba completamente segura.

Parpadeo con una mirada vacía mientras su acompañante comenzaba a encontrarse mal. Rostro totalmente impasible. Como si no entendiese nada o simplemente no le importara. Con la mano libre cogió la mascarilla que se acaba de quitar, para aislarse del aire que se suponía tan seguro un minuto antes, según la enfermera que se ponía peor por segundos.

Se sentó en la cama y saco fuerzas de fraqueza, conteniendo la respiración por si las punzadas de dolor físico aumentaba mientras se ponía completamente en pie ayudada por una única mano, pues la otra estaba encargada de que no se contaminara.

Será mejor que se tumbe…

Notas de juego

Porfa, indicadme esto en el siguiente post:

¿qué lleva puesto? He supuesto que pijama de hospital, pero por si acaso lo pregunto.
¿Se puede mover con normalidad aunque lo haga muy lento?

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02/03/2010, 03:39
Director

La mujer la miró, con rostro de espanto. Se sentó despacio, siguiendo sus consejos, pero no terminó de tumbarse. Sabía que iba a morir, y tenía poco tiempo para hablar con ella. Lo que si hizo, fue sacar una identificación que llevaba colgada, un pase de seguridad, y se lo tendió.

-Creo que esto... -volvió a toser- Se va a la mierda por momentos.

Tomó aire, volviendo a mirarla. Sus oídos comenzaban a sangrar. Era una escena ciertamente terrorífica, y ella no podía dejar de pensar en si la siguiente sería ella. Pero si había de creer a Randall, no sería así.

-Tome esto, póngase a...

Volvió a toser, mucho, parecía ahogarse.

-A salvo...

Y comenzó a cabecear, amenazando con perder el conocimiento. Parecía una chica buena e inocente, y lo sería hasta su último estertor.

Notas de juego

Llevas una bata de hospital, porque tu salto de cama estaba manchado de sangre. Basicamente es una de esas batas antiestéticas abiertas por el culete.

Puedes moverte, una vez te han sacado la vía. Estás algo mareada, pero cuando pases unos minutos de pie, caminando, etc, se te pasará. Eso si, donde te dispararon te sientes rara, entre el dolor y la incomodidad.

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03/03/2010, 16:19
Ashton Northely

No sin esfuerzo consiguió incorporarse del todo, girada hacia la mujer que debía estar pasando los peores momentos de su vida. Y los últimos, a todas luces, porque ni Dios ni ninguna otra divinidad supuestamente piadosa existían ni iba a ayudarlos… cada uno sólo podía contar consigo mismo. Esa había sido la lección que había aprendido de la peor manera posible Asthon Northely, nada más despertar por la mañana.

La mano que se había colocado a la altura del diafragma, debido a un dolor en esa zona, hizo real la enorme falta que su cabeza gritaba y maldecía en silencio. Apretó los labios con fuerza al darse cuenta del hecho, mientras la mujer hablaba no del todo lo educadamente que se esperaba de una mujer con estudios. Y para soportar el sufrimiento que la había vuelto a sacudir con violencia, separó el miembro para coger la tarjeta que le tendía la desconocida. Mirando incrédula el objeto durante un breve segundo.

Seamos sinceros, no sabía para que le podía servir. Tampoco si quería ponerse a salvo de verdad. Aunque era de suponer que sí, porque si no, ¿A que habría venido colocarse la mascarilla? Hubiese sido muy fácil dejar que el aire entrara por su nariz, llegase a sus pulmones y esperar a que el rápido proceso fulminara velozmente cualquier pena que tuviese.

Pero no.

Allí estaba ella, había tomado una decisión sin ni siquiera ser consciente, y una de las importantes, así que ahora tenía que llevarla acabo. Aparto la vista con la sangre, por lo repugnante de la escena y porque le recordaba la suya propia y a lo que se había llevado con ella.

Quédese descansando. Iré a ver si pueden ayudarla…- No tenía muy claro que fuese verdad lo que había dicho, tampoco le importaba demasiado. Quería salir de esa habitación y punto.

La enferma que no se quejase, había sido bastante educada, tranquilizándola y todo lo demás, comportándose hasta como si le afectase. Eso si que era familiar: Quedar bien con todo el mundo y en realidad sólo hacía lo que a ella le interesaba.

Comenzó a andar lentamente en dirección a la salida, a asomarse para evaluar que opciones tenía. Agarró el mástil del carrito que tenía la bombona de oxigeno, para andar sin tener que quitarse la mascarilla, por lo menos no tan cerca de la moribunda.

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06/03/2010, 21:57
Director

Cuando salió fuera, los militares que montaban guardia le cortaron el paso. Llevaban uniformes de guerra química y nuclear, con mascarilla y abrochados hasta la cabeza. Eran cuatro, y dos de ellos ya habían comenzado a toser.

-Señorita, no es conveniente que salg...

No terminó la frase, porque una bala le alcanzó en el pecho. Después de ella, sonó el disparo, lejano, como un eco, procedente de los altos bloques de edificios. El militar que quedaba sano se agachó deprisa y tiró de ella hacia una cobertura.

-¡Francotirador, localizad a ese cabrón! -dijo.

Pero sus compañeros no estaban por la labor. De hecho, él fue el único en moverse, pero eso no pareció valer de mucho. Otro disparo le alcanzó, tirándolo al suelo. Un tercero impactó sobre la chapa del coche tras el que se escondía Ashton. La bombona de oxígeno yacía unos metros más allá, perdida durante la atropellada carrera.

El lado de la calle en el que estaba, seguía en una fila de vehículos aparcados a ambos lados. Volver sobre sus pasos parecía peligroso, porque era un espacio abierto expuesto a los disparos del francotirador. Parecía que el mundo se había vuelto loco, y que se iba a la mierda en cuestión de momentos. Su sueño cobraba cada vez más significado.

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08/03/2010, 21:26
Ashton Northely

Era la segunda vez, en demasiado poco tiempo, que no entendía como había llegado a una situación tan descabellada. Lúgubremente pensó que a la tercera, seguramente, iría la vencida.

Desde que se había asomado hasta la situación en la que se encontraba había acertado a hacer poco-nada. Un par de parpadeos perplejos cuando le hablaron los guardias y un encogimiento de hombros al notar que estaban disparando justamente a donde ella se encontraba...

¿Aburrimiento? ¿Pura maldad? Era difícil encontrar motivos coherentes para que alguien se pusiese a disparar porque sí a las primeras personas que encontrasen en mitad del desastre que había sacudido al planeta, y muy mala suerte ser una de las destinatarias.

Y no hablemos ya del frío que estaba pasando. No sabía cuanto había estado dormida, pero seguro que no había sido tres meses, la primavera no había llegado. Era como mucho Enero, y estaba en bata de hospital y tirada en mitad de la calle. Recién operada y con una gran perdida importante. Otra vez le costaba encontrar una lógica plausible. No era tonta, lo sabía perfectamente, así que simplemente decidió que o aquello era una pesadilla o definitivamente, al igual que su bebé, el sentido común se había esfumado del mundo real y poco había por hacer..

Encogió las piernas y tiró del hombre que había intentado ayudarla, hacia ella, sin perder la protección del coche y sin dejar de tiritar.

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11/03/2010, 16:20
Director

Cuando ella tiró del militar, vió que estaba tosiendo sangre dentro de la mascarilla. El hombre le miraba con los ojos abiertos, desorbitados por el horror y el dolor. El francotirador seguía disparando, ahora a sus compañeros enfermos. ¿Un loco? ¿O quizá un terrorista? Ambos conceptos parecían difuminarse en aquel caos, con el sonido de las ambulancias a lo lejos, los gritos y el eco de los disparos.

El hombre tardó poco en morir, y ella sintió el impulso de escapar de allí. Se hizo con la pistola del muerto, aunque no supiera manejarla, ya que no pensaba quitarle la ropa a un potencial contagiado. Corrió en bata de hospital, agachada, mientras el francotirador le disparó un par de veces, sin darle. Corrió hasta que el tipo perdió el ángulo de tiro con ella, y mucho más allá.

Corrió para alejarse del Apocalipsis.