Partida Rol por web

Prologo...

El enorme Giga va de camino a casa tras salir del trabajo bastante cansado, viaja de pie en el metro, no es que haya hecho mucho esta noche, la profesión de vigilante nocturno no es muy ajetreada. Hacer rondas, dormitar, aporrear a algún caco ver un poco la tele y picotear algo entre horas esperando a que llegue el relevo de la mañana. Aunque hoy has tenido que espantar un par de veces a los chachos que venían a chorar y el esfuerzo te ha pasado factura. Por suerte tu gran tamaño les amenazó lo suficiente para que no volviesen una tercera vez.

Te bajas en tu parada, sacando contigo a una veintena de guisantes en el proceso que protestan y maldicen, pero se callan cuando les miras. Sales de la estación y te diriges a tu edificio donde vives de alquiler. Cuando sacas las llaves y vas a abrir la puerta de casa te fijas que está abierta.

Llego a casa como siempre, silbando la típica canción que escucho cuando pongo la oreja en la gran muralla metálica y se me cae el refresco cuando veo que la puerta está abierta. No obstante, me lo bebo del suelo y me rasco la cabeza contra la pared mientras pienso.

¿Se me habrá quedado abierta? No... no creo... nunca la suelo cerrar...

Entre normalmente aunque de verdad era la primera vez que la encontraba así, así que en el fondo... estaba extrañado.

Mientras te bebes el refresco del suelo, como siempre que alguien hace ruido tu vecina, la vieja cotilla del 3ºB asoma por la puerta, te echa un vistazo rápido y cierra la puerta corriendo al menos los setenta crisquetes y cadenas - "Es un barrio peligroso" - protesta siempre.

Entras al interior, está todo oscuro. El genio del ilitricista que hizo la instalación colocó el interruptor al fondo del pasillo en vez de a la entrada junto a la puerta y para colmo solo hay uno que enciende la luz de toda la casa a la vez. Pero no te importa, te conoces tu casa de memoria y avanzas seguro, sin embargo, comienzas a tropezar con cosas y las pisas cuando andas por el pasillo. Por el sonido dirías que son tus muebles y las cosas que había sobre ellos.

Mientras noto los muebles y las cosas en el suelo, me voy extrañando cada vez más y me pongo en guardia preparando mi frente verde para estampársela al primero que me amenace.

Aquí hay guisante encerrado...

Intento rodar lo más silenciosamente que puedo hasta el interruptor.

Intentas rodar en silencio, pero no puedes evitar tropezar y pisar cosas. Finalmente llegas hasta el interruptor y lo activas, las luces de tu casa se encienden y ves a un guisante albino, elegantemente vestido de traje y corbata, con abrigo largo, guantes y gafas de sol caras. El pelo negro y largo engominado hacia atrás. En una mano lleva un bastón con empuñadura en forma de un guisante de plata. Le ves de cara a la pared palpándola con ambas manos como si buscase algo. Cuando la luz se enciende en toda la casa al pulsar el interruptor, se queda quieto en la posición en la que está.

Apenas enciendo la luz descubro un guisante de lo más curioso en una de las paredes de la casa. Me quedo estupefacto, pero mi expresión es indiferente, como suele ser costumbre. Y pienso en mi mente y tras unos segundos le hablo con mi voz grave y lenta.

Si buscas el baño es por el otro lado.

El guisante albino se da la vuelta lentamente y sonríe enarcando las cejas - ¡Oh!, ¡así que ahí estaba ese maldito interruptor!.. no se preocupe por el baño, hace cosa de media hora que lo hice en.. - mira hacia el suelo - ¡Vaya.. era una jarrón con flores!.. ya decía yo que me hacia cosquillas. Lo siento. Es que no me aguantaba y por eso tuve que forzar la entrada. No había nadie en casa, no encontraba la dichosa luz y bueno, me moría de ganas. Perdón por el desorden causado.. se lo compensaré - dice el extraño guisante disculpándose.

Miro el canalillo que regalima del jarrón y se me levanta la ceja izquierda solo un par de milímetros pero en seguida vuelve a su sitio.

Ah, no te preocupes... ¿quién eres?

Me moría de ganas por saber quién era, qué hacía realmente en mi hogar y si podía ayudarlo o echarlo de alguna manera sin tener que usar la violencia, no obstante, mi voz lenta y grave hizo que mi emoción no se mostrara del todo, es mi carácter, "Siento, luego no expreso".

El guisante albino te observa con curiosidad - ¡Sorprendente!. Eres tal y como decían los informes - comienza a decir el extraño guisante - Oh, no me he presentado, disculpa.. Mi nombre es.. Noimporta - dice tendiéndote la mano para estrechártela mientras sonríe.

Le miré estudiando su nombre, que por alguna razón me parecía muy curioso, y me dispuse a devolverle el saludo.

Bueno... yo me llamgo Gigabe, pero llámame, Giga.

Todo un placer Giga, llevo mucho tiempo queriendo conocerte ¿Sabes?.. he oído hablar mucho de ti y también he leído cosas y he visto vídeos. Se que te gusta ayudar a la gente y valoras la justicia y el orden.. de ahí que hayas trabajado de vigía, de vigilante nocturno y de policía.. ¿Me equivoco? - pregunta el Señor Noimporta.

Cuando dijo que había visto vídeos míos me puse algo sonrojado y miré directamente a mi ordenador.

Quizá no debería de haber colgado "esos" vídeos en Guisantube...

Pues sí, me gusta ayudar, hay mucho guisante podrido suelto por el mundo. ¿Por qué lo dice? ¿Y quién le ha hablado de mí? ¿Cómo sabe todo esto de mí? ¿Quiere un refresco?

No gracias, me producen gases - dice negando con un gesto de la mano - El como lo sé no tiene mucha importancia Giga, sin embargo el porqué si que la tiene, aunque no importe realmente el porqué del como, pero como sabemos para qué y porqué del qué.. es lo que realmente importa saber - explica claramente el señor Noimporta - En resumen mi querido y grandullón Giga, he venido a ofrecerte una forma mucho más efectiva de ayudar a la Nación Guisante que siendo un simple guardia nocturno donde aporreas cacos por la noche.

Giga quedó en trance durante casi una semana, y al volver en sí, seguía estando delante de aquél guisante y, tras mirar su refresco vacío, volvió a mirar a ese trajeado guisante y habló.

Perdón, ¿cómo dices? ¿Una forma mejor? Me empieza a interesar lo que dices...

El guisante albino pega un respingo cuando hablas tras una semana de inactividad cerebral y se acerca a ti - Ven conmigo.. has sido invitado a una reunión especial.. allí se te explicará todo junto al resto.. me he tomado la libertad de llamar a un taxi mientras pensabas en el asunto.. ¿por que.. quieres salvar al mundo verdad chaval?

¿Salvar al...?

¡¡¿¿Qué??!!

Por alguna razón no conseguía comprender cómo era posible que el ratón Jerry siempre se escapara de Tom, ¡¡era increíble!! Pero más increíble era lo que acababa de decirme aquél hombre.

Y como buen soldado, acepté.

¡¡Sí, señor!!

Mientras bajáis para encontraros con el taxi el guisante albino va charlando contigo - Verás Giga.. ha ocurrido algo realmente importante, pero estamos tratando de mantenerlo en secreto para que no cunda el pánico entre la población y hemos seleccionado de entre todos los guisantes de la lata a los mejores y más importantes para que compadezcan en una reunión.. es a donde nos dirigimos ahora.

Fue entonces cuando, sin más dilación, entré en el taxi dispuesto a proteger a la lata de lo que fuera que la estaba amenazando.

Debo proteger a mis amigos...

Montais en el taxi en el que entras a duras penas por tu gran tamaño. Hacia vosotros se gira la taxista, una guisanta de enormes morros rojos y un mocho con rastas por pelo - Holas papitos, ¿a donde les llevo mi amol? - pregunta mientras le da una calada a un cigarrillos de dudosa legalidad.

El guisante albino le da una dirección que según tu sabes, queda más o menos por el centro y el taxi se pone en marcha a toda pastilla.

- Dime Giga, ¿nunca te has preguntado porque no tienes fotos de cuando eras pequeño? ¿El porqué tienes vagos recuerdos de tus padres? ¿El porque sientes que debes proteger a todo el mundo? - dice Noimporta mirándote con curiosidad.

¿No tengo? Vaya... tampoco es que repare mucho en mi pasado, siempre me centro en lo que tengo delante.

Le dije mirando fijamente el respaldo del asiento de la conductora.

Pero... ¿por qué es?