Partida Rol por web

La radio se activó.

-Éste es el helicóptero de la policía llamando a los ocupantes del taxi. Por favor, identifíquense.

Su hermana se sentó con él, secándose las lágrimas. El hombre se sentó en una silla. Iba todavía en pijama.

-Nos habíamos acostado antes de que empezara toda la locura. Pero yo tenía la radio encendida por que me gusta oírla para dormir. Y cuando nos despertaron los gritos de la calle sintonicé a ver si decían algo, y me quedé un poco impactao. Cuando hemos oído los gritos en el otro bloque estábamos cagaos y hemos llamao a la policía. Pero tienen las líneas colapsadas. Claro.

La mujer les puso una jarra con agua y unos vasos. El agua de Granada estaba muy bien, se podía beber del grifo tranquilamente. Bajaba de Sierra Nevada así que figúrate. Como beber Lanjarón pero sin pagar la botella.

Lupita iba mirando todo, puertas, salidas y lo que fuer, iba muy callada como pensando en algo hasta que llegaron con pelos chinos.

-Me ofrecí a hacer una lista de los sobrevivientes y mis amigos ayudarán... Si es necesario, si no, no estorbaremos.

Su abuelo siempre decía algo que a ella le quedaba muy claro: mucho ayuda el que no estorba.

El compañero asintió.

-Claro, la hacemos en un momento. Coged algo de comer si queréis, y un botellín de agua.

Siguió de la mano de Lupita, pegada a ella y sin soltarla. Como Jack aferrándose el al trozo de tabla donde estaba Rose en Titanic, luchando por la cordura antes de robarle el móvil a la mexicana y huir para encerrarse en el baño y hundirse en la agorafobia extrema.

Sopesaba en su mente vivir su vida como esos japos que no salían de su habitación, viviendo por y para internet y cuyos padres les pasaban la comida por debajo de la puerta para que no murieran de hambre. Y ahora que lo pensaba, ¿esos frikis cómo se ducharían? ¿Y cómo hacían pipí y caca? Uggg, que horror, mejor esperar antes de llegar a ese extremo... Aunque seguro que sus padres agradecían sus deposiciones para abonar de forma bio las plantas que cultivaban en casa.

Miró de reojo la comida y la bebida. Si decían que era una droga, quién no le decía que estaba por todas partes. Todo aquello era un complot, racista o a saber de qué tipo, los españoles estaban locos. ¿Y dónde estaba Manu? Debería estar a su lado sujetándole la mano en su desgracia.

-Je n'ai pas faim...- arrugó la nariz con disgusto y apretó la mano de Lupita.

¡BLAM!  A tomar por culo el Audi y el nota. Bonita mancha de sesos dejó contra la pared.

-¡YUUUJUUU! -gritó a lo cowboy-. ¡Uno menos!

Agarró el G36 y abrió la puerta usándola de parapeto para cubrirse. Era la hora de los tiros. Con suerte quedaría un hijo de puta con vida para sacarle información. De lo contrario, a improvisar.

Le di las gracias a la mujer cuando trae la jarra. Miré con cierta sospecha el líquido elemento. Creo que me estaba emparanoiando ¿y si habían contaminado el agua? Luego mire al matrimonio de ancianos. No, no creo. Sino estarían ellos pinzados también. Y todos. ¿Quién no se bebe el vasico de agua cenando o antes de dormir? Pues eso. Me serví un vaso, y bebí.

- Yo tuve que huir de una horda para volver a casha…- y se me viene la imagen de Will- No penshé que entraran a losh pishosh…Han echado algo en la bebida. Por esho quiero penshar que pashará…Todo se elimina, mash tardeo mash temprano…

Los locos del coño estaban reventando nuestro piso. Pero eso era lo de menos. Las cosas materiales se podían reponer. Luego le miro las palmas de las manos a la Patri. Se ha pegado un viaje bueno con el tirón de la cuerda.

Pues no, ella pensaba en hacer la lista ella sola pero si los voluntarios no tenían necesidad de ayuda, mejor para ella que se quedaba con los dos que estaba.

-No tengo hambre y de beber paso, a ver si me chingo y esa cosa también está contaminada y ustedes no lo saben.

No soltó a Chantal pero ya casi parecía su hija, si no fuera porque mas o menos median lo mismo y el rubio no iba a ser el padre, tenia el pelo muy obscuro.

¡Ah! Se imaginó con once chilpayates rubios corriendo por el enorme jardín de la hacienda de sus padres y a ellos dos haciéndose arrumacos como si el tiempo no hubiera pasado por los dos. Bueno, las imaginaciones eran así.

Alex no podía atender la radio, o conducía o hablaba, y si hablaba los tiraban de la carretera. Echó una mirada al asiento trasero. Chi, que estaba libre del cinturón reculó para coger el comunicador, Pelayo respiró aliviado, como Elvira hubiera seguido en esa postura mucho rato habría empezado sospechar que eso que notaba no era el móvil, aunque la nueva perspectiva del trasero de su chica, con lo que parecían unas bonitas bragas de encaje rojo, no ayudó demasiado.
Ella no sabía nada de radios ni cosas de esas, Alex le explicó lo básico en unas pinceladas y presionó el botón del comunicador, mejor que hablara ella por eso de que era chica y tenía voz suavita –Emmm hola… me… llamo Elvira Torres, voy con dos personas más- pensó entonces, mejor ser prudentes –tuvimos un accidente con los de la furgoneta, se dieron a la fuga así que les seguimos pero tratan todo el rato de echarnos de la carretera, emmmm, nos pueden ayudar?- volvió a darle al botón, no sabía si lo estaba haciendo bien. Apretó los dientes, a ver por donde les salían los de la poli

Marqués vuelve a utilizar la radio - ¿Se confirma el envío de asistencia médica? - No queria que el motorista la palmara. Luego mira a Padilla - Orden ejecutiva contra el concejal y eso eh solo para arrehtarlo. Ademah, dehpueh de tó'ste mierdero quiero que alguien pueda explicah que mierda'pasa'o... - Marqués toma la escopeta y empieza a cargarla mientras Padilla carga contra el audi y cuando lo atropella y manda a tomar por culo a uno de los tíos, se ríe por lo bajo. Vuelve a mirar a Padilla - Al otro tío probablemente se l'acaben lah balah pronto... - Abre la puerta y la utiliza también de parapeto, apoyando la escopeta en el agujero que queda entre el uro y la puerta abierta - ¡RÍNDET'AHORA Y PODRÁH HACÉ UN TRATO! - Le grita al mercenario con la esperanza de que se rinda.

Ni rendirse ni hostias en vinagre. La cabeza reventada como un puto melón. Sonidos de sirenas a sus espaldas, entrando por el túnel. Compañeros en coches patrulla, incluyendo a la poli local de la Zubia y una ambulancia. Habían venido a ayudar en cuanto se enteraron.

-Dejadme aquí, tíos -dijo el motorista- Y que me atienda la ambulancia.

La radio volvió a activarse y les dió pistas de por donde iban los tiros.

-Aquí Unidad Aérea. Perseguimos a los sospechosos por las inmediaciones de la abadía del Sacromonte. Un taxi particular les está siguiendo, creemos que persiguiendo.

Finalmente, llegaron a la antigua carretera del Fargue, y la furgoneta torció a la izquierda, en dirección Granada. ¿Donde coño iban? El helicóptero tardó en darles una respuesta por que estaban flipando. No asimilaban que unas personas normales siguieran a otros que, acababan de decirles, eran extremadamente peligrosos. No por una mera colisión de tráfico.

-Les sugerimos que...

Y sonó algo que se rompía, seguido de un BAM lejano. Le habían disparado al aparato.

-¡Nos han dado en el rotor, nos han dado, caemos!

Millones de euros en un Eurocopter que se iban por el váter. O más concretamente, al fondo de un barranco donde se estrelló con gran estrépito de aspas chocar contra el suelo y explosión. Finalmente, la furgoneta enemiga torció y se metió por un camino de tierra. Camino de algo que era obvio y visible. Un conjunto de antenas repetidoras de televisión y radio.

Marqués mira al motorista - Que te mejoreh, tío - fija su mirada ahora en Padilla - Ya'h ehcucha'o, a la Abadía de Sacromonte, tenemo que repartih el santo castigo del Señoh... - Dice mientras se monta en el uro de nuevo, con la escopeta ahora en sus manos.

Chocó la mano del patrullero López.

-A ponerse bien, tío. Buen trabajo. Ya noh veremo y tomamo argo.

... "ya noh veremo"... lah mentira que dice uno... soy hombre muerto, ya la he cagao demasiao y eh tarde pa enderesalo... dentro de una semana llevaré una corbata colombiana... si hay que irse que sea haciendo algo güeno...

Todo estaba saliendo de puta madre. Un poco de sentido a toda la mierda que hasta ahora había sido su trabajo en el cuerpo... y sobre todo fuera del cuerpo. Un poquito de dignidad para una carrera que iba cuesta abajo.

Saltó al asiento de uro.

-Amo a por elloh.

Mierda, mierda, mierda. Aquello se ponía feo. Habían abatido a un helicóptero, pero no le pareció por un lanzagranadas. El disparo lejano y cavernoso sonaba a francotirador.

-Ellos tener un calibre sincuenta. Ruido característica, munisión antimaterial. Agachad cabesas.

Aunque si les daban poco iban a protegerles la chapa del coche. Esa munición la atravesaba y destruía como si fuera mantequilla.

Siguiente disparo, adios bloque del motor. El coche, por supuesto, incontrolable. Pero todavía funcionaba la dirección y el freno de mano, por lo que se metió a la derecha, dejando que el coche frenara al ir cuesta hasta llegar a la oquedad que formaba ésta. Allí al menos el francotirador no tenía ángulo de tiro.

El coche se detuvo pero salía humo del motor. Un humo muy feo. Apagó el motor, o al menos lo que todavía respondía del sistema eléctrico y se pasó la mano por la calva, sudado.

-Mierda amigos. No salir de éste sitio o nos vuela puta cabesa ese tío. No poder movernos si francotirador sigue a acecho. Y no se donde estar. Pero está en éste lado colinas seguro.

Se bajó del coche, por que no se fiaba un pelo y cogió la katana y el wakizashi, que llevaba en el cinturón de los pantalones. La cabeza agachada.

-Imagino que tendrá visión nocturna o por calor. Por que es más noche que un grajo.

Respiró hondo y se mentalizó.

-Cariño, tu eres más sagaz que yo. Necesito que descubras donde está. Pero si te ve a ti... te matará, claro.

Pensó en salir corriendo y hacer de blanco. Pero si el tipo estaba lejos le resultaría muy fácil abatirle.

-¿Alguna idea?