Partida Rol por web

Hace tres días que llegasteis a la casa de Thomas. Un pequeño edificio de tres plantas en mitad de un enorme valle, casi estratégicamente oculto y aislado del infierno exterior.
Su mujer, Susan, lloró su reciente viudedad durante un par de días, sin embargo no ha dejado de agradeceros el cargamento de insulina que le hará posible vivir durante un buen tiempo.
Durante los días de descanso que lleváis allí habéis podido disfrutar de un entorno tranquilo, curar heridas y recuperar las energías perdidas tras el largo viaje.
La casa está en buen estado, el padre de Susan se afana por arreglar todos los desperfectos por pequeños que sean.

Durante la última cena discutían la escasez de comida. La caza se convertía en la única opción, sin embargo la puntería del padre de Susan no era la misma que cuando era joven y las fuerzas de Susan no le permiten salir a cazar. Ante esta tesitura Nimitz se ofreció a tomar esa responsabilidad, si bien su forma física no era la mejor sí mantenía una puntería aceptable y un conocimiento de las armas digno.
Pese a todo, los cálculos no eran halagüeños, la comida se terminaría en unos meses. Cientos de hectáreas aptas para el cultivo rodeaban la casa, suficiente para vivir de lo cosechado. Sin embargo faltaba algo esencial: semillas.
El padre de Susan habló de un enorme invernadero hacia el Sur. Supuso que no estaría saqueado debido al pobre botín que podrían llevarse.
Antes de buscar cualquier alternativa Eddie se encargó de ofrecerse voluntario, junto a ti, para ir en busca de las semillas. Según él sería pan comido a no ser que el invernadero perteneciese a los Omega.

Y así, sin más demora, os encontráis abandonando el valle al amanecer. Se presupone un viaje corto y seguro, vuestro primer destino es Nolan, una pequeña ciudad al sur de las montañas.
Desde allí deberíais descubrir la ubicación exacta del invernadero y obtener las semillas.
Pese a ser una misión sencilla os habéis asegurado de ir bien armados, aunque solo sea por espantar a posibles salteadores.
Camináis por una carretera agrietada, en cada brecha que se ha abierto en el asfalto se abre paso la vegetación.
En esta región la flora parece haberse impuesto, si bien no deja de ser hierba y algunos árboles aislados parece que según avanzáis el color verde predomina en el paisaje.
A tu lado camina Eddie, eligió llevar una pistola porque era más “de su estilo”. Aunque no lo ha dicho sabes que en un bolsillo oculta la granada sin carga que tan buen resultado dio en el pasado.
Aún queda una hora de camino hasta la primera parada, lleváis un par de hora caminando sin ningún incidente. El camino del valle no es precisamente concurrido, no une rutas comerciales y no hay nada de utilidad en la zona.

Rebuscando en el armario del padre de Susan Eddie logró nueva ropa, o mejor dicho, vieja ropa. Ahora viste un traje violeta con un sombrero a juego. La camisa a cuadros y la sudadera que lleva debajo de todo no ayudan precisamente a normalizar el conjunto.
Aun así la extraña mezcla pertenece a su estilo, otra es que su estilo sea estético.

- Tío, míranos, como en los viejos tiempos. Dos hombres y un destino. El futuro de toda una familia depende de nosotros, de una familia y de Nimitz, ese tío no está bien. Ya sabes a que me refiero, todo eso del ejército y las armas, creo que tiene secuelas.

Hace círculos con su dedo junto a la sien e inmediatamente se ajusta el ala de su sombrero.

- Esta vez será más fácil, no tenemos a los Omega pegados al culo. Vamos al sitio ese y que nos den semillas. A mí las frutas y las verduras me dan igual, yo quiero lo que quiero. ¿Sabes lo que quiero? Quiero otro tipo de semillas. Ya sabes, “semillas”. Tío, ¿me estas siguiendo? Quiero semillas que no dan comida, quiero la planta de la felicidad. Siiiii, tiiiio, voy a ser el mejor campesino del mundo.

Camino observando la amplia naturaleza de los alrededores. Aquello poco tenía que ver con la zona de Boxter más desolada y desértica. Aquel paseo me vendría bien para relajarme y bajar el estrés, que cuando casi mueres tantas veces en tan poco tiempo era alto. Me había recuperado ya de mis graves heridas, aunque quedaron cicatrices que me acompañarían y recordarían lo sucedido para el resto de mi vida.

Me enciendo un cigarro y miro de reojo a Eddie mientras caminamos, evito decirle nada de sus pintas pues sé que se lo toma muy a pecho - No sabía que te habías vuelto un samaritano, fuístes muy rápido al querer ayudar sin pedir nada a cambio, je.

Nimitz... bueno.. todo el mundo tenemos nuestros diablos. Casi muero cuatro veces el último año, no creo que yo tampoco esté muy bien -sonrío torcido y doy una calada, vuelvo a mirar la carretera.

¿Crees que aún quedarán Omega con vida? La última vez ví a toda la cúpula allí en el aereodromo, incluso había tipos con capa. Sea como sea les hemos jodido bien, quizás hemos hecho el mundo un poco mejor.

¿Sabes algo de los otros dos, el hombre y la mujer?

Cuando escucho el verdadero motivo del viaje de Eddie no puedo evitar soltar una carcajada.

Joder... ya decía yo que no eras un santo. -me quedo un rato pensativo y luego comento - ¿Sabes? No es mala idea, habría mucho negocio si conseguimos que no te la fumes toda y queden excedentes para vender.
 

Eddie se encoge de hombros ante tus preguntas.

- Los Omega siguen existiendo, pero apuesto a que están mas preocupados de lamerse sus heridas que de buscar venganza. Les dimos una paliza, así aprenderán a no meterse con nosotros. - Se coge de la solapa y levanta la cabeza con orgullo - De la pareja aquella no se nada. Aunque no me importaría volver a encontrarme con esa mujer. Tío, seguro que es de las que te destroza en la cama, esas mujeres con carácter, ahhh, espero que haya un burdel en la próxima ciudad.

El cielo perpetuamente encapotado deja pasar algo de luminosidad procedente del Sol, es difícil saber la hora exacta pero aun no ha llegado el mediodía. La temperatura, sin el calor del Sol, raramente supera los quince grados.

Las montañas que limitan el valle quedan atrás y la carretera, igual que el entorno, se van allanando. Pese a que estéticamente es mejor estar rodeado de arboles no tardas en darte cuenta de que limita mucho la linea de visión, apenas puedes otear la carretera ya que a la mínima curva los arboles tapan el recorrido.

Llegáis a un pequeño cruce donde la carretera se divide en dos. Hacia la derecha, hacia el Oeste, se pierde en una llanura que te recuerda bastante a la zona de Termopilas. Parece que había un cartel que indicaba el destino, pero sería de metal y no tardarían en llevárselo. Siguiendo recto, dirección Sur, sí hay un cartel. Viendo lo rudimentario que es, de madera y pintura, sabes perfectamente que fue puesto durante esta nueva era que te ha tocado vivir.
En un intento de imitar la tipografía de las antiguas señales de trafico en la madera han escrito "Nolan", seguido de una flecha que indica la dirección.

A lo lejos una figura en mitad de la carretera. Una persona va caminando hacia Nolan, distingues un abrigo y una mochila, pero no ves asomar ningún arma por la espalda. En las manos tampoco lleva nada, lo cual indica que de ir armado no lleva armas largas.
Mientras te fijas observas como alguien sale a cortarle el paso y rápidamente otra persona se pone detrás para rodearlo.
Se encuentran a unos cien metros y por el momento parece que están hablando.

Sigo caminando tranquilamente con Eddie y comento- Pero sabes? Tu plan tiene un problema: dudo que en un invernadero corriente guarden ese tipo de "semillas felices", más bien deberías buscar en la casa de un yonk...

Me callo al ver las figura a lo lejos y como se le acercan dos hombres. Paro a Eddie con la mano y le fuerzo a agacharse conmigo. Seguramente eran bandidos asaltando a aquel hombre.

Bandidos.., ¡rápido sal del camino, ven..! - susurro y me dirijo fuera del camino internándome junto a los árboles para avanzar en sigilo, dispuesto a acercarme más para enterarme de la situación y ver si ese hombre merece nuestra ayuda o no.

Aprovechando la vegetación avanzáis en paralelo a la carretera. Las raíces levantadas y los desniveles entorpecen la marcha pero no buscas precisamente velocidad.
A medida que te aproximas puedes observar con mas detalle a las tres personas. El tipo al que viste en primer lugar parece un viajero normal y corriente. Lleva una abultada mochila y su ropa no esta en buen estado.
Los dos hombres que le rodean no llevan equipaje, o al menos no lo llevan encima. El que esta frente a él porta un subfusil, el que esta situado a su espalda lleva en las manos un enorme machete.

No lo oyes lo que dicen pero no te cuesta nada imaginar la conversación.
De repente el hombre parece que va a entregar la mochila al tipo del arma automática. En lugar de dársela arroja la mochila contra él e inmediatamente dispara con una pistola. Pese a la corta distancia no parece haberle herido de gravedad.
El hombre del machete reacciona rápido y golpea la espalda del atracado, por el gesto de dolor y la sangre sabes que otro ataque así y solo quedaran dos hombres vivos en ese camino.

El hombre de la pistola se gira para tener a ambos atracadores a la vista. Los otros dos se preparan para acabar con él.

Vamos avanzando por la maleza silenciosamente hasta tener una vista más clara de lo que sucede. No llevan mochila y están armados, bandidos como suponía. Pretendía acercarme por la espalda y por sorpresa a ambos y seguramente habrían bajado sus armas al sentirse apuntados pero todo se tuerce cuando aquel hombre comete una locura.

Miro a Eddie - No hay tiempo, saca tu pistola y dispara al del machete! Yo me encargo del otro.

Apunto con mi subfusil y disparo una ráfaga al bandido con el arma de fuego mientras seguimos avanzando y cubriéndonos entre los árboles para tener un objetivo más claro y cercano. 

Tu breve ráfaga pasa por detrás del hombre de la pistola y un metro escaso del tipo del subfusil. Eddie también dispara, pero su escasa puntería sumado al corto alcance de su arma hace que la bala impacte en un árbol bastante por detrás del grupo.
Aun así el ataque surte parte del efecto deseado, los dos asaltantes corren hacia los arboles al otro lado de la carretera. El hombre de la pistola corre en dirección contraria colocándose a vuestro lado aunque unos doce metros por delante.

Oyes la voz de uno de ellos pero no identificas a cual de los dos pertenece.

- Esto no va con vosotros, este tipo tiene una deuda y debe pagar por ella. Ademas, él ha disparado primero.

Por parte del hombre tan solo hay silencio.

Chasqueo la lengua al ver que no damos ni una, después de tanto tiempo en la civilización estábamos oxidados. Pero al menos eso le ha dado tiempo al hombre de empezar a ponerse a resguardo. Me asomo de nuevo apuntando al del subfusil que corre para ponerse a salvo. Disparo una vez nada más esta vez, había que ahorrar balas de ser posible.

Al escuchar sus palabras rápidamente improviso, quizás así pudiéramos espantarlos sin hacer peligrar nuestras vidas- ¡CUALQUIER ASALTO ARMADO A VIAJEROS ES ASUNTO DE LOS PATRULLEROS! ¡LARGAOS AHORA Y NO VOLVÁIS SI QUERÉIS VIVIR!-grito haciéndonos pasar por patrulleros. Miro a Eddie de reojo para que me siga la corriente, el tiene más labia que yo en el arte del engaño.

Eddie te sigue el juego y se hace pasar por patrullero, aunque rápidamente se le va de las manos.

- ¡SOLTAD LAS ARMAS Y HUID DE AQUÍ, NO LO VOLVEREMOS A REPETIR!

Cuando parece que van a responder Eddie vuelve a gritar, esta vez cambiando su voz para parecer otra persona. Otra persona bastante dura y arrogante por la gravedad del tono.

- ¡MALDITA SEA, OS VAMOS A DESTROZAR! ¡NADIE HACE ENFURECER A LOS PATRULLEROS!

Tras su actuación te mira, se encoge de hombros y sonríe orgulloso de sus dotes de improvisación.

Esperáis alguna respuesta, ya sea de viva voz o con plomo, pero solo hay silencio en la carretera. De repente escucháis un ruido a vuestro lado del camino, veis al hombre de la pistola con las manos en alto, solo, y caminando lentamente hacia vosotros.

- Se han ido corriendo. Uno de ellos está herido y apuesto a que no tienen huevos a enfrentarse a tres personas armadas. Ahora se lamerán las heridas, pero pronto volverán al crimen.

Le doy un codazo de camaradería e Eddie y reprimo una carcajada cuando triunfa nuestro engaño - Eres una caja de sorpresas negrata. -sonrio pero rápidamente me vuelvo a poner alerta al ver como el tipo se nos acerca. Todavía no sabíamos quién era ese hombre- Quédate aquí a cubierto mientras hablo con él.

¡Ey! ¡Ey! Quieto ahí amigo, no tan rápido. Enfunda el arma y dinos quién eres y qué deuda tenias con esos tipos. Que te hayamos ayudado no quiere decir que seamos tontos y vayamos a darte un abrazo sin conocerte -sonrió burlón apuntándole aún con el subfusil desde la cadera y con el cigarro en los labios casi acabado.

El hombre levanta las manos y lentamente guarda la pistola en una pequeña funda que cuelga de su cinturón.

- Tranquilo, tranquilo. Mira, desarmado, ya no soy una amenaza.

Permanece a unos tres metros de ti, cruza los brazos sobre el pecho y mira tu arma.

- Mi nombre es Barry y no le debo nada a esos dos ladrones. Lo dijeron para salir del paso, si hubiese tenido mejor puntería le hubiese metido el machete por el culo a ese hijo de puta.

Hace una mueca de dolor mientras estira la espalda y niega con la cabeza.

- Escuece pero no duele. No tienes nada para desinfectar heridas ¿verdad? Nolan esta cerca, pero el doctor y yo no nos llevamos precisamente bien.

Hago una seña para que salga Eddie cuando ya no hay peligro y examino más calmadamente a Barry.

¿Barry eh? Yo soy Allan -asiento a modo de saludo pero sin soltar el arma, aunque si que relajo un poco la postura- Eso me suponía, que eran simples asaltacaminos. Te hemos salvado de una buena, nos debes una.. ¿A qué te dedicas?

No tenemos nada, no.. ¿por qué le caes mal al doctor? Ibamos en esa dirección -frunzo el ceño

Sea como sea, sera mejor que nos movamos antes de que vuelvan esos dos y descubran el engaño.

Comenzáis a caminar hacia Nolan mientras Barry sigue respondiendo a tus preguntas.

- Me dedico a buscarme la vida, ya sabes, conseguir chatarra, armas, munición, medicinas... todas esas cosas que ya no se fabrican. Pero no mediante robos, ¿eh? Soy buscador, en esta zona hay mucho por conseguir todavía.

A medida que avanzáis vigiláis el otro lado de la carretera, no ois ni veis nada, aun así echáis alguna mirada a vuestra retaguardia para evitar sorpresas.

- Lo del doctor... bueno, me follé a su mujer. Esa estúpida se lo confesó. Por suerte no tiene huevos a enfrentarse a mi, pero no pienso ponerme en sus manos.

Cuando dices la palabra "engaño" Barry sonríe y os señala con el dedo.

- Sabía que no erais Patrulleros. No tenéis aspecto de serlo, ellos no dejarían huir a unos salteadores. Preferís salvar vuestro culo, algo mas sensato. ¿A que os dedicáis y que buscáis en Nolan?

Tiro el cigarro gastado al suelo y apago la colilla con el pie mientras seguimos caminando. Sonrío al escuchar a Barry.

Vaya, yo también me dedico a buscar y sobrevivir lo mejor que pueda. Aunque últimamente me he visto envuelto en más tiroteos de los que me gustaría..

Mi sonrisa se ensancha más al oír por que su relación con el doctor es delicada y finalmente suelto una carcajada.

Joder...je, ahora lo entiendo. ¿Está bien buena entonces?  

Vamos de paso a Nolan, estamos buscando un viejo invernadero cercano y quizás allí alguien pueda darnos indicaciones. ¿Tu no sabrás nada, no?

Se comienza a distinguir algunas pequeñas edificaciones al fondo, parece que Nolan no estaba tan lejos. Barry se resiente de la espalda, aunque parece mas la molestia que produce su ropa al rozar la herida.

- ¿Un invernadero? He oído que hay uno hacia el Este, pero nunca he estado. Pregunta a alguno de los comerciantes, viajan mucho y puede que lo sepan.

Los arboles van dejando paso al ladrillo. Nolan parece antiguo incluso sin la devastación, no parece que fuese una ciudad prospera, de hecho el termino ciudad se queda grande.

Las ruinas de diversas casas bajas carecen de techo y de la mitad de las paredes. Tienes la impresión de entrar en un pueblo fantasma, como otros tantos has visitado, pero esa impresión desaparece cuando comienzas a oír ruido y voces a lo lejos.
Según avanzáis hacia el centro del pueblo el sonido se intensifica. Ves que la calle esta cortada por dos pesadas laminas de metal, sigues a Barry por una calle paralela y os topáis con una puerta construida entre dos coches volcados. Asomando sobre uno de ellos hay un hombre con un rifle.

- Hola Pit, ¿que tal todo? - saluda Barry.

El hombre se limita a saludar con la cabeza y momentáneamente desaparece. Cierra los portones del maletero de ambos coches permitiéndoos el paso.
Al entrar ves una enorme plaza rectangular donde parecen concentrarse todas las actividades de Nolan. Hay un bar, o eso dice el cartel a la entrada de un local, también ves una cruz roja sobre la puerta de una casa y una pintada en la fachada de una tienda que dice: "El rincón de Lucy".
En mitad de la plaza hay un par de hombres amartillando lo que parece ser el capó de un coche y otro afilando virotes de madera.
El resto de casas de la plaza parecen habilitados, pero no sabes si son viviendas o tienen alguna otra función.

Barry comienza a alejarse de ti en dirección a una de las casas. Se gira y señala hacia la casa de tres plantas que domina la plaza.

- No saquéis las armas, aquí no existen los juicios.

Cuando levantas la mirada descubres a un hombre con un rifle de precisión sentado dentro de un balcón en lo mas alto de la casa. Su mirada se permanece clavada en ti, esperando a descubrir tus intenciones en Nolan.

Seguimos a Barry entre las callejuelas de aquel pueblo derruido hasta llegar a lo que parece la zona habitada. Una vez dentro echo un vistazo alrededor, no me sorprende demasiado habiendo visto otras "ciudades" de la zona. Siguiendo el consejo de Barry dejo mi arma colgar de la correa y saludo con una sonrisa forzada al hombre con el rifle de francotirador.

Eh.. estaremos en el bar,... adios.. supongo -me rasco la nuca tras la abrupta despedida al ver que Barry se marcha.

Susurro a Eddie - No me gusta como nos mira el chalado del balcón, por qué no entramos al bar a tomar algo y preguntar por el invernadero? Te dejo a ti los honores de la dialéctica - y de paso nos quitamos del alcance de su rifle-pienso.

Barry te saluda con la mano y se marcha en dirección contraria a la tuya. Lo pierdes de vista tras entrar en una casa, Eddie y tu entráis en el bar.
El bar es sencillamente la planta baja de una casa de dos pisos. Por lo improvisado de todo el mobiliario supones que se puso en marcha tras la hecatombe.
Las tres mesas pegadas a la pared izquierda son cada una de un tipo, igual ocurre con las sillas. A la derecha esta la barra, a poco mas de metro y medio de las mesas. Al fondo hay una puerta con un cartel de aseos encima y al lado una escalera que conecta con el piso superior.
El lugar esta casi a oscuras, no hay luz en el interior y se ilumina con la poca claridad que hay a estas horas del día.
Pese a ello puedes ver la cara de la gente, apenas hay tres personas en el local. Una de ellas es la camarera, situada tras la barra y charlando amistosamente con un hombre que debe rondar los sesenta años.
Al fondo de la barra hay otro hombre, sentado en un taburete y apoyado contra la pared, sujeta un vaso con lo que parece vino tinto. Su mirada permanece perdida en algún punto del suelo y regularmente da pequeños sorbos a su bebida.

En cuanto os ve la mujer se acerca a vosotros sin perder una amplia sonrisa. No debe superar los veinticinco años, viste una camisa a cuadros con un escote comedido y su larga melena rojiza esta sujeta formando una coleta.

- Hola, hola, forasteros. Si estáis sedientos yo tengo la solución, si lo que necesitáis es comer también puedo preparar algo que os sabrá mucho mejor que cualquier cosa que haya vivido los últimos diez años en una lata. Pero antes de nada, solo acepto fichas. Si no tenéis ninguna Lucy os puede comprar con ellas cualquier cosa que le sea útil.

Al escuchar el termino fichas ambos debéis de poner una cara de duda pues la muchacha suelta una breve carcajada.

- Realmente sois forasteros. Por aquí todo funciona con fichas de Diverlandia, el parque de atracciones. No se pueden falsificar y es mucho mas cómodo que estar negociando trueques constantemente.

Saca de su bolsillo una pequeña ficha verde con un logotipo dibujado y el nombre de Diverlandia por la otra cara.

- Lucy es la única que acepta trueques y compra cosas por aquí, si queréis tomar algo conseguid fichas.

Miro alrededor analizando el pintoresco "bar", era un poco improvisado y no ofrecería muchos lujos par el refinado Eddie. Cuando se nos acerca la camarera sonrio algo lobuno, como un depredador, al menos había algo digno de ver en aquel sitio.

Hola preciosa, si estamos sedientos.. .. - sin quererlo mi vista va dirigida más al escote que a sus ojos hasta que oigo lo de las fichas y frunzo el ceño. Tras la explicación miro a Eddie con cara de circunstancias y luego de nuevo a ella.

La verdad es que yo no tengo nada para cambiar.. no se tu Eddie. Hemos venido con lo justo. 

En realidad veníamos buscando algo de información, estamos buscando un Invernadero cercano, oímos que esta por el este.. ¿Sabes algo, princesa?-sonrio tratando de caerla bien, igual así nos salia gratis la información.

También estamos abiertos a realizar algún trabajo por la zona si conoces de alguno.

La chica te devuelve la sonrisa, no sabes si por cortesía o porque realmente le has caído en gracia.

- ¿Un invernadero? Sois las primeras personas que pasan por aquí buscando algo así. Normalmente la gente esta de paso y viaja a Nero o Telos, depende de lo que busquen. Si hay algún invernadero apuesto a que está en Telos, es una ciudad grande hacia el Este. Esta bastante lejos, si fuera vosotros me aseguraría antes de hacer un viaje tan largo.

Eddie, que lleva un rato buscando algo en su traje, de repente saca un antiguo reloj de bolsillo.

- Aaaaaaaquí está. Nadie se puede resistir a esto, sabía que nos serviría para algo.

Se queda unos instantes mirando el reloj mientras cuelga de su mano. Sin perder la sonrisa te mira a ti y después a la muchacha.

- Si, estamos buscando un invernadero. ¿Hay alguno por aquí?

La chica mira extrañada a Eddie y después normaliza la expresión para volverte a mirar.

- Visitad a Lucy, las fichas os serán útiles por aquí. Despues, si quereis volver y tomar algo estaré encantada de serviros.

Te guiña un ojo y regresa al fondo de la barra para retomar la conversación con el hombre.
Eddie guarda su reloj en un bolsillo y alterna su mirada entre la chica y tu.

- Tiiiio, eres un Don Juan. ¿Sabes lo que significa esa mirada? Significa: No se quieres eres pero voy a dejar que me montes como a una potrilla loca. Eso significa. Peeeeero, tenemos cosas que hacer. Es una lastima, pero el deber esta por encima del amor. Y con amor quiero decir sexo. Y con deber quiero decir ir a por nuestras semillitas.