Partida Rol por web

Al hombre del monóculo casi se le cae de la sorpresa, mientras que el resto de Perfectos parecían estatuas inmóviles.

-Hemos tenido en cuenta el caso "especial" de Julius Diavolo- el Presidente Roxian tenía una forma extraña de expresarse en ese caso- Y por supuesto que se tendrá en consideración su aporte para con el Consejo. Si se fijan, de hecho, hay un puesto vacante en nuestra mesa que igual sería interesante que considere ocupar. Si todo sale como está previsto, sin contratiempos, estaremos más que encantados de recibirle como miembro de Pleno Derecho del Consejo.

Sabes perfectamente que falta Maese Arcturus, Portavoz del Consejo.
No entiendes que ha pasado, pero parece que el Presidente Roxian está más que dispuesto a ocupar urgentemente ese puesto con otra persona, y jurarías que Julius Diavolo está lejos de ser la persona más indicada, es solo que está en el momento adecuado.
El resto del Consejo se mantiene en un discreto segundo plano, pero sus expresiones no verbales son de completo acuerdo con la decisión del Presidente Roxian, aunque al del monóculo le encanta el teatro.

          - Dame de inmediato tu nombre recadero y dime desde cuando saben donde me hospedo para dejarte vivir otro día y seguirte con tu señor! -    Responde con un susurro al tipo que la había seguido tras sacar de entre sus ropas la daga con un mecanismo muy discreto y automático que activó al apretar la palma de su mano con sus dedos, pero tras escuchar sus respuestas si la convencieron decide soltarle y seguirle hasta donde esté le lleva a l mansión donde reside Mease Arcturus, el mismo portavoz el consejo de la ciudad, por lo que mientras miraba atenta el despliegue militar, la demostración de recursos, poder e influencia del lugar hasta ubicar al viejo mayordomo del poderoso perfecto que la había mandado a venir hasta sus propios aposentos, a quien como al recadero saludo y despidió con educación, cierto carisma y frialdad antes de conocer a su anfitrión en persona a quien saludo con un breve ademán o reverencia con la cabeza en silencio mientras que le escuchaba y miraba atenta antes de responder a su primer frase de manera política:

           - Aún no teneos porque disculparnos usted o yo caballero, si las condiciones le han parecido precarias creo que eso es algo que usted puede arreglar muy fácilmente invitándome a tomar asiento mientras que llama a algún crido para ofrecerme una copa de vino y un canapé para explicarme con mas detalle en que cree que yo le pueda ayudar a usted y al distrito! -     Ya sea que Arturus se desconcierte y reaccione al pedido de la emisaria extranjera o no, Trinity le sonríe y escucha con interés cuando le explica lo sucedido con su Gran Arca, pero espera paciente  y atenta una pausa o que le ofrezca la oportunidad para hacerle algunas preguntas antes de cuestionar e manera pausada y educada:

           - De antemano agradezco mucho sus halagos, el gran concepto en que tiene a mi persona y mi reputación profesional; de tal manera que le pido por favor me disculpe si le molestan tantas dudas a continuación; porque aun no me queda claro del todo en primer lugar exactamente: -      Entonces es ahora cuando la viuda Millay hace una breve pausa para conseguir cierto interés e impacto en sus cuestionamientos y solicitudes mientras que toma un sorbo de la copa de vino si es que se la ofreció el poderoso perfecto portavoz del mismo consejo de la ciudad o alguno de sus criados antes de continuar diciendo: 

          - ¿Dónde esta, qué puede hacer, cómo es y para que sirve su gran arca caballero? ¿Por qué me asigna a mi la responsabilidad de dirigir a tan trascendente expedición sin conocerme aún? ¿A quién y cuántos mas ha considerado para participar?  ¿Y si es posible que me asigne los recursos justos y salvoconductos necesarios para poder desempeñar de manera cabal y eficiente dicha responsabilidad para todos y cada uno de los elementos de dicha expedición se lo agradecería antes de decidir aceptar la responsabilidad de su oferta Mease Arcturus! -   

-Como comprenderá la ubicación del Gran Arca es un secreto de estado que solo se la revelaría el día de la expedición; en caso obviamente de que acepte la propuesta- el vino que te ofrece es lo mejor que has probado en mucho tiempo, tiene un sabor añejo de un viñedo que no consigues reconocer- La puedo asegurar que antes de asignarla tal tarea me he encargado de que mis contactos me informen de su lealtad indiscutible y que el trato sea lucrativo para ambos. Estoy convencido de que en Axis City sabrán recompensarla adecuadamente por una copia de los planos del Motor Mágico más avanzado del mundo, capaz de suministrar energía a toda una ciudad desde un único bastión impenetrable- el mayordomo te ofrece unos ligeros canapés bastantes decentes, aunque Maese Arcturus los rechaza con un gesto- El número de componentes de la expedición me es desconocido, puesto que eso ha quedado en manos del propio Consejo con los que tengo algunas... desavenencias ahora mismo. Obviamente, se le han preparado cartas de presentación adecuadas como emisaria de Axis City y selladas por el propio Consejo que le abrirán cuantas puertas sean necesarias- tienes la documentación encima de la mesa, y con un rápido vistazo sabes que está más que preparado, aunque solo hace referencia a la "Emisaria Trinity de Axis City", el sello es del Consejo y la firma del propio Arcturus, mas que suficiente para salir de la ciudad y volver a entrar cuando sea necesario.

 Una vez acabada la reunión con el consejo, Virgilio volvería con su amo para informar y prepararse, sin ninguna impresión en particular por todo lo que habían dicho los líderes.

 Con ayuda de su mentora, se equiparía con Barrotes Mágicos como armas provisionales, así como una última revisión a sus prendas Reforzadas. Todo esto, por supuesto, financiado por su señor, Julius, y fabricado por Sarah.

Julius Diavolo bebe tus palabras como quien toma una bebida templada en un día caluroso. Si tiene algún tipo de reacción, no lo deja en absoluto a la vista.

-Así que el Consejo pretende sobornarme con un miserable puesto en su mesa- notas ese rencor, como si estuviera ofendido- Valientes pusilánimes. Primero me entero de las discrepancias dentro del Consejo y sus rencillas contra Arcturus, y ahora pretenden reemplazarlo con el primer Perfecto que sea medianamente amable con ellos; como si fuera una fulana mendigando por un poco de amor de hombre…- cierra los puños con fuerza y notas como comprime la mandíbula en un gesto de ira reprimida que rápidamente es reemplazada por su serena calma habitual- Virgilio, vas a emprender este pequeño viaje, pero intenta mantener el contacto; quiero que seas mis ojos y oídos en la expedición. Del guardia me puedo fiar, pero no de los demás. No confío en las intenciones del Consejo.

Acto seguido cogió la estilográfica de su mesa de escritorio y redacto una amplia lista, se daba toquecitos constantes como si intentara recordar algo con sumo detalle.

-Antes de partir, deberás hacer una visita a Sarah; quiero que tu cuerpo esté preparado para lo que sea- dobló el papel que había escrito y se lo entregó a uno de los miembros de su servicio- Si el Arca es tan importante como tengo entendido, no creo que se construya cerca de la ciudad, así que te preparé todo lo que he considerado oportuno para… bueno, para hacerte parecer humano.

La primera reacción se Sarah al verte fue la normal en ella; te pidió con educación que te quitaras la ropa para poder hacerte un examen completo que rozaba lo obsceno. Con cada parte de tu cuerpo que recorría hasta el detalle emitía unos divertidos ruidos de aprobación al tiempo que palpaba, movía, giraba y acariciaba sin pudor.

Cuando la informaste de la expedición, se quedó muda durante lo que te pareció una eternidad, era la primera vez que veías a la mujer tan parada. Acto seguido te soltó una bofetada que le dolió a ella más que a ti…

-¿Vas a irte de viaje? ¿Sin supervisión? ¿Sin preparación? ¿Sin armas integradas en los antebrazos?

Dedicó los siguientes minutos a buscar entre piezas de muñecos descartadas, planos de proyectos que tenía por el taller y toda una plétora de materiales que salían volando en todas direcciones mientras profería todo tipo de insultos (incluso en idiomas extranjeros) Finalmente se detuvo un momento, se dirigió a unas extrañas vigas metálicas, similares a las que tenía Dante por su cuerpo, pero esta con extrañas inscripciones pero sin ese brillo peculiar.

-No son demasiado pesadas y no son la mejor de las armas, pero no tengo tiempo para injertarte un par de mejoras en los brazos- volvió a manosearte los antebrazos mientras calculaba mentalmente el espacio necesario- Además el jefe ordenó hacerte todo lo humano que pudiera, y el resultado está siendo bastante más que aceptable, aunque me podrías dejar revisar un par de articulaciones que no tienen una movilidad adecuada…

Sarah continuó con su intensivo examen corporal. Si fueras una persona de carne y hueso te habría examinado cada poro de tu cuerpo, pero era un pequeño precio a pagar por las constantes atenciones de la mujer; se podría decir muchas cosas de ella, pero no tenías queja de sus resultados.

De tus cuerpos anteriores, Virgilio estaba siendo de lejos el más duradero y con el que tenías una mejor compatibilidad.

Además, las barras funcionaban bien como armas… parecían resistentes y no tendrías que depender exclusivamente de tu psiónica.

La Puerta del Dragón era la obra de nunca acabar. Se había destruido y construido varias veces durante los últimos veinte años. Ningún Arquitecto Perfecto quedaba a gusto con el resultado, todos criticaban algún detalle, algún mecanismo o alguna parte de la impresionante estructura.

Pero se habían hecho grandes avances, y seguía siendo una impresionante obra de la ingeniería moderna.

Las murallas se alzaban unos metros con planchas de acero soldadas como refuerzo de unas paredes de piedra pulida que terminaban en unos adornos puntiagudos en la parte superior. La Puerta en sí misma era un impresionante portón que había sido restaurado hacía cinco años, cambiando unas dobles puertas levadizas de cromo por las actuales abatibles de cobre y acero con un marco en de la misma aleación en un intento de emular la forma de dragones (aunque todo el mundo defendían que parecían lagartijas deformes en una extraña orgía animal) Las puertas se abrían hacia el interior y a esas horas de la mañana permanecían fuertemente cerradas; aún faltaban un par de horas para que las caravanas de peregrinos llegaran por la carretera del sur. Sin embargo, por uno de los laterales, fuertemente vigilado estaba la entrada de los ciudadanos.

Si venías desde fuera a pie, tendrías que pasar por esa pequeña puerta lateral que daba a un puesto de guardia, un sencillo control militar y sanitario que servía como aduana. Siempre había varios soldados y psíquicos de guardia; por orden del Consejo, todos los extranjeros debían pasar por ese lugar para ganarse su derecho a la ciudadanía; incluso los ya habitantes tenían que pasar por aquel lugar para justificar cada una de sus salidas; la desconfianza por el clima actual era tal que incluso para salir de la ciudad necesitabas un Permiso Especial del Consejo.

Un poco más lejos de la puerta, siguiendo la carretera principal, se situaban cuatro impresionantes atalayas de guardia; estructuras que igualmente habían sido reformadas y modificadas con nuevo cambio en la puerta. En una ocasión, un arquitecto sugirió que se quitaran y se pusieran balcones en las murallas como vigilancia, pero la idea fue destruida por un impresionante Behemoth que destrozó toda su obra en cuestión de dos días (más o menos el tiempo que tardaron en matar a la bestia) Desde entonces, las Atalayas se han quedado como primera línea de defensa; solo que ahora se estaban empezando a añadir puertas que cerraran el acceso a la ciudad antes de pasar al siguiente control. Parecía un despropósito y una enorme pérdida de materiales, pero también estaban ofreciendo trabajo a casi un centenar de humanos, entre obreros, ingenieros, soldadores y guardias que hacían las veces de escolta.

El viento de la mañana os sacudió con una fría ráfaga en cuanto pasáis la puerta de la aduana, el Verano se termina rápido, y aunque a medio día aun hace calor, las noches empiezan a ser frescas y tarda un tiempo en empezar el calor.

Hacía mucho que no salíais de la ciudad, y cambiar el olor de las calles, del hollín, de humanidad, por la fragancia libre y fresca de la naturaleza resultaba un cambio refrescante. El paisaje resulta un tanto desolador, hasta donde alcanza la vista es todo tierra salvaje, bañada por las primeras luces del día; la hierba mecida por el viento en ondulantes colinas bajas salpicadas por las últimas flores de la estación, algún bosque ocasional rompía el paisaje, y rompiendo la línea del horizonte estaban las Montañas Épsilon, majestuosas formaciones rocosas de color gris y tierra que se cubrían de blanco con la primera nieve del año.

Pasáis por el primer puesto de guardia sin ningún tipo de problema, los soldados habían sido avisados de vuestra presencia y ni tenéis que pasar por la tediosa burocracia a la que, de otra forma, os habrían sometido. Una vez pasáis por la discreta portezuela, uno de los soldados del exterior os escolta hasta la primera atalaya, donde aguardáis con impaciencia la llegada del resto de vuestro grupo.

.       - Siendo así mi estimado Mease Arcturus arreglaré mis asuntos para estar preparada para la travesía hacia el arca mañana temprano desde el punto de partida, ya que si le he hecho tantas preguntas es porque me siento interesada en participar. -.        Responde Trinity con una sutil sonrisa mientras toma la copa y degusta con propiedad el vino contenido dentro de ella, intercambiando una mirada con cierta curiosidad al el escuchar acerca del diagrama del motor, pero tratando de no demostrar ansiosa dice:

        -  Aunque antes de hacerlo le agradecería toda la información técnica que pueda ofrecer me al respecto del proyecto para estar más preparada con respecto a mi responsabilidad!     No solo para contribuir y ser recompensada por el distrito de Axis City-.     Aclara la emisaria de Axis City no solo para convencer al noble perfecto que realmente estaba preocupada por su encargo, sino que podría confiar que haría todo que estuviese en sus manos por conseguir lo que necesita; mientras qué degusta tan sólo un par de canapés junto con la copa de vino antes de ponerse de pie y limpiar cualquier residuo con un lindo pañuelo bordado para mostrar la pulcritud y modales de los perfectos para decirle al portavoz del consejo:

            - Hay alguna otra cosa que deba saber o considerar para poder realizar su encargo antes de reunirme con los otros miembros del grupo elegido por el resto de los representantes del consejo o de los mis representantes? -.     Tras escuchar la señora Millay atenta la respuesta del perfecto se despide extendiendo su mano para que la bese de acuerdo al protocolo, entonces se retira para conseguir algunas provisiones para viajar en el mercado de camino a su casa, en dónde le avisa lo sucedido al doctor; le pide su opinión y discreción

-Los detalles técnicos del Arca son parte del Secreto de Estado. La misión es asegurarse de que está en buen estado, tanto el Arca como el personal al cargo del mantenimiento. Cerca de la estructura hay una base avanzada con técnicos y personal militar. Como ya la he explicado, hace días que no tenemos contacto con ellos, y su misión, principalmente es asegurarse de que está en buen estado y no hay motivo de alarma.

-Obviamente, si hubiera sido tomada por el enemigo, o saboteada de alguna forma, se tomarían las medidas pertinentes por parte de la Ciudad, pero eso está más allá de sus competencias. Preferiría una operación rápida y discreta para poder terminar con la construcción lo antes posible.

-Con respecto al resto de medidas, creo que es perfectamente capaz para actuar por sí misma sin que se la den instrucciones adicionales. Solo llegue sana y salva, de forma discreta e informe del estado del arca con el mayor detalle posible. Eso es todo.

Los miembros del consejo que estaban frente a nosotros parecían tener un conocimiento limitado sobre que podríamos encontrar cuando llegáramos a la base de construcción, aunque una pequeña parte de mi no podía dejar a un lado los recuerdos de esas pequeñas voces que decían que los miembros del consejo gustaban de ocultar ciertos detalles por conveniencia propia, lo que podría llegar a llamar mas mi atención en este punto era la ausencia de uno de los miembros del consejo pero seria algo descortés preguntarlo tan abiertamente -Parece que ya tenemos todos los ángulos de este encargo cubiertos, si ninguno tiene algo mas que agregar creo que deberíamos marcharnos para preparar todo para nuestra partida, por cierto no e podido evitar notar la ausencia del portavoz del consejo Maese Arcturus, espero que pueda acompañarnos en una próxima reunión- Haría un pequeño gesto de calma mirando a los demás miembros del consejo llevando mis manos a la espada recorriendo cada uno de sus rostros con la mirada.

        - ¡Me ha quedado claro el objetivo Mease Arcturus!  Podría facilitarme por favor dinero para el viaje por favor?   Regresaré con un informe detallado caballero de la situación para que se pueda continuar con la construcción! -      Responde la emisaria de Axis City antes de despedirse y retirarse de la mansión del portavoz del consejo; entonces Trinity se encamina hacia su casa, no sin antes pasar por el y  mercado para conseguir víveres, equipo como bota de vino, casa de campaña, saco de dormir, mochila de campamento, brújula y un caballo si para viajar si es posible de camino a su casa para preparar su ropa, armas, ganzúas y su diario 

-Una copia de los Planos del Arca es pago más que suficiente como recompensa para la misión.- se le notaba abiertamente molesto y las llamas de los candelabros cercanos empezaron a reaccionar de forma extraña- Si consideráis que una obra maestra de la magi-tecnología no es pago suficiente igual he confundido a quien debería hacer esta misión y debería mandar a alguien menos... avaricioso para la misma. Disponéis de vuestros propios recursos para cualquier eventualidad, o eso se supone... Y ahora, terminad con vuestros asuntos en la ciudad, el camino será largo y mi tiempo muy valioso.

.       - Por favor Mease Arcturus modere su juicio y lengua hacia mi persona, que no habla con una sirvienta humana, reconozco que tal vez haya sido de mal gusto pedir dinero que no me ha ofrecido usted mismo ... pero no veo el sentido que amague con asignar a alguien más a esta misión si apenas hace un momento usted me ha dicho que tras investigar me ha considerado que debo dirigir la misión.    Acaso es tan indeble la confianza suya en mi? -.      Responde la emisaria haciendo acopio de paciencia, diplomacia y control emocional ante cierto abuso de parte del portavoz del consejo.

Como era de esperar de una reunión de burócratas hubieron quien sabe cuantas cosas que pasaron bajo la mesa. De todas maneras Harosuki nunca esperó que les revelaran toda la información, es mas, seria incluso mas preocupante que lo hiciesen. La misión parecía simple a primera vista, pero el hecho de que el consejo habia perdido contacto con esta tal “Arca” fue lo que mas le llamo la atención a Harosuki. Para empezar, ¿Como las tropas de Nueva Alexandria se enteraron del Arca? Bueno, eso no era problema de Harosuki, aunque no pudo evitar pensar en eso. Justo ahora tenia que decidir si negarse o acceder. Aun no le gustaba para nada la presencia de la perfecta de las Islas, aunque la relación de la corporación con una planta de energía tan poderosa era obvia. Pero lo que mas le molestaba era la mirada del perfecto del monóculo. El habia hecho todo lo posible para mantener su identidad oculta en las Islas, ¿era posible que ese perfecto supiese quien era? Sea lo que sea, las respuestas no llegaran ahora.

Mientras los otros humanos presentes hacían sus preguntas y llegaba el nuevo integrante del equipo, Harosuki estaba absorto en sus pensamientos, al fin y al cabo, de todos los humanos presentes, el era el que estaba en la posición mas insegura. Si accedía, quien sabe que podría pasar, es posible que alguien pudiese descubrirlo, si es que no lo habían hacho ya, pero, si se negaba, habia algo que le decía que las cosas podrían ser aun peor, pues el esta consiente que ya con un sindicato entero buscándolo es suficiente, tener a mas perfectos detrás de el podría ser mucho peor, ademas, si se iba de allí, lo mas probable es que le cueste mucho mas obtener las respuestas que busca. La decisión estaba clara. Harosuki se uniría a este grupo.

Cuando el presidente Roxian dijo que ya se podían ir, Harosuki asintió para si y se dio la vuelta.

- Entendido. Puerta del dragón del sur, estaré presente a primera hora. Ahora, si me disculpan...

Ese comentario lo dijo mas que todo para sus nuevos “compañeros” al final, a los miembros del consejo no les debería importar mucho si llega temprano o no. Harosuki se fue sin dedicar muchas miradas tanto como a los perfectos como a sus compañeros. Quería salir de allí lo mas pronto posible.

Una vez fuera se dirigió directamente a las obras del ferrocarril. Al final estaba yendo tarde al trabajo, pero esta vez fue para avisar que no podría cubrir su turno de trabajo hoy. Una vez termino con sus deberes de ciudadano responsable, el próximo paso era buscar su equipamiento. No podía embarcarse en una misión importante sin sus espadas. Harosuki escondía su equipamiento en el apartamento de Yamamoto y a estas horas el mercader ya debía haber salido a su trabajo, así que podía sacar sus espadas de debajo de las tablas del suelo con calma. Ahora dedicaría el resto del día a hacerle mantenimiento a su equipo, al fin y al cabo, Batta-kira llevaba un buen tiempo sin ver la luz, y el mecanismo de su mascara estaba fallando un poco a la hora de retraerse.

Afilo, arreglo, pulió, reparo, cuido y trato toda imperfección que presentase tanto su espada, mascara y ropa. Cuando termino ya eran las 10 de la noche. Yamamoto debería llegar dentro de poco, y cuando llegase, el y Harosuki tendrían un larga conversación.

A la mañana siguiente, Harosuki se salto su entrenamiento y partió hacia la Puerta del sur a primera hora. Ambas espadas colgando de la cintura, el mecanismo de su mascara retraído en la nuca cubierto por su cabello, la chaqueta blanca flotando en el aire y los poderoso músculos de su pecho casi al aire. Las personas lo miraban, algunas con curiosidad, algunas con otras cosas en mente. Tanto por las calles del distrito de cobre como por La puerta del dragón, Harosuki camino con seriedad. Paso firme y severo, al parecer fue el primero en llegar al atalaya, tendría que esperar a sus compañeros. Era hora de salir de caza.

De no ser por Virgilio no hubiera sabido nada de la misión, y aún así, sabía que faltaba una gran part de ella, como una pieza de un rompecabezas que es tan obvio que falta, como una pieza central que simplemente causa incomodidad el ver como falta dicha pieza. Pero bueno, al final de esa reunión solamente salí del edificio y volví a lo que estaba haciendo, en el club de Vow, para luego en la tarde ir a hacer las compras de las cosas que iba a llevar para esa misión.

Al día siguiente me levanté temprano, apagué aquel reloj mecánico tan molesto que tenía, me di un baño, me vestí y con todo ya listo finalmente salí de la casa, sin saber que tanto estaría afuera... Y mucho menos si volvería, pero esto era algo usual con mi trabajo. Les di las llaves a Vow quien de seguro mandaría a su hija a darle una vuelta de vez en cuando, o incluso el mismo, y entonces fui hasta la Puerta del Sur.

Una vez llegué hasta allí pude ver a aquel sujeto alto y musculoso de piel oscura. Yo venía con la misma ropa de siempre, los zapatos, pantalones, gabardina y chaleco negro, con tono rojo para contrastar, además de mi viejo sombrero, y sobre mis hombros y mi espalda esas típicas mochilas de viaje la cual estaba llena de cosas útiles para el viaje, que con la poca información que tuve, igualmente quise ir preparado. A un paso tranquilo y con ambas manos en las tiras de la mochila me acerqué al grandulón, asintiendo con la cabeza con un saludo mientras me colocaba a su lado, con cierta distancia entre nosotros. -Parece que somos los únicos...-

          Tras despedirse del doctor Spacey y encargarle a su gato Trinity se encamino con una mochila de campamento, ropa de viaje, pocas armas discretamente ocultas para no ser llamativas y los permisos recibidos por el portavoz del consejo para presentarse en el punto de reunión de la partida de exploración, ataviada con unas botas altas y sus muy visibles implantes electro-mecánicos en un brazo y en uno de sus ojos, similares a los de Nébula de Marvel Guardianes de la galaxia

 Resultaba que, cuando más pensaba conocer el comportamiento de los Perfectos, siempre aparecía uno sorprendiéndole con alguna reacción inesperada, como era en este caso Julius: ciertamente había hecho la pregunta en su momento al consejo porque esperaba que de la misión saliese algún beneficio para su señor, pero no esperaba que el propio amo se lo tomase con tanta… molestia. Parecía que el puesto en el consejo no era algo que le llamase la atención, al menos no si se lo ofrecían de aquella manera… O simplemente se trataba de que realmente le caía mal el consejo, era algo que no podría deducir simplemente por los sutiles y casi inexistentes gestos de Julius al hablar.

 -Le mantendré informado de todo lo que sepa... -en el fondo quería preguntar si debía prepararme para ir en contra del consejo de darse algún caso, pero prefería no tocar el tema tan directamente y esperar a que surgiese, o no, el momento…

 Antes de partir, cumpliría con las órdenes de su señor de ir a visitar una última vez a la encargada de hacer los arreglos a su cuerpo, llevando a cabo los procedimientos de rutina a los cuales se había acostumbrado más rápido de lo que le gustaría admitir. No impediría a la chica examinar cada parte de su cuerpo que fuese necesaria, sin contener ningún tipo de reacción e informando cuando inconscientemente lo hiciese; así mismo, tendría que informarle sobre el motivo de su salida.

 -... -aquel silencio eterno de la chica sería correspondido por el de Virgilio, quién no opondría resistencia ante aquella bofetada que le haría voltear el rostro, escuchando las preocupaciones de la mecánica antes de girar a verla. -. Me aseguraré de tomar nota mental de todo para informarte tras mi regreso, no te preocupes… -le aclaró dando a entender que seguramente tendría buena información para sus investigaciones, o al menos eso esperaba…

 Nuevamente esperaría con paciencia a que la chica hiciese lo que debía, siendo que la observaba en silencio mientras se dedicaba a lanzar por todas partes objetos varios de los cuales alguno tuvo que esquivar, al menos hasta que finalmente consiguió lo que buscaba…

 -Uhm… -Virgilio no contendría su curiosidad al ver aquellos barrotes, distinguiendo que eran diferentes a los de su verdadero yo pero aún así bastante similares. Así mismo, escucharía la explicación de la chica antes de asentir, dejando que Sarah continuase con los exámenes que necesitase antes de poder vestirse y disponerse a partir. -. Por cierto… Cuando regrese, tal vez pueda convencer a Julius de que te permita integrar en mi cuerpo lo que quieras… Solo por una vez… -añadiría luego de despedirse, siendo que sabía que no tener límites en sus experimentos sería algo que agradaría a la marionetista; tal vez era que estaba agradecido con ella por todo lo que había hecho, o porque se había acabado encariñando un poco a pesar de su personalidad “explosiva”, fuese lo que fuese… esperaba no arrepentirse…

 Tras acabar la reunión, siendo que Virgilio se despediría sin nada más que un gesto de cabeza, el pelirrojo se dispondría a preparar las cosas para el viaje, siendo que a la mañana siguiente ya se encontraría camino a la puerta Sur para reunirse con el grupo.

 A la mañana siguiente, con esa mirada fría que tanto le caracterizaba, y luego de haber pasado por un natural proceso de inspección en uno de los laterales de la puerta para permitirle su salida, Virgilio se uniría al grupo llegando con ambas manos metidas en los bolsillos de su gabardina, la cual ondeaba ligeramente a causa del viento frío, el cual removia también su cabello puntiagudo más no así su mirada. En aquella ocasión, cargaba en la espalda una mochila petate con las cosas que había preparado, pasando la cinta de este mismo por su hombro derecho. Únicamente dedicaría un vistazo a los que habían llegado antes de él mientras se acercaba lo suficiente.

 -Uhm… -aunque no diría nada al respecto, que no fuese el primero en llegar ya le decía mucho a Virgilio sobre sus compañeros, siendo a pesar de lo que pudiese pensar de Maxwell estaba claro que se tomaba su trabajo enserio. -. ¿El otro aún no ha llegado…? -preguntó lo obvio, dándose cuenta de que solo faltaba uno para tener el grupo completo.