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Arcane defenders: Pesadillas

Capítulo 1 - Escena 1 - El principio

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19/08/2014, 21:00
Director

Como prólogo a lo que iba a suceder, la noche pasada no había sido tranquila. Habías soñado con una extraña tormenta, formada por diferentes frentes que confluían sobre la ruidosa ciudad. Caían rayos y cada vez que lo hacían, tu cuerpo, postrado indefenso en la cama, sufría una sacudida. Entre el sonido de los truenos, se escuchaban chasquidos seguidos de los gritos de dolor de una mujer. Y gruñidos, también habían gruñidos, muchos.

Por fin despertaste, cubiert@ de sudor, un sábado por la mañana de un día de verano. Quizá pensabas que podrías disfrutar de tu merecido fin de semana, pero hoy el destino no estaba de tu parte.

Te preparabas para empezar el día cuando la imagen del doctor Extraño, el hechicero supremo, reemplazó tu reflejo en el espejo, creando un momento de desconcierto que interrumpió con sus palabras. Éstas sonaron lejanas, como pronunciadas a través de una pared.

- Te necesito. Por favor, acude a mi Sanctum Sanctorum. Graves acontecimientos me hacen requerir de tu ayuda.

El doctor Extraño te miró fijamente, y ahora te dio la impresión de tenerlo justo al lado, clavando su mirada de un modo que le hacía parecer inquietante.

- No tardes.

La imagen desapareció y pudiste verte de nuevo en el espejo. Había algo diferente en él. Recordabas sus expresiones como más amables. Quizá estos años lo habían hecho cambiar, o quizá era la urgencia de su mensaje.

 

Notas de juego

El Sanctum Sanctorum es la vivienda del dr. Extraño y está en New York (177A Bleecker Street en Greenwich Village). Podríais describir un poco como llegáis hasta la puerta y llamáis a ella. Cómo vais vestidos. Las sensaciones causadas por la noche anterior, ese tipo de cosas.

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20/08/2014, 17:55
Carrie Carlson

Abrió los ojos a la penumbra de la habitación con la respiración alterada y el corazón latiéndole tan fuerte y rápido que pensaba que acabaría por abrirse paso en su pecho y salir de su cuerpo.
En los escasos segundos en los que la bruma onírica empañaba su razocinio pensó que seguramente se había quedado dormida y llegaría tarde a la tienda del señor Lawson.

Vacaciones.

La palabra se abrió paso entre la desorientación, escondiendo bajo la cama la sensación de desasosiego con la promesa de relax que iba implícita en cada sílaba de "vacaciones" pese a no quedarle más de tres días de las mismas.

En la ducha había estado cantando distraída alguna canción de la radio y, cuando estaba limpiando el espejo empañado su imagen se desdibujó hasta convertirse en un hombre de mirada acerada y cabello oscuro.
-...- pestañeó entre confundida y asustada al ver al Doctor Extraño en su espejo.- Doctor.- No había palabras para definir su relación con él pero sin duda había sido un buen apoyo cuando estuvo a punto de entrar a la universidad y desde entonces no había perdido del todo el contacto.

Después de todo él era el único que, al saber de sus habilidades no había pensado que era peligrosa.

-Como si te hubiese hecho esperar alguna vez- replicó al espejo pero su interlocutor había desaparecido, mostrando de nuevo la imagen de la muchacha rubia envuelta en una toalla y el cabello rubio oscurecido por la humedad.

No se lo pensó demasiado. Pantalones cortos, zapatillas y una camiseta de tirantes negra y las llaves de la moto.
Trenzó el cabello rubio y lo enroscó como si de una ensaimada capilar se tratase para poder ponerse el casco y poner rumbo a Nueva York, a dos horas y media del pueblecillo donde vivía.

Una hora y cuarto más tarde la moto, envuelta en su sonoro ronroneo se detuvo en la acera, apoyándose en el pie de cabra que la chica empujó hasta tocar el suelo. Se quitó el casco y, libre de su prisión, el cabello se derramó en ondas doradas sobre sus hombros y espalda.

Vacaciones. Se repitió mientras levantaba una mano para que hiciese de visera y proyectara una sombra que protegiese los ojos del sol veraniego, especialmente sensibles por la claridad del iris.

A ver qué le pica al doctor...

Guardándose las llaves en el bolsillo del pantalón y, colgándose del brazo el casco negro con el mismo ojo que ella tenía en el pecho, llamó a la puerta sacudiendo la cabeza con impaciencia.

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20/08/2014, 18:29
Aiden Byrne

Me desperté sobresaltado, tenía la extraña sensación de que algo iba mal, a pesar de que me repetía una y otra vez que solo había sido una pesadilla, una estúpida pesadilla. Pero estaba intranquilo, era de esas que no puedes calmar con la lógica, sino que a pesar de todo aceleran tu pulso.
Me levanté tirando la camiseta a un lado, estaba totalmente empapada, y caminé hasta la habitación de mi hermana. Keira parecía estar durmiendo plácidamente, me quedé unos segundos observando su respiración, para acto seguido comprobar que mamá también dormía.

Todo iba bien, solo había sido una pesadilla. Me ducharía y desayunaría algo, hoy no tenía que ir al taller, así que dedicaría el día a patrullar como Dawn, con un poco de suerte encontraría algún "villanillo" de segunda con quien poder desahogarme.
Me eché algo de agua en la cara, pero cuando miré al espejo mi reflejo no me devolvió la mirada.

-¡¡Joder!!- Exclamé algo asustado por la sorpresa.

Di un paso en falso hacia atrás y me caí al suelo dándome un pequeño golpe en la cabeza con el water. De no ser por mi resistencia sobrenatural podría haberme hecho bastante daño. Me incorporé frotándome la cabeza, allí donde me había golpeado.

-Sabes que aunque puedas hacer esos rollos místicos también puedes llamar por teléfono como una persona normal, ¿verdad?- Pregunté ligeramente molesto, aunque en realidad me hacía gracia.

Le debía mucho al buen doctor, y no me iba a enfadar por algo como aquello, además fuera lo que fuese lo que le pasaba parecía importante.

-Te veré enseguida.- Le digo finalmente mientras su imagen se desvanece.

Recuerdo las pesadillas otra vez, y algo me dice que tienen relación, y eso desde luego no me tranquiliza. Han sido lo suficientemente espeluznantes como para que me tome esto muy enserio.

Vuelvo a mi cuarto y allí me pongo mi "uniforme de trabajo": deportivas, vaqueros, camiseta blanca, chaqueta de cuero, guantes y lo más importante, el casco rojo, aquel que protege mi identidad secreta, y es que ni si quiera mi familia lo sabe, tan solo el buen doctor.
Abro la ventana del dormitorio, y salgo volando de allí, vivimos en una 7ª planta y aquella siempre es mi entrada/salida.
Vivo en New York y puedo volar muy pero que muy rápido, por lo que llego al Sanctum Sanctorum en pocos minutos, desciendo hasta la puerta y llamo, ¿qué está ocurriendo?

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20/08/2014, 19:28
Malik Oke

Despierto con la pistola en la mano y apuntando a la pared. Estoy de pie y no como he llegado hasta la mitad de la habitación. Trago saliva, pues tengo la boca completamente seca, y retrocedo un poco. Todo lo vivido era tan real... Los gruñidos eran lo que me asustaba de verdad. Las cosas que no se ven en la oscuridad me ponen histérico. Me dirijo a la cocina y me sirvo un buen vaso de agua. En otro momento me hubiera tragado una cerveza, pero ahora mismo tengo demasiada sed para beber otra cosa. Miro la hora. Las 6:27. Demasiado temprano para madrugar, demasiado tarde para acostarse de nuevo. Hora de ponerse en marcha.

Mi turno como vigilante de seguridad empieza a las 8:30, así que tengo dos horas para ducharme, afeitarme, desayunar, vestirme e ir para allá. "Que le den al metro, pienso ir volando y si me ven, que me vean", pienso mientras compruebo cuanto suelto me queda. "Lo justo para la ida y la vuelta. Perfecto."

Me ducho y me enjabono. Cierro los ojos cuando el champú cae por mi cara, y al cerrar los ojos para evitar que la espuma me entre, vuelvo a ver la pesadilla, como un eco lejano. Mi corazón se desboca y el agua sale desparramada por todas partes: he perdido el control de mis poderes. Me apoyo contra la pared, aún empapado, realmente histérico. No me sentía tan atacado desde África...

Me seco distraído, intentando recuperar los recuerdos del sueño mientras estos se me escurren como el agua entre los dedos. Mientras me seco, mi espejo empieza a fluctuar, y a punto estoy de salir corriendo y coger mi pistola cuando aparece el Doctor Extraño. Me cita para que vaya a su casa. El bastardo nunca me ve para invitarme a un café, siempre aparece cuando alguien (normalmente yo) está a punto de morir.

"No voy a ir", pienso mientras me pongo los vaqueros. "No pienso ir. No se como lo hace, pero ni cuando pide las cosas por favor parece que te de otra elección más que obedecerlo. No iré. Que vaya otro. No puedo ser el único tío con poderes en Nueva York, ¿no?". Pero mientras me pongo una camiseta blanca, veo otra vez los rayos, y mi pesadilla aparece una vez más.

---Enviar Mensaje------

Para: Mickey Jefe

Mensaje: Jefe, ha habido un robo en mi edificio. La policía me va a interrogar toda la mañana. Luego te llamo.

Después de soltarle esa mentirijilla, me arrebujo en mi chaqueta. No me he acostumbrado aún al frío oscuro de la mañana que hay en Nueva York, así que siempre voy bien abrigado, incluso en verano. Además, así mantengo los bolsillos a raya, que el metro está plagado de carteristas, y nunca sabes cuando te pueden robar. Reflexiono en el asiento sobre el sueño y el mensaje de Extraño. Aunque algo me dice que tienen relación, por mí como si no tienen nada que ver. Si el Doctor Extraño necesita que le de una paliza a alguien, pienso hacerlo encantado. Lo que mejor viene para el estrés y el miedo es un poco de acción.

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21/08/2014, 03:22
Sora Ahawi

No entendía lo que estaba pasando, pero la naturaleza parecía realmente enfurecida. Las nubes acechaban la ciudad y no tardaron en aparecer los rayos que hicieron que me sobresaltara de forma inimaginable. Intenté hablar, preguntar a los espíritus qué trataban de decirme con aquello, pero la verdad es que sería la primera vez que me trataban de forma tan violenta; así que mientras mi cuerpo se sacudía con cada rayo, llegué a la conclusión de que se trataba de otra cosa. 

Pronto comenzó a faltarme el aire, y cuando más agitada me encontraba me desperté, echando mano de inmediato de uno de los inhaldores que guardaba en la mesilla de noche. Dos dosis después me encontraba mejor, pero irremediabemente empapada en sudor, con lo que me deshice de la ropa interior y la camiseta de tirantes con los que dormía e intente relajarme con una ducha caliente. Pocos minutos después, al deshacerme del vao del espejo con la mano, lo vi frente a mí.

Ahí estaba, tal como presagió años atrás, volvió a buscarme. En ese momento no me cupo la menor duda de que la pesadilla estaba relacionada con la petición del Dr. Extraño, petición que no dudé ni un segundo en cumplir. Me arreglé el pelo en dos largas trenzas y terminé de vestirme. Aún era tempano, pero el día prometía ser caluroso, así que escogí un top con escote palabra de honor, de piel marrón, que acababa en pico dejando ver mi ombligo; unos shorts negros; unas sandalias con flecos que me había regalado mi tía, y rematé mi atuendo con varias pulseras y unos pendientes con plumas. Tomé la cazadora de cuero y me dirigí a la puerta.

Salí de casa en silencio, procurando no despertar a nadie y fui hacia la boca de metro más cercana. Cuando llegué a las inmediaciones de la vivienda terminé el camino dando algunos largos saltos para acelerar mi llegada. Aquel lugar era imponente, pero no m paré mucho a admirarlo, estaba deseando saber qué pasaba.

Toqué la puerta con la mano y esperé.

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21/08/2014, 09:48
Director

El Sanctum Sanctorum, hogar del Doctor Extraño, era fácilmente distinguible de los demás edificios por su aspecto antiguo y la decoración de su ventana superior. El tamaño del edificio, de tres pisos y algo estrecho, era en realidad engañoso, pues al entrar se mostraba como mucho más acogedor.

Tras llamar, no tuvísteis que esperar mucho tiempo fuera. Parecía que Wong, el asistente del doctor, estaba cerca de la puerta para abrirla con presteza. Ya conocíais a Wong, un hombre oriental de mediana edad en el que apenas se notaban los años pasar. Parco en palabras y en gestos, vestido de forma sencilla, os sonrió con amabilidad al veros.

Luego, educado y servicial, os invitó a pasar y os condujo hacia una pequeña salita.

La mansión del doctor tenía muchos pasillos y muchas puertas, cosa que terminaba por desconcertar a los visitantes, pues el edificio no era tan grande, por lo que enseguida uno se ponía a pensar que aquello era demasiado espacioso, y que sin duda había magia en cada metro del lugar y no sólo en el propio dueño.

El mobiliario era antiguo, y exótico. Se podían ver algunos libros de ocultismo expuestos en vitrinas, cuadros y bustos de personas que era imposible que reconociérais, pero que se veían solemnes. Pocos podían reconocerlos en realidad, y pocos podían saber de las grandes hazañas que habían llevado a cabo en el pasado en favor de la humanidad, tanto en la Tierra, como en otros mundos y otras dimensiones. Eran héroes humildes y desconocidos. Tanto como el propio doctor Stephen Extraño, pues qué pocos conocían que casi pasaba más tiempo en otras dimensiones que en nuestra realidad, o que a pesar de aparentar la cuarentena había pasado milenios enteros luchando contra demonios y dioses oscuros en una guerra casi eterna en lugares que era mejor no imaginar y en los que el tiempo se medía con otra medida.

((Asumimos que Sora ha sido la última en llegar))

Sora Ahawi llegó finalmente a la salita. Allí se encontraban ya varias personas. Sólo podía reconocer al dueño del lugar, Stephen, los otros ocupantes eran tres jóvenes y una mujer de cabello blanco, de unos treinta años, con melena hasta los hombros, sentada a la derecha del doctor.

- Ya estamos todos, gracias por haber venido, querida. - Dijo Stephen ofreciendo un asiento en una silla victoriana frente a la mesilla del té. Wong preguntó a Totem si quería un té o un café, y tras recibir respuesta se marchó. El doctor volvió a hablar entonces.

- Es posible que queráis conservar vuestra vida privada al margen de estos acontecimientos, de modo que os presentaré usando vuestros nombres clave. Este joven es Dawn. Este caballero es Tornado. La dama es Psiónica. Y finalmente mi ex-esposa, Clea - refiriéndose a la mujer de cabello blanco. - Esta señorita se hace llamar Totem.

El doctor hizo una pausa para beber de su taza.

Notas de juego

Había escrito más, pero lo dejo hasta aquí por si queréis presentaros o participar de alguna manera. Si no se os ocurre gran cosa no pasa nada, sigo con la introducción.

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21/08/2014, 15:43
Malik Oke

Observo a los demás invitados. ¡Pero si son críos! En fin, el doctor sabrá. Me estoy poniendo algo nervioso. Nunca había estado dentro de Sancto Santorum, y me desconcierta que sea tan descaradamente mágica. Yo me he criado en un ambiente donde la única diferencia entre la vida y la muerte eran los reflejos, la labia y tener el arma más grande de la sala. Ahora mismo, me encuentro totalmente fuera de mi ambiente, y eso me pone terriblemente nervioso. Me quito la chaqueta, y la coloco sobre el respaldo del butacón donde el doctor me ha sentado. Revelo mi delgadez, que me hacen parecer más alto de lo que realmente soy. Cuando Extraño termina de hablar, no aguanto más.

- Doc, de verdad que todo esto es muy interesante, pero necesito un cigarro. ¿Tienes un cenicero?

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21/08/2014, 18:57
Carrie Carlson

Sentada con el casco de la moto sobre el regazo acariciaba la pulida superficie con los dedos de la mano izquierda con aire distraído.

Dawn, se repitió pasando la mirada a uno de los chicos, Tornado, los ojos se clavaron en el otro hombre, menos musculoso que el primero pero más alto. Alto no, largo. Cabeceó ligeramente haciendo que se mecieran los mechones que le enmarcaban el rostro cuando nombró lo que había de ser su sobrenombre. Clea... Totem. Cuando vio a la muchacha de largas trenzas y figura entallada esbozó una sonrisa, todo en ella desde el tono broncíneo de su piel como los accesorios y su sobrenombre gritaba en silencio información sobre su ascendencia amerindia.

Estirando la espalda contra el respaldo de la silla pasó el brazo derecho sobre él, dejando que colgara laxo mientras cruzaba las piernas sosteniendo con la mano izquierda la moto en su regazo.

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21/08/2014, 19:21
Aiden Byrne

Parecía que allí nadie le daba demasiada importancia a la identidad secreta, si, usaban nombres en clave, pero ni se preocupaban por cubrir su rostro. Aunque si eran amigos de Extraño debían ser dignos de confianza, no obstante yo no pensaba quitarme la máscara, las identidades secretas no eran un juego. Incluso había rechazado la bebida de Wong, ya que me era imposible beber nada con el casco puesto, no obstante tampoco tenía demasiada sed.

El doctor nos presentó a todos, la verdad es que sus nombres en clave dejaban bastante claras sus habilidades, quizás debería haberme puesto de nombre "Lucecitas" pensé divertido.

Tornado tenía pinta de ser un inmigrante, el típico que intentaba venderte unos cds en la escalera del metro, como si no supieran que ahora la música se llevaba en mp3. Después estaban las dos muchachas, parecían algo más jóvenes que yo, y ambas estaban pero que muy bien. Por un momento la mente se me fue a otras cosas, atrás quedaron pesadillas y malos rollos de Extraño. Volví a la tierra regañándome mentalmente por pensar en aquello en el momento menos oportuno.
Mi mirada acabo encontrando los ojos de la rubia mientras escuchaba al doctor y el comentario poco afortunado de Tornado. Era una mirada bastante triste, y no pude menos que preguntarme que le habría pasado.

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22/08/2014, 02:17
Sora Ahawi

Había sido la última en llegar, reuniendo en aquella sala un grupo de lo más variopinto: una mujer madura, una chica con un cabello precioso, un ¿chico? con casco, un hombre nervioso que trataba al Dr. con mucha familiaridad, nuestro anfitrión y yo.

Un cúmulo de sentimientos se golpaban en mi pecho. Me encontraba algo nerviosa, pues me había preparado desde hace mucho para ese momento, pero a la vez me emocionaba el encuentro, y ansiaba saber más ante todo.

- Señor, ¿De qué se trata? - pregunté finalmente, con la intención de que se reanudara la explicación.

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22/08/2014, 09:28
Dr Extraño

Stephen dejó la taza sobre la mesilla, dirigiendo la mirada hacia Malik.

- Debes esperar unos minutos.

Acto seguido el doctor hizo unos gestos rápidos con las manos y sobre su palma derecha apareció una llamarada de fuego verde, que no emitió ningún calor.

- La situación actual es cuanto menos, preocupante. Vosotros tenéis la fortuna de no conocer al demonio llamado Pesadilla, que gobierna una dimensión de sueños y se alimenta de los humanos que sufren mientras duermen.

Las llamas verdes tomaron la forma de un hombre delgado de cabello largo sentado en un trono.

- He batallado muchas veces contra él, yo y muchos otros héroes de la Tierra. Hace poco sufrió una amarga derrota, junto a otros demonios del Miedo, pero ahora temo que ha comenzado nuevas maquinaciones. Él no es el único señor de los sueños, pues éstos en realidad originan gran cantidad de dimensiones, muchas de ellas sin nadie que las gobierne y así debería ser. Pero Pesadilla intenta ahora una nueva estrategia, que es fortalecerse con malas artes. He descubierto que está explorando en busca de dimensiones que conquistar, y "temo" de hecho por otros señores de los sueños, como una de sus hijas, la Reina de los Sueños, lamentablemente tan pérfida como él.

La imagen cambió ahora a la de una mujer de cabello verde, piel blanca y llamativos ropajes rojos.

- He notado que el poder de Pesadilla es mayor ahora, y que lo está proyectando hacia nuestro mundo, no sé aún el motivo exacto, pero no hay que esperar nada bueno. Si mis conclusiones son correctas, anoche comenzó con esas proyecciones.

El hombre hizo una pausa para coger su taza y sorber un poco de té verde.

- Vosotros tenéis algún tipo de conexión con lo que está sucediendo. Creo que os está afectando de alguna manera. Así que os he llamado para que podáis complementar mis esfuerzos. Yo debo investigar en diversas dimensiones oníricas, y mi periplo puede ser largo. Pedí a Clea que viniera a proteger mi cuerpo mientras viajo. Pero también necesito que vosotros estéis alerta en este mundo. Vosotros cuatro tenéis grandes poderes y juntos podéis llegar a formar un grupo formidable. Sois poderosos y bienintencionados, justo lo que hace falta ahora.

El doctor Extraño paseó su mirada por cada uno de vosotros.

- Cierto es que os pido que asumáis riesgos enfrentándoos a estos peligros que están por venir. Pero de no hacerlo, graves consecuencias nos esperan a todos. He preparado algo que será de utilidad, un mapa en el que he dejado una brújula, que se moverá hasta donde se produzca una singularidad.

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22/08/2014, 13:40
Carrie Carlson

Giró el rostro rompiendo su desconocido contacto visual con el chico del casco para mirar a la muchacha amerindia cuando habló, le agradaba la voz, sin duda, y la breve tensión acumulada por tener que aguantar el pestazo insufrible del cigarrillo de Tornado se desvaneció en el aire tan pronto el doctor contestó una negativa para exponer el motivo de tanto ajetreo para traer ahí a desconocidos en respuesta a Totem.

Aunque la respuesta le gustó menos.

-No tenemos opción ¿hm?- dijo manteniendo la mirada al doctor. Podía replicarle muchas cosas sobre su poder, sobre los motivos que él ya conocía de sobra por los que se había limitado a vivir en un pueblecillo de mala muerte pero si aun así había decidido correr el riesgo debería confiar en él.

¿Qué hay que esperar de esas singularidades?... además de quedarme sin mis vacaciones.

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22/08/2014, 13:59
Clea

Clea dirigió una mirada comprensiva hacia vosotros.

- No temáis al futuro, pensad en la gente que vais a ayudar. Eso os llenará de satisfacción, os lo aseguro. Os dará fuerza.

Dijo sonando algo idealista.

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23/08/2014, 02:43
Aiden Byrne

No solo era lo correcto, aquello podría unirnos a los grandes, ¿quién sabía? después de esto lo mismo me llamarían los mismísimos Vengadores. Aunque por supuesto proteger a la gente era lo principal, si teníamos aquellos dones era solo para proteger a los más débiles.

-Descuide doctor, nosotros nos haremos cargo.- Dije asumiendo la respuesta de todos. A pesar de que algunos no parecían muy emocionados.

Para mi era habitual asumir el liderazgo, ya fuera porque lo había tenido que asumir desde joven en casa, o por otros motivos, era lo que me resultaba más natural.

-¿No necesitaría que alguien le acompañe?- No estaba seguro de a que nos enfrentaríamos, pero seguro que su tarea era mucho peor.

 

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23/08/2014, 08:20
Carrie Carlson
Sólo para el director

Pestañeó y la mirada se perdió en algun punto del rostro de Clea cuando quiso ofrecer una respuesta.

La llama de su interior que había intentado encenderse ante la necesidad de fumar de Tornado se prendió hacia la actitud romántica de que el "el bien por el bien es tremendamente satisfactorio". No, no lo era. Las perdonas eran frágiles y trataban con hostilidad a aquello que escapa de su comprensión. ¿Necesitaba reconocimiento? No. ¿Dejaría morir a otros? Dependiendo de quien fuese los otros. ¿Vivía esa señora en algún lugar de arcoiris y chuches que le reportaba paz espiritual? A juzgar por las marcas de cansancio que lucía no, independientemente de si había tenido sus más y sus menos con los sucesos oníricos.

Y después el listillo del casco. ¿Quién era él para abrir la boca y hablar en representación suya sin siquiera hablarlo con ella? ¡Encima con ese... juguete de plásticucho barato tapándole la cara! Haría menos el ridículo con una máscara de latex.

Carrie se había metido de lleno en una espiral de mal humor irracional aunque no injustificado desde su punto de vista y había perdido el contacto con el mundo consciente. La taza sin tocar que tenía frente así salió disparada contra Dawn, pasando a escasos milímetros del casco cuando, la silla de Dawn, con el propio Dawn, se retiró de golpe de la mesa y le puso de cara a la pared.

Igual que se castiga a un niño.

Notas de juego

Te dejo en solo al director la narración de la complicación, el proceso mental de Carrie y así te tengo entretenido para que lo describas al resto como te plazca y la complicación de Carrie quede medianamente aún por salir a colación (y puedas introducir reacción / contestación con el doctor Extraño si es necesario).

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23/08/2014, 09:16
Dr Extraño

Stephen escuchó la pregunta del enmascarado y comenzó a negar con la cabeza.

Parecía que iba a comentarle algo, pero se escuchó una especie de resoplido, proviniente de Carrie, y casi simultáneamente su taza salió volando hacia Aiden, rozando ligeramente su máscara.

La joven tenía el ceño fruncido y el poltergeist continuó alimentado por sus turbulentos pensamientos. La butaca en la que se sentaba Dawn se giró y se dirigió hacia la pared, hasta que éste pudo reaccionar apartándose de ella. El asiento, en todo caso, se detuvo antes de chocar.

El doctor extraño se levantó y miró fijamente a la joven.

- Quiero que respires hondo. Debes mantener el control y no volver a perderlo.

Sentenció de forma serena y esperó convencido de que ella seguiría sus instrucciones.

 

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23/08/2014, 09:34
Carrie Carlson

Carrie pestañeó como si hubiese sido una alumna a la que han pillado durmiendo en clase. Miró al doctor Extraño y se pellizcó el puente de la nariz.

-No he estado haciendo los ejercicios de autocontrol-sacudió la cabeza y miró a Dawn sin tener un lugar concreto donde fijar la vista-lo siento.-Más o menos.

Pasó una mano por el pelo recogiéndose un mechón tras la oreja con aire culpable, descubriendo consternada que su taza no estaba.

Complicaciones.

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23/08/2014, 09:53
Aiden Byrne

Cuando escuché aquel resoplido volví instantáneamente la cabeza hacia la chica de mirada perdida, pero lo que nunca hubiera esperado era un ataque de su taza. Esta rozó mi mascara para después estamparse en el suelo.

-¡¿Pero que narices?!- Pregunté a nadie en concreto sobresaltado.

La verdad era que aun no llevando la protección no me habría hecho ningún daño pero no dejaba de ser inquietante.
Para colmo después la silla se volvió loca, aunque no estaba seguro de lo que había sucedido, las palabras del buen doctor lo dejaron bastante claro.
La chica se disculpó, y si bien pretendía tranquilizarla y decirle que no pasaba nada, había algo más apremiante que me preocupaba.

-¿Está seguro de que ha elegido bien el equipo?- Pregunté al doctor.

Confiaba en su criterio, pero a mi parecer aquella chica estaría mejor siendo entrenada por el Profesor X que en una misión de alto riesgo poniéndonos a todos en peligro.

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23/08/2014, 10:08
Dr Extraño

El doctor Extraño asintió parsimoniosamente, primero a Aiden y después a Carrie. Sus dedos empezaron a moverse formando gestos difícilmente repetibles por la complejidad de las posiciones que adoptaban. Parecía algún tipo de lenguaje de signos, que enfatizaba con un suave canto.

Los restos de la taza de té se deslizaron por el suelo hasta encontrarse, fundiéndose de nuevo en un único objeto, que voló hasta la mesilla y se posó, como si nada le hubiera pasado.

Stephen tomó asiento.

- Yo no os he elegido, pero sé que las marcas simbólicas como las vuestras son importantes. También sé que los comienzos son difíciles, también lo fueron para mi en su día. De modo que no veo ningún problema que no podáis superar.

Wong, que había entrado atraído por el ruido, acercó la butaca hasta Aiden y la colocó tras de él, para que pudiera sentarse.

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23/08/2014, 14:45
Sora Ahawi

No pude evitar soreír ante tal situación de descontrol, me había parecido gracioso, aunque ante la pregunta de Dawn mi semblante volvió a ser serio. No me preocupaba si la elección era la correcta, confiaba en el criterio del Dr. y en el trabajo de estos últimos años. Además, si alguno necesitara ayuda, ¿No estábamos los demás allí para solventarlo?

- Debemos seguir trabajando. - me dirigí a Psiónica - Podemos hacerlo juntas.- sonreí.