Partida Rol por web

Entras en el salón colocándote la entrepierna. Tu tapadera, la venda que llevas en la cara, por el momento, cumple su función, manteniéndote en el anonimato.

Te sientas en las butacas del salón, al lado de una preciosa Zamoria, que te ofrece una copa de RON.

No te das cuenta mientras estás saboreando el brebaje y gozando de las vistas, pero cuando tus ojos se deslizan a tu lado compruebas que Ramirez está sentado junto a ti.

Lleva su armadura, con sus distintivos de capitán, y el casco con penacho a su lado.

Tiene un látigo recogido en una mano y una copa de vino en la otra.

Pega un trago largo y sin mirarte comenta.

-Una joya... Verdad?

Es una flor de Loto, de las junglas de Kithay. Tan perfecta...

La has oído gemir?

Domingo se sorprende al ver al capitán, pero las vendas ocultan bien su rostro. Contesta con un simple. -Ahá algo desganado.

Sigue bebiendo de su RON, como ignorando al individuo que tiene al lado.

"Se paciente, Domingo. Ahora mismo no sacarías nada bueno de esta situación. Espera a que vaya a follarse a una puta y luego le pillas con los calzones bajados."

Que hay arriba?? y donde estan los demas?? preguna el norteño,

Wulf se sienta en la cama, mientras se dispone a limar las uñas de sus pies, esperando.........

- ¿Los demas? Sal de aqui, espero que hayas llegado con Amra y Halgar, como quedamos. Intentaré localizar a Ramirez para que cumplamos el resto del plan. Dejaremos una ventana abierta como señal para que podamos empezar - dijo el noble bastante mosqueado con cara de pocos amigos

Ramirez te clava sus ojos como los de un halcón sobre su presa. Puedes ver en su cara como la rabia se le va acumulando.

Desconfía de ti y de tu vendaje. Y sobretodo, parece que está molesto por que hayas siquiera tocado a Zang.

Con que la has oído gemir...

Muy bueno debes de ser en la cama. Seguro que casi tanto como en el mar. Me equivoco?

Ramirez aparta de un taburete a una de las prostitutas que estaba a otro menester y se sienta frente a ti. Ha dejado su copa olvidada en el sofá, manchándolo todo.

-Hueles a mar mas que el lenguado.

La situación se pone algo tensa, está claro que está insinuando mas de lo que dice, y que intenta provocarte. Por suerte, se relaja un instante.

-Tu señor debe de ser un Señor del Mar, me equivoco? Y esas heridas en la cara te las hicieron los piratas?

Escruta cada gesto que haces, a falta de poder observar tu rostro mira a tus extraños ojos mas que azules.

Entonces, de la habitación contigua a la que se encuentran Valenso, Ydir y Wúlferic; en la que se encontraba Domingo sale Verónica y habla en voz alta.

-Capitán, ya puede usted entrar. Zang le está esperando.

Domingo se remueve ligeramente incomodo cuando el capitán se sienta delante suyo. No retira la mirada, pues no quiere parecer (mas) sospechoso.

En un momento parece que va a desubrirle. El pirata aprieta los dientes. "En cualquier momento tendré que sacar la espada y rebanarle el cuello."

Por suerte para él. Veronica aparece. Domingo asiente solemnemente ante la pregunta del capitán y echa otro trago.

El Capitán escucha las palabras de Verónica sin dejar de mirarte a los ojos. Unos segundos después de que acabe de hablar se levanta del taburete.

Es alguien muy alto para ser Zíngaro, y su armadura de Capitán de la Guardia sin duda le da un aspecto mucho mas fiero. Seguro que gran parte de los impuestos fueron dedicados a hacer esa armadura en lugar de contribuir a la reconstrucción de el país tras la guerra.

-Muy bien. Nos veremos pronto, marinero.

Se acerca a dos de sus hombres que están esperando a la entrada del salón y les susurra algo. Luego, pasa tras el mostrador de la entrada y de allí saca un juego de pesados grilletes y un látido que lleva enrollado.

Asiente con la cabeza al pasar junto a Verónica y cierra la puerta tras entrar a la habitación con Zang.

En la casa de Verónica hay en total cinco miembros de su guardia personal, y es probable que fuera, junto a su carruaje haya mas.

El envenado espera unos instantes, terminándose su jarra de RON, antes de dirigirse disimuladamente hacia la puerta de Valenso.

Golpea suavemente la puerta.

-Hey, ábreme que soy yo. Dice con voz calma y baja el pirata.

Ydhir se pone tensa al oir la voz al otro lado de la puerta,¿Que hacemos?pregunta inquieta a sus compañeros de cuarto.Maldición,no se como he terminado así, debí ceñirme a mi plan original...con estos voy a acabar peor de lo que estaba.

Abro la puerta a Domingo y vuelvo a mirar a Wulferic, casi perdiendo la poca paciencia que me quedo.

- Puedo solucionar esto, pero necesito saber donde estan los que te iban a acompañar. Esto no era lo planeado, y puede salir todo al reves - digo en un susurro

Domingo accede presto a la habitación. Está nervioso y cuando iba a soltar todo el rollo ve a la mujer.

"Mierda, será de fiar? Mejor no me quito la venda aun."

-Ha llegado. Declara el zíngaro. Está en mi habitación, con la puta. Pero no ha venido solo. He contado cinco dentro y seguro que hay unos cuantos más fuera. Domingo empieza a andar por la habitación, inquieto, pensando como podrían salir de aquella situación. -Y donde demonios están los otros? Pregunta a Wulferic.

Los demas??? buena pregunta, responde Wulf, mientras vuelve a calzarse. tuvimos que separarnos cuando el ataque al carruaje. pero esten donde esten, ahora mismo no podemos contar con ellos, asi que mejor que sigamos adelante lo mejor que podamos. dice al levantarse, espero que esten vivos

- ¿Han atacado el carruaje? - dijo Valenso en un susurro- ¿No se te ha ocurrido decirnoslo antes? - Valenso se queda un instante pensativo mientras maldice en silencio su mala suerte. Luego toma una decisión- Habrá que improvisar. Vamos a intentar crear una emboscada. Espero que Ramirez tenga tantas ganas de demostrar su valia y darte una lección como creo - dice mirando a Ydhir.- Vale... ¿alguien te ha visto entrar en la habitación Domingo?

El envenado se encoge de hombros. -He intentado ser discreto, pero no se si alguien me ha visto entrar. Además, no creo que Ramirez entre aquí. Como he dicho, está en la habitación de al lado, con la Khytana. Iba con un grillete y un látigo, así que debe estar entretenido.

-Podríamos intentar colarnos por la ventana, pero no se como lograríamos sacarlo de ahí sin enfrentarnos a sus guardias. Comparte su preocupación con el resto.