Partida Rol por web

"Antes debo de buscar un establo para mi caballo, y me acompañarán mis dos amigos su olfato siempre es una ventaja"

"Maese posadero podeis hacerme un favor ¿podeis indicarme donde se encuentra el establo más cercano?"

.-¿ No nos puede hacer el favor el Tabernero de cuidarte el caballo?. Menuda faena si tenemos que buscar un establo a estas horas-. Dice Sachez ya dentro del pasadizo, haciendo un efecto de eco, al hablar.

-Tranquilo estranhero, ya me ocupo o d'eso... puede está tranquilo, yo llevo a tu cabaio a las cuadras. tu buhca má hente que quiera eliminá a Villagro y Ramírez. Y cuando me necesiteis una espada má, contad comigo...

" De acuerdo pues adelante entonces" enciendo una vela y paso al agujero con mis dos fieles compañeros.

A mendida que avanzais por el tunel, se va haciendo mas angosto y mas ruinoso.  Orientandoos con las velas de severius pronto llegais a unas escaleras de pieda de caracól,  estrechas y angostas.

Al bajar las escaleras, llegais a lo que algún dia fué una abitación pero ahora con las paredes derruidas, forma parte de la propia "calle"

Al otro lado de la "puerta", ahora veis un montón de callejuelas y grutas, algunas medio cubiertas por los escombros de antiguos edificios.

a los lados de los pasillos hay restos de lo que algundia fueran casas, edificios tiendas. que ahora no es nada mas que montónes de escombros, no veis el cielo porque hay tanto rocas naturales (cueva) como montones de escombros, y en algunos sitios aislados, podéis ver el pavimento de las calles desde abajo ( wneo, no veis los adoquines, pero es techo demasiado liso como para ser natural o accidental.

Estais Debajo de la ciudad.

Seguís a Vizarro por las calles mas oscuras y estrechas de Kordava, según él, es un atajo seguro, pero intentáis no llamar la atención demasiado.

Vizarro se mueve con agilidad por las calles y rincones. Consigues seguirlo, únicamente, por que para de tan e tanto para esperaros, parece que halla hecho esto mil veces, y que conoce la calle mejor que cualquier otro Zíngaro que conozcáis.

En una de las calles Vizarro os conduce a un callejón sin salida y en silencio señala unas escaleras que llevan a una terraza de alguna casa, sube por ellas y pasa a uno de los tejados cercanos, y de este a otro. son de diferentes alturas, pero contiguos y no es necesario saltar, solo apoyarse un poco. Finalmente baja por unas escaleras similares, a una calle bastante lejana, de esta manera, evita cruzarse con ninguna patrulla de las que siempre vigilan aquellas calles.

Esquiváis un par de patrullas y llegáis de nuevo a la taberna del Perro Mugriento. Mira a un lado, a otro, asegurándose que nadie les ve, y abre la puerta entrando, en la puerta ves que hay un caballo en un mástil atado, Vizarro espera a que entréis, y cierra la puerta.

Dentro, podéis ver una taberna no muy grande, con mesas de madera cuadradas o redondas,  unas 12 de diferentes tamaños, distribuidas por la habitación. Sentados a ellas, varios grupos de personas, en su gran mayoría hombres. Muchos parecen ser marineros por sus ropas y cabello llenos de salitre, otros parecen ser viajeros, mercenarios y personas de mala vida. También hay algunos que podrían pasar por artesanos o labradores.

En el centro de las mesas, una muchacha baila al ritmo que da palmas a una pandereta pequeña que tiene en las manos parece ser el centro de todas las miradas, o casi todas. El baile que hace es una versión algo mas desvergonzada de un baile regional Zíngaro, en el que alegremente deja entrever, o mas bien dicho imaginar, sus atributos femeninos. No tendrá mas de dieciocho años.

Al fondo hay una barra con unas cortinas detrás y un hombre grueso, barbudo y con un parche en el ojo sirviendo bebidas, sobre todo RON! a cambio de unas monedas.

Cerca de la barra hay una mesa con tres hombres con sobrero de ala larga, los tres armados, jugando a las cartas de una manera frenética, y casi compulsiva, los No-Zíngaros jamás habían visto un juego que requiera tanta celeridad y presteza.

Justo al entrar, no sabéis como, pero estos tres hombres se han dado cuenta de vuestra entrada, examinandos de arriba a abajo con una mirada rápida pero penetrante. Se fijan especialmente en Vizarro, que disimula en un primer momento. Un instante después retoman su juego, parece que están apostando dinero, pero no es una suma significativa.

Vizarro se dirige a una mesa vacía, levanta del suelo uno de los taburetes que estaban a la mesa, pero que debió caer en algún momento, puede que en una pelea, y se sienta en él.

Con un gesto de cabeza os indica que os sentéis con él.

Parece que el otro aun no ha llegado. 

-Habías estado alguna vez aquí? Domingo?

Temüjin si que ha estado, aquí es donde recibió el encargo que se cita en su introducción. (los de la mesa de las cartas son los "seguratas")

Domingo, lo dejo a tu libre interpretación.

Sigue a Vizarro por las callejuelas de la ciudad, intentando pasar desapercibido. Realmente es complicado para alguien de su tamaño, y más aún entre los zíngaros que son pequeños y delgados. Aún así, la ruta por la que se mueven parece alejada de cualquier mirada curiosa.

El lugar al que se dirigen ya no sorprende a Halgar. Hasta ahora, se ha movido por lugares sórdidos y desconocidos para la mayor parte de la gente. Sin duda hay todo un submundo en los bajos fondos de Kordava, y el bárbaro comienza a acostumbrarse.

- Otra taberna clandestina - susurra a Wulferic - parece que esta gente disfruta escondiéndose

Se dirige a la mesa escogida por Vizarro y toma asiento devolviendo la mirada a los tres tipos que juegan a las cartas.

-Estuve, hace tiempo, antes de partir a bordo del Tonel Flotante, aunque a cambiado bastante. Por aquellos tiempos no había bellezas como esa. Dice refiriéndose a la que está bailando, a la que por cierto, le va echando miradas cada dos por tres.

Levanta la vista hacia el tabernero y a gritos pide algo de beber.
-UN PAR DE JARRAS DE RON!

Temujin observó a los tres hombres que jugaban a los naipes. Despues manteniendo bien visto a todo el mundo se apoyó en alguna pared cercana a la mesa. Manteniendose atento a la taberna. Con una mano apoyada en su cuchillo.

-No hagais nada raro, o los tipos de esa mesa, se os echarán encima.- Dijo, señalando con un gesto a los jugadores.

Domingo vuelve la vista hacia donde indica Temüjin.

-Por? Son lacayos de Villagro? Pregunta Domingo con curiosidad y colocando sus espadas cerca.

-No, son los matones de la taverna. Si no montamos bronca, nos ignorarán.-

-No hemos venido a montar follón, suficiente tenemos con Ramirez y Villagro... Dice Domingo perdiendo interés.

-Bueno, tan sólo tenemos que esperar a que venga Valenso. No seáis rácanos y pediros algo de beber, así podemos hacernos pasar por clientes normales...

En cuando se acerque el tabernero le pregunto si sabe de alguien al que le puedan interesar un par de auxiliares. (Las extra que tengo)

-No, bárbaro, esto no es una taberna clandestina, es solo una taberna de marineros, buenas juergas me he corrido yo aquí, pero conozco bien al dueño, no dirá nada.

-Por cierto, voy a saludar a un amigo.

Vizarro se levanta y se encamina a la moza que baila en el centro.

Da un par de palmas sonriendo a la muchacha, que parece reconocerlo, y le tira una moneda. Su mirada se clava en sus pechos mas que en ella, pero bueno, el Vizarro es algo normal.

Después se dirige a la mesa de los tres hombres, espera a que caben la mano que están jugando para no interrumpir el juego y saluda a uno de ellos dándole la mano.

La partida se interrumpe mientras hablan, pero no podéis oir lo que dice.

El tabernero, un obre grueso con un chaleco de cuero fino que no alcanza a cerrar su bariga, y que cogéa un poco, está muy ocupado sirviendo en la barra. parece que si quereis algo tendréis que ir a pedir vosotros mismos.

Despues del largo camino por las sombras de la ciudad, Wulf entra en la taberna, como de costumbre ya, el ultimo de todos.

Da un rapido vistazo a su alrededor, para luego sentarse en la mesa con sus compañeros, elige un sitio desde la cual puede ver el maximo posible de la taberna y sobretodo la entrada principal.

Da un rapido vistazo a los 3 jugadores al entrar, y luego otro mas largo cuando escucha las explicaciones de Temüjin.

intenta llamar la atencion del tabernero, pero viendo que es imposible sin llamar la atencion de todos los presentes, se lavanta y se dirige a la esquina de la barra, lo mas cerca posible de su mesa, pero intentando estar lo mas apartado de los demas clientes posible. Eso si, antes de levantarse de su mesa pregunta a sus compañeros. Voy a por una cerveza, alguien mas bebe???

-Pídeme un par de jarras de RON! que este servicio (refiriéndose al tabernero) deja mucho que desear. Contesta Domingo a Wulferic.

Seguidamente sigue con la mirada a Vizarro. "Que se traerá con esos 3?"

La bailarina vuelve a bailar y la mirada de Domingo se desvía de nuevo y una sonrisa aflora en su rostro. -Disfrutemos de la espera...Se dice a si mismo a la vez que se acomoda mejor en su sitio, poniendo las botas encima de la mesa.