Partida Rol por web

-Espera... esa maldita harpia.  ¡Cristina!. ¡Quizá su casa siga en pie!. Es medio bruja, y espero sacar algo de ella. ¡Vamos!-

TE SIGO DE CERCA,DIGO MIENTRAS ME AJUSTO MI ARMADURA

perdon por las mayusculas

Llegáis de nuevo al puerto. Estáis muy cansados, heridos y no habéis dormido esta noche.

El camino hasta el muelle a sido muy tranquilo comparado con las escursiones que hicisteis con Vizarro. Los guardias de la ciudad no os prestan ninguna atención.

Los cadáveres están casi todos retirados, aun que no había muchos, tampoco. Y las picas con los cuerpos de los familiares y amigos de los Filibusteros ahora están partidas, como si los hubiesen retirado.

Ahora todo lo que tenéis que hacer, es encontrar un barco.

Bueno, deberiamos de equiparnos para este viaje, digo pensativo quien se apunta a saquear y destrozar lo que queda de vuestros viejos dictadores ???

pregunto en tono a que no hay huevos

realmente vais a dejar que se salgan con la suya, vuelvan a hacerse fuertes y os sometan otro par de generaciones???

Domingo, Valenso y Vizarro llegan hasta Kordava.

Es un largo paséo, pero no está mal una caminata de un par de horas para estirar las piernas.

-Bueno, yo me voy a pillar un carruaje. Usaré las monedas que les rapiñé a los Barachanos. espero que nadie se de cuenta de ello... Haced vuestra parte. Nos veremos en el Burdelilo en cuanto pueda.

Dicho esto, Vizarro se oculta parcialmente su cara con el sombrero y se pierde tras un callejón. Sabe que es un fugitivo de la prisión, por dos veces, y que si le encuentran, acabará dentro otra vez. Y seguro que no le será tan fácil escapar.

Quedáis en la calle,  Valenso comienza a andar hacia su casa en el puerto, tal y como había acordado con Domingo, sobre hacer una parada allí para cambiarse de ropa, asearse, asegurarse que tanto la casa como sus pertenencias están bien, así como buscar algo para contribuir en el disfraz de Domingo.

La llave hace girar la tranca con un sonoro CLOC!

En su interior se oyen pasos apresurados.

Una joven prácticamente desnuda llega corriendo frente a vosotros.

-Bien venido a casa, Amo.

A su vez, otra muchacha, de piel mas morena y de piel salvaje llega también a la puerta.

-Bien venido a su casa.

dice con al cabeza baja.

Valenso asiente con la cabeza. No parece dar demasiada importancia a las jóvenes esclavas, aunque es evidente que se siente aliviado que sus posesiones se encuentren bien

- Idra, Orenda, este es mi invitado. Comportaos. Debe quedar algo de comida, preparadla mientras hablamos el y yo. Traedme la ropa y los harapos que haya en casa

-Hasta luego, compadre. Se despide Domingo de Vizarro con un buen apretón de manos.

Andando por las calles de Kordava, al pirata se le hace extraña la situación. Tener que andar disfrazado, en su propia ciudad. Zíngara estaba mal y ahí estaba la prueba. Tenía que solucionar el problema rápido. No le gustaba andar ocultándose.

Cuando se da cuenta, Valenso ya está abriendo una puerta de una casa. Rápidamente salen un par de mozas de buen ver a recibirle.

-Anda, mira como se cuida el tío! Exclama Domingo al ver a las jamelgas, dando una buena palmada en la espalda del noble. -Yo también había pensado en hacerme con una rubita. Pero aún no he encontrado ninguna de mi gusto. Tienes que decirme de donde las has sacado. Da un buen repaso a ambas mujeres y sus curvas. -Desde luego, tienes que decirmelo... dice esta vez mas flojo, embobado.

Entonces repara, un poco por la expresión de las chicas al mirarle, que aun lleva puesto las vendas que le ocultan la cara. Se las quita para presentarse a las mujeres, y por que ya está un poco harto de ellas. Al menos puede prescindir de su disfraz en casa de Valenso...

-Domingo Fernández, a vuestro servicio, señoritas... hace una pequeña reverencia. Al fin y al cabo, aun siendo esclavas, eran mujeres...

Sin perder un segundo más en ello, sigue a Valenso a dónde este le lleve para hablar tranquilos.

Sonreí ante las palabras de Domingo y le acompañé hasta una mesa, en la que mis esclavas nos sirvieron algo de vino, y comida.

- Cuando esto termine, será un placer acompañarte y ayudarte a conseguirte esa rubita. Aunque no siempre es fácil encontrar buen género, y no siempre lo que uno está buscando. Idra y Orenda eran bienes de la mejor calidad, puedes creerme. Pero supongo que no es el momento para dejarnos llevar por el placer. ¿Estamos de acuerdo en el plan Domingo?

-Que remedio, no? Dice algo cansado, algo en coña el pirata. -Podríamos salir por patas y olvidar que ha pasado todo esto.

Domingo pone cara de "Y que más quisieras..."

-Claro que entonces, Zíngara se sumiría en un caos aún mayor del que ya hay ahora mismo y los cabrones como Villagro se aprovecharían de los pobres indefensos para arrasar con todo lo que pillen. Salir por patas no es lo que me enseñó mi madre. "Aunque quizá me lo enseñó diego?"

-Si algún día, cansado de aventuras y fama, me decidiera a establecer una familia, ten por seguro que quiero que vivan en un lugar seguro y lejos de gente oscura y usurpadora como ese hijo de perra. Y claro está, que mi voluntad es la de establecerme en Zíngara, pues no hay otra región más ideal para nuestra descendencia.

Toma un poco de aire antes de seguir.

-Sin más miramientos, creo que la forma más rápida de conseguir lo que te acabo de contar es acabando personalmente con el problema que tiene Zíngara, los nobles corruptos.

-Así que, cualquiera que vaya a intentar derrocar a esa gente, puede contar con mi apoyo. Si tenemos que ir a por el cabronazo de Ramírez, para así obtener información sobre Villagro, pues que así sea. Y otro potencial peligroso para mi "familia" que nos quitamos del medio.

- Para mi también es importante la familia, Domingo. Y mi patria - dice Valenso al cabo de un instante- De hecho son las cosas mas importantes. No te engañaré: me metí en esto porque pensaba que Villagro estaba llevando el pais a la ruina, y no comprendía su combate contra tu gente. Ahora mismo deseo eliminarlo, y espero al hacerlo obtener una clara mejora de posición para mi y para los mios. Y para eso, y evitar en lo posible un derramamiento de sangre, necesitamos a Ramirez vivo. Tiene que cantar. Y si ya lograsemos que se uniese a nostros sería perfecto. Pero dudo que tengamos esa suerte. Llegado el caso necesitaré a alguien que hable de nuestro plan a los filibusteros, y que consigan que me apoyen. Son los mayores interesados en que esto funcione, y se les devuelva su estatus

-Mmm, ya veo por donde vas... el pirata reflexiona unos instantes antes de continuar. -Estoy seguro que los filibusteros querrán aprovechar la oportunidad de volver a recuperar su estabilidad.

-Sin embargo, me temo que yo no puedo ser de mucha ayuda en este tema. Se lamenta Domingo. -Es cierto que soy uno de ellos, pero llevo demasiado tiempo fuera de Zíngara. Han cambiado muchas cosas y la mayoría de mis colegas están en el fondo del mar o clavados en una estaca. Por suerte, aún hay un par que resisten.

Se frota el mentón, recordando algo, pero aparca el pensamiento a un lado.

-Uno de ellos es Vizarro. Ha pasado bastante tiempo en la cárcel, pero puede que él conozca a más filibusteros de por aquí.

-El otro es Diego, el que fue mi maestro y ahora es mi socio. Hace tiempo que abandonó sus clases, pero es un buen hombre y algo famoso en su barrio. Quizá también te pueda ayudar...

Valenso escuchó con interes las palabras de Domingo. Mientras las esclavas les servían la comida miró un momento a Orenda

- Baila para nosotros - ordenó, y luego volvió a fijar su interés en lo que Domingo le indicaba- Creo que minusvalorais vuestra importancia. Se que sois conocido, aunque por supuesto también hablaré de este tema con Vizarro y con Diego, este último si teneis a bien presentármelo - el noble dio un sorbo a su bebida- El pais nos necesita, Domingo. Y creo que podemos hacer un buen papel para que nuestra querida patria se vea fortalecida en estos momentos de necesidad

Domingo se distrae ligeramente cuando la esclava empieza a bailar, pero no deja de prestar atención a las palabras de Valenso, pues aunque no lo parezca, pueden ser de gran importancia.

El pirata asiente cuando Valenso termina de hablar. La verdad es que lo ha halagado y eso le hace subirse en un pedestal. Sin darse cuenta, se lleva las manos a la cadera en la habitual pose de Domingo Fernández, aunque esta vez, permanece sentado.

-Estoy de acuerdo, nosotros podemos remediar todo esto. Dice con voz animada. Como si hubiera cogido valentía por las palabras del noble. -Una vez le saquemos la información que necesitamos de Ramirez sobre Villagro, podemos ir en busca del resto de filibusteros para que nos ayuden a cazar al cabrón mayor.

Por un instante, parece que Domingo ha terminado de hablar, pero entonces continúa. Pero esta vez, suena preocupado. Preocupado de verdad.

-Por otra banda, el grandullón* me da mala espina. Quizá tenga algún plan para que le hagamos el trabajo sucio de eliminar a Villagro y luego eliminarnos a nosotros y así quedarse él con el poder. No me fío ni un pelo.

Seguidamente, el pirata le da un voraz bocado a la comida, para intentar reprimir el nerviosismo que le entra al hablar de aquel tipo.

Miré a Domingo mientras me mesaba la barba y bebía un poco más de vino

- No se que decirte, no ha parecido que mintiera, pero es un bárbaro. Cualquiera sabe. ¿Qué puedes decirme de él? Parecías conocerlo de antes, y mi información sobre tales cosas es nula. ¿Y qué ascendiente tiene sobre Sascha?

El pirata se rasca un poco la cabeza, algo incómodo.

-La verdad es que me he cruzado con él un par de veces en mis aventuras. Es un tipo duro... afirma, con la mirada perdida en el infinito. Casi imperceptiblemente, una de sus manos se dirige hacia el torso y resigue la cicatriz que tiene en el pecho. -Si aceptas un consejo, no permanezcas mucho tiempo a su lado. Es cuestión de días que acabes en problemas o algo peor...

-Por lo que respecta a su relación con Sancha, la verdad es que yo también me he sorprendido. Esta relación no me da más que incomodidad, pues me temo que he subestimado a Luug des del primer día que lo vi.