Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad 6: Almas Primitivas (Preludio)

[3.5 PRINCIPAL-PRELUDIO] Parte 1-Libertad

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23/01/2021, 20:32
-Yzlin-

Saludé a Diraknian y agradecí sus palabras con un gesto. Luego me quitó la capucha y mi mirada se desvió rápidamente al resto de acólitos. Ellos se sentían incómodos con mi presencia, defendían lo natural y yo era el extraño resultado de la magia sobre... negué con la cabeza apartando los pensamientos lúgubres. Aquel no era un día para estar triste. Socar había despertado, Diraknian acavaba de llegar y, Lith.

Vi en los ojos de Lith cómo muchos recuerdos pasaban por su mente. Vi el brillo al mirar a Socar y comprendí que, en mi ausencia, se había formado un vínculo entre ellos. Me sorprendió no ver el sello Fonn'Aster en las pertenencias del forjado pero no dije nada. Yo misma rechacé ser una Fonn'Aster sobre el Despeñapresos antes de que todo esto pasara, por mi orgullo y mi deseo de independencia.

Nada más ponerme la capucha Lythrai me la volvió a quitar. Me ruboricé y agaché la cabeza después de volver a mirar la estancia y los acólitos. -No es por mí, es por ellos. Y... también tengo algunas habilidades- susurré con media sonrisa. Lo cierto es que con todo lo que había pasado no había tenido tiempo para comprobar hasta dónde podía llegar.

Allí, al principio no quise ayudar a nadie. Sólo a aquellos con los que había compartido un vículo. Luego me dejé llevar por las circunstancias. Mi verdadera capucha había sido ser útil allí. Donde mi apariencia no ayudaba lo hizo mi disposición. Eso me permitió estar con mis compañeros.

Entonces caí en la cuenta -¡Socar!- no tenía sentido llamarlo porque su cerebro de metal seguiría firme su propósito así que volví a ponerme la capucha y me acerqué corriendo -Teyrnión no va a ayudarte pero yo sí- sentencié con contundencia. Miré hacia atrás para ver si Lyth y Diraknian nos seguían -esperaba que sí-

-Escúchame grandullón de metal. ¡Quieres parar!- el corazón de Yzlín volvió a arder -¡Muestra respeto hombre de metal! No he estado velando tu integridad para que me despaches con un gracias y hasta siempre.- Respiré hondo -Tras tu caída todos cayeron enfermos. TODOS. Casi todas las razas empezaron a tener fiebres altas y dificultad para orientarse. Luego quedaban postrados en las camas con horribles alucinaciones- señalé unas camillas en las que sus ocupantes tenían los ojos muy apretados, los músculos en tensión y con espasmos como el que está sumido en pesadillas. -Pero a nosotros nos pasó algo distinto. Según Teyrnión, hubo un espasmo en el tejido arcano de la zona y esa conmoción provocó el coma de Lyth, tu desconexión y... mi aspecto, medio humana medio medusa.- Me adelanté al forjado -Deja que hable yo con Teyrnión ¿sí? He estado con él durante todo este proceso y su estado es delicado. No solo ha caído su ciudad, también su gente está muriendo en derredor sin saber qué mal se está cebando con este lugar.-

Voy con Socar, manteniendo su paso.

Notas de juego

Si Lythrai y Diraknian no vienen les hago un gesto para que nos acompañen.

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25/01/2021, 11:40
[Narrador]

Sócar caminaba con paso pesado tras los pasos del Sumo Druida Teyrnión Gliargae cuando Yzlín llegó hasta él.

-Escúchame grandullón de metal. ¡Quieres parar!- inquirió la mujer a la que, por el giro, se le volvió a caer la capucha hacia atrás y sus serpientes, mezcladas con mechones de cabello, quedaron al descubierto. Para entonces Nickar planeaba con sus alas metálicas llegando a donde se encontraban. Un segundo después apareció Hazir con la frente perlada de sudor por la carrera que se había dado tras recibir la noticia de que habían despertado. Los ojos de que fue exmedusa y ahora es mediomedusa ardían y sus serpientes se enroscaron recogiendo la capucha y volviéndosela a poner -¡Muestra respeto hombre de metal! No he estado velando tu integridad para que me despaches con un gracias y hasta siempre.- Yzlín mostraba su habitual genio. Tras ella, a una distancia media entre las camillas vacías de Socar y Lyth se encontraban la mercenaria que recién había despertado y el paladín Diraknian. Yzlín seguía hablando ausente de los recién llegados -Tras tu caída todos cayeron enfermos. TODOS. Casi todas las razas empezaron a tener fiebres altas y dificultad para orientarse. Luego quedaban postrados en las camas con horribles alucinaciones- señaló unas camillas en las que sus ocupantes tenían los ojos muy apretados, los músculos en tensión y con espasmos como el que está sumido en pesadillas. -Pero a nosotros nos pasó algo distinto. Según Teyrnión, hubo un espasmo en el tejido arcano de la zona y esa conmoción provocó el coma de Lyth, tu desconexión y... mi aspecto, medio humana medio medusa.- Yzlín se puso delante del forjado -Deja que hable yo con Teyrnión ¿sí? He estado con él durante todo este proceso y su estado es delicado. No solo ha caído su ciudad, también su gente está muriendo en derredor sin saber qué mal se está cebando con este lugar.- 

En ese momento llegó Pequeño Gris, jadeante se apoyó sobre las rodillas. Lythrai y Diraknian había visto entrar a Nickar y Hazir desde que lo hicieron pero debían pasar entre Yzlín y Socar para llegar a ellos. Cuando Pequeño Gris entró y la mediomedusa expuso sus pensamientos, Yzlín y Socar depararon en Hazir, Nickar y Pequeño Gris.

Por la dirección hacia la que se dirigían Socar e Yzlín sabéis que Teyrnión está en el patio central o sus cercanías.

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25/01/2021, 11:49
[Narrador]

La férrea voluntad de Yhujias dejó que el resto opinaran. Sin un cuerpo convaleciente el regreso de las conciencias de Leandro y Milina fue instantáneo. Mucho más rápido que la recuperación de las fiebres del cuerpo ahora llamado Shikon.

No necesitaban hablarse unos a otros. En una milésima de segundo todos eran conscientes de la opinión del resto y, lo que era aún mejor, se ponían de acuerdo eficientemente rápido.

Yhujias: Dominar desde una segunda posición, consejeros en las sombras, sin exponernos demasiado hasta que nos interese. Hasta que entendamos lo que está pasando y no suponga una amenaza.
Leandro: Ya tenemos a una princesa, asegurar su posición. Controlarla desde la segunda posición que sugiere Yhujias al igual que con su séquito.
Milina: Y a las bandas. Seguidores que se arrodillen ante nosotros. Eliminar a los líderes y controlar a la escoria para nuestros intereses. Éste es el mejor caldo de cultivo de espías y súbditos, esclavos leales a nosotros. Sin ciudad, heridos, enfermos...
Yhujias: ...los débiles y vulnerables se aferrarán a cualquier mano que...
Leandro: ...les levante, que les dé algo de esperanza. Nuestra mano.

Espías para descubrir el origen e intención de aquel/aquellos que han liberado la enfermedad de Taasón el Negro. ¿Dónde está La Aguja?¿Siguen operando?¿Cuáles son sus intenciones?¿Qué cabeza o cabezas hay que decapitar?

Controlar a la princesa Azur y su séquito. Pero acercarse al Parque Ruina de Viajero con tanta gente enferma allí... lo mejor era enviar a alguien prescindible para ver cómo están las cosas en aquel lugar.

Reclutar a bárbaros, ladrones y mercenarios armados que han llegado de nuevas. Ansiosos por llevarse algo de valor de la destrozada ciudad seguro que tienen interés de que un superviviente, conocedor de los secretos de la ciudad desde épocas pasadas, se ponga de su lado... en el lado de arriba, claro, por encima de esos desgraciados.

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25/01/2021, 12:10
-Ternión Gliargae-
Sólo para el director

El sumo druida está cuidando de esta criaturita en sus aposentos.

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25/01/2021, 17:52
-Socar-

    Ante las palabras de Lythrai, Socar pareció vacilar por un momento, girando levemente la cabeza en dirección a la mercenaria. De haber tenido un rostro de piel se hubiera dibujado una amarga sonrisa ante el comentario de volver a verse. La verdad es que era perfectamente consciente, especialmente tras lo sucedido, de que si ella no lo seguía en aquel momento, sin lugar a dudas, el hospital de campaña sería el último lugar en el que ambos tendrían la ocasión de coincidir. Sin embargo, el forjado se mantuvo en silencio reanudando la marcha de inmediato.

    Fue entonces cuando Yzlin se abalanzó sobre él. El acalorado discurso de la medio gorgona apenas logró hacer mella en él, al menos no hasta que llegó a cierta parte. El parón en seco del hombre de metal pilló por sorpresa a los presentes, más aún a Yzlin, cuando súbitamente se vio sobrepasada por la presencia amenazante de Socar y el brillo acerado de sus ojos se fijó directamente en los suyos provocando que por un momento llegase incluso a plantearse si entrometerse en su avance habría sido un error.

    Lo cierto era que seguramente ella no había sido consciente hasta entonces de que, al igual que su cuerpo, el de Socar igualmente había experimentado cambios. Podía decirse que si desde la primera ocasión en la que se vieron "armadura viviente" habría sido un modo acertado para definirlo, ahora se trataba más bien de un arma andante. La coraza que conformaba su cuerpo ahora era mucho más tosca, menos delicada y recubierta de filos y púas de oscuro metal adamantino, sus extremidades estaban reforzadas y sus manos se habían deformado para tomar el aspecto de garras de un tamaño desproporcionado aunque la mayor de las transformaciones era algo menos evidente a la vista, no así al resto de sentidos...

    -Si es verdad que puedes servirme de ayuda para mi propósito, dilo ahora o apártate de mi camino.- ...su voz, tal vez anteriormente, al dirigirse a ellos, aún había guardado similitudes con el tono usado cuando el forjado se hacía llamar a si mismo caballero, pero esa ya no era su realidad. Ahora era mucho más fría, dura y carente de alma. Por así decirlo, la humanidad de Socar estaba desvaneciéndose de manera casi tangible y revistiéndolo de un aura sombría y desoladora. -...te pido disculpas si mi respuesta anterior no ha sido suficiente pago por tu vigilia y por haber alterado el orden pero mi tiempo también se acaba y no puedo darme el lujo de malgastarlo aquí, especialmente sabiendo que el asesino de Elihana y tanto otros sigue caminando por el mundo de los vivos. Así que dime, sabes algo que me pueda ayudar a hallar su paradero o no.- Los orbes del constructo refulgieron con el fuego de la forja ignorando al resto de recién llegados hasta que Yzlin le diera una respuesta de cualquier tipo antes de seguir con su camino.

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27/01/2021, 10:14
-Yzlin-

Heblé sin pensar. Pronuncié las palabras a medida que acudían a mi cabeza. El velar por Socar y cuidar del resto metió en mi mente la fantasía de que éramos un equipo unido por la lucha codo con codo. Pero ya no estábamos en la prisión. Nuestro objetivo no era escapar. Lo habíamos conseguido.

Y ahí estaba, delante de una armadura distinta al forjado que conocí en la prisión. Diferente tanto por fuera como por dentro. En la cárcel sabías que un preso no te apuñalaría en pleno día sin un motivo, que un guardia no te pegaría delante de todos. Palidecí cuando fui consciente de que Socar ya no se regía por las mismas reglas que el resto de la sociedad. Yo tampoco, pero su superioridad, la amplitud de su pecho de metal, sus enromes manos, sus filos apuntando amenazadores en todas direcciones, turbó mi voluntad. Aquel ser era un torrente, un río desbordado con una dirección. Con él debía ser junco y no roble.

-¿Decir?- negué con la cabeza -Tú no quieres palabras, quieres hechos. Vamos a por Pain.- Sentencié girándome y caminando en la misma dirección en la que iba el forjado. Al hacerlo, vi a Nickar, Hazir y al pequeñajo. Aún estaba pálida pero les sonreí. Desde que todo esto empezó nos habíamos visto contadas ocasiones. Esperaba que, a partir de ahora, eso cambiara. Sin dejar de avanzar los saludé -Estamos todos reunidos de nuevo. ¡Vamos a buscar respuestas!- les dije pero mi mente se había quedado repitiendo una frase del forjado - mi tiempo también se acaba -

¿Qué habrá querido decir?

 

Notas de juego

Me habría gustado hacer algún conjuro de adivinación, pero aún no he actualizado mi ficha y no sé cuánto voy a tardar con eso así que ¡vamos!

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27/01/2021, 15:49
-Nickar-

Solo llegar se podía observar que el ambiente estaba caldeado, se notaba cierta tensión, y pudieron escuchar lo que el forjado decía. No sabía la tiflin si buscar venganza le serviría de algo, por algún motivo nunca logró congeniar mucho con él, sentía más simpatía por Kusanagi que por Socar, cuando se suponía que era el segundo quien disponía de alma y voluntad propia, aunque Kusanagi demostró que era capaz de decidir contra pronóstico de sus creadores.

Sin hacer mucho caso al ruido Nickar caminó con calma hacía Lithray devolviendo el saludo a Yzlin, la exmwdusa que volvía a tener un aspecto interesante le seguía el juego al forjado; aunque no entendía que escondiera su aspecto, cuando lo que es realmente diferente es más interesante.

- buenos días dormilona - intentó bromear. Extendió sus alas para que la mercenaria viera su cobertura metálica, - de ser parte de Kusanagi, parece que ahora es Kusanagi parte de mi.

Quería examinar ligeramente a la mujer, aunque había tenido que atender a mucha gente, algunos le llamaban la doctora demonio (y no precisamente por su raza en este caso), no era secreto que no era la mejor aplicando primeros auxilios, pero incluso si su eficiencia a menudo era dolorosa, incluso quienes le llamaban de esa manera agradecían la buena voluntad que mostraba. habían que se reaniman por fuerza de lo que dolían sus cuidados, pero al menos seguían con vida y con suerte podrían contarles a sus nietos sobre aquella tiflin excéntrica.

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29/01/2021, 13:56
-Shikon-
Sólo para el director

Estábamos de acuerdo, eso era bueno. Disfrutaríamos de lo que estaba por venir, de la sangre derramada, las vidas arrancadas, los destinos truncados. Manipulados por nosotros. Si, íbamos a pasarlo bien doblegando a esa escoria, usándola para nuestros fines, como marionetas en nuestras manos. Ese era el primer paso. Luego vendría otro, y otro. Daríamos cada uno y ese nos guiaría hacia el siguiente. Dejaríamos atrás huellas teñidas de rojo, un rastro de destrucción y muerte, espejo del futuro de nuestros enemigos, quienes fueran los idiotas que se atrevieran a desafiarnos.

Oh, de esos habría montones, estábamos seguros, lo sabíamos a ciencia cierta. Siempre había quien se oponía, pese a que la resistencia fuera inútil, una defensa fútil que, incluso en su rebeldía, serviría a nuestros propósitos, daría a conocer el precio de la traición a quienes sometiéramos a nuestro yugo. Que dulces y placenteros serían esos momentos de demostración salvaje. Tanto como las sonrisas de suficiencia que esbozaríamos cada vez que, desde las sombras, uno de nuestros planes se pusiera en marcha, siempre la primera ficha de un dominó colocado previamente por nuestra mano. La última pieza, por supuesto, aplastaría a nuestros oponentes.

Entonces... ¿Quiénes serían? ¿Estaría la Aguja aprovechando el momento para hacerse con el puesto de poder allí? ¿Serían quienes habían liberado esa enfermedad o habría otro bando implicado? Y si era así, ¿qué estaría buscando? ¿Habría sido siquiera adrede? La destrozada ciudad albergaba aún muchos secretos y tesoros. Las decenas de matones, cazatesoros, saqueadores y demás, que o bien actuaban por su cuenta o que se habían unido en bandas poco menos que criminales, no eran sino la punta del iceberg, la superficie de toda una serie de movimientos que se llevarían a cabo allí para expoliar y obtener conocimientos y riquezas de entre las ruinas aún palpitantes de Arkhania. Era algo que llevaría años, siglos incluso, puede que hasta varios milenios. Muchos de los que habían sido atraídos por la promesa de un botín sencillo, a su alcance, no tenían tanto tiempo; querían su recompensa rápido, lo que les hacía cometer errores, muchas veces simples trampas sin mayor peligro para nadie que para los necios que cayeran en ellas, pero otras podía desencadenar maldiciones varias y otras plagas de igual magnitud. La afección que habíamos padecido podía ser una de ellas, y lo cierto es que no teníamos muchas ganas de quedarnos a comprobar como de mortal sería la siguiente. Así que manos a la obra.

Lo habíamos decidido y era el momento de llevarlo a cabo. Un paseo entre los escombros y nos encontraríamos con toda clase de gentuza. Algunos se escurrirían entre las sombras, pero muchos otros aprovecharían para intentar desahogarse con un ladrón perdido y solitario, querrían librarse de la competencia. Les iríamos buscando, daríamos alguna que otra paliza, retorceríamos más de un cuello, abriríamos cabezas, arrancaríamos unos corazones, romperíamos brazos y piernas, les quebrantaríamos, física y moralmente, y a los que sobrevivieran les haríamos elegir entre seguir el mismo destino o arrodillarse. Con suerte, hasta encontraríamos a alguno de nuestros antiguos compañeros, a los que ofrecer ese dilema. Ah, esa si que sería una maravillosa casualidad.

Notas de juego

Pues a machacar a unos cuantos fanfarrones.

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30/01/2021, 16:39
-Hazir Al-Tamsa-

Hazir llegó a toda velocidad, a la sobrenatural velocidad a la que su entrenamiento de sharkandir le permitía correr. Sentaba tan bien volver a correr, correr de verdad, a cielo abierto y con el viento silbando a su alrededor... después de tanto subterráneo, tanto plano extraño, tantos lugares cerrados. Aquello era libertad, libertad pura entrando en sus pulmones. Cuando llegó sudaba, pero sonreía. 

La conversación que se estaba desarrollando parecía seria. Los dos parecían irritados y la explicación de lo que les había pasado a Socar y a Yzlin explicaba bastante su situación, aunque no la enfermedad. Había cosas muy importantes que zanjar ahí, pero Hazir tenía prioridades, y las tenía claras. Corrió primero hasta la mercenaria, que había despertado por fin. 

-Layldara. Bienvenida de vuelta. 

Le tendió uno de los paños con los que se cubrían. Parecía impedir la enfermedad, o eso creían. Era mejor que nada. 

Una vez vio que estuviera bien, se volvió hacia el forjado. 

-Socar, espera. Iremos todos, juntos. Sé que dices que no tienes tiempo, pero espera tan solo un poco más. Iremos juntos a por respuestas, si es lo que deseas. No has llegado hasta aquí para acabar fracasando por no esperar un minuto, ¿verdad?

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07/02/2021, 03:07
-Lythrai Fonn'Aster-

"¿Huh? ¿Yo?" se señaló confusa cuando Yzlin les hizo aquel gesto a ella y a Diraknian de que vinieran con ella. Y allá iba Yzlin corriendo detrás de Socar, buscando evitar que los lazos terminaran rompiéndose. A pesar de su cambio físico, seguía siendo la misma, ¿no era cierto? Pero todo tenía su triste final... inevitable, al final de la vida solo habría una muerte en blanco y negro, sin color, sin calor. Un final frío como un sarcófago de piedra, como el metal sin vida en el que Socar cada vez más decaía. Ya antes de liberarle de las responsabilidades de ser un Fonn'Aster lo estuvo notando. Socar se estaba perdiendo, se estaba muriendo lo poco que quedaba del que una vez fuera el caballero de Ulthaborg.

Y no era lo único que moría. Lo que les había unido a todos ya no existía. Ahora eran libres. Las cadenas que les hacían presos de Arkhania se habían borrado. E irónicamente, con ello había muerto lo que les unía, la voluntad de escapar, la voluntad de escapar juntos. Ahora cada uno libre de irse por donde quisiera. Aquel pacto que ya desde el Despeñapresos hubieran podido forjar juntos, aquel vínculo, tan muerto estaba como la mayoría de sus captores, tan moribundo como la ciudad que pisaban, que una vez fue esplendor y ahora no era más que cenizas y ruinas.

Así que, porque ya daba por muerto o moribundo todo aquello que les había unido, le sorprendió el gesto de la medusa de que viniera con ellos, y le sorprendió también la bienvenida de Nickar. La tiflin siempre le había parecido un espíritu libre, y su ambición incontenible siempre una enorme inspiración. Pero siempre fue como observar, desde lejos, a un pajarito, queriendo tocarlo, pero temiendo espantarlo. Era curioso porque con Hazir o Yzlin a la Fonn'Aster no le había pasado, pero con Nickar siempre había sentido esa barrera psicológica, una especie de inseguridad, como si abrazar a la mariposa fuera a romperla. Pero ahora tenía unas bonitas alas metalizadas, regalo de Kusanagi, fuertes, resistentes. Y además, que había caminado hacia ella, no flotado como de costumbre. Eso era una cercanía que no había tenido nunca con ella.

"Oh, ven aquí..." Así pues, Lythrai no se lo pensó tres veces y le dio un cariñoso abrazo de oso. "Me alegro de ver que estás bien. En serio, estaba preocupada de verdad..." Se alegraba de verla tan vivaracha como siempre, sobretodo porque ella era una de las que en peor estado habían quedado con el daño de Unrir. "No pude fundirla..." lamentó Lyth, todavía abrazándola durante unos segundos más. "La llave..." entonces se separó y del cuello se quitó un colgante, ofreciéndoselo de vuelta a Nickar. Era aquella llave, la que Nickar le contó que por una promesa a Suscinda todavía conservaba, pero al no poder cumplirla prefirió pedir que la destruyera en lo más profundo de Arokham. "Ten, te la devuelvo... Y en serio, me alegro de verte mejor que nunca. Oye... uhm... aunque quizá nuestros caminos ahora vayan a separarse ahora que Arkhania ha caído... ¿crees que...? ...¿Podría llamarte amiga?"

Lyth no llevaba su armadura de siempre puesta, sino la misma camisa de lino y pantalones del Despeñapresos, ropa la verdad fuera dicha bastante desgastada aunque en contraste limpia. Allá en la prisión era lo que tenían, y en lugar de darles ropa en Arkhania preferían simplemente preferir limpiarles con magia y poco más. Con la inspección visual, y también con el abrazo que la Fonn'Aster le dió, Nickar pudo notar que la Fonn'Aster temblequeba ligeramente. Como si tuviera frío... pero la temperatura ambiente allí dentro era agradable, así que no debía ser por eso. Más concretamente... era como si tuviera fiebre. Con el abrazo notó una temperatura corporal normal, quizá algo más fría de lo normal pero no lo suficiente como para que la guerrera pareciera... enferma. Sí, no había ya rastro de heridas, ni tampoco se le estaba esfumando la vida como les había pasado a todos con la primera fase del Daño de Unrir. Pero quizás en Lyth, debido a su conexión con otra divinidad, Shar, era más evidente lo que a todos aún les pasaba: la maldición de la Diosa Unrir no se había ido del todo, ni mucho menos.

Lythrai esbozó una sonrisa pequeña, pero cálida, cuando vio aparecer a Hazir. Quizá el quisashi pareció también ver los ligeros tembleques, porque le ofreció una prenda con la que cubrirse un poco, a modo de manta. "Gracias..." la mercenaria tomó el paño y se cubrió como pudo con él. "Me alegro de verte, Hazir." volvió a sonreirle de forma ligera, cansada, pero no por ello carente de calidez o cariño. "Gracias otra vez... por todo..." Cierto es, que a él le dio el reencuentro más parco de entre todos. Paradógico tal vez, teniendo en cuenta que siempre había tenido especial sintonía con el quisashi, sintonía que se había reforzado cada vez más, hasta incluso el punto de decidir renunciar a su Diosa para salvarle. Pero no se trataba de una paradoja, al contrario, era lógica. Además, a veces no hace falta más. Una mirada, una sonrisa tímida, o unas pocas palabras, ese 'Gracias otra vez por todo' podían decir mucho más que un abrazo. Y aparte... ¿cómo reencontrarse con él si no? ¿En qué estado estaba la relación entre ambos, especialmente ahora que ya eran libres, y sus caminos podrían separarse por siempre? Y... ¿cuánto de todo lo que a Shar le gritó Lythrai, él habría escuchado, y cuánto de ello recordaba? La incomodidad, desde luego, no era paradógica sino completamente lógica.

Notas de juego

NICKAR CUTE. Llevo queriendo abrazarte desde la partida anterior. Esta vez no te escapas >:o <3

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07/02/2021, 15:02
-Nickar-

Nickar tardó un segundo en corresponder aquel abrazo, no porque le molestara, si no porque nadie le había abrazado abiertamente a parte de Cisco, le resultaba un acto extraño puesto que había vivido más una vida de sombras y distanciamiento que una de compañerismo.

No tenía modo de interpretar aquellos temblores había tratado a enfermos últimamente, pero aquel temblor injustificado le daba a entender que no era algo que dependiera de ella. Luego simplemente recibió una propuesta que no comprendía. Mientras le daba aquella llave mágica le preguntó si podía considerarle una amiga... Nickar inclinó su rostro mirándola dubitativa - ¿A caso no éramos hermanas? - para Nickar los apellidos no significaban nada, las palabras poco, y los hechos mucho, la tiflin no confiaba fácilmente en la gente - ¿Porque iba a confiarte está llave si no te consideraba una igual? - se colgó la llave y sonrió - a menos que quisiera que te siguieran a ti en lugar de a mí, pero de ser así no habría mantenido el secretismo.

Al final aquella llave sería algún tipo de medalla, dudaba que la puerta aún existiera y le frustraría contar que una supuesta puerta tan importante la abrió sin necesidad de la llave...

- pude haber entrado en ese ponzoñoso trastero, me mandaron a la mazmorra en lugar de a las celdas... Me tomaron por idiota, querían ver el lugar espiándome, así que cuando me percaté del lugar en el que estaba me suicidé para volver a la prisión. Ese grupo de idiotas se equivocaron intentando jugar conmigo.

Se rascó debajo de la nariz, orgullosa de haberles chafado los planes, a aquel lugar no le correspondía ir sola, y encima le estropearon sus propios planes y no pudo conocer a Loki.

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07/02/2021, 15:33
-Nickar-
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: No sé que sumar (averiguar si puedo hacer algo para frenar o relajar los temblores de Lyth)

Tirada: 1d20

Resultado: 18 [18]

Notas de juego

No sé si debo sumar sanar, saber arcano u otra cosa, dejó la tirada sin sumar nada.

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07/02/2021, 16:25
-Diraknian-

La situación frente a mi era extraña, casi ajena, sentía como si estuviese viendo a todos ellos a traves de un cristal, todos tan unidos, preocupados unos de otros, era natural, todos ellos se conocían de bastante tiempo atrás, seguro tenían gran cantidad de aventuras en sus ayeres y compartían más de una situación peculiar, entonces, ¿Por qué se sentía raro? ¿Qué era aquello que no encajaba? sabía la respuesta, y mis labios dibujaron una mueca que buscaba de alguna manera ser una amarga sonrisa, a veces podía ser verdaderamente hipócrita, le había dicho hace apenas unos instantes a Yzlin que la consideraba como una compañera cuando ni siquiera estaba seguro de si a mi me consideraban como uno de los suyos... me sentía como un intruso justo en estos momentos, sabía quien era Pain, lo había visto en alguna ocasión en el laberinto, pero solo eso, no sabía qué tenían ellos contra el, no lo conocía como ellos, y por lo tanto, no les podía ayudar en su empresa... matar a alguien siempre sería la última opción para mi, pero ellos estaban completamente resueltos para hacerlo, sin dudar, incluso llegando al punto de que una existencia como Socar, que no era capaz de sentir emociones humanas, por un momento pude sentir una ira y una sed de sangre como si fuese cualquier otra persona quien la emitiera, era simplemente aterrador.

Cuando los otros llegaron y se unieron a la conversación, dudé si debía seguirlos, solo me quedé observando desde mi posición, y escuchando, Lythray aún parecía enferma, temblaban un poco sus piernas, sabía que la recuperación no era sencilla, pero parecía que a ella le estaba costando más de la cuenta, aunque, si no sabía la causa de aquello, era poco lo que podía hacer al respecto, incluso Nickar que a priori parecía que había sido la más afectada por la maldición de Unrir se veía mejor que nunca a estas alturas, entonces, ¿Qué era diferente en Lythrai? quizá no me considerasen un compañero, pero no podía dejar que se embarquen en algo así de peligroso mientras aún estaban heridos o enfermos, así que, aún dudando, me acerqué unos pasos, aún me mantuve algo alejado, pero, al menos por las palabras que le dije a Yzlin debía quedarme cerca.

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07/02/2021, 17:35
[Narrador]

Yzlín, Socar, Lythrai, Nickar, Hazir y, algo más distantes, Diraknian y Pequeño Gris se habían reunido de nuevo en una sala llena de enfermos. No eran los únicos presos que habían logrado salir de allí pero sí los que, dentro de esa sala, podían caminar. Quizá la enfermedad que azotaba a aquellas gentes no les afectase. De eso no podían estar seguros por lo que gastar más tiempo en aquella estancia no parecía una buena idea. De todos ellos, Pequepo Gris era el que mostraba mayor inquietud ante los enfermos.

Yzlín y Socar encabezaron la marcha en pos de los pasos de Teyrnión. Así salís al patio y, por primera vez en mucho tiempo, a Lythrai y Socar son bañados por el calor del sol. Algo distinto que llamó la atención fue un muro en torno a todo el recinto. No habían sido los druidas los que lo habían levantado sino los supervivientes de la ciudad con la intención de apartar a sus enfermos del resto de la población. El muro era solo una media luna que les separaba del centro de Arkhania donde se alzaban chabolas que aprovechaban las estructuras de los edificios destruidos.

Nickar, Yzlín, Hazir y Diraknian sabían que la actitud del Sumo Druida cambió desde lo ocurrido. A veces desaparecía durante horas para irse a meditar a su rincón del Parque Ruina de Viajero. Una estructor, parecida a una capilla, que se mantenía en pie gracias a una hiedra. Un acólito intentó advertir al grupo que no podían entrar al santuario del Sumo Druida, que estaba prohibido. Pero las miradas de Yzlín y Socar bastaron para hacerle callar.

El interior de la capilla era oscuro, lúgubre y olía a moho. El suelo era de piedra, lo que delataba que la estructura seguramente seguiría hacia abajo, como todos los edificios en la ciudad. Al fondo, tras los restos de lo que hace muchos años habrían llamado bancos, descienden unas escaleras, también de piedra con pocas antorchas para su extensión.

Una puerta entreabierta delatan que Teyrnión se encuentra al otro lado. La luz del sol se filtra por ella, lo que indica que el "techo" de la estancia ya no existía. Al cruzarla el sumo dragón mostró una mirada feroz a los intrusos. Habían violado su santuario, su intimidad. Aquellos que habían roto sus cadenas creen que pueden...

Un laboratorio de alquimia a la izquierda, a la sombra, bajo la única zona que conserva algo de techo, suelo de piedra que se extiende con raíces y flores amarillas que parecen brillar al sol. Al fondo, una mesa de piedra donde Teyrnión trabaja y, tras ella, un estanque de agua clara... no, una fuente. El agua emerge de la izquierda y rebosa por la derecha a un canalón excavado en la piedra, cruza hasta la esquina opuesta y se pierde por una rejilla oxidada.

Frente al laboratorio de alquimia hay una mesa de sastrería y, junto a esta, un taller con varias cestas de mimbre con asas reforzadas de cuero a medio hacer.

En el suelo, junto a Teyrnión hay una de esas cestas de mimbre con algo en el interior. El semidragón mira en esa dirección con recelo. Se interpone delante de vosotros y el interior de la cesta.

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07/02/2021, 18:14
-Ternión Gliargae-

-No debéis bajar aquí. Nadie debe bajar aquí. ¡Marchaos!- Soy consciente de que mis palabras avivan la curiosidad de los intrusos. Que hayan cuidado a los enfermos, que se hayan ganado mi confianza algunos de ellos, no justifica que irrumpan en la intimidad de mi refugio, el único que tengo en la ciudad. No obstante, ya es demasiado tarde, están aquí... mirando el cesto de mimbre.

Yzlín, sin duda la más impertinente, avanza junto a esa armadura que recién ha despertado. Sus serpientes salen de la capucha que cae hacia atrás. Los diminutos ojos miran atraídos por la curiosidad. No hay nada que hacer. Yo mismo, derrotado, bajo los brazos que había alzado inconscientemente y me giro mirando a la criatura objeto de mis recelos.

Una niña albina de piel clara y cabellos blancos. Con penetrantes ojos azules. -Es...- comienzo a decir pero no tengo palabras. Miro como la pequeña parece consciente de lo que le rodea pero de forma extraña -Es ciega- les explico -Y hasta ahora no ha emitido sonido alguno. Ni un llanto, ni un gorjeo, ni una voz- aquel ser indefenso despierta en mí una ternura que hacía años que no había sentido.

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07/02/2021, 18:21
-Gohozor del Mar de Hojas-

Llego por detrás de ellos. Mi corpulencia equipara a la de la armadura andante. -Hazir, Lythrai, Nickar, Yzlín... y otros- reconozco los nombres de aquellos que a los que acompañé en el Despeñapresos. Teyrnión me mira con reproche. -No voy a custodiar esa puerta eternamente- dije -Tengo un bosque al que regresar. El Mar de Hojas es mi hogar.- Expliqué, de nuevo, a Teyrnión -Y tú debes entregar...- no digo qué -...a alguien que sea capaz de cuidarla. Ya lo has intentado todo.-

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07/02/2021, 18:27
[Narrador]

Perlas de sangre escurrieron por tus mejillas. Era ya el tercer grupo de cadáveres que dejabas atrás. Escoria con todas sus letras mas tontos que las piedras. Y allí estaba, el cuarto grupo. El más corpulento aporreaba la puerta mientras los otros tres lo observaban -¡Abre!- gritó uno -Será menos doloroso si abres- decía uno de ellos. Saliste de las sombras y te situaste a su vista. Ellos te miraron. -Sigue tu camino- insinuó uno sin prestarte mucha atención. Ese sería su último error.

Pero justo cuando ibas a lanzarte sobre él en tu mente saltó una alarma -cuidado-. Era Yhujias. El ilita estaba percibiendo algo. Fue entonces cuando prestaste más atención. Los puños del bruto que aporreaba la puerta tenía los nudillos pelados y sus huesos estaban machacados. Con todo, seguía aporreándola como si fuera un saco de boxeo, el dolor (y la cordura) parecían ajenos a su ser. Te percataste de que los demás no se movían. Estaban quietos... no, quietos no, oscilaban como péndulos a un lado y a otro.

El primer oscilante, el más cercano al que ibas a atacar abrió la boca -Sigue...- el segundo -...tu...- el tercero -...camino.- Las voces sonaron como una única frase. No era como si uno esperara para continuar la frase del otro. La habían pronunciado de corrido sin apenas espacio entre palabras, como si las hubiera dicho un solo ser. -Aquí hay algo interesante. Nosotros somos 4 en uno. Él es uno en cuatro-

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07/02/2021, 18:40
-Nickar-

¿Ciega? Estuvo Nickar pensando en que hacer con Lythrai, pero al bajar, cosa que no le acababa de llamar la atención vio a aquella criatura. La tiflin no tenía demasiado instinto maternal pero llevaba bastante cuidando de enfermos. Aunque su destreza como enfermera fuera precaria le parecía un poco frustrante que pretendiera ocultar a aquella cría.

- Si no ve y no habla, enséñale a sentir, ¿Es peligroso revelar su identidad? Podrías haberle estimulado de muchas formas, haciéndole volar, creando una zona de oscuridad absoluta para que procure adivinar el ambiente, susurrarle diferentes tonos para que diferencie vibraciones... En esas tres opciones podría ayudarte, en cuanto a aplicar cuidados... Suelen tenerme tanto miedo como suelen agradecerme, no creo que sea muy buena en eso... Soy una tiflin, lo se, pero ¿no pudiste confiar en mí? Te bastaba con lograr una promesa de mi boca, levas tiempo viéndome, sabes que faltar a mi palabra es lo último que haría.

Miró a la niña con sus fríos ojos rojos, esperando ver si "algo" se activaba en ella misma, sabiendo que pese a ser fríos sus ojos tenían un matiz clarividente, creyendo que nadie nace sin nada, y pensando que quizás podría hacerle ver algo.

- pequeña si sientes algo es tu momento de hacerlo saber, dime qué creerás en mi cuando logré ser una deidad y no dudaré en hablar por tí... Cuido de los míos, vive como quieras, sin libertad no dispondrás de diversión, nadie debe decidir por tí, elige tu camino y disfrútalo hasta el final.

¿Hablaba sola? Posiblemente, pero Nickar quería creer que la linertad de existir era el mayor tesoro que todos podrían querer para sí mismos.

Quizás en realidad no le preocupaba parecer estar loca, expandir su propia voz le satisfacía suficiente como para arriesgarse a parecer absurda. No iba a dejar de ser egocéntrica solo por tratar con los demás, la soberbia y la pereza eran placeres que atesoraba.

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07/02/2021, 19:21
-Nickar-
Sólo para el director

Notas de juego

Si puedo tirar algo para "conectar" con la niña me lo dices.

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07/02/2021, 19:35
-Diraknian-

Seguí al grupo lo más alejado posible, aún no estaba seguro de si me terminaban aceptando aún, a fin de cuentas, solo era un extraño que de casualidad logró escapar con ellos, aún así, los seguí al interior del santuario de Thernion, disculpando la actitud de mis compañeros hacia el acólito y la privacidad del druida, a mi tampoco me gustaba irrumpir de aquella manera, y al sumo druida parecía que tampoco le agradaba demasiado nuestra intromisión, pero, cuando observé a aquella criatura en la cesta, algo dentro de mi se rompió.

Su cabello plateado, su piel blanca, sus ojos, abiertos, azules y expresivos, me recordaban a mi hermana pequeña, una hermana que no había visto en...  ¿Cuánto tiempo había pasado? debía preguntar después, por ahora, me centré en la bebé, Nickar parecía no ser muy diestra en el cuidado de los niños, así que, por primera vez en mucho tiempo, di un paso al frente -¿Puedo?- pregunté mirando al sumo druida, aunque sin esperar respuesta me quité los guanteletes para poder cargar más fácilmente a la criatura, la tomé con suavidad mientras la veía  era un sentimiento nostálgico, pero ciertamente desconcertante, que aquella pequeña no hubiese hecho ni un solo ruido, ni un solo gorjeo, aquello no podía ser normal -dudo que mis habilidades funcionen si las del sumo druida no han podido curarla, pero al menos, puedo intentarlo...- comencé concentrando la energía divina en mis manos, orando para imbuir a la pequeña en esta, era una sensación cálida, amable, y centrada en reconfortarle mientras me centraba en eliminar aquello que pudiese llegar a aquejarla.