Partida Rol por web

Afirmo, tomo nota y asiento -Bien, como testigo daré fe de estas afiliaciones ante el rey. Mi cometido aquí ha terminado. Sólo resta desearos buena suerte y bienvenidos. Si necesitáis algo de este mago podréis encontrarme en La Universidad. Buenos días- Y sin más salgo de la estancia.

Carraspeo -Emmaleth. Harás el juramento en el cuartel de plata. Despídete de tus parientes.- Comento en mi habitual tono seco y algo hosco y salgo para esperar a la elfa en la puerta y darle un poco de intimidad.

Abrazo y beso a mi padre. Sin soltar las manos me quedo mirándolo fijamente -No marcharé a la Orden de los Caballeros de Arkhania sin su bendición, padre.- Digo acariciando sus manos.

Asiento ante las palabras de mi hija, ciertamente era un punto a considerar, y aunque me dolía separarme de mi hija de esa manera tan pronto nuevamente, reconocía que era la mejor opción -Ten mucho cuidado allí, hablaré con tu tío para que te cuide y te instruya en todo lo que debas saber de la orden- le dije con una sonrisa agridulce, al menos podría verla mientras no estuviese en misión y de alguna forma, el peligro era menor en los caballeros, así que eso fue un alivio en cierto modo.

Así todos abandonaron la estancia salvo Elvurith y tú. Sabías que la elfa aún tenía cosas que contarte. Había cortado el tema de Irae en previsión de que nadie llegara y os encontrara hablando sobre algo tan comprometido, pero ahora no esperáis más visitas y tu compañera está dispuesta a contarte más cosas por la sencilla razón de que ahora perteneces a La Orden Roja.

Inspiro hondo y me siento en una de las sillas entrecruzando los dedos de ambas manos en actitud reflexiva -El nombramiento será esta tarde en El Bastión Rojo. Hace un par de días llegó Yurik Malakai quien se puso de nuevo al mando aunque aún hay cosas que le sorprenden debido a los cambios temporales.- Hago una pausa y hablo lentamente para ver cómo mis palabras afectan a Ahradiel -El resto de líderes son: Crom Daral, Dhaxerina Ir'van, Miraria Daragón, Ugeus "La Plaga" y yo- puedo apreciar (aunque no interpretar) matices distintos en cada gesto de Ahradiel. Algo comprensible: Yo, una cazadora de demonios y no-muertos, compartiendo liderazgo con una súcubo y una momia nigromante.

-Si quieres ser un general de brigada como ellos, deberás escalar posiciones. Oh, tranquilo, no comenzarás siendo un simple soldado. Tendrás a tu cargo a un grupo de soldados y serás el máximo responsable de las misiones a las que se te envíe.- Otra pausa -¿Entiendes todo esto?-

Veo que asiente. Es importante que sea consciente de que un fracaso, aunque sea perpetrado por uno de sus hombres, será una mancha en su expediente que le dificultará el ascenso.

Entendía lo que Evurith me decía, era lógico que tuviese que escalar posiciones, no esperaría menos, sin embargo, el tener a mi cargo a otros no era lo que realmente quería, no sabía si realmente podría con esa responsabilidad, aunque claro, como todo lo que hacía, me esforzaría por hacerlo lo mejor posible, aún así, había otras cosas que me preocupaba -Entiendo... quisiera preguntar sobre otras cosas, si no te molesta- comenté a Elvurith en cuanto se terminó de explicar, necesitaba saber todo lo posible de esta nueva linea temporal, quería saber en que me estaba metiendo, aún así, el lugar me parecía lejana y vagamente efímero, ¿En verdad ahora esta era mi nueva vida? no sabía si valía la pena... comencé a caminar lentamente alrededor, observando detenidamente cada detalle de la habitación en la que nos encontrábamos sin dejar de prestar atención a mi cuñada, me sentía como una fiera enjaulada, este no era mi sitio, y aunque por ahora podía soportarlo, no estaba seguro de si podría hacerlo por demasiado tiempo, afortunadamente, por las palabras de Elvurith, podía deducir que tenía la intención de enviarme a misión lo más rápido posible, tal vez, la situación en la que estaba la ciudad o el frente de batalla en algún sitio, era peor de lo que la opulencia de este lugar reflejaban

Tuve paciencia mientras Ahradiel paseaba por la estancia. Estaba claro que no se sentía cómodo. Yo misma me siento una extraña en esta estancia tan... edulcorada de adornos pomposos.

Sin embargo, cuando percibí que su mente se acercaba a la encrucijada de otro tema de conversación me vi obligada a terminar de una forma directa y concisa -Neyderrad, el padre de Irae, está preso en Arokhan.- Le dije y supe por su expresión que ahora tenía toda su atención -Supongo que sabrás que... hubo un tiempo en que la diosa Lolth no habló a sus sacerdotisas. Neyderrad aprovechó ese momento para tomar el control de la casa Eimonim y ascender a la superficie participando activamente en la política de la ciudad. Pero el poder de Lolth volvió. Actuamos rápido, mandamos a Neyderrad a la prisión antes de que el asesino enviado por Vierenya cumpliera su cometido y al aliado de Neyderrad, su hijo Tarlyn, le dimos una nueva identidad. Él, el hermano de Irae, será tu subordinado.- Expuse las palabras y guardé silencio para ver su reacción.

Aquellas palabras me cayeron como un balde de agua helada, me detuve en seco girando completamente mi cuerpo hacia el de mi cuñada con una expresión mezcla de sorpresa, curiosidad, terror y un poco de ira, Neyderrad era alguien peligroso, en realidad, todos los Drows lo eran, incluso Irae, lo cual en su momento me pareció un toque muy atractivo, pero tener a su hermano como mi subordinado.... no sabía como acabaría aquello, tuve que tomar un momento para recomponerme de aquella revelación, y cuando lo conseguí pregunté -¿Qué tipo de capacidades tiene y por que precisamente el? además... no creo que sea mi único subordinado... también necesito saber donde está mi manada- había varias cosas que debía saber y cada vez me estaba gustando menos los tintes que tomaba la ciudad, debería investigar después... cuanto antes, mejor... pero sin que se viese sospechoso

El Salón de Mármol Blanco es una edificación relativamente nueva. Pese a que el edificio lleva cientos de años construido (en la Barriada del Fin del Mundo), jamás lo habías visto antes por dentro. Su riqueza y opulencia resulta obscena para alguien que ha vivido en una Arkhania..."diferente". Con tu padre habías visitado las puertas del Consejo de Sabios pero esta sala pertenece a la Monarquía. Un escalón superior.

En el interior distingues a Elvurith, una oficial de La Orden Roja. Es decir, una superior. Conoces sus hazañas: es una cazadora de demonios y no-muertos de muy alto renombre, una elfa. Junto a ella hay otro elfo con sorpresa en el rostro.

Pese a la rivalidad que existe entre los elfos oscuros y el resto de la raza elfa, ni Elvurith ni su acompañante presentaron signo alguno de hostilidad.

Al interior del salón entra un drow cortando la conversación que estáis manteniendo.

Me giro al escuchar la puerta -Ah, ya está aquí- digo al verle -Lyssdar, acércate.- Aguardo hasta que los pasos del elfo oscuro lo colocan a una distancia propicia para conversar -Lyssdar, él será tu superior, Ahradiel Ur'Dómine. Ahradiel, tu primer subordinado.- Ambos se miraron y yo di un paso hacia atrás para dejarles algo de intimidad.

Conoces ese nombre. Un elfo de la superficie se acostó con tu hermana Irae y tuvieron una hija. Cuando Vierenya recuperó el control de la casa, ellos también tuvieron que exiliarse. Ese elfo es Ahradiel. Por tanto, su hija es tu sobrina.

Sabes que, como tú, él debe huir de la ira de Vierenya (y peor aún, de la de tu hermana Irae) y sospechas que ni tu sobrina escapa a ese destino deseado y mortal de las hembras drow.

Eso había sucedido demasiado rápido, bien, ahora definitivamente sabía que Elvurith quería desviar el tema, aún así, se requería de mi que atendiera esto, por lo que, apenas entró, mi modo de depredador entró en escena, comencé a estudiar inconscientemente su postura, sus movimientos.... parecía un poco torpe... al menos, torpe comparado con otros Drow... tampoco era tan fuerte como Bergen, aquella mole de músculo que en más de una ocasión casi acaba con mi vida, sin embargo este parecía más.... ¿simpático? no sabría decirlo con seguridad, no tenía el aire que otros drows me impregnaban, había peleado contra ellos tantas veces que lo podía reconocer, ¿Quizás es que este no fuese un fanático religioso de la araña? lo averiguaría después, de momento, se esperaba cierta cortesía de mi parte -¿Lyssdar, cierto? un placer conocer a alguien de la familia de Irae que no quiera matarme de primera intención- sonreí con mi típica actitud despreocupada, algo que fastidiaba a mis hermanos, pues según ellos nunca me toaba las cosas con suficiente seriedad, aún así, no bajaría la guardia

Después de un tiempo para adecuarme a las costumbres y estrategias de La Orden Roja me enviarían con un superior para seguir preparándome, y que sorpresa a enterarme de quien, no entendía bien cuál era el plan juntando a dos objetivos como él y yo juntos, si bien significaba que podríamos defendernos juntos también les hacia las cosas más fáciles, pero no estaba para cuestionar en ese momento, estaba para aprender, y alguien como Elvurith no puedo haber dejado algo así al azar. 

Al estar frente a Ahradiel me pare firmemente, podríamos tener algo personal en común, pero me habían presentado como su subordinado, y eso me obligaba a mostrarle el respeto que se merecía, aunque por el modo en que me saludo no parecía importarle tanto, así que pase aun posición más relajada sin dejar el respeto. 

-No tengo motivo alguno para intentar matarle, si dejamos de lado el hecho de que se acostó con mi hermana... aunque admiro su valentía de haberlo hecho, aun así, espero que no tome en consideración mi parentesco, mientras estemos en servicio usted es mi superior y punto. -

Superior... hacía casi un siglo que no escuchaba ese término, no desde que trabajé con los caballeros de Arkhania, antes de independizarme, ahora, casi sonaba casi ficticio, aún así, debía adecuarme de nuevo, a fin de cuentas, también yo tenía superiores ahora, comenzando por Elvurith, quien estaba aún con nosotros, así que, tal vez fuese el momento de tomar las cosas con un poco más de seriedad - Bien, como ya sabrás, mi nombre es Ahradiel Ur'domine, mi especialidad son las batallas en terreno agreste, la guerra de guerrillas y me especializo con el arco como mi arma primaria, aunque mi verdadera especialidad no es el combate si no la investigación de campo, para ello me valgo de mi propia jauría de lobos, los cuales también están entrenados para la batalla, ahora, soldado, cuales son sus aptitudes?- mi tono de voz se había vuelto más firme, serio y mi postura cambió a una más inquisitiva, sin darme cuenta volvía a tomar la aptitud del depredador, evaluando a una posible presa... o compañero, de cualquier manera, si quería mantenernos vivos en campo debía conocer las aptitudes de mi equipo, y ellos las mías.

Mis aptitudes... 
 
No me había puesto a pensar en cómo presentarme esta nueva "vida" debía de ser un poco diferente supongo, pero aun con esos detalles por pensar mi entrenamiento básico era el mismo. 

Estoy entrenado como duelista, siendo mejor en batallas uno a uno que en grandes cantidades, aun así puedo servir como línea frontal en un enfrentamiento de grupos, y se puede decir que soy especialmente bueno en enfrentamientos contra enemigos arcanos. 

Les dejé que se conocieran un poco quedando relegada a un segundo plano. Tras ello... -Ahradiel, tus pequeños canes estarán deseando volver a verte. Iremos a las perreras de Bastión Rojo.- Inspiro con tranquilidad -Bastión Rojo será vuestro hogar. La Orden Roja, de la que formáis parte, tiene el control absoluto de los portales de Arkhania. Portales que usaréis para trasladaros al lugar de la acción.- Hice otra pausa -Con vosotros irán un grupo de presos de Arkham que estarán bajo vuestro mando y vuestra supervisión. Estos presos son la carne de cañón. Sus vidas pertenecen a la prisión por lo que no os preocupéis si mueren en combate.- Sonrío -La prisión es otro plano de existencia y, una vez entran, se convierten en nativos de ese plano. Sólo pueden morir dentro de él. Si lo hacen fuera, como por ejemplo en una misión, serán trasladados allí inmediatamente.- Vuelvo a hacer otra pausa -A vosotros os daremos un artefacto especial para que en caso de peligro, os traslade aquí. No tendréis que activarlo, es un trabajo de equipo entre la escuela de adivinación y la de transmutación. Si el artefacto detecta que en los siguientes tres segundos moriréis, os devolverá a Arkhania os guste o no.-

-Las misiones están siendo discutidas por el Consejo de Sabios. Nuestro general está en la discusión. Esta tarde sabremos cuál será nuestro cometido, haremos los grupos, y al alba de mañana partiremos. ¿Alguna pregunta?-

Bien, tras haber intercambiado algo de información, y saber que mi primer subordinado era un combatiente contra usuarios arcanos, lo cual sería sumamente útil, Elvurith volvió a tomar la palabra, al fin podría reunirme con mi manada, estaba seguro que los lobos me habrán extrañado tanto como yo a ellos, así mismo, también conocería el Bastión Rojo, al parecer un añadido que no estaba en mi linea temporal original y el cual al parecer guardaba bastante información interesante, solo restaba esperar y seguir a mi ahora superior a la base de operaciones -Te seguimos- afirmé mientras me alistaba para partir

Si, este artefacto, ¿qué pasa si se nos arrebata o es destruido?, ¿no lo pueden engañar para regresarnos de manera prematura?, eso complicaría cualquier misión. 

Estaba sorprendido por los efectos del amuleto, prácticamente nos daba la capacidad de quitarnos el miedo a la muerte en acción, pero no podía ser perfecto, además de eso no tenía ninguna duda, así que solo me respondieran procedería a seguirles.