Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

Pabellón C (Arokham)

Cargando editor
24/08/2017, 19:41
-Residuos del Dolor-

En el momento en que Roriarkas pronuncia tu nombre sabes que en la mente del resto de presos el número que te asignaron queda relegado a un segundo plano. Entiendas la estrategia del humano. Seguramente hará lo mismo con aquellos que se unan al grupo.

Roriarkas es un rompeumbrales esto lo sabías desde que le conociste y más de una vez a manipulado los portales enviándote a una misión especial lejos de la que Arkhania tenía reservada. En esas misiones, poco a poco habéis estado constituyendo una rebelión en las ciudades ya tomadas. No es sólo la fuga lo que busca el respetable al que puedes llamar amigo.

Por otro lado, te preocupan varias cosas en la prisión. Primero, los tannaruk. Mitad orcos, mitad demonios, estos seres huelen a los nuevos y los acechan para arrebatar cruelmente sus armas. No son como los presos a los que recurren los líderes para usarlos en su beneficio (demasiado bestiales e impredecibles) son reos que nadie quiere, que no siguen regla alguna pues no les importan sufrir castigos. No hay control sobre ellos.

Además, la prisión tiene varios niveles. Os encontráis en el superior. Los respetables del nivel inferior también tienen sus misiones pero a un nivel muy superior. Pero lo que realmente te preocupa es que Roriarkas tiene la absurda idea de recurrir a las profundidades de la prisión, donde en la guerra de los dioses encerró a algunas divinidades.

Cargando editor
24/08/2017, 20:04
Nickar

Un bonito plato, una bonita cuchara, y un olor especial, no se iba a morder la lengua la futura soberana mundial y habló antes de permitir que nadie probara el estofado.

Llenó la cuchara y se la ofreció al propio Roriarkas, con sus propias manos - no te lo tomes a mal, pero estoy aquí por envenenar unas manzanas, y que estés tan cerca o tal vez rodeado de demonios no me inspira una mejor confianza, por ello, la primera es tuya, y agradecería saber que hace un humano tan cerca de tantos demonios, porque no me irás a decir que lo que huelo son aguas termales de azufre ¿no?

No desconfiaba tanto de los demonios como de quienes ocultaban más de lo que podía parecer, y en mentiras, los humanos tenían casi más habilidad que los drows. La diferencia es que los drows le cayeron realmente bien a primera vista, Roriarkas estaba en fase de prueba.

- Tiradas (1)
Cargando editor
24/08/2017, 20:14
Serge Leblanc

El ladrón sonrió aliviado al volver a encontrarse a la medusa de una pieza. Era una buena manera de recuperar el ánimo después de separarse de su querida Lisa, la cual había decidido quedarse con Roriarkas. Que tampoco es que le disgustase en exceso, ya que la gnoma iba a estar a salvo y no era una despedida para siempre ni mucho menos, pero sus planes de “celebrarlo a lo grande” con ella se habían ido al traste. Bueno, al menos Yzlin parecía estar a salvo y Serge estaba con el individuo que más respuestas podía proporcionarle. ¿Qué más podía pedir? Oh, sí, el hecho de ver a los parroquianos de la taberna comportándose como cachorros leales al regreso de su amo. Eso era una recompensa inesperada que Serge Leblanc disfrutó enormemente.

Adentrarse de nuevo en aquel inmundo lugar conocido como El Grosero no era algo que apeteciera especialmente al ladrón, pero la promesa de ver la parte oculta de la que les hablara Virming era, como mínimo, interesante. Y no le decepcionó en absoluto. Madera vieja y una mezcla de olores repulsivos se alejaron para dejar paso a una estructura de piedra y al olor de la humedad y de la comida recién hecha. ¡Qué delicioso que olía aquel guiso! Serge casi había olvidado el hambre que tenía hasta que ese aroma vino a recordárselo.

 -Bien sûr! Hace ya bastantes heures de nuestra última comida, será un cambio agréable tener el estómago lleno en vez de vacío.

Tomó asiento en la mesa siguiendo las indicaciones de Virming y aprovechó para echar un buen vistazo a sus compañeros de equipo. Pain parecía estar como siempre, pero Yzlin… Estaba claro que no se encontraba bien. No dejaba de tocarse aquella zona de su cuerpo en donde había sido herida de muerte. Serge Leblanc sólo podía imaginarse qué estaría pasando por la cabeza de la medusa en esos momentos. Y lo que imaginaba no era bueno.

Su línea de pensamiento fue interrumpida por las preguntas de Virming, el cual estaba interesado en saber qué les había traído allí, a su bando.

 -Pura afinidad, mon vieux. Creo que mi personnalité y mi forma de ser encajan mejor con tu manière de ver el mundo que con la de un empoisonneur o con la de alguien a quien apenas conozco.

Serge se rió un poco tras hacer su comentario.

 -Aunque no quiero mentir, la razón principal por la que he elegido tu invitation es porque sé qué recompensa obtendré travaillant para ti. Y es algo que me intéresse mucho.

Notas de juego

Mon vieux se traduce literalmente por "mi viejo", pero se suele usar con el sentido de "viejo amigo" (que es el sentido que le he dado yo en la frase x3).

Cargando editor
24/08/2017, 21:57
Socar Fonn'Aster

    De nuevo nos encontrábamos en nuestro refugio con un puñado de nuevos reclutas potenciales, cuando Roriarkas tomó asiento junto con ellos preferí quedarme en pie tras él esperando que el resto no malinterpretase aquello. Volví a revisar a los que nos habían seguido, al final la mayor parte de los humanos, aquella especie de diablesa y algunos más, ella era quien menos me gustaba, creyéndose merecedora de unas atenciones que no se había ganado, pero al final sería como todo, el heno siempre termina por separarse de la paja, aunque eso también me hacía dudar de cuantos más de ellos se mantendrían a nuestro lado a medida que fuesen descubriendo más de nuestros motivos, estaba claro que ese tal Hazir tenía intereses personales y varios de ellos ya habían tenido contacto de algún tipo con Virming.

    En fin, fuera del modo que fuese solo quedaba esperar un poco, pronto nuestro siguiente trabajo sería asignado y eso ayudaría en gran medida a esclarecer muchas cosas. La respuesta de 635 inflamo mis sentidos, sus acusaciones y desmanes no auguraban nada bueno si alguien no la cortaba las alas de una vez y Roriarkas estaba siendo demasiado permisiva con ella. 

    -En ese caso, no os lo toméis a mal vos, pero estáis aquí por voluntad propia, nadie os forzó a venir ni os obligó a sentaros ni está poniendo esa comida en vuestro gaznate a la fuerza. Ahorraros esos juegos ridículos de confabulaciones y dejad de daros más aires de los que merecéis pues aún no habéis demostrado nada, si creéis que ganamos algo matando a un puñado de novatos sin razón alguna y que somos tan ruines como para recurrir al veneno para ello tal vez este no sea vuestro lugar, dejad el asiento libre y no malgastéis nuestros recursos. Como ya os dije, aquí somos fieles a los nuestro porque nuestra causa es noble, pero esa lealtad nace de la confianza, confiamos en vosotros al traeros hasta aquí y compartir nuestra comida con vosotros sin conoceros de nada.- Bajé el tono de voz y me detuve por un momento, revisé todas las caras de la mesa, quizás Roriarkas no aprobará lo que acababa de decir, pero también sabía de mi temperamento, especialmente a la luz de los últimos acontecimientos. -Fuera de eso disculpad mi brusquedad si os ha incomodado, pero prefiero reincidir en que no me escondo tras artimañas a parte de eso, los que piensen seguir con nosotros será mejor que coman bien, pues necesitaran reponer todas las fuerzas posibles para cuando nos asignen el próximo trabajo.- En ese momento regresé hacia Roriarkas -Si me permitís iré a hablar con el resto de nuestros hombres mientras tanto, quiero asegurarme de que todo esta en regla antes de marchar de nuevo.- Realicé un saludo marcial mientras daba un paso hacia atrás en espera de un gesto de aprobación por su parte.

Cargando editor
24/08/2017, 22:47
Nickar

Mirando un instante a Socar, no añadió nada, hablaba de confianzas, pero nadie les había dicho tampoco que pudieran confiar en nadie, taparse de poder ver una posible manera de abrir la puerta, no servirse ellos mismos un plato, podían ser sinceros, pero sería estúpido confiar ciegamente, solo porque lo dijera él.

Volvió a mirar a Roriarkas, esperando ver que pensaba él. ¿Era exagerado sospechar de alguien a quien no se conoce? Lo dudaba, ser desconfiada le había salvado varias veces la vida, y el propio hombre les dijo "que fueran con cuidado con todos allí", creía poder confiar, pero no lo haría ciegamente.

Cargando editor
24/08/2017, 22:55
Socar Fonn'Aster
Sólo para el director

     En verdad el buscar una excusa para alejarme de aquella mesa era algo que sentía necesario. Adaptarme a aquel cuerpo nuevo estaba demostrando no ser una tarea fácil, ver a aquel grupo de novatos hambrientos hacía que resultase extraño lo rápido que podía llegarse a olvidar uno de lo que era sentir el estómago vacío y más aún el pensar en poder recordar aquella sensación con añoranza. Fuera de aquello, también desconocía hasta que punto quería mostrar Roriarkas sus cartas a las potenciales nuevas incorporaciones a nuestro grupo, aún no confiaba en que todos aquellos se mantuvieran de nuestra parte a medio o largo plazo, parecían negarse a comprender el riesgo que se corría jugando a más de una banda en aquella partida de cartas y tener a miembros con aquella ambigüedad entre los nuestros era algo que no nos podíamos permitir, el éxito en nuestros propósitos pasaba por mantener parte de ellos en secreto y tener a alguien compartiendo aquella información con posibles enemigos era asumir un riesgo demasiado alto.

    Por otra parte estaba el juego de Roriarkas, había logrado tener una posición ventajosa en aquella zona de la prisión pero quizás estaba acelerando demasiado sus avances al querer iniciar contactos con las alas inferiores, si ya costaba encontrar gente en la que confiar en este nivel quien sabía lo que podría esconderse allí abajo, sobretodo en las últimas plantas... Eso me recordó la locura de querer contactar con las posibles deidades, quizás para un viajero de planos aquello era algo habitual pero para mi aquello sonaba a un producto de la locura, los dioses eran seres muy por encima de los mortales que rara vez se relacionaban con ellos, en verdad conocía lo que los clérigos y paladines eran capaces de hacer pero de ahí a pensar en poder llegar a tener contacto directo con una fuerza así... Lo cierto era que la primera vez que oí de tales planes había reaccionado de manera bien distinta, pero ahora... odiaba admitirlo, pero la rabia me consumía y una parte de mi deseaba ver Akhania arder hasta las cenizas, algo que sería mucho más plausible con un poder de tal magnitud de nuestro lado.

    Pero aquello quizás fuera poner la vista demasiado en el futuro, otros asuntos más importantes por proximidad se nos echaban encima, debía de asegurarme de que los hombres estaban listos, especialmente si Roriarkas y yo partíamos y también merecía la pena poner un ojo en aquella escoria infame de los tannaruk, si ya había pocas normas en firme dentro de la prisión que respetasen el resto de los reos, era impensable creer que esos salvajes pudieran respetarlas y si ahora teníamos novatos con nosotros estar atentos a sus movimientos no iba a estar de más, de hecho si Roriarkas me pidiera quedarme en el refugio no tendría problema en realizar una batida para asegurarme de mantenerlos a ralla.

    Por último, aún no me había olvidado de quien me había hecho el regalo del acero, apreté mis puños mientras pensaba para mis adentros, necesitaba saber quien estaba detrás de aquello y hacérselo pagar, era una promesa que no pensaba romper.

Cargando editor
25/08/2017, 10:03
Ishrad Corlav
Sólo para el director

Despues de seguir al Envenenador, encontrar al drow de clase alta y ver como Amok sigue sin aprender modales, doy un paso adelante y le hago un gesto para que no responda a las provocaciones del Drow.

Ishrad Corlav. Digo con un tono cortés, educado, mientras paso mi mirada por las suyas.

Venimos a intentar unirnos a vuestras filas. Según lo que he entendido en este lugar, hay que ir con uno de los 3 respetables, no? Virming no es para nada lo que yo considero un guerrero, y Roriarkas parece alguien desesperado por conseguir ayuda. Así que me queda quien parece ser el más serio de ellos.

No se nota un tono de repulsa hacia los otros, sino más bien una explicación neutra, de lo que más me interesa o no.

Cargando editor
25/08/2017, 16:47
Roriarkas

Cuando Nikcar se refiere a que hay demonios en su refugio, Roriarkas frunzo el ceño. Husmeo el aire intentando discernir, sin éxito, a qué se refiere la tiflin, pero sólo alcanzo a oler el aroma del plato.

-No comas si no quieres- digo, pero no puedo evitar pensar en lo que acaba de decir. -Demonios- Recuerdo un olor vago mientras veníamos para acá pero nada que delatara... -¡¿Podría ser!?-

Tras masticar dos trozos de carne me levanto dejando caer el tenedor dentro del plato -¡Las armas!- los miro y señalo el estoque, el alfanjón, la lanza... -Vienen a por vuestras armas- sentencio maldiciendo -¡Escondedlas aquí!- susurro -¡Rápido!- 

Todo ocurre antes de que Sócar se hubiera marchado, me levanto y corro abriendo la trampilla del elevador en la pared para que escondan las armas dentro, entiendo la extrañeza en la mirada de mi compañero -Nos han traicionado- sentencio con gravedad al tiempo que todos notamos cómo la temperatura de la estancia va en aumento. Cada vez hace más y más calor.

Cargando editor
25/08/2017, 16:57
Hernst Daragón

Descruzo los brazos y me giro hacia el humano -Tus premisas no son exactas. Es cierto que para escalar posiciones en la prisión debes salir a cumplir misiones fuera. Pero eso no tiene nada que ver conmigo, un respetable debe mantener su posición cumpliendo esas misiones. Ya tengo mi equipo, por ahora no hay vacantes.- Sentencio -No eres nadie... por ahora- termino girándome y dispuesto a marcharme.

Cargando editor
25/08/2017, 17:03
Reo 587

Asiento ante las palabras de Herst -Empieza consiguiendo un lugar donde dormir, un refugio o como quieras llamarlo. No te resultará fácil. Tendrás que pelear e imponerte.- Me giro para seguir a Herst -Consíguelo y ...- Y sin más, continúo caminando.

Cargando editor
25/08/2017, 17:06
-Residuos del Dolor-

Llegados a ese punto deduces que tú tienes más posibilidades que Amok de unirte a Herst. Y tal y como han planteado tu mente baraja algunas opciones para iniciar la "conquista de tu dominio" en la prisión.

Regresar a El Grosero, buscar a alguien idóneo, seguirlo hasta su morada y arrebatársela. O ir directamente a un lugar que te agrade, meterte dentro y cuando su dueño llegue, arrebatárselo.

Cargando editor
25/08/2017, 17:00
Nickar

Nickar sonrió - me alegra ver entonces que no es cosa tuya - desenvainó las armas y miró a sus compañeros, también buscó con la mirada a Cisco, como diciéndole que prepare lo mejor que tenga, no se iba a separar de sus armas hermanas, nunca lo hizo a excepción de la primera prisión en la que estuvo, y se vengó por ello, y de ser posible no se separaría.

Tal vez su desconfianza le llevaba a pensar en la posibilidad de que fuera un truco para quitárselas, lo que tenía claro era que antes le mataban a separarse de colmillo y golem.

Al menos le vio comer un par de trozos de carne, eso le daban a entender que comer era seguro. Extendió sus alas y busco ofuscarse por paredes y techo - creía que estar con uno de los elegidos ofrecía cierta seguridad, lo lamento, pero mis armas están malditas y llevan un sello que ata a quien las usa y le mata de separarse.

No era una mentira del todo, sin estar acompañada de sus hermanas metálicas se sentía como muerta. Dicho aquello busco desaparecer de la vista de todos, amigos y enemigos, y si pensaban que se había ido, mejor que mejor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Supongo cisco está con nosotros, hace algo que no le mencionas XD

Cargando editor
25/08/2017, 17:48
Hazir Al-Tamsa

Hazir tenía cierta curiosidad por saber qué se encontrarían, incluso por saber qué podía contarles aquel hombre. Aún tuvo más curiosidad al ver que la puerta estaba bloqueada mediante medios mágicos. Esas cosas eran muy caras, y no parecía que nadie de allí tuviera el suficiente dinero ni los medios para comprarlas, por lo que lo más probable es que supieran hacerlas ellos mismos. Se preguntó si podrían extender sus servicios para él y sus compañeros. Alguna vez, en las arenas de combate, había luchado con mejoras mágicas, y jamás se había sentido tan fuerte y poderoso como entonces. 

Sin embargo, toda la curiosidad se evaporó como humo ante una tormenta en cuanto cruzaron el umbral y le llegó el olor de la comida. ¿Cuánto tiempo hacía que no comía? Parecían meses, años. Las tripas le rugieron violentamente, y apenas si escuchó las palabras de Roriarkas, mientras atravesaba la pared del montacargas con la mirada. 

Cuando por fin vino la comida y Roriarkas les invitó, Hazir se lanzó hacia su cuenco como un tigre sobre el cuello de una gacela. En el Despeñapresos, cuando el trasgo había dicho que iban a envenenarles, había sido capaz de controlarse y comprobarlo primero. Pero eso había ocurrido hacía mucho tiempo, o eso parecía, y esta vez sólo oyó las palabras de Nickar como si vinieran de muy, muy lejos, como si las dijera a través de una gruesa manta de lana. No se detuvo ni un instante. No le hacía gracia ser envenenado, pero sintió que iba a morir de todas formas si no comía ya. 

Así que, con el hambre de los peregrinos que se pierden en el desierto camino del oculto templo de Rardhalamán, se abalanzó sobre el plato, y comió como si llevara años sin probar bocado. Terminó su cuenco antes de lo que parecía humanamente posible, y notó la grasa, la carne bajando por su garganta y llegando a su estómago. La piedra que tenía en las tripas comenzó a deshacerse lentamente, y le embargó un alivio tal que se estremeció, como si se hubiera quitado una losa de piedra de encima de los hombros. Ya iba a servirse más, pero en ese momento su instinto le gritó con tal fuerza que atravesó incluso las abrumadoras ganas de comer más. 

Demonios.

A toda prisa, su cerebro reconstruyó la conversación que acababa de tener lugar, y que había oído solo subconscientemente. Nickar sospechaba de un envenenamiento por el olor. Y, al decírselo a Roriarkas, este mostró la expresión que había disparado el instinto de Hazir: extrañeza. Si el olor hubiera provenido de algo conocido por Roriarkas, no se habría extrañado. Por lo tanto, si no salía de los platos, y no salía de la torre de su anfitrión, solo quedaba una posibilidad. 

Al mismo tiempo en el que el cerebro de Hazir, algo embotado, llegaba a esa conclusión, Roriarkas se levantó y gritó que venían a por sus armas. Alguien le había traicionado. A la vez, Hazir cayó en la cuenta de dos cosas que había pasado por alto hasta entonces. 

La primera eran los nombres. Se dio cuenta al mirarle que ya no pensaba en él como un número, al igual que con Socar. Ahora, su imagen estaba unida en su mente a su nombre real, contrarrestando eficazmente la maldita magia de aquel lugar. Rescató de su mente partes de lo que les había dicho antes de servirles la comida. 

...Yo, Roriarkas, soy un rompeumbrales...

...También puedo quitaros el número y devolveros el nombre...

Hazir sonrió. Por fin, por fin había dado con la persona adecuada. De nada servían las fugas normales si seguía atado a aquel infernal plano de la prisión. Pero él podía romperlo, él podía devolverle su nombre, su herencia. La única herencia que conservaba. Y, más importante aún, podía sacarle de allí de verdad. 

La segunda cosa de la que se dio cuenta fue que su piel reconocía una sensación largo tiempo olvidada. Calor, calor de verdad. Allí, en el norte, la gente suda y se agobia, sofocándose, en cuanto el sol brilla un poco sobre sus cabezas. Incluso en verano, el calor del norte es tibio, leve, como si el sol temiera brillar más de la cuenta. Hazir casi había olvidado del todo lo que era el calor real, el que sucede cuando el astro solar derrama todo su poder sobre la tierra, sin barreras, sin filtros, con todo su brillo al máximo. El calor que desgasta las piedras y abrasa la carne, el calor auténtico que puede derrotar un ejército más rápido que cien catapultas. 

Allí, estaba volviendo a notarlo. La temperatura se estaba elevando, cada vez más, y por fin dejó de hacer frío. Sin embargo, Hazir no se alegró, pues aquello solo podía significar problemas. Por mucho que fuese de Quisan, Hazir no era invulnerable al calor ni al fuego, ni mucho menos. Se levantó por fin, con la ira ardiendo tras sus ojos. No solo porque en su tierra interrumpir la comida de alguien se consideraba una afrenta terrible, algo que solo harían los perros Khayim, sino porque aún tenía hambre, y la furia primaria de un depredador bestial asomaba ya tras sus pupilas, la furia simple y arrebatadora de un animal privado de sustento. 

Controlando su ira, observó que Nickar se negaba a dejar sus armas, y desaparecía en el techo. Se acercó al montacargas y se desabrochó la funda del arma, pero no dejó el arma de momento. 

-Si van a atacarnos, ¿No será mejor que las conservemos?

Cargando editor
25/08/2017, 18:10
Socar Fonn'Aster

    -Tannaruks, malditos perros salvajes.- En cuanto comprendí las palabras de Roriarkas me giré en seco y comencé a observar los alrededores, apenas podía sentir el cambio de temperatura, pero las gotas de sudor comenzaban a agolparse en los ceños fruncidos de los humanos me sirvieron de testimonio. Que un puñado de aquellos bárbaros se hubiesen atrevido a adentrarse en nuestro refugio y amenazarnos solo podía significar una cosa y era que aún no habíamos cortado la cabeza de la serpiente que estaba pretendiendo hacer su guarida a costa de nosotros. De un par de zancadas me puse al lado de Roriarkas y adopté una postura de guardia listo para asaltar al primero de ellos que se atreviera a dar la cara, aunque de no haber sido por él y los novatos seguramente hubiera salido ya disparado en su búsqueda. -Quienes os acechan son mestizos con sangre demoníaca, agentes libres que no respetan nada, si están aquí es para quedarse con vuestras armas, pero si se han atrevido a llegar hasta este punto dudo que se detengan solo con eso.- 

    Volví la mirada hacia Roriarkas, no sabía en que pensaba para pedirles ahora que entregasen su única defensa a los nuevos, preferí no verbalizar aquello, tal vez él era capaz de ver algo que se me escapaba y llevarnos la contraria no serviría de nada. Pero si en verdad creía que con que las armas desaparecieran los tannaruks se esfumarían... Incluso de ser así no pensaba permitir tal cosa, aquellos bárbaros sin honor se habían adentrado en demasía y si no les mostrábamos nuestra fuerza nada les impediría repetir tales actos más adelante. Necesitaba subir las escalera y saber que diantres había ocurrido.

    -¡Dejaros de sucias tretas y dad la cara, cobardes!- Rugí sin miramientos, de haber querido mantenerse ocultos no habrían sido tan torpes, seguir tratando como si no estuvieran allí estaba fuera de lugar. -¡Atajo de malnacidos, mostraos de una vez para que os envíe de vuelta con vuestra familia infernal!-  Tras aquello me desplacé poco a poco hacia el centro de la sala en busca constante de cualquier signo que pudiera servir de señal para el inicio del ataque o que delatara la presencia de los mestizos, no pensaba permitir que aquellas sabandijas creyeran que podían amenazarnos en nuestra propia casa y salir indemnes. 

Cargando editor
26/08/2017, 13:21
Hazir Al-Tamsa

Socar identificó a sus adversarios como tannaruks, aunque Hazir jamás había oído hablar de aquellos seres. Por sus palabras, dedujo que eran planodeudos, como los tiflin. Los infernales siempre eran peligrosos, y, según lo que dijo Socar, no se detendrían ante nada. La idea de dejar el arma cada vez le parecía menos acertada. Si habían venido a por las armas y les encontraban sin ellas, era tan fácil como matarles y luego registrar la casa, con lo que se quedarían con las armas de todas formas. 

Cogió con una mano la funda del alfanjón y con otra la empuñadura, aunque sin desenvainar aún. Se preparó, mirando en todas direcciones, listo para el momento en el que los enemigos irrumpieran en la sala. No veía ya a la tiflin, estaba claro que se había escondido bien. 

- Tiradas (2)
Cargando editor
26/08/2017, 14:59
Nickar

Desde ningún sitio concreto y esperando poder ensartar a traición su estoque donde más pudiera doler a la vez que su pequeña maza acompañaba al ataque, observó desde las sombras buscando a quienes fueran aquellos invasores, hizo bien en no empezar a comer, seguro que el grupo de Roriarkas no se hubieran hecho responsables si en el estofado aquellos rufianes invasores de lo que le pertenecía a ella habían puesto algún elemento nocivo. En cuyo caso Roriarkas y Hazir serían por suerte los únicos afectados.

Mientras despertaba sus 6 sentidos, mojó su estoque en el veneno dispuesta a iniciar con todo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Añado tiradas de localización.

Cargando editor
26/08/2017, 18:32
Lythrai Fonn'Aster

Así que Roriarkas era también un conocedor de la magia... Y no solo ello, sino que era un Rompeumbrales. Especialistas en la magia planaria, se decía que eran capaces de abrir portales dimensionales sin necesariamente tener la llave. Roriarkas, muy probablemente, ya era capaz de entrar y salir de Arokham a su antojo, aunque por supuesto, no había borrado su marca planaria o de lo contrario ni siquiera se habrían topado con él. Era justo el hombre que andaban buscando, lo cual le abría muchas preguntas a Lythrai, especialmente en torno a qué tipo de relación tendría con Davenrost. Aquello prometía, desde luego que sí.

Casi mientras Hazir, que no había tardado en sentarse, devoraba su comida con su acostumbrada avidez, Nickar advirtió que había notado algo que no iba del todo bien. ¿Veneno? ¿Demonios? Lythrai parpadeó confundida. Podía entender que Socar se sintiera ofendido ante las palabras de Nickar. A los ojos del tipo de la armadura, ella era una huésped en casa ajena, a la que ofrecían comida y trabajo a cambio de lealtad, y que nada más llegar dudaba de la comida que les daban. ¿Qué razones tendrían para envenarles, después de todo lo que les habían contado, y después de lo que habían visto de cómo todos los presos reaccionaban ante ellos? No tenía ningún sentido, y sin embargo, Lythrai no pensó ni por un segundo en que Nickar había hecho esa acusación sin fundamento. Bueno, quizá la parte del envenenamiento, pero su desconfianza tenía motivos. ...¿Demonios? ¿Tanar'ri quizá?

Lythrai se puso en alerta. ¿La tiflin había olido a sus congéneres? Se le ocurrían dos posibilidades. O que esta gente tenía de algun modo otro tiflin o demonio ayudandoles... o algo mucho peor. Quizá los enemigos de Roriarkas habían mandado demonios que envenenasen la comida, esa misma que Hazir acababa de comer. Y también Roriarkas. No tardaron en enterarse de que era lo último, lo cual era primero un alivio porque la comida no estaba envenenada, y lo segundo una alerta, pues tenían compañía, y esta no estaba invitada.

En realidad, recordaba bien que en el Despeñapresos, Nickar había estado separada de sus armas y no había muerto, pero respetaba la decisión de la Tiflin de no soltar las armas. Siempre y cuando aquello no les pusiera en peligro a los demás. Miró a Esderian, él llevaba puesta su armadura y los asaltantes muy probablemente la querrían. Se acercó a donde Roriarkas pedía que soltaran las armas, pero mantuvo su lanza en su sitio. La pregunta que Hazir había hecho sobre si no tendría más sentido quedárselas si iban a ser atacados era justo la que Lythrai tenía también en mente. Al igual que también Socar, Lythrai pensaba que si habían entrado allí venían a por ellos. Posiblemente el Umbralista podría esconder las armas no dentro de la casa, sino en otro agujero planario. Pero Nickar conservaba sus armas, y Esderian no podría quitarse la armadura tan rápido, así que no le veía mucho sentido a intentar evitar un conflicto que tenía toda la pinta de que iba a suceder igualmente. "Si vienen, mejor será que estemos preparados contra ellos." No sabía dónde andaba la Tiflin, pero le pareció escuchar el familiar sonido de una hoja embadurnándose de veneno. Ella no solía usarlos, pero había conocido mercenarios que sí que lo hacían en su Compañía. Sonriendo ante la inminente batalla, viendo que Socar los llamó, estando listo para luchar allí y ahora contra ellos... Lythrai no dudó y puso la mano un momento sobre la mano de Hazir, que a su vez estaba agarrando su espada. Transmitió su magia entonces, embadurnando el querido alfajón de Hazir con el poder de la magia. Así, se asegurarían de que, si las criaturas eran resistentes a las armas mortales... no les serviría de nada ante el quisashi.

 

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tirada de Saber (Planos) para ver qué sabe Lythrai sobre los llamados Tanar'uks, y también así para a través de Devoción (Saber) tener un +2 al daño y ataque contra ellos.

...Lo que me recuerda, que tengo que subir de nivel a Lythrai, y todavia no lo he hecho... X____________________X
 

Activo Arma mágica sobre el alfajón de Hazir. Sé que es de gran calidad, por lo que si mal no recuerdo el +1 al ataque no se suma, pero si el +1 al daño, además de darle la propiedad de ser mágica.

Cargando editor
27/08/2017, 17:19
Hazir Al-Tamsa

Hazir notó la mano de Lythrai sobre la suya, e inmediatamente pudo ver y notar cómo la anergía, brillante y azul, inundaba su arma. El alfanjón brincó en sus manos, como si estuviera ansioso por golpear, y Hazir entendió que lo había mejorado. Había combatido a veces con armas mágicas, y sabía que podían ser devastadoras. Una vez había visto a Darkhon el Mayor, en las arenas de combate, luchar con su garrote mágicamente mejorado por magos expertos de la corte, tras un soborno enorme por parte de los dueños de la arena. En cuanto el enorme luchador lo blandió y lo hizo descender sobre la criatura, Hazir pensó que no era nada impresionante, pero justo un segundo antes del impacto, el garrote pareció doblar su tamaño, como si se agrandara en las manos de Darkhon, y golpeó no como una clava, sino como un ariete de asedio, con un ruido que retumbó por la arena entera como un disparo de catapulta. 

Por supuesto, la magia que la mercenaria había puesto en su alfanjón no era nada tan impresionante, pero Hazir lo agradecía. Cualquier ayuda era buena. Ahora sí que no tenía ninguna intención de esconder el arma y echar a perder la mejora mágica, que sería solo temporal. 

-Gracias, Layldara-le dijo-¿Sabes algo sobre los Tannaruk? No tengo ni idea de qué son. 

Cargando editor
27/08/2017, 18:47
-Residuos del Dolor-
Sólo para el director
- Tiradas (9)
Cargando editor
27/08/2017, 18:50
Roriarkas

Las palabras de la tiflin se clavaron en mi mente -...creía que estar con uno de los elegidos ofrecía cierta seguridad...- quería explicarle que me habían traicionado, que hasta que han llegado con sus armas este lugar era seguro. Pero de nada servirían las palabras si no se apoyan con hechos y el hecho es que ahora necesitan de mi protección.

Me giró hacia 636, Hazir -Sólo vienen a por las armas.- Sentencio -Lucharán por ellas... si las ven.- Le digo con sabiduría -En un combate normal te diría lo contrario pero contra ellos... ¿mantendrías aferradas las empuñaduras al luchar contra un oponente de brazos ardientes?- le pregunté -No inicies una pelea contra ellos si no estás seguro de ganar- le advierto. Me giro hacia Socar -No, no deben saber que tenemos armas. Vienen porque alguien les ha contado nuestro plan y quieren sacar tajada. Quieren unirse a la fuga.- Revelo. Tanto en mi voz como en mis gestos se puede ver que es algo que ya tenía en mente que pasaría. Una fuga es un faro para aquellos que se creen merecedores de...

Los gritos de Socar atraen mi atención despertándome como un jarro de agua fría. Son pocas las veces que estos seres se dejan ver y cuando lo hacen... el peligro es considerable. Recordando lo vivido con Socar me doy cuenta de que él jamás los ha tenido delante, cuerpo a cuerpo. Ha escuchado historias de mis labios pero no los ha visto y al escuchar sus amenazas lamenté no haberle advertido mejor.

Los gritos de mi compañero dan valor al equipo. La mercenaria, 637, posa la mano sobre el arma de 636 y ésta reluce con magia. Espiré una bocanada de aire y cerré la trampilla sabiendo que no dejarían sus armas. -Recordad que la vida es más importante que las espadas- dije en un susurro apenas audible y di dos pasos para colocarme cerca de mi asiento.