Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

Profundidades de Arkham

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04/08/2019, 21:36
Lythrai Fonn'Aster

Muchas, muchas cosas a las que prestar atención a la vez.

Un cambio de escenario. Repentino. Instantáneo. Los ojos de Lythrai se movían de acá para allá como una loca nerviosa. Y sí, estaba nerviosa, y algunos la llamarían loca. Pero su mente no deliraba, no, este cambio repentino de escenario no lo estaba imaginando. Era real, ¿pero era real? Venía por parte externa. ¿Una ilusión, o un teletransporte? ¿Un viaje espacial, o temporal? ¿Dónde estaban? ¿Cuándo? Escuchó el relato nuboso de Sabueso. La divinidad que cayó de los cielos al lago era Unrir. El plano en lo más profundo de la ciudad pensaba que era Arokham, pero... era un lugar físico, ¿no? ¿A qué venía la pregunta de Sabueso? Si el tiempo había caído, ¿estaban ahora dentro de él? ¿Y antes estaban en Arokham? Otra voz se alzó, haciendo una pregunta. Otro de los nuevos. "No, no lo hemos sentido. ¿Qué has visto?"

Después de que contestara, o mientras lo hacía, ella miró una vez más el disco negro que le habían dado. Palpándolo...  "Ya no puedo sentir a mi Diosa." susurró, levantó el disco, pasando la mano por dentro de él como si fuera una bolsa sin fondo. "¿Veis lo que yo veo? ¿Estoy atravesando... no, entrando dentro del disco? Mi diosa no se ha ido... Nos hemos ido nosotros. ¿Pero por qué puedo atravesar su símbolo? ¿Es porque no es real? El demonio no era un demonio... nos han engañado una vez, y sospecho que estamos en la telaraña, que un velo nos cubre, nos nubla la vista. ¿Estamos en un sueño? ¿Una realidad que no es real?" Podría tratarse de algo más complicado, si añadían la variable del tiempo a la ecuación. "¿Y cómo salimos, cómo despertamos?"

Venía alguien. Quería saber quién, y oir sus respuestas. Pero aún así cerró los ojos. Cerró los ojos, acariciando el símbolo de su divinidad, y rezó.

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04/08/2019, 23:32
Nickar
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Notas de juego

Ahí las 3 tiradas posibles, por si averiguo algo (que lo dudo).

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05/08/2019, 14:44
-Residuos del Dolor-

Con la poca información de la que dispones ahora lo único que sacas en claro es que estás en un plano, dentro de otro plano (Arokhan) bajo la ciudad. Pero necesitas más información. Estás segura de que no os han trasladado, también que no os han afectado directamente, al menos no por efectos mágicos y, aunque aquí la magia funciona, no lo hace del todo igual que el plano material.

Es decir, que estás casi segura de que no os han trasladado, dormido o afectado con algún conjuro de encantamiento como en un principio parece afirmar Lythrai.

Notas de juego

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05/08/2019, 15:32
Nickar

Dio un par de aleteos antes de posar su pie izquierdo en el suelo, mirando a su alrededor... No acababa de entender bastantes cosas.

- estoy segura al 99% de que no tiene relación alguna con los sueños o con encantamientos... Y mucho menos nos han trasladado. Mmmm - intentaba atar cabos, pero era bastante confuso - diría que es un segundo plano dentro de Arokhan, bajo la ciudad supongo... Además, vigilad con la magia, es posible que este no sea nuestro plano material, y su funcionamiento varíe. Me falta información, pero ¿es posible que hayamos cruzado un portal? Como parte de Arkhan este lugar tambien me pertenece, me niego a no entenderlo.

Tomó a su preciada silphide y comenzó a tocar, la magia y el sonido de un instrumento no eran tan diferentes, fluían por todos sitios de manera inmaterial,... Esperaba que el sonido de su flauta, arrojara luz en aquella extraña circunstancia, a la vez, que pensó que disponer de aquella mujer ciega, podía ayudar a no sólo escuchar, si no entender cosas que a ellos se les escaparan.

Entre todos tal vez entendieran que ocurría en aquel lugar.

Notas de juego

Añado a Pain xD ese algo sabe bailar? XD

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06/08/2019, 21:15
Pain

Mi mente divagaba a la deriva, saltando de un pensamiento a otro tan rápido que no podía hilarlos, mucho menos adivinar cual sería el próximo o que rumbo tomaban aquellas ideas. Tenía tantas cosas que hacer, tantos planes, pactos y posibilidades, que decidir era una imposibilidad como echar a volar desde allí y alcanzar el cielo. Ni siquiera sabía si en aquél plano de existencia existía tal cosa, o si por el contrario aquél firmamento negro e inabarcable sería lo más cercano que podría encontrar.

La oscuridad nunca me había importado, siempre había podido moverme en ella. Había pasado tanto tiempo que mis velados ojos se habían acostumbrado e incluso rechazaban la luz del sol. No es que hiciera daño, por supuesto, pero prefería el abrazo de las sombras, lo más parecido en vida que podría encontrar al frío y dulce vacío al que llegué incluso a estar destinado.

Hacía mucho de aquello, tantos años que los recuerdos eran borrosos y se difuminaban. El pasado siempre había sido difuso, retazos que se iban perdiendo en la memoria, borrándose lentamente hasta desaparecer por completo. A veces perdía el sentido, la noción de la realidad, y volvía allí. El salón de Bhaal; tantos nos habíamos reunido como corderos dispuestos a sacrificarnos por nuestro amo, tantos lo habían hecho ya, que el lugar olía a óxido y manchas resecas cubrían el gran cráneo grabado en piedra del dios caído. El templo de Scahrossar; allí la roja esencia era siempre fresca, brillante, manando sin descanso desde el altar y cayendo sin descanso hacia las fuentes de vivo color. El asesinato y la tortura acababan al final en lo mismo, en una sola cosa. Muerte. Solo a Ella le rendía culto de verdad, en cualquiera de sus formas. La sangre era mi ofrenda, un tributo, un regalo ofrecido sin esperar nada a cambio. Se podría decir que era un fanático. Y había muchos más como yo.

No podía dejar de dar vueltas a lo que había hecho, a lo que podía hacer. Dejar con vida a Dharkanis podría suponer el inicio de algo mucho más grande, de algo maravilloso y terrible. Si los hijos de Tiamat se ponían de mi lado, como aliados, podía extender mi influencia mucho más de lo que había creído en un posible. Mis propios seguidores, mis fieles, esperaban que escapara de aquella prisión, pero no eran suficientes. Bastaban para empezar, pero el mundo debía doblegarse, así que necesitaba a mas. Por ejemplo, a los yugoloth. No eran de fiar, pero gracias a Cyric sabía de lo que eran capaces. Me servirían mientras no hubiera ningún mejor postor, mientras me temieran más que al resto. Allí, junto al poder de las armas que buscaba, también podría encontrarles a ellos. Serían el germen de un ejército imparable que arrasaría los cimientos de la vida, de todo lo conocido hasta el momento, que crearían el campo de cultivo perfecto. Sobre las ruinas de esa civilización, nacería una nueva, una era que gobernaría y prosperaría bajo mi puño, mi ley. Pobres de aquellos que se interpusieran u osaran abiertamente enfrentarme.

Sin darme cuenta había llegado allá dónde quería. No solo no había tardado tanto, sino que estaba indemne, prueba del enorme poder que guardaba. Los feos gusanos que me habían acechado quedaban atrás, hambrientos en el desierto y sin presa a la que devorar. Haberme perseguido había sido un intento fútil, vano, y de haberme alcanzado su error les habría costado la vida. Tal era el sino de mis enemigos, fueran quienes fueran, bien lo sabían los necios de La Aguja que se habían vuelto contra mi.

La sala que se extendía frente a mi brillaba por si misma, un sinfín de armas, armaduras y otras posesiones de gente que ya no las necesitaría más. Ahora, como Gliargae había prometido, me pertenecían, y las daría un buen uso, por supuesto. Empero, no eran para que yo las portara al final, no eran dignas de mi. Serían armamento para mis allegados, pero lo mío  aún seguía oculto, esperando ser reclamado. Las posesiones de los otros dioses debían estar cerca, casi podía sentirlas —mi espada entre ellas—, pero todavía lejos de mi alcance.

Voces conocidas me sacaron de mi ensimismamiento y me arrancaron la sonrisa satisfecha de mi rostro. ¿Cómo habían llegado esos estúpidos hasta allí? No podía creerlo, no podía ser verdad. Lo es. Escuché, atento, el sonido de la batalla, de otra pelea más, deseando equivocarme, aunque sabía que no era así. Maldita sea mi suerte.

Desde que había llegado a la prisión, desde antes incluso, en la infame cárcel de la que nos habían sacado para echarnos a otra aún peor, había tenido que soportar a esos idiotas. Se creían moralmente superiores, me miraban como si fuera un monstruo ruin, traicionero y peligroso, y se unían entre ellos continuamente, como mierda pegada al zapato. A la hora de la verdad, mordían toda mano que tendían hacia ellos, solucionaban cualquier problema con las armas y usaban la fuerza como único recurso. Pese a todo, seguían dándoles cosas, ayudando a que cumplieran sus propios deseos y favoreciéndoles. ¿Qué habían hecho para merecer ese trato? Eran mezquinos, brutos y no miraban más allá de su próximo paso, que generalmente solía ser una cagada de la que misteriosamente salían vivos e incluso mejor que antes. Y esos perros rabiosos seguían apareciendo una y otra vez dónde estaba yo. Vale, en esta ocasión yo había seguido a Hazir hasta allí, pero no había podido imaginar que acabaría juntándose con el resto de la manada.

Cuando quise fijarme, la vista había cambiado. Ya no observaba la misma habitación llena de valiosos tesoros, sino a esos malnacidos que se habían decidido a ser agujas clavadas profundamente en la carne, y que encima amenazaban con meterme en problemas. Como siempre.

¿Cómo coño habéis acabado aquí? —preguntó con un gruñido, apareciendo desde el pasillo, mirando directamente a Lythrai—. Cállate. Y dejad de hacer... Bueno, lo que siempre hacéis. Algo se ha despertado y vais a hacer que venga directo a nosotros.

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07/08/2019, 09:31
-Residuos del Dolor-

Aquello que se acercaba al ptro lado del pasillo, que Honny señaló frunciendo el ceño, hizo su aparición girando el recodo: Pain.

Allí se encontraban muchos de los ya conocidos y algunos nuevos. Nickar fue la última en hablar, el trago Tizoc, el kobold grook, Lithrai, Hacir e incluso Yzlin que, curiosamente se ha mantenido en silencio todo el tiempo.

Pero también hay otros reos. Un anciano con anteojos pero de porte elegante y mirada firme, astuta; Un semidragón negro que recodaba vagamente a Dharkanis; un guerrero o caballero de elegante armadura,capa y cabellos claros y, al fondo, una mujer de músculos desarrollados, ágil y esbelta. Su bastón apunta directamente a Pain, pareciera que sabía por dónde se acercaba el recién llegado. Algo curioso pues el pañuelo de su cabeza le cubría los ojos... es ciega.

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07/08/2019, 09:39
Hexinton Gliargae

Pero qué mierda está pasando aquí. No pronuncié palabra pero mi rostro lo reflejaba todo. En menos de una hora nos hemos liberado de nuestros grilletes y no dejan de aparecer desconocidos. Más que una prisión esto parece una atracción. Me pregunto cuánto tiempo tenemos antes de que otros más poderosos que nosotros se quiten los grilletes.

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07/08/2019, 09:42
Honny Ucelli

La mujer ciega relajó los músculos y bajó el bastón. Olfateo en dirección a Pain y dejó de prestarle atención. Otra cosa hubo captado sus «sentidos». Inclinó la cabeza oscilándola de un lado a otro, acercándose a Lythrai hasta que la mercenaria pudo olerla. Pese a que su pecho estaba perlado de gotas de sudor no era un olor tan desagradable como cabría esperar de un reo. Se acucliyó hasta que su cabeza quedó a la altura del disco negro. Acto seguido se alzó y asintió regresando al lugar en el que se encontraba. Vigilando el giro del corredor al fondo.

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07/08/2019, 18:09
Pain

¿Puedes parar, Nickar? —añadí dándome cuenta de la música. Me moría de ganas por acabar lo que había empezado, pero no era el mejor momento, no con tanta gente allí que rápidamente podían ponerse en mi contra. Un sinfín de preguntas se agolpaban en mi cabeza. Entre ellas algunas más acuciantes que otras.

¿Quienes son todos éstos? Además de los ya conocidos, había cuatro a los que no ponía nombre, y todos parecían peligrosos de alguna manera; de no serlo no habrían estado allí, por lo que subestimarlos podía resultar fatal. Tampoco quería enemistarme con ellos, aún no. Que estuvieran con los otros idiotas no significaba que fueran aliados, lo que significaba que podían llegar a ser míos. Las circunstancias ofrecían extraños compañeros de cama, pero yo no era de los que rechazaban a ninguno si demostraban ser útiles. Más adelante descubriría su valor.

¿Cómo habían llegado allí? Según Dharkanis —¿ese semidragón no se parecía a él?— a Hazir le había arrojado por allí cerca, así que lo más probable es que se hubiera abierto camino. ¿Y los demás? Grook tendría que haber aparecido en la plaza del Grosero y era imposible que me hubiera adelantado corriendo, aún más que ni siquiera lo hubiera visto; había llegado de otro modo, igual que el resto. Nickar y Lyth tenían que haber estado en el cementerio, no allí, y Tizoc como mínimo prisionero, o muerto más bien; la última vez que le había visto no parecía estar muy capacitado para escapar, ni los guardias muy dispuestos a dejarle intentarlo. Le han liberado, por propia voluntad. ¿Por qué? No era capaz de averiguar el motivo, pero era otra prueba de que esa gente podía hacer lo que quisiera, que siempre acababa saliendo indemne. ¿Yzlin? Estaba extrañamente callada. De los otros no podía suponer nada; o bien habían llegado con mis no bienvenidos compañeros de viaje, o bien ya estaban allí. Para mis propios planes, por muchos motivos, esperaba que fuera lo segundo.

¿Cuál es su objetivo? Si es que tenían solo uno, claro. Podían estar allí por muchas razones, cada uno la suya propia. ¿Ansiaban libertad, buscaban poder, cumplían juramentos, era simple trabajo? Podían ser tantas cosas... Lo más sencillo habría sido preguntar, pero normalmente eso llevaba a escuchar cosas que no quería oír, respuestas que podían precipitar las cosas. Incluso otras preguntas que no podía responder aún. Por suerte para mi, allí eran bastante dados a hablar sin que nadie les preguntara. Solo recorriendo el pasillo ya había escuchado a esas idiotas decir más de lo que habría sido necesario.

¿Así que quieres conquistar Arkham, eh?, pensé mirando a la diablesa, con una sonrisa divertida. ¿Y tú has encontrado a tu diosa? Eso podía ser un contratiempo. Un verdadero problema, si no se solucionaba a tiempo, aunque también una oportunidad que aprovechar. Si, podía tirar de ahí. ¿Qué puedo decir? Tardé unos instantes, pero al final me decidí a hablar. Podía explicar algunas cosas.

Ya no estamos en la ciudad, ni siquiera en la prisión. Estamos en Gehenna, una suerte de plano malvado e infinito que, al parecer, han sabido utilizar bien. Aquí había algunos dioses antes, tenían sus reinos —Bhaal había tenido el Trono de Sangre aquí—, pero la mayoría están muertos. Ésto es parte de uno de ellos.

De uno muy concreto. Maanzicorian era una deidad de los ilícidos, y eso convertía este lugar en una trampa mortal para nuestras mentes. Por supuesto, eso no tenían porque saberlo.

Será mejor tener cuidado con lo que hacemos, no quiero conocer ni a las criaturas que sirven de carceleros olvidados... Ni a las que duermen desde hace una eternidad esperando una presa que vuelva a recorrer estos pasillos. —Miré a Lythrai—. Los dioses no nos ayudaran aquí, créeme. No han desaparecido, pero están ocultos. —Tienen miedo.

Finalmente suspiré. No sabía el tiempo que teníamos, lo que podíamos seguir allí. Algo nos acechaba y no tardaría en llegar. Me fastidiaba tener que compartir lo que había encontrado, lo que ya era mío por derecho, pero era mejor que no estar preparado.

Venid, hay una sala llena de objetos poderoso, a lo mejor nos sirve de algo.

Tal vez lo harían, o tal vez no. Esperé a que tomaran una decisión al respecto.

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08/08/2019, 14:22
Lythrai Fonn'Aster

¿Por qué le recordaba tanto esa mujer a su Diosa?

La vio una vez. En las profundidades de Arkhania, en aquella especie de pequeña fortaleza subterránea al pie de un lago completamente negro. Aquella vez, cuando estuvo a punto de morir a manos de aquel elfo oscuro, y esta vez de verdad, porque el plano de Arkhania no la había marcado y reclamado todavía como su propiedad y prisionera. Aquella vez, en la que Lythrai Fonn'Aster pudo tener el honor y el placer de ver y oir a un avatar de la mismísima Shar.

Avatar que se parecía bastante a esta mujer. ¿Podría ser una coincidencia? Desde luego que si, y a menudo, aunque sencilla, esta era siempre la auténtica respuesta. Pero... ¿y si...?

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08/08/2019, 16:32
Lythrai Fonn'Aster

Pain. El extraño que apareció girando por la esquina no resultó ser tan extraño. Bueno, un poco sí. El conocido rostro de alguien que ya no necesitaba máscara para ocultar sus intenciones. Si es que esa mente demente suya era capaz realmente de planificar a largo plazo y no moverse por instinto todo el rato... Sí, a Lyth todavía no se le olvidaba el cómo el reo 639 había pasado olímpicamente de los planes conjuntos allá en la Misión de la Reina Azur. Disidentes incapaces de actuar en equipo siquiera aunque les conveniera no eran precisamente el tipo de gente que mereciera la confianza y respeto de la Fonn'Aster. Una y otra vez, como en aquella ocasión con Tizoc, dejar a Pain vivo demostraba ser más un problema que un inconveniente tolerable. Si la Fonn'Aster no había intentado matarle ya era por tres razones: primero, sabía de buena mano que Pain podía resultar un adversario temible, y gastar recursos, energía y tiempo valioso en pelear con él no merecía la pena, no todavía. Había mucho más en juego que las riñas entre dos presos cualesquiera de Arokham, y si perdían el tiempo peleando entre ellos y no extendían la mano e iban a por sus pedazos de pastel, otros se les adelantarían. Segundo, porque precisamente sólo por existir sin duda alguna le podría causar y causaría problemas a más bandos que solo los suyos. El enemigo de mi enemigo es mi amigo, se solía decir... Y la verdad es que no es que precisamente no le faltasen enemigos ya a ambos. Y tercero... por una cuestión de puro orgullo. Quería que fuera él. Que fuera él el que se rebajara a pelear como un perro sin luces. Sí, bueno, quizás la tercera opción era una tontería. Quizás pudiera tragarse su orgullo e ignorarla. Pero las otras dos seguían teniendo peso, de todas formas. ¿No? La realidad era que, por el momento, y por un hilo no tan fino como les gustaría, a ambos les convenía aguantarse.

Eso no evitaba que no pudieran chincharse. Ella estaba tan tranquila rezando cuando llegó, ¡ni siquiera estaba diciendo nada! Pero en cuantito llegó la mandó callar, no debía tener muchas ganas de aguantarla especialmente esta vez. Lyth sonrió de oreja a oreja, y le saludó moviendo los dedos mientras le guiñaba el ojo izquierdo. Al menos, le hizo caso y siguió callada. No porque se lo pidiera, claro. Sino porque tenía mucho en lo que pensar, y porque habían interrumpido su rezo. Esta vez lo tuvo que continuar con los ojos abiertos, lástima. Fue entonces cuando la mujer ciega se la acercó a ella, buscando algo, que pareció encontrar al ver, o mejor dicho, sentir, el disco negro que llevaba la Fonn'Aster. "Los dioses no nos ayudaran aquí, créeme. No han desaparecido, pero están ocultos." dijo él. Lythrai volvió a sonreir, pero esta vez no con condescendencia. "Sí..." asintió en un susurro. "Sí. Ocultos... pero presentes. Nos va a tocar a nosotros hacerlos salir, y salir nosotros con ellos."

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08/08/2019, 23:19
Tizoc

El trasgo se quedó en silencio junto a la pared. Comenzó a tocarla e inspeccionarla viendo si conseguía repetir lo que había sentido. Casi parecía que quería comprobar que fuese sólida. - La pared se ha movido, ha hecho una honda cuando esa cosa ha desaparecido. - dijo el trasgo sin entender nada antes de darse cuenta de que Pain había hecho su aparición. Lo miró aterrado.

Había algo en todo aquello que se le escapaba. Todos hablaban de dioses, planos, criaturas, carceleros. Y aun así todos habían aparecido allí, al parecer por voluntad propia. - Pero esas cosas que decís no pueden ser dioses. Si fuesen dioses no habrían podido encerrarlos. ¿Que podría encerrar a un dios? O darle miedo, no puede ser. - dijo Tizoc como si todo lo que decían los demás fuese una soberana tontería. - Lo que tenemos que hacer es salir de aquí nosotros. ¿Que demonios habéis hecho vosotros para aparecer como aparecisteis? - preguntó indignado a Lythrai mientras miraba con desconfianza a Grook. - Y tu de donde sales, porque según Hazir por ahí solo hay un desierto interminable lleno de gusanos pero si tu has venido por ahí es porque hay una forma de salir. ¿No? - le pregunto a Pain con todo la educación que puede tener un goblin nacido, criado y educado en una tribu goblin al borde de un ataque de nervios.

Aquella situación lo superaba, todos allí parecían hablar como si el mundo les perteneciese, rescatar a dioses, liderar ejércitos, grandes planes y venganzas, planos... Que coño serían los planos... Todo aquello era magia, demasiado para el goblin al que no le quedaba claro si estaba volviéndose loco o eran los demás los que se habían vuelto tarumbas. Escapar, tenía que escapar de aquel maldito lugar. 

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10/08/2019, 14:31
Pain

Lythrai seguía susurrando cosas que no llegaba a entender, hablando para si misma. Tan solo alcancé a escuchar con claridad sus últimas palabras, pero me pusieron más en tensión, si es que eso era posible cuando cada músculo de mi cuerpo estaba rígido y tirante, a la espera de problemas. ¿Qué sabes? La Fonn'Aster era peligrosa, especialmente si guardaba secretos que no tenía ni porque conocer.

Tizoc habló y mi atención volvió momentáneamente a él. O mentía bien, o realmente no entendía nada de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. De ser verdad, hacía bien en tener miedo, en estar aterrado. Se había metido a un tablero de ajedrez donde los dioses movían las piezas, y a la vez eran éstas. Aún no eran lo suficientemente poderosos y todos querían aprovechar esa ventaja para acabar con los rivales y salir de allí, fortalecidos. Empero, era una buena pregunta. ¿Qué puede encerrar a un dios? Suspiré, molesto, porque aunque tenía una vaga idea de que poder les tenía presos, no sabía exactamente a que iba a enfrentarme. De hecho, no sabía ni si debía hacerlo.

Rojo había sido ambiguo e impreciso adrede. No me había explicado demasiado, más que lo inmediatamente necesario. Tampoco Él —yo— se había molestado en informarme. Sabía que Shar ya tenía forma mortal, y Tempus la tendría pronto. Conocía a la primera, no era ninguno de éstos, pero no podía decir lo mismo del segundo. Tiamat seguramente elegiría a uno de sus hijos —mi mirada se prendió en el Gliargae de manera instintita—, y habría más, por supuesto, otros que no conocía, que podían haber plantado su semilla o estarían cerca. Sin contar con otras muchas fuerzas que se opondrían y lucharían. Los dioses no eran todopoderosos, como nos habían hecho creer siempre. Demonios, vampiros, hechiceros y otras muchas fuerzas pugnaban por alzarse. Yo mismo me había encontrado ya a varias de ellas, que habían querido mis servicios. Y al final, me encontraba atado a quien ni lo había querido. ¿Eso me obligaba a ayudarles? Curiosamente, estaba dónde se suponía que tenía que estar para ello.

Chasqué la lengua, apartando aquellos pensamientos. No podía perder la cabeza, debía tener la mente despejada, despierta. Tenía que actuar rápido y avanzar con seguridad en cada paso, no dejarme llevar por la indecisión y la confusión. Eso me llevaría a la muerte o, en éste lugar, a cosas mucho peores. Volví a mirar a Tizoc, con una sonrisa.

Por dónde he venido no hay salida. Hazir llegó hasta aquí porque un dragón le tiró cerca, y yo porque tengo mis... métodos. Pero si vamos por el desierto, seremos comida. —Me encogí de hombros, quitando importancia al asunto; yo acababa de llegar y no tenía prisa por irme—. Como os he dicho, hay armas y otros artefactos por ahí. —Señalé el pasillo por el que había aparecido unos instantes antes—. Si vamos a quedarnos, será mejor estar preparados. Yo voy a ver si encuentro algo útil. —Ignoré al resto y miré a dos personas, otros dos que habían llegado conmigo y a los que, contrariamente a lo que pasaba con el resto, no solo no quería hacer daño, sino que incluso apreciaba por sus dotes y habilidades—. Agradecería vuestros conocimientos mágicos, y a lo mejor también hay alguna chuchería que os venga bien.

Dicho ésto, no pretendía esperar más. Me di la vuelta y me encaminé a la habitación dónde estaban guardadas las pertenencias de tantos presos que habían pasado por allí. Y que seguramente seguirían estando.

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10/08/2019, 16:20
Nickar

No podía evitarlo, aquel parásito hablaba siempre ocultando cosas y aNicxkar le ponía nerviosa, además hablaba del lugar como le apetedcía, estaba claro que no decía todo, a diferencia de ella que decía todo lo que pudiera ayudar a sus presentes compañeros.

Dejó de tocar, no porque aquel fanático se lo dijera, si no porque la mujer ciega no pareció dar importancia al efecto que el sonido pudiera producir en aquel lugar. ¿O tal vez el sonido era desviado y no le alcanzo? Eso significaría que la magia en aquel lugar era "doblada". Ya había avisado de que no utilizaran magia de manera imprudente, que notaba como ese plano la afectaba directamente y desconocía las consecuencias que provocaría utilizarla. Pero sabía también que a menudo ignoraban sus avisos, por lo que esperaba que le hubieran entendido claramente.

Por otro lado le parecía gracioso estar en un plano destinado a encerrar a dioses, ella que buscaba ser venerada como tal, estar allí era una hermosa situación. Sin decirle nada, solo aleteó con suavidad, hablaba de armas, y si bien le gustaban las suyas, que jamás le habían abandonado, no le vendría mal buscar una que le ayudara en combates a distancia, pues el puñal de Comadreja solo le ofrecía un uso tan limitado que a duras penas le servía de algo.

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10/08/2019, 18:04
Hazir Al-Tamsa

Nada más sentir el alfanjón perforando la piel, supo que algo no iba bien. Había cortado con aquel filo a innumerables seres, y conocía perfectamente las sensaciones que transmitía. Sabía que aquella dura piel tendría que haber ofrecido más resistencia, que tendría que ser como intentar cortar un bloque de hielo, con el duro músculo debajo. Sin embargo, no fue así. El filo traspasó la piel, y debajo no había nada. Ni resistencia, ni sangre, ni carne desgarrada. No había nada. 

Así que o aquel ser estaba hecho de aire, o era un constructo, o, lo más probable, no era lo que parecía, sino una marioneta, un muñeco. Hazir saltó y se apartó con la agilidad de un gato, a tiempo de ver como el ser real, que era aquello que estaba escondido en la cabeza del muñeco, salía lanzándoles una lengua larga y repugnante. Hazir lanzó su alfanjón y la cortó al vuelo, mientras Nickar la atravesaba. Y entonces, la Fonn'Aster lanzó su magia y el ser desapareció del todo. Hazir se apresuró a limpiar la hoja, porque ni Zoser sabía qué podía tener aquella lengua. 

Aquello era la prueba definitiva de que pasaba algo muy raro. Hazir había dejado de reír, porque aquel combate había resultado corto y poco interesante. Y entonces, fue como si la propia realidad oscilara, como si sus sentidos vacilaran un segundo. Ya había sentido eso antes, en la arena de combate. A veces los organizadores traían ilusionistas para mayor deleite del público, y lo usaban para crear sobre la arena castillos y muros, o criaturas fantásticas que no podían dañar al público. Resultaba caro, pero al pueblo le encantaba. A veces, cuando se combatía en ellas, tenías momentos de duda, momentos en los que la ilusión parecía temblar, y tu cerebro se hacía un lío entre la realidad y la ilusión. Y eso fue lo que sintió, pero a un nivel bastante más profundo. Como si todo a su alrededor no fuese más que un enorme engaño y le hubieran visto las costuras por un momento. 

En general, no tenía ni la menor idea de lo que pasaba allí. Lythrai dijo que su disco no funcionaba, o que estaba vacío, como si la diosa hubiera dejado de influir en él. Dijeron que los dioses ya no podían ayudarles, porque estaban allí, en su prisión. Estaban encerrados. Qué podía encerrar a un dios, de eso no tenía ni idea. Pero era emocionante, eso desde luego. 

Por el corredor apareció una cara conocida, aunque no precisamente amiga: Pain. Hazir vio que no llevaba intenciones hostiles, o no de momento. Envainó el alfanjón y se acercó a él un paso, sonriendo. 

-Saludos, Pain, parece que conseguiste salir de aquella situación. Me alegro de que no te hayan dejado seco esas vampiras. 

Pain, como era habitual, no se expresaba muy educadamente y lo hacía con un sarcasmo árido y un desprecio que ni siquiera disimulaba, pero les dio información útil. Gehenna. Hazir se esforzó en recordar las lecciones de su maestro. Habían pasado muchos años, y parecían más con todo lo que había cambiado desde entonces. Pero aún recordaba el esquema que le había llevado, el dibujo de la Gran Rueda que organizaba los planos. Brillando en el número 22, recordaba la etiqueta que rezaba: la eternidad desolada de Gehenna. 

-No soy un experto-dijo, realmente no lo era-Pero algo recuerdo de Gehenna. Uno de los planos exteriores, tierra de grandes acantilados y montañas escarpadas, y montones de abismos sin fondo. Es el reino de los yugoloth, que a veces hacen de barqueros por el Estigia. Pero en general no conviene fiarse de ellos. 

Se devanó los sesos, pero tampoco recordaba mucho más. Nunca fue un estudiante muy aplicado. 

-Sólo recuerdo que los portales estaban en esos abismos sin fondo, y que para distinguirlos de los abismos normales algunos tenían marcas. Sin embargo, los yugoloth a veces marcan como portales algunos abismos normales, para atraer a los viajeros y matarlos. 

-Eso es todo lo que recuerdo, por desgracia. Mi maestro tampoco le daba mucha importancia al estudio de planos... y yo tampoco, la verdad. 

-Te acompaño a ver esos objetos mágicos, aunque no sé si será una ilusión o una trampa de los yugoloth. Deberíamos ir todos. Separarnos puede significar no volver a encontrarnos. 

Notas de juego

Joder, se me había olvidado por completo postear aquí xD Pensaba que ya lo había hecho. ¡Vamos a darle su merecido a ese dios azotamentes de la que no sabemos nada!

Si me hacen caso, voy con Pain, pero solo voy si van todos, porque separarnos aquí es mala idea xD

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15/08/2019, 12:20
Andelor (Sabueso)

-Gehenna- Me acaricié el mentón pensativo. -El tamaño de este plano es infinito... y me temo que no estamos en ningún lugar que haya estudiado en el pasado. Es posible que estemos desplazados de la parte conocida de este plano o que hay sido modificado. Los dioses pueden modificar este plano a voluntad.- Miro en derredor -Debe haber un dios muy poderoso para haberlo cambiado tanto como para encerrar otros dioses- Este último comentario lo hago para mí. Avanzo hasta Honny mientras añado -Algunos ya hemos estado en las salas de las maravillas- señalo a Diraknian con su capa, su armadura y sus armas, así como a Honny con su indumentaria y su bastón, a Hexinton y a Tizoc, aunque con este último fruncí el ceño, no estaba seguro de si había encontrado lo que tan ensimismadamente buscaba -Id a ver qué encontráis. Estaremos por aquí mientras tanto.-

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15/08/2019, 12:42
Hexinton Gliargae

-¡Ja! Gehenna es un plano de energía maligna. Espero que no abunde la bondad entre vosotros o lo pasaréis mal- Sonrío con malicia mirando al Sabueso y Diraknian. Si alguno de los presentes tenía el corazón impoluto, apostaría por ellos.

Notas de juego

Efectivamente, como apunta Hexinton, los personajes buenos tienen un penalizador de -2 en todas las pruebas de Carisma.

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15/08/2019, 12:51
-Residuos del Dolor-

Notas de juego

De esta forma: Grook, Hazir, Lythrai, Nickar, Yzlin y el recién llegado Pain, os dirigís a la estancia para equiparos mientras que Diraknian, Hexinton, Hony, Sabueso se quedan.

¿Tizoc? Les acompañas o te quedas. Dado que tus tiradas para buscar no fueron muy buenas, quizá te interese volver a intentarlo.

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15/08/2019, 12:55
-Residuos del Dolor-

Comenzáis a andar de "regreso" desde la perspectiva de los que se quedan. Giráis el primer recodo (a derechas) viendo los grilletes de los que colgaban Sabueso y Hexinton. Giráis la esquina siguiente (a izquierdas) la estancia se amplía levemente (ya no es un pasillo, tiene planta ovalada). Aquí están los grilletes de los que colgaban Diraknian y Honny y donde apresaron a Tizoc momentos antes de que la maldición que te hacía repetir el peor día de tu vida se disipara.

En el extremo opuesto del óvalo que forma esta estancia de piedra se extiende el pasillo que da a la balconada por la que han entrado Hazir y, posteriormente, Pain. En la mitad de este pasillo se encuentra el acceso a la sala donde se acumula el equipo de los mortales encarcelados.

Notas de juego

Dejo este post visible para todos. Continuaré cuando sepa quien regresa y quien se queda. ;)

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15/08/2019, 13:04
-Residuos del Dolor-
Sólo para el director

Notas de juego

Notas para el próximo turno:

Antes de llegar al acceso hay una trampa: El pozo y fuerza psiónica.

Trampilla que cubre el foso que ocupa toda la anchura del pasillo y 10' de largo (saltable). De no localizarlo, la primera persona (o personas) que lo pise lo activa (TS de Reflejos CD 20 para no caer). La caída son 2d6 de daño.

Tras ello, el pozo permanecerá abierto. Si algún personaje salta (o vuela), el sello invisible superior activará el empuje psiónico. Una barrera psiónica +10 c/c que golpea con una fuerza de 2d6 y empuja  al saltador hacia abajo, al pozo. Tras la primera activación del sello el pozo se cierra y la superficie se funde con el suelo, desapareciendo el pozo.

*Hazir tiene sentido de las trampas.