Partida Rol por web

Anno Domini 1102

Comienzan vuestras andanzas...

─Disculpad que sea yo quien tome la palabra primero, pero tenemos un asunto importante que tratar: la elección de Princeps de la Alianza. ¿Alguien se postula como primero entre pares? ─preguntó el Verditius obviando que él también era elegible, mas su aspecto humilde, vestido de artesano rico, hacía que pareciera más un mundano apuntando las cosas al Concilio que un participante activo del mismo.

El Princeps, según los estatutos, tendría la potestad de dirimir los asuntos que acabasen en empate, así como la posibilidad de premiar ciertas tareas por encima de otras, aunque esta última posibilidad, dados los escasos ingresos de vis que tenía Sycaminon todavía no eran demasiado alagüeños.

─En otro orden de cosas, esta primavera y verano me dedicaré a montar una fuente de ingresos para la Alianza, un taller de ebanistería que, espero, reporte pingües beneficios para Sycaminon, lo que nos permitiría viajar más y mejor, encargándonos con mayor capacidad de las tareas que decidamos afrontar, mejorar nuestros laboratorios si así nos place, así como atender las demandas de fortificación del buen Galeran, al menos lentamente. Tal vez alguno de vosotros pudiera conseguir algunos ingresos rápidos sin llamar demasiado la atención, algo que nos sirva para dar un empujón a las fortificaciones...

Erigir fortificaciones era algo prioritario en una zona de guerra y, teniendo en cuenta el derecho a erigirlas que ostentaba Galeran, convenía llevarlas a cabo a la mayor brevedad. Puede que los magos fueran poderosos e incluso decisivos contra un enemigo numeroso, pero no eran capaces (al menos no todavía) de enfrentarse a todo un ejército, menos si iban acompañados de brujos musulmanes. Además, al menos de momento parecía que los jóvenes magos estaban más dispuestos a viajar y correr aventuras que a permanecer en la Alianza para defenderla ante posibles ataques. Otro punto que había que tratar, puesto que el cargo de Princeps todavía no estaba bien definido.

─Recuerdo a los presentes que ya propuse que el cargo de Princeps fuera ligado a permanecer en Sycaminon durante todo el año, de manera que al menos hubiera un mago siempre presente en la Alianza, bien para defenderla en caso de necesidad, bien para representarla ante los posibles visitantes (en especial Mercere, pero también algún otro que pudiera acudir por cualquier razón a Isfiya).

Los inconclusos estatutos de la Alianza pesaban en la conciencia de Lignum, siempre propenso a trabajar en algo hasta darlo por terminado, posiblemente deformación profesional.

─Por último, recomendaría buscar fuentes de vis que enfortezcan nuestra precaria situación. Una Alianza hermética sin vis disponible para sus miembros sufre el peligro de desaparecer rápidamente. Y, asímismo, también soy partidario de mejorar cuanto antes nuestra exigua biblioteca. Dada el elevado coste de los libros herméticos, promovería la escritura de tractatus por parte de los miembros de la Alianza. Yo mismo podría escribir uno de cualquier Arte (a excepción de Auram, Aquam y Mentem) o de Teoría Mágica. Decidme si tenéis preferencia por algún tema.

Para una intervención que no quería hacer, la verdad es que Lignum había necesitado cierto tiempo para hacer toda su exposición...

─El debate sobre la asignación de vis para la fabricación de objetos mágicos para la Alianza lo dejo para el año que viene, cuando, espero, la Alianza disponga de fuentes de vis como para poder hacer reparto y asignación para tareas específicas...

Tras un silencio incómodo de varios largos segundos, Teotimus toma la palabra con esa cierta timidez que le caracteriza:

-Nunca... nunca me ha gustado viajar, y menos aún por tierras peligrosas como estas en las que vivimos... Así que aunque solo sea por eso, yo me podría... bueno, postular como Princeps para el año que empieza. Como sabéis, tampoco... tampoco soy hombre de mucho viaje azaroso, y me gusta pasar tiempo en el laboratorio, pero no os descubro nada nuevo...

El joven Bonisagus se debatía claramente entre la responsabilidad de un cargo que no deseaba especialmente y la necesidad de salir a viajar por Levante, cosa que le apetecía aún menos, aun estando en zona "pacificada".

-Eso me permitiría contribuir de alguna forma... diferente a la prosperidad de Sycaminon, pues no soy ni hombre de acción ni... bueno, hombre de nada que no sea estar metido en el laboratorio, al menos hasta que no tenga más encauzados mis estudios. Además, si hay algo que conozco bien son los protocolos sociales herméticos, así que aunque no pueda... uhm... garantizar un triunfo en caso de hostilidades, sí que creo que puedo asegurar que cualquier Mercere que visite la alianza será debidamente atendido.

Lo cual también jugaba a favor de la personalidad de Teotimus, siempre ávida de rumores y noticias que pudieran desviar sus investigaciones hacia algún objetivo eminentemente mágico.

-Coincido en lo de la vis, necesitamos con urgencia una afluencia estable, y en lo de la biblioteca. Si os parece, y aceptáis que asuma el cargo y me quede aquí todo un año, podría encargarme de escribir algo sobre el arte de la percepción, si os interesa... ¿qué decís?

A medida que hablaba, el Bonisagus se ha ido animando y perdiendo esa timidez intrínseca suya, como cada vez que habla de la magia que le apasiona. ¡Era como un niño!

Leocart tamborileó con las yemas de los dedos en la mesa.

Buenos argumentos e ideas sodales. Por mi parte poco y nada que añadir en la designa del princeps. Mientras sea un recto magi temeroso de Dios y tenga el interés de la Alianza por encima de todo contará con mi apoyo.  Y mirando al timido Bonisagus añadió Si ese sois vos Teotimus os saludo y rindo homenaje. 

Por mi parte este primer año lo dedicaré también a afianzar nuestra bolsa. Si vos sodale Lignum lo hareis con el trabajo yo pretendo lograrlo logrando para nuestro aliado Galeran un nuevo derecho de explotación. Explicó mientras con el dedo trazaba una linea invisible en la mesa. Probablemente presente su causa para que le sea concedido un derecho a cobrar portazgo en Jaifa. Esta tierra está llena de titulos y prebendas para el que primero sepa aprovecharlas. Llenar sus cofres es llenar los nuestros dado que

Mientras iré sembrando la ciudad de oidos y orejas que nos permitan saber en todo momento que traman amigos y enemigos. Dijo con una sonrisa  Espero estar de vuelta en Invierno. Quizás pueda al igual que propone Teotimus escribir un tractatus. En mi caso de tema mundano para poder venderlo por plata contante y sonante a los mundanos.

- Me parece bien que cualquiera ocupe el cargo de Princeps. Dijimos que el cargo tenía una permanencia de 1 año, ¿cierto? – preguntó poniéndose cómodo en la silla – No veo necesidad de obligar al Princeps a quedarse todo el año en la Alianza. – se encogió de hombros.

- Viendo que os dedicaréis a nuestras acuciantes necesidades más mundanas, yo me centraré en completar las arcanas buscando una fuente de vis. Debe haber varias en las cercanías. – expuso con confianza.

- En cuanto a las escrituras, comenzaré a transcribir algunos de los hechizos que conozco. Son una fuente muy variable de ingresos, pero en relación esfuerzo-ingresos tienen un buen ratio. – añadió con una sonrisa lobuna - Pero si os queréis centrar en los Tractus, yo siempre tengo más interés por el Auram, Terram o Vim.

- Eso nos lleva a otro punto, que sería el de buscar un copista. Creo que sería una buena adquisición para la Alianza si queremos enfocarnos a la venta de textos arcanos, lo cual nos sería de gran utilidad para financiar la compra de otros textos arcanos y mundanos, claro.

- Me parece bien dejar para el año que viene la discusión sobre la remuneración de los objetos mágicos y las aportaciones personales a la biblioteca. – si íbamos a pedir salarios por nuestro trabajo, deberíamos cobrar todos.

Girándose a Leocart.

- Gran idea, Leocart. Imagino que os referís al derecho para cobrar ese peaje que comentó Galeran y ahorrarnos posibles confrontaciones con el Señor de Haifa, ¿correcto? Una jugada hábil el adelantaros a Galeran, si es que habrá llegado a pensar en algo así – con un tono patente de altivez al hablar del noble.

- Hablando del cuál, ¿nadie tiene nada que comentar sobre sus grandilocuentes sueños? – preguntó alzando las cejas.

En efecto, un nuevo derecho concedido de forma legal y que pueda defenderse en las cortes. Dijo Leocart. Al ser simplemente un portazgo nos bastará con reclutar a un puñado de guardias el año que viene y sentarnos a esperar las rentas. Además de que estaremos bien enterados de quien entra y quien sale de Jaifa.

-De lo del copista me podría encargar yo, pero, eh... ¿creéis que es prioritario para este año, con la exigua biblioteca que tenemos? Tal vez lo podríamos dejar para el año que viene. Si no, si creéis que es necesario, me encargaré yo cuando termine el tractatus...

-Por cierto, dado que... uhm... me voy a pasar el año aquí, ¿os importa si establezco contacto por correspondencia con algunas de las otras alianzas locales? Para presentarnos y tal vez establecer posibles intercambios para fortalecer nuestra biblioteca. Así nos podríamos empezar a conocer mejor...

- Buena idea el establecer las relaciones con las demás Alianzas. Parecieron bastante… “frías” en el Tribunal… y no, no creo que corra prisa el copista para este año, pero si queremos intercambiar nuestro conocimiento para ampliarlo y no dedicar nuestro propio tiempo más de lo necesario, sí que lo necesitaremos pronto… - apuntó Sahm con calma.

- Sodales, hay un tema que me gustaría tratar – comenzó el ex Miscellanea – Como ya les informe, no tendremos que preocuparnos de nuestra Vis Vim de momento con el descubrimiento de la cueva que realicé el año pasado. – prosiguió – Es costumbre en otras Alianzas que la primera cosecha sea para quien descubrió la fuente, para animar a los sodales a buscar más. – explicó – Lamentablemente nuestros estatutos no recogen nada al respecto. ¿Qué opinan? ¿Merezco ser recompensado con la primera cosecha? – planteó al consejo educadamente.

- Aprovecho también para indicarles que mi intención este año es proseguir con la exploración de la cueva. Quiero descubrir de donde vienen esos escorpiones, si hay otra fuente allí, si provienen de un regio,… me preocupa que puedan suponer un riesgo para los grogs cuando los mandemos a recolectar la Vis. – os informó.

- Si puedo, intentaré averiguar algo más de los Jinnis, quizás una primera toma de contacto para descubrir porque están tan enojados con nosotros y si hay alguna posibilidad de solucionar la situación sin derramamiento de sangre… - terminó dejándolo en el aire.

Me parece justo lo que propone Sahm. Sea la primera cosecha de vis para el descubridor. Así se espolea la sana competición. Dijo el Tytalus ante esa propuesta tan acorde a los valores de su Casa.

Por mi parte dado que no logré encontrarle a nuestro aliado nuevos ingresos tomaremos una ruta más directa. Y pasó a exponer su plan. Se está preparando una expedición al valle de la Bekaa camino a Tripoli. No solo será una buena manera de lograr hacerse con botín si no además nos congraciará con Raimundo Sangils.

Si Dios nos guarda en esos hechos de armas y regresamos cargados de botín quizás trate de lograr que nuestros campos sean más fructiferos mediante una buena organización de las labores de los campesinos.

Finalmente tengo un encargo que haceros sodales. Dijo con voz conspirativa Cual paciente araña estoy tejiendo mi red de informadores y tenemos ojos y oidos ya en Jaifa y Tiberiades. Me gustaría que esos ojos y oidos tambien pudieran susurrarnos con seguridad e inmediatez aquí a nuestra Alianza ¿está en alguna de vuestras artes construir un ingenio tal que logre ese objetivo?

─Para el tema del copista, todavía no buscaría una nueva boca que alimentar. Primero tendríamos que generar textos suficientes como para que tenga verdadero trabajo y no copiar una y otra vez los mismos textos.

─Sodal Sahm, me alegro mucho de vuestro descubrimiento y comparto la opinión de Leocart, yo también sería partidario de que la primera cosecha, como es tradicional en la Orden, corresponda a su descubridor. Podemos introducirlo ahora mismo en los estatutos, si estais todos de acuerdo. En cualquier caso, sería conveniente conseguir una copia del Ritual del Aegis. Yo mismo podría lanzar el ritual en caso de necesidad, si dispusiéramos del texto, siempre que no fuera de demasiada magnitud. Ahora que estamos establecidos creo capital proteger mágicamente nuestra Alianza. 

»En otro orden de cosas, os inform que tengo intención de consolidar una fuente de ingresos (puesto que el año pasado no fue tan favorable el tema como me hubiera gustado) e introducir algunas mejoras en mi laboratorio y estrenarlo con algún objeto menor. Si la Alianza da permiso, podría fabricar un objeto menor que nos ayude para superar las dificultades que tengamos que hacer frente(1).

»Cuidado con esos escorpiones. Ya los mundanos no tienen muy buena fama, precisamente... Para esa recolección por parte de los grogs tal vez podría hacer un objeto menor con un círculo de protección contra bestias mágicas. Un objeto que también podría ayudaros a vos, sodal Sahm...

»Respecto del tema del Princeps, habría que decidir quién lo es este año entrante. Se propuso que el cargo no conllevase el estar obligado a permanecer el año entero en la Alianza, y estoy de acuerdo, pero con una condición: que siempre haya un mago en Sycaminon. Y el cargo, en cualquier caso, llevaba ligado el recompensar con la parte correspondiente a la Alianza. Aunque la parte para la Alianza es bastante exigua, bien podría empezar a acumularse peones en las tareas más urgentes, como la de resolver el problema con los Djins. De otra manera cabría la posibilidad de que todos los magos optásemos por buscar nuevas fuentes de vis en vez de otras cosas, puesto que el beneficio de la primera cosecha es mucho más atractiva que llevar a cabo cualquier otra tarea que no aporte vis... ─dijo el Verditius revelando su lado pragmático y de interés mágico.

»En cuanto a la aportación de hechizos y libros de Artes a la biblioteca de la Alianza, hago nuevamente ruego sobre la escritura de un tractatus de Mentem, puesto que si mejoro un poco dicho Arte, podría fabricar objetos menores de cuarta magnitud, lo que podría ser bastante interesante para resolver problemas con mundanos.

»Finalmente, respecto a los ojos y oídos en la propia Alianza, lo máximo que podría aportar yo sería un objeto con el Ojos Curiosos (para espiar en la sala contigua) y añadirle el sentido del oído. No obstante, si lo que se trata es de leer la mente o las fidelidades de una persona, para eso necesitaría algo más del Arte de Mentem, pero por desgracia nadie ha aportado un Tractatus de dicho Arte y no dispongo de permiso para gastar un peón de los de la Tesorería Arcana...

Teotimus estaba claramente alterado en aquella reunión, algo que era enormemente inusual en el joven magus. De hecho, por momentos parecía no escuchar las palabras de sus sodales, como si estuviese absorto en otras cosas. Cuando le tocó el turno de hablar pareció salir de su ensimismamiento, demostrando que en realidad sí que había escuchado las palabras de los demás aunque algún asunto más acuciante ocupara la mayor parte de su atención. Eso sí, parecía igual de balbuciente que siempre:

-¿Cómo...? ¿Vis, decís? ¡Por supuesto, Sahm, por supuesto, la primera cosecha debería ser para vos! Creo que ese descubrimiento es el más importante hasta ahora en nuestra corta vida, pero suscribo las palabras de Lignum y os pido que tengáis cuidado con esos escorpiones. Sin duda serán criaturas peligrosas, si viajáis de nuevo allí hacedlo con cautela.

Hizo una pausa y luego pareció recordar otra cosa al mirar a Lignum:

-Maese Lignum, os pido perdón por no haber hecho caso de vuestra petición el año pasado sobre ese tractatus de Mentem. Embebido como estaba con las mejoras.... hm... de mi laboratorio, olvidé por completo que lo habíais pedido. Contad con él en el transcurso del año que empieza, sin falta. Si mientras tanto tenéis... hm... o tenemos... alguna urgencia con ese Arte, yo podría solventarlo. Eso incluye -se gira hacia Leocart- intentar hacer algún artefacto para facilitar la comunicación con vuestros espías sobre el terreno, creo que yo podría hacer algo. Si... bueno, si me dais los detalles del proyecto intentaré ponerme manos a la obra.

Entonces se detiene y por fin, lo que le tenía tan pensativo sale a la luz:

-Sin embargo, no sé si tendré tiempo para todo eso... Nuevas llegadas de Jerusalén me han hecho planear una visita a la Ciudad Santa para intentar averiguar algo más de información al respecto relacionada con mis... hm... proyectos personales. Me ofrecería a volver a ser Princeps si no fuera porque me gustaría realizar ese viaje este año, posponiendo, si lo aprobáis los demás, la búsqueda de un copista para otro año. Tal vez aprovecharía para visitar también alguna de las alianzas con las que he entablado contacto, probablemente Para Belli o Venti Rosa... si descubro dónde se encuentran los últimos en estos momentos. 

Luego, como colofón:

-Dudo que tenga tiempo para todo, y además están esos molestos djinn, y... por cierto, ¿alguno de vosotros ha oído hablar de una alianza llamada Albahr Almayit?

- ¡Estupendo! – confirmó Sahm contento por que se aprobara su propuesta – Lo incluiremos en los Estatutos.

- En cuanto a recompensar tareas para la Alianza… creía que hablamos que repartiríamos los excedentes de Vis… pero si deseáis cambiarlo porque tengamos que trabajar para conseguir la Vis… - comenzó a decir con evidente tono de que aquello no era cosa suya y que no le interesaba mucho la conversación al respecto.

- Bien. Parece que Leocart, Teotimus y yo estaremos una buena temporada alejados de la Alianza. Bueno, yo durante la Primavera y el Verano estaré yendo y viniendo desde la cueva, pero no estaré confiablemente presente y en Otoño tenía pensado iniciar un pequeño proyecto personal en Baghdad… - comenzó a decir sin concretar.

- Imagino Lignum que eso os hace el candidato más ideal para el cargo de Princeps para este año. ¿Qué decís? – le propuso animado.

Escuchó al Verditus.

- Oh, sí, transcribiré el Aegis este año. De cuarta magnitud. Si tenéis preferencia porque transcriba antes algún hechizo particular, por favor, decídmelo. Mi plan es transcribir todos los hechizos que conozco, pero al ritmo actual es fácil que me lleve casi una década completarlo. – dijo sonriendo tranquilo sin asomo de modestia – Eso me recuerda, que les agradecería si ustedes tuvieran la misma gentileza en los próximos años. Nuestra biblioteca para intercambiar con otras Alianzas se vería mejor preparada y a mí me interesaría aprender nuevos hechizos formulaicos sin la necesidad de emplear el doble de tiempo inventándolos… - indicó.

- Por los círculos no os preocupéis, sodale. Conozco un par de ellos para protegerme de diferentes tipos de criaturas. – replicó una vez más sin humildad, pero como si aquello no tuviera importancia.

- Sobre la parte de dedicar una parte de la Vis para la Alianza estoy de acuerdo. Normalmente propondría guardar dos partes para la Alianza, pero dividir entre 5 es más auspicioso que dividir entre 6. Nunca me ha gustado mucho el 6, la verdad… - dijo perdiéndose un poco en sus ideas.

- Bien, bien, bien. Una reunión muy productiva. Les deseo mucha suerte a todos en sus empresas este año. – concluyó animado, en lo que parecía dar a entender que por su parte quedaban todos los temas aclarados, pero por otro lado tampoco hizo ademán para levantarse de momento.

Entonces escuchó las últimas palabras de Teotimus. Negando con la cabeza.

- No, no me suena que haya ninguna alianza en el mar de Zoʼar – sodale.

Acabada la primavera Leocart dejó un manuscrito, quizás no muy bien encuadernado, en frente de Lignum. 

Aquí lo teneis sodale. Un tractatus del Arte de Mentem tal y como reclamabais. Espero que su lectura realmente os resulte amena y os lleve a muchos y muy poderosos objetos mágicos. Dijo con una sonrisa.

- Gracias, Leocart.

- Quisiera aprovechar para plantear otra cuestión más. Me preocupa que solamos llevarnos algunos grogs de apoyo cuando salimos, como es lógico, pero que dejan la Alianza con la mitad de nuestros efectivos para defenderla, sin contar con que Galeran tenga el triple de soldados que nosotros y que también se lleve casi dos docenas cada vez que marcha a la guerra. - explicó.

- A donde quiero llegar es, ¿qué opinan si enviamos a Gautier a reclutar más soldados? - propuso finalmente.

─No, no, mi buen Sahm, no pretendo que haya que trabajar para conseguir vis de la Alianza, nada más lejos de mi intención. Lo que sugería es que una de las atribuciones del Princeps debería ser la de premiar las tareas que considere urgentes con la vis de la Alianza (la que le tocaría a ésta como si fuera uno más de nosotros al  repartir la vis cosechada de sus fuentes), de manera que resultase más atractiva que (o al menos tan atractiva como) otras. La búsqueda de fuentes de vis redunda, por ejemplo, en beneficiarse de la primera cosecha de la fuente, así que, si lo que quieres es vis, ésta sería una tarea estrella. Pero podría darse el caso de tareas más acuciantes pero menos atractivas. Pues bien, esa prerrogativa del Princeps podría nivelar las cosas, logrando que el propio interés de los magos de la Alianza lleve a que se resuelvan las tareas más acuciantes (al parecer del Princeps, eso sí) en vez de dedicar sus esfuerzos a cosas menos prioritarias aunque más beneficiosas a nivel personal.

Asignación de premios podría llamarse también ese aliciente creado por el Princeps, una forma de conseguir que alguien resuelva los problemas de la Alianza sin forzarle a hacerlo, sino incentivando la resolución de la tarea a través de hacerlo atractivo con una asignación de vis. Algo muy en la línea de la Orden de Hermes, si uno se paraba a pensar.

─Respecto a la propuesta de que este año ostente el cargo de Princeps, dado que ha sido descargado de la necesidad de permanecer todo el tiempo en la Alianza, pese a que estoy seguro de que los demás son tan o más aptos que yo, lo acepto humildemente. Sólo faltaré este invierno pues debo atender asuntos en Haifa que requieren mi atención y creo que esa estación habrá más de un mago presente en Sycaminon.

Y sin duda aprovecharía también para estudiar las tareas pendientes de la Alianza para asignarle un premio en vis a la resolución de una o algunas de ellas.

─El Aegis estará bien, sodal. Dios no quiera que os pase nada, pero si así sucediera, la Alianza se vería indefensa si no dispusiéramos de ese texto... O al menos más vulnerable.

Considerando la posición de la Alianza, era fácil suponer que cualquier brujo musulmán que pudiera sin duda llevaría a cabo una venganza por las tierras arrebatadas y las vidas segadas que había dejado la intervención cristiana en Tierra Santa. Por tanto, disponer de un Aegis para defenderse de sus ataques resultaba de importancia caudal. Arriesgarse a que sólo uno de los miembros de Sycaminon dispusiera de él era el proverbial "poner todos los huevos en la misma cesta". Y los magos herméticos eran más listos que eso. O al menos eso quería pensar el Verditius.

─Sugerí las 2 partes para la Alianza porque en ese momento concreto creo que había 6 peones anuales de cosecha, lo que hacía muy sencilla la división. Dado que esa cantidad sin duda variará, sugiero una nueva división: 1 parte para cada fundador, otra para la Alianza (hasta un total de 5 partes) y lo que no pueda repartirse equitativamente, para la Tesorería Arcana. ¿Qué os parece?(1)

Cuando la Alianza acumulase unos cuantos peones, bien podría encargarle algún objeto, ¿no? Todo se andaría.

─Yo podría aportar unos 120 niveles de hechizos este año, si os parece. Eso supone casi todo mi repertorio, sólo quedaría fuera El Carpintero Místico, que de todas maneras no creo que os fuera de mucha utilidad ─contestó a su compañero Sahm.

A Lignum no le cabía duda que el Tytalus de Sycaminon tenía un repertorio de hechizos formulaicos aprendidos que resultaba envidiable. Al fin y al cabo había estado preparándose para el viaje a Levante durante años enteros. Tenía sentido que hubiera priorizado en aprender dichos hechizos, lo que explicaría fácilmente sus palabras al respecto.

─Os agradezco sobremanera vuestra aportación a la biblioteca de la Alianza, Leocart. Este tractatus de Mentem me permitirá crear objetos de efectos muy útiles para Sycaminon.

Aunque el Verditius de la Alianza podía ser fácilmente calificado de generalista, no dejaba de tener algunos huecos en su formación, huecos que aquel tractatus serviría para ir rellenando. Mentem era un Arte importante y potencialmente muy útil. Pronto podría imbuir objetos menores de cuartas magnitudes, lo que podía ser un importante empujón en las actividades y aventuras del resto de miembros de la Alianza.

─¿Más soldados, Sahm? ¿No os parecen suficientes? Desde luego son una cantidad más que difícil de mantener, no quiero ni pensar qué esfuerzos deberíamos hacer para sostener una tropa todavía mayor... Aunque, bueno, si no es una cantidad de ellos muy elevada... Por otro lado, está el espinoso asunto de la moral y lealtad de la tropa. ¿Cómo se tomarán que sus señores sean magos? ─Lignum dejó la pregunta en el aire, dejando que cada magus presente pudiera razonar al respecto.

En esta ocasión fue Lignum el que comenzó hablando en el Concilium, algo inusual en él, por lo que sin duda lo que iba a exponer debía no sólo haberlo reflexionado profundamente, sino que además continuaba preocupándolo tanto como para romper su habitual posición humilde, cediendo permanentemente el turno de palabra.

─Sodales, tengo un asunto que comentaros. Dada la actual situación económica de la Alianza ─dijo sugiriendo la mejora en las mismas que había venido, entre otras, de su mano─ estimo supérflua la existencia de esclavos en Sycaminon. Es más, creo que socava la moral de la Alianza.

Y eso fue todo. No hizo referencia alguna a la falta de respuesta del resto de magi sobre su asunción del cargo faltando una estación, ni tampoco de la de Sahm respecto de la cantidad de tropas. De alguna manera debía haber asumido que sus preguntas no debían ser tan relevantes como las de los demás.

Asintiño Leocart a la propuesta de Sahm.

Cuantos mas hombres de armas contemos entre nuestra hueste mayor será nuestra capacidad para influir en los designios de Tierra Santa. Contad con mi apoyo para ello. Asintió tambien al Verditius Estoy de acuerdo, los esclavos no nos son leales ¿como podrían serlo dada su condición? Pero más que solo liberarlos ¿como podríamos aprovecharlo a nuestro favor?

Rumió unos instantes. Podría tratar de ingeniar algún brebaje que les borrase la mente. Y podríamos luego escribir en ellos los recuerdos que deseasemos. O podríamos sencillamente enviarlos lejos de aquí...o quizás convertrilos a la verdadera Fé y pedirles que sobre los evangelios juren secreto.

─Una varita desmemorizadora, un objeto menor con un efecto básico de tercera magnitud, que se activaría al tocar la cabeza del objetivo y decir una palabra de control. Eliminaría un recuerdo grande o importante de la mente de una persona, algo como el haber estado en Sycaminon. Eso nos dejaría con esclavos re-vendibles, hombres libres afectados por la guerra que alabarán a Alá por su suerte al haber conseguido escapar de los cruzados o lo que decidáis vosotros. En cualquier caso, es una opción. Una opción que costaría 3 peones de vis a la Alianza. Y luego quedaría a disposición de los magos de la Alianza para otros menesteres, por supuesto...