Partida Rol por web

- As estado preparandote para este momento, y aun así los nervios no desaparecen. Entras en la sala donde se celebra el ritual de invocación, sabes exactamente lo que tienes que hacer es entrar en el circulo, una vez dentro la sala comienza a iluminarse y en pocos segundos solo hay luz cuando la luz (que te deja cegado por un momento) comienza a disminuir, notas las primeras sensaciones, frío en tus pies, pues aunque recuerdas haber entrado vestido ahora estas completamente desnudo y la sensación de humedad recorre tu cuerpo. Un sacerdote te cubre con una túnica que alivia un poco el frío, aturdido como estas te acompañan a una estancia y te dejan tendido en una cama.

- Desde donde estas, tumbado en la cama, puedes ver la habitación en la que te encuentras. Es una celda con paredes de piedra desnuda y un mobiliario muy espartano, el camastro en el que estas tumbado, un escritorio, taburete y a los pies de la cama una silla, encima de la silla hay unos ropajes y un par de botas. Intentas incorporarte pero tu cuerpo esta demasiado cansado como para hacerlo y el esfuerzo te deja exhausto, por lo que al final caes dormido.

- Al despertar te llama la atención el olor a comida....

Mi olfato me reanima... Intento incorporarme y confío en tener éxito con este intento.

Pero antes... Muevo la cabeza a los lados y observo hacia el escritorio y hacia la puerta, asegurándome de que no haya nadie. Si hay alguien, esperaré a que actúe. No sin antes otorgarle una saludo complaciente.

De todas formas, invierto estos momentos para ver cuánto tarda mi cuerpo en responder a los impulsos que le mando. Moviendo el pulgar, los dedos de la mano. Las cejas, la mandíbula. Subo y bajo despacio las rodillas para comprobar que tal funcionan las articulaciones. Acto seguido, pongo una pierna encima de la otra y con la segunda intento levantar a la primera. Aunque me cuesta, me demuestro que al menos estoy listo para moverme. Adelante, observa y aventúrate a comer.

- Después de comprobar que tu cuerpo reacciona correctamente, entiendes que lo único que necesitabas era descansar. Una vez sentado en la cama te incorporas y te diriges al escritorio donde esta la comida, la cual aun esta caliente, un tazón de caldo humeante y unas piezas de pollo asado junto con media hogaza de pan son el alimento que se presenta ante ti, la jarra que hay en un extremo del escritorio junto con el vaso barro contienen un caldo muy acertado para acompañar (vino tinto con un toque afrutado).

- El hambre y el echo de haberte levantado recientemente hacen que no te des cuenta que lo único que vistes es un camisón, el cual apenas te protege del ambiente frío de la habitación, el caldo te reconforta y te anima a seguir comiendo.

Cielos! Esto está buenísimo! No debo olvidarme de agradecerle esta comida a quien la haya preparado... - Digo en voz alta por si me oye el cocinero.

- Justo terminas de hablar, escuchas golpear la puerta – Mi señor? ­- La voz de un hombre detrás de la puerta – Mi señor puedo pasar? Soy el hermano Aidan.

Aidan? Pasad, pasad. Sed bienvenidos, digo plácidamente. Le observo, contrastando mis conocimientos con su indumentaria e intento clasificarle. Al menos por su labor.

- El hombre que cruza la puerta es un joven novicio, tímido en las formas y sobrecogido por tu presencia ­- Mi señor, le están esperando. El cónclave le espera – Mientras dice esto te señala a la ropa que esta depositada en la silla, acto seguido se dispone a salir de la habitación

Rebaño los restos del caldo con lo que quede de pan y me levanto. Me visto con las ropas que me ha señalado Aidan y salgo por la puerta... ¿Hacia dónde?

- El Hermano Aidan comienza a caminar por el corredor, este da a un amplio claustro y atravesando el claustro cruzáis unas puertas que dan a un salón donde varias docenas de monjes se reúnan entre las columnas que soportan la alta bóveda. Un sacerdote parece espera de pie al final del salón, se trata de un hombre de edad avanzada con ropajes de sumo sacerdote en la jerarquía de la iglesia de Morrow.

- El sumo sacerdote golpea el suelo con su bastón y en breve los monjes que se reunían entre las columnas comienzan a desaparecer por entradas laterales dejando el salón prácticamente vacío, a excepcion de un grupo reducido, justo el numero de sacerdotes que recuerdas en tu convocación. Aidan se despide – Mi señor, el cónclave – señalando al grupo de hombres que espera delante, acto seguido se retira.

Por Morrow! Es un placer verles... - Hago una reverencia y si hay donde sentarse me sentaré, aún me siento algo débil.

- El Sumo Sacerdote se adelanta un poco y alzando los brazos de un modo muy ceremonial – Te esperavamos, oh Enviado de Morrow, tu llegada a sido como se predijo en los sueños de nuestro Gran guia el Primarca Escelior hace ya 300 años. Yo soy Urcanis Sumo Sacerdote de la Orden de la espera eterna. - Haciendo una reverencia – Me inclino ante ti Enviado de Morrow – El resto de sacerdotes también se inclinan

Os saludo Urcanis, os saludo Cónclave! - Me pongo en posición oratoria. (Extendiendo los brazos a lo Jesús en la montaña hablando a sus discípulos al pie de la misma.)

Bien cierto es que estoy aquí gracias a Morrow. Y que Morrow, nuestro todopoderoso creador ha colaborado con mi regreso. Pero debéis saber que aunque sea hombre de bien, aunque haya sido elegido por los Dioses, no soy más que vosotros, ni viceversa. Aquí somos todos hijos de Morrow. No merezco ningun trato especial... Obviamente, soy quien soy y puedo tener cierto "re"nombre, pero ante todo debemos reconocer que siendo hermanos en Morrow, somos hermanos aquí y en Urcaen por los siglos de los siglos. Y como hermanos, deberemos obrar. - Cuando termino de hablar, mi cara cambia, es como si yo no hubiese hablado, sino más bien, como si alguien hablase a través de mí. -

Qué extraña sensación... Creo que aún estoy peleando por el control de mi nuevo cuerpo, aún después de tanto entrenamiento...

- JAJAJAJAJA! - Urcanis ríe mientras levanta los brazos y se coloca las manos en  el pecho en un intento fútil de evitar el movimiento causado por sus carcajadas. Una vez controla estas sonríe – Por descontado, solo eres un hombre, como lo somos nosotros. Pero la profecía dice que del reino de los dioses vendrías y por ese motivo se creo esta orden, para recibir al enviado, a ti. Nuestra labor es ayudarte en todo lo que nos sea posible, y mientras permanezcas aquí estaremos a tu entera disposición... esto me recuerda que hace varios años, cuando aun era un novicio, recibimos la visita de un noble que juraba haber tenido una revelación, pero que se le había prohibido desvelar los detalles, era un hombre anciano y pidió que se le acogiera asta que le alcanzara la muerte, entonces se le dio digno sepulcro junto con un arca, que el mismo afirmaba pertenecía al enviado de Morrow y que el y solo el podría tomar posesión de lo que en ella se guardaba. Si nos haces el honor de seguirnos te acompañaremos a la cripta donde se encuentra el sepulcro y el arca.

  - Urcanis te indica de manera dirigente que le acompañes, y tras bajar por unas escaleras de piedra accedéis a la cripta donde, dispuestos de forma anárquica hay unas docenas de tumbas echas de granito. Tras zigzaguear entre las tumbas, os detenéis en una que se difiere del resto por su base. Esta parece ser que esta compuesta de un metal que te es familiar: Acero Serrico. En una de las caras hay dispuestas unas ruedas (7 en total) formadas por letras, estas parece ser que son engranajes que giran. Urcanis te coloca su mano en el hombro. - Nosotros no podemos estar aquí mientras el enviado realiza la búsqueda. - Y terminando estas palabras, se retira.

- La estancia se queda en penumbra, iluminada levemente por una antorcha en la pared, es húmeda y fría. Cuando inspeccionas la tumba de cerca puedes leer en el sobre un grabado que reza “Aquí yace gnomenard conde de Fharin, que guarda lo que por derecho pertenece al enviado. Que Morrow castigue aquel que ose profanar esta tumba¨

Sin tocar nada:

Engranajes, letras... quizás deba formar una palabra con ellas...

El enviado... 7 engranajes... 7 letras?

El enviado de Morrow... M-o-r-r-o-w... No, son 6.

Que proviene de Urcaen... U-r-c-a-e-n... 6 otra vez.

Su nombre... Maynard... M-a-y-n-a-r-d... 7 letras... - Sonrío - No puedo ser tan egocéntrico. Concéntrate... Tampoco suena tan descabellado. - Susurro, respondiéndome.

Discurro con estos pensamientos un buen rato... Hasta que finalmente pruebo a girar uno de los engranajes, para intentar ver si cada engranaje posee TODAS las letras o sólo unas específicas...

- La rueda comienza a girar mientras muestra las letras, en principio parece que solo son un numero limitado pero a medida que vas girando descubres que se encuentra el alfabeto completo y desordenado, es entonces cunado descubre en la parte de abajo de cada rueda un relieve con un símbolo que te es familiar y a la vez no recuerdas a verlo visto nunca (es el símbolo de Morrow y Cyriss, que se solapan de manera que a simple vista parece un símbolo totalmente original). El alfabeto se repite en todas las ruedas pero el orden varia de unas a otras.

Mmmm, que esté el mismo simbolo en todas, me lleva a descartar el nombre de ambos, pero a su vez, podría intentar formar un híbrido. De todas formas, aunque estuviese escrito que habría un elegido, no tiene sentido que sea mi nombre, no hay manera posible de saber el nombre del Elegido.

Morryss. (7 letras) Pero aun así no le veo el sentido, céntrate... - Paso horas frente a la tumba intentando encontrar una palabra. - Aún no me quiero aventurar a probar una combinación...

- Mientras examinas las posibles combinaciones, observas una peculiaridad en los símbolos, estos tienen un motivo más allá de lo ornamental, son marcadores. Cada marcador se acciona y así la letra de la combinación se fija, dando margen a poder manipular las ruedas sin riesgo a introducir una combinación errónea por equivocación.

Probaré con...

E - Click! Fijo la rueda.

L - Click! Fijo la siguiente.

E - Click! Fijada.

G - Click!

I - Click!

D - Click!

O - Click!

Y ahora?