Partida Rol por web

Pasan las horas con los preparativos, Leonhart ha partido hace unas pocas horas y la ciudad se esta preparando para un ataque inminente. Tierstine ha sido asignada como coordinadora y permanece en lo alto del castillo observando toda la ciudad y hasta la horda enemiga.

Cuando os habeis organizado os llega un mensajero mandado por Tierstine diciendoos que vayais a la puerta este, el enemigo ha llevado varias abominaciones de huesos de gigantes a derribar las puertas. Cuando llegais y subis a las murallas podeis ver a las abominaciones, construidas de brea y huesos de gigante con resfuerzos de acero en lugares estrategicos, estas horrendas criaturas llevan decenas de piedras del tamaño de vuestro pecho en bolsas y las estan arrojando contra las puertas.

Las puertas de las murallas son de madera reforzada, los assmars quisieron substituirlas por puertas de acero pero nunca pudisteis llegar a hacerlo. Por suerte las puertas son muy anchas y es probable que aguanten muchos ataques, aunque las pedradas de las abominaciones son muy potentes y al mismo tiempo muy precisas.

Las abominaciones lanzan sus piedras contra la puerta con una gran fuerza, una de las rocas realmente no llega a lanzarse pues resbala de las manos de la abominación, la otra impacta con fuerza contra la puerta, estais seguros que el impacto ha sido lo suficientemente fuerte como para espachurrar a un oso negro adulto. Estas abominaciones cumplen bien su papel de armas de asedio.

Las piedras están dirigidas a la puerta de la muralla, pero sólo una consigue impactar. Mientras se dirige a la muralla, Aileon va activando sus auras para que le beneficien a él y a los hombres que le acompañan. La lucha va a ser terrible y cualquier ayuda vendrá siempre bien.

Comienza a conjurar y una bola de fuego se forma en sus manos para dirigirse rápidamente hasta las abominaciones.

Las abominaciones se cubren instintivamente con sus desproporcionados brazos ante la bola de fuego. Se peuden ver fragmentos de su cuerpo ardiendo por la brea pero no parece preocuparles mucho.

Gunnar mira a ambas bestias y calcula la distancia que hay entre ellos y las mismas....."mal....somos como botellas de sidra vacias en un concurso de tiro al borracho......hay que llegar a ellos cuanto antes....pero no podemos bajar sin entretenerlos...hay que distraerles."

Levantando un brazo, grita al cielo..."Yo te convoco, hijo de los cielos....ven a mí, y ayúdame en ésta hora aciaga, ¡o me comeré a tus hijos, y a los hijos de tus hijos!" termina con cierta sorna......unas runas azules, antes casi invisibles, iluminan su piel, y al poco, aparece delante de ellos un hipogrifo con un aura dorada en su cabeza, que mira durante un instante a Gunnar...."¡ATACA!" grita el bárbaro, señalando a una de las figuras......

El hipogrifo, con un chillido de indignación y cólera, da media vuelta y carga contra la criatura con las garras por delante....

Gunnar frunce el ceño mientras ve al animal atacar, girándose hacia sus dos compañeros les dice..."No os separéis de mí, voy a movernos hacia ahí abajo...". Conforme termina de hablar...mueve su mano arriba y abajo y a izquierda y a derecha realizando ciertos complicados gestos cada vez más rápido....

El hipogrifo carga contra las abominaciones las cuales responden a la carga con golpes contundentes con sus puños. Los golpes habrian dejado destrozado a un hippogrifo normal, pero este es lo suficientemente resistente como para aguantar hasta el final de su carga, la cual logra infligir algunos arañazos en la abominación.

El tritón observa a las enormes bestias que tratan de derribar la puerta. Contando con la enorme distancia que les separa, no hay mucho que pueda hacer de momento para ayudar a acabar con las criaturas. Se fija en ellas, intentando sacar algo en claro sobre qué tipo de seres son sus enemigos, aunque no es capaz de recordar nada útil. Cuando Gunnar dice que puede bajarles al suelo, decide que lo mejor que puede hacer es acelerar su movimiento.

-Cuando nos bajes, puedo ayudaros a llegar antes.

Hace un gesto a su elemental para que no se aleje hasta que Gunnar les baje.

Las abominaciones lanzan sendas pedradas contra Aileon, molestos por la bola de fuego. El Assmar logra evitar la primera pero la segunda le da de lleno, el assmar da un paso atras y casi es derribado de las murallas pero logra aguantar su posición.

La piedra impacta con violencia sobre el cuerpo del Assmar, que por suerte no cae desde lo alto de la muralla. Las cosas se ponían feas pronto, pero debía de hacer algo.

El mágico de guerra se concentra y vuelve a probar suerte con una bola de ácido esta vez.

Las abominaciones se comen la bola ácido de lleno. Lo cual las enfurece más, asi que es probable que Aileon reciba muchas mas pedradas en un futuro próximo.

El hippogrifo ha desaparecido completamente.

Gunnar gira la cabeza ligeramente con el ceño muy fruncido mirando a Aileon...."¿Sabes? Esa criatura tenía sentimientos.....quería probar un poco de sangre de gigante antes de desaparecer........nobles..."

Terminando el fluido movimiento de su mano, señaló a los dos hombres que estaban con él en la muralla y de sus botas empezaron a surgir unas runas negras y una neblina oscura.........."ahora....pensar en la parte baja de la muralla, o un poco más allá y apareceréis allí...." dijo Gunnar mientras desaparecía....y volvía aparecer a unos metros por delante de la muralla, a nivel de suelo..."¡VAMOS! ¡Nuestros amigos nos esperan!"

Después de bajar de la muralla con ayuda del conjuro de Gunnar, Unoch corre hasta encontrarse a una distancia prudencial de las abominaciones. Extrae una pequeña pieza de cuarzo y la sujeta en la mano apuntando a una de las bestias. Recita unas palabras y del extremo de la gema surge una enorme punta de cuarzo que se dirige contra su enemigo.

La abominación simplemente se hace a un lado al ver la lanza, luego proceden a tirar sus piedras contra Gunnar mientras avanzan. el bárbaro evita faiclmente la primera pero la segunda le da en la cabeza y se oye un fuerte crack.

El bárbaro esta seguro de que se ha roto algo, su vista esta roja por la sangre y se siente mareado.

Aileón se lanza a la carrera hacia los enemigos mientras saca su arma y lanza otra bola de fuego.