Partida Rol por web

Asesinato en Córdoba

III. La huida

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17/09/2014, 20:18
Pedriño "O Maruxo"

Cerraba eu a comitiva et estaba de novo sin resollo. Yunus guíaba a la xente por la ciudad como si todos tuviesen sus patas huesudas. Una vez en la posada, os demais subían polas escaleiras con la discreción dun gato pero eu morríame por botar algo á boca. ¡Ay!

Saludei a Estuarda cunha inclinación de cabaleiro, pues era una moza muy agradable,  e atrasándome un pouco respeto al resto, non puide resistirme a pedirlle algo de comer.

— ¡Calquera cousa para comer que me morro de fame, por favor!

Y traté de echar un ojo a los que allí estaban, buscando fuentes de problemas antes de que se nos vinieran encima.

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19/09/2014, 01:05
Yunus ibn al–A'war

Alcé mi rostro al escuchar las palabras sinceras, aunque en cierta medida erradas, de Ishaq. ─Obrado ha por impulso et sin sesera, que experiencia alguna non habe en pendencias et muxo menos blandiendo filos. Que el moro asesino es, et de los buenos, e que si el zagal ha propinádole buena puya non ha sido por bravura et saber, sino por suerte et traición.

Entonces me acordé del padre del Zacarías. Se llamaba Mauricio, y era un experto soplador de vidrio con el que compartí navio cuando viajé a Almería. Buenas migas hicimos, y con gran pericia consiguió antes de su muerte que prometiera hacerme cargo del chiquillo, pues su madre, tullida y enferma, no duraría mucho más en este mundo.

─Decidme buen Ishaq, si non hubiera salido la cosa bien ¿qué hubiéreis de dezirles a la su familia? ¿qué razón hubiéraisle dado para enterrar al su fijo? et ello sabiendo que la cual hubo confiado en vos para guardar del zagal. ─y sabía yo que familia alguna a la que dar respuesta no había, como sabía también que la vida de un hombre sólo podía ser gobernada por si mismo, y Zacarías, ya tenía edad suficiente para hacer lo que creyera oportuno y yo tenía que comenzar a convivir con aquello y resignarme a darle consejos y ver como hacía justamente lo contrario...

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20/09/2014, 00:24
Gracián de Alcaracejos

Como imaginaba, la Estuarda no se alegro mucho de verlos. Por suerte su reciente disputa la mantenía medio distraída. Pobre muchacha, con lo atenta y agradable que es. -Sentimos mucho causarte tantos problemas, et más aún que ese malnacido trátete así... Sabes que puedes contar con nosotros para lo que fuere. -Lo cierto es que Gracián sentía un cierto cariño por aquella muchacha, una especie de sentimiento de paternidad. Pero al mismo tiempo, estaba bastante de buen ver y ya hacía tiempo que no probaba mujer. Valía la pena aprovechar la ocasión y dejar la puerta abierta para futuros negocios. -Tranquila, ya no te molestaremos más. Ahora tenemos trabajo que hacer arriba.

Mientras subía por las escaleras, iba meditando sobre el hecho de que realmente no sabía casi nada de los crímenes de aquel moro y sus compañeros, ni mucho menos de que tenían que ver con el Bernardo, más allá de que estaban compinchados. Una vez entró en la habitación y cerraron la puerta, se dirigió con resolución hacia su nuevo prisionero, esto parecía un no acabar...

-Bueno chaval, ya ves en que lío te has metido... La verdad es que todos aquí estamos bastante jodidos por culpa de la juerga que os habéis corrido con tus amigos. Ya tenemos varios cadáveres a nuestras espaldas y nadie dice que no hayan más por venir. Pero no estés triste, piensa que de momento has tenido más suerte que el resto de tus compadres, y si nos ayudas, puede que todo siga igual.

Sabemos que vuestro jefe, Isaac, Bernardo, o como demonios se llamara tenía mil caras, y no trabajaba ni para los judíos ni para el gremio de tejedores. Así que ¿para qué os dio esos pañuelos? Tampoco tenía ningún interés en la muerte de Honesto ¿para quién trabajaba? No me creo que os pidiera que quemaseis el mesón y vosotros lo hicierais sin más... -Antes de acabar su intervención, sacó de nuevo su maza y empezó a acariciarla. Sabia que ese gesto siempre ayudaba a amansar a sus interlocutores. -Si nos ayudas puede que te vayas de aquí con todos los miembros aún en su sitio.

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20/09/2014, 15:01
Narrador

Mientras Hassán repite una y otra vez la misma versión que os dio tras ser derrotado en el pórtico de la Iglesia, Martí et Pedrinho aprovechan para poner al día al resto de vosotros sobre las pesquisas que realizaron mientras el médico, el aprendiz, el judío et el de Baena daban con los matones et acababan a cuchilladas.

Dieron los tres con el gremio de tejedores, et allí dieron con don Ramón Andrade, quien supieron que sustituiría a don Honesto como nuevo maestro del gremio. Fingiendo estar al tanto de su supuesta culpabilidad para obtener información, non ficieron si no ofender al nuevo maestre, quien sí que proporcionó algo de información útil, quizá sin saberlo: reconoscío que la competencia judía estaba dañando los negocios del gremio, et también que Bernardo estuvo rondando el gremio unos cuantos días atrás. Sin embargo, Ramón acabó echándoles de allí a patadas, asegurando que non tenían prueba ninguna contra él, et que sólo sandeces eran aquellas acusaciones. En ese momento intervino también Gracián en la conversación, afirmando que, a pesar de parescer sincero don Ramón en las suyas palabras, notábase que teníale cierta tirria al fallecido Honesto.

Quiso la casualidad que encontráranse con Estuarda por el camino, quien informóles de que la guardia andaba tras ellos, et decidieron buscar al otro grupo en San Lorenzo. Por el camino dieron también con la casa del fallecido maestre, donde la viuda et la familia recibían el pésame de la gente que facía cola para presentar los suyos respetos. Recordaban los tres la dirección, por si la mujer de Honesto pudiere conoscer algún enemigo o algún motivo por el que el suyo marido hubiese sido asesinado.

Notas de juego

Avanzamos un poco. Podéis dejar aquí a Hassán amarrado, si queréis, aunque luego se os cobrará la habitación un poco más cara.

Os actualizo también la escena recopilatoria.
 

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21/09/2014, 00:11
Yunus ibn al–A'war

Me mesé la barba pensativo antes de hablar. ─¿Cola decides que había frente a la casa de la viuda del maestre? Interesante et beneficioso para nos.

Habríamos de ir e presentar los nuestros respetos a la señora, pues si alguien ha de saber de los complicados asuntos en que pudiere haber estado enfangado el maestre, et quienes puedan beneficiarse de que hubiere fenecido, ha de ser ella. Que la alcoba non sólo úsase para desfogar cuerpo, ─proseguí ─sino también sesera, que seguro si algo turbaba el maestre háselo contado a la doña.

Non combiene, eso si, ir en bandada. Ha de ser aqueste trabajo fino.

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21/09/2014, 12:48
Ishaq ben Abner

Ninguna respuesta atrevíme a decirle al judío Yunus, razón tenía, y un servidor sólo quería atenuar las faltas de su pupilo, pues yo consideraba que debíamosle la vida el grupo de alguacil que actuó en San Lorenzo. Quizá, el bueno de mi padre hubiérame dicho lo mesmo, que no eran excusas y que por traición y alevosía, cuando no impulso, los jóvenes actuaban. En éstas que tragaba saliva y procuré callarme, pues sabía que no había debate alguno.

Este hombre parece ahora, sincero -remarqué el "ahora", delante de él-. Nada más podemos sonsacarle -referime a Gracián-, pues ya lo intentamos en San Lorenzo. Estoy de acuerdo, señor Yunus: la viuda de Honesto podrá decirnos algo. Y quizá, si cola hay para darle pésame, quién sabe si hay también para increparla por algo. No sabemos si el antiguo maestro de tejedores tenía deudas, lo mataron también por eso, y ahora quieren conbráselo a la mujer -pese a que lo de la competencia de los judío ganaba peso, había que sospechar de todo, al menos ese era uno de mis lemas-.

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21/09/2014, 23:15
Rodrigo de Baena

Mientras el resto tomaran decisiones que convencieran al de Baena, Rodrigo no iba a decir ni mú, pues lo suyo no era usar tanto la sesera como el acero. No es que fuera tonto, ni mucho menos, simplemente prefería que fueran otros los que decidieran antes dar él su opinión. Los acontecimientos veíanse mejor desde la barrera.

-Parezme buena idea lo de ir a ver a la viuda, mas no sé si lo será tanto el hecho de ir acompañados de judíos, pues si piensase que la competencia judía está detrás de todo esto, quizás vuestra presencia -dijo señalando al viejo Yunus y a Ishaq- moleste en demasía a los que allí vayan a dar el pésame.
 

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22/09/2014, 11:42
Pedriño "O Maruxo"

Pareciome ben ir a ver a la viuda. Ya habíamos falado Gracián, Martí y eu mesmo sobre lo que vimos en el Gremio, así que estaba cansado de usar la lengua y dediqueme a comer lo que Estuarda pudo darme. Recordaba bastante ben dónde estaba la casa de Honesto así que me ofrecí a guiar.

— Eu podo guiar hasta la casa de Honesto y su viuda. Pero deberíamos ir ahora mesmo.

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27/09/2014, 12:49
Gracián de Alcaracejos

Frustrado por la aparente desinformación de que hacen gala todos los malhechores con que se han cruzado hasta la fecha y la imposibilidad de arrojar algo de verdad al atolladero en el que se encuentran todos metidos, Gracián se da por vencido y deja en paz a aquel pobre desgraciado.

Dirigiéndose a sus compañeros -Tenéis razón Ishaq, no obtendremos nada más de este despojo. Mejor vayamos a visitar a la viuda de Honesto, parece que este sea el último cabo suelto que aún quédenos por seguir.

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27/09/2014, 23:38
Narrador

La Estuarda vos mira con unos ojos que parescieren decir "más vos vale non meterme en más problemas" mientras atiende a los clientes, ella sola. Algunos asentís mientras vos dirigís a la salida, seguros de que Hassán ningún problema dará a la mujer del posadero atado y bien atado de pies et manos con las sábanas de la cama del Cipriano, et bien amordazado con un pedazo de tela de la misma. Ya habrá tempo de pagar los desperfectos que pudiere ocasionar en el mobiliario intentando escapar, mas a buen seguro no cruzaría aquella puerta ni llamaría la atención.

Guiados por Pedrinho, llegáis pronto a la que fuera otrora la casa de don Honrado. Las gentes que facían cola para dar el pésame, apenas quedan unos cuantos, et la situación es tensa mientras esperáis en la puerta para poder entrar, aunque por suerte ningún guardia pasa cerca, ni nadie vos reconoce. O al menos, nadie da señales de hacerlo. Et más que eso, aprovecháis la espera para escuchar los cuchicheos de las dos marujas que hay delante vuestra et non tardáis en descubrir que la mujer de don Honrado responde al nombre de Bonifacia Palacios.

Una vez las dos cotorras salen de la casa tras dar el pésame a la viuda (et a buen seguro aprovechar para cotillear cuanto hubiere en la casa, para poder criticar a gusto) pasáis al interior. La casa está decorada con dudoso gusto, mas non podría decirse que escatimando en lujos. Desde luego, los dineros non eran problema para el maestre del gremio ni para la suya familia. Una sirvienta, en silencio, vos indica con la mano derecha pequeño pasillo contiguo al recibidor que da a una gran habitación al final, donde la mujer vos recibirá. Observáis por el camino que desde el mismo pasillo puede accederse al que fuera el despacho de don Honesto.

Notas de juego

Disculpad el retraso. He estado hoy de mudanza, y ayer tuve que ponerme a hacer maletas...

Podéis hacer una tirada oculta de discreción si queréis colaros en el despacho de don Honesto sin ser vistos (los que no, continuáis para entrevistaros con la viuda).

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28/09/2014, 16:00
Ishaq ben Abner

La decoración de la casa, una vez dentro, me paresció un tanto extraña. Et que no tendria yo que hablar de gustos o buenos hábitos, que demasiado logré vivir en mi infancia en San Lorenzo, en una maltrecha casa y trabajando para quien no debiere; mas que me parecía, según elucubré un poco, que Honesto quizá no habíase criado como hombre rico o adinerado, que el poder en el gremio habíale venido después, a lo sumo; et que por ello, pese a buenas riquezas que bien parecía ostentar, el gusto no le saliere en vida (a él o a su viuda) por las orejas.

Mas que aparte de esto reparé en que yo, como judío, nadie lo hiciera en mí. Cuando mis compañeros marchaban por el pasillo, divisé que otra sala se perdía a un lado, una sala que creí vacía. Parecía despacho, o un lugar donde cualquier miembro del gremio hiciera sus negocios con el patrón del mismo, oséase, Honesto hasta su muerte. Et como se dice por ahí que la curiosidad es más fuerte que muchas espadas bien dispuestas, intenté colarme sin que la criada de aspecto callada dijérame nada. Eché un último vistazo a Yunus antes de intentar internarme, pues sabía que era hombre recto y que, pese a proferir defensa con su pupilo, era yo igual de impulsivo, et por eso que metíme allí...

Et nadie paresció que me vio, que no sabría mucho de armas, pero sí de colarme, correr y trepar a cualesquier sitio.

- Tiradas (1)
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28/09/2014, 22:24
Zacarías ben Eleazar

Cuando vi a Ishaq "colarse" en una de las estancias que daban al pasillo por el que andábamos en pos de la tal Bonifacia, no pude sino seguirle. Aunque no había hablado mucho con él, desde que me dedicó aquellas palabras de ánimo tras la pendencia contra aquellos desgraciados supe que haríamos buenas migas.

Entré en la estancia, y tras mirar a los lados me aseguré de que nadie me hubiera visto, nadie salvo Yunus, que me miraba con su perpetua cara de desaprobación...

- Tiradas (1)
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28/09/2014, 22:29
Yunus ibn al–A'war

Mi brazo se estiró buscando acarrar el cuello de la camisa de Zacarías cuando vi sus intenciones. Por desgracia, el jóven era ágil y rápido y yo cada vez más lento, asi que impotente, vi como escapaba de mi "garra" y se colaba en aquella estancia tras Ishaq. ¿Sería el de ben Abner mala compaña para Zacarías?. Tendría que pensar en tal cuestión en otro momento, pues ahora debía centrarme en la visita a la señora de Palacios... y ya tenía en mente unas cuantas cosas que preguntarle.

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28/09/2014, 23:02
Rodrigo de Baena

No fue en balde el tiempo que echaron en la calle mientras esperaban entrar en la casa del muerto, pues allí pudieron enterarse del nombre de la viuda entre otras cosas que, al bueno de Rodrigo, poco importábanle. Estaba más pendiente de que ningún guardia apareciera y llevara al traste sus intenciones, así como de que ninguno de los que estaban dando el pésame repararan en los judías que iban en el grupo, no fueran a intentar lincharlos echándoles las culpas de la muerte del Honrado.

Ya en el interior, y antes de pasar a hablar con la viuda, el de Baena fijose cómo el joven judío así como el rapaz que iba con el viejo, colábanse en la estancia que no debían. Quizás fuera buena idea compañarles ya que, en caso de que alguien los pillara y buscara pendencia, quizás necesitarían algo de ayuda.

Mirando a diestra y a siniestra que nadie le viera, fuese en pos de ellos.

- Tiradas (1)
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29/09/2014, 02:38
Pedriño "O Maruxo"

Outra cosa non, pero memoria tenía una pouca. Para llevar tan pouco tempo na Corduva bien que sabía de calles. Fui dicéndoles por acá y por allá y pronto llegamos al destino. Eramos moitos pero a la moza de servizo no pareció importarle en demasía. Fuimos como Santa Compaña en silencio, mirando a toudos lados.

Aquilo xa me recordaba á casa do meu pai en Lugo. ¡Que lonxe quedaba Galiza! Para mi era de bo gusto, aínda de rico novo, de los que tenían pazo desde hacía poco. Mientras esperábamos fixeime que tiña restos de comida entre os dedos, e chupándomeos perdí de vista a algúns dos rapaces que nos acompañaban. Cando volvín mirar ¡esfumáranse! Polos cravos de Cristo! ¿Qué no podrían facer aquelos judíos? ¡Bruxos seguro todos ya de rapaziños! El de Baena vio lo mismo que yo y zafose en pos de los muchachos, no sea que robasen media casa o algo, digo eu.

Deille un golpe a Gracián, pois debía representarnos ante a viúda, dar o pésame e esas cousas que facían os homes de ben. Miré a Yunus con temor, pues veíalo yo moito suelto con la lengua y era mexor dejar falar a los demais... pero yo poco podía facer ante los mayores. "Ti oír, ver e calar, Pedriño", habíame dicho meu pai. Y así sería.

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29/09/2014, 23:22
Martí Carbonell

Martí miro sorprendido a Ishaq, Zacarías y Rodrigo como uno a uno entraban en una habitación que se encontraba a uno de los lados del pasillo.

No tenía intención alguna de acompañarles, pero tampoco era un hombre que se manejara con las palabras, así que tampoco se encontraría a gusto dando el pésame a la señora Palacios.

Me quedé el último, sin entrar a la habitación, pero si quedándome en su exterior, si alguien venía, sería buena idea que alguien avisara a quienes se encontraban en su interior tratando de encontrar algo que nos sirva de información en todo este asunto.

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02/10/2014, 23:32
Gracián de Alcaracejos

Tal y como entraron en la casa del difunto Honesto, cada uno de los compañeros actuaron rápidamente y sin pensarlo dos veces. Gracián se sorprendió gratamente, pues finalmente el equipo empezaba a funcionar por si solo, sin tan siquiera hablar entre ellos. Dios quiera que esta aventurita acabe bien y podamos disfrutar de la plácida vida de la guardia...

Aún así, no estaba del todo tranquilo dejando campar a sus anchas por la casa a aquellos judíos, pero por suerte Rodrigo se había “ofrecido” a acompañarlos. Se notaba que el tiempo pasado en común había surtido su efecto y el joven ya sabía como controlarlos.

Tras esa reflexión, prosiguió adelante y se dirigió junto con Pedriño a dar el pésame a la viuda. Ciertamente, no tenía muchas esperanzas de que esa desgraciada pudiera aportarles mucha más información, pero era la única esperanza que les quedaba.

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07/10/2014, 00:21
Narrador

Discretamente os salís del numeroso grupo et vos coláis en lo que paresciere ser el antiguo despacho del maestre. Todo paresce estar sin tocar, tal como lo dejare el omne antes de fenecer. La decoración non es mejor que en el resto de la casa, et una pequeña librería se aposta tras un escritorio de madera noble bien lustrada. Una enorme silla (al parecer, adaptada al grueso tamaño del omne) preside la habitación tras la mesa, repleta de papeles et con pluma e tintero.

Unas cortinas púrpura impiden que penetre la luz del sol, et una extraña alfombra que paresciere morisca decora el suelo. Sobre la estantería unas cuantas vasijas de estrambóticas figuras decoran el habitáculo, et sobre los cantos de los libros que alberga aparecen distintas etiquetas que quien supiere leer podría discernir que rezaban diferentes fechas, algunas más lejanas et otras más recientes.

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07/10/2014, 00:30
Bonifacia Palacios

Entráis a la habitación del final del pasillo et la mujer vos aguarda sentada en una butaca, hastiada. Sus ojos están rojos, probablemente fruto del llanto. Tiene unos cuarenta años, et presenta un aspecto bastante mediocre, especialmente comparado con la pomposa decoración de la casa. Mas bien paresciere que el que fuera maestre del gremio de Tejedores más maravedíes dejábase en lujos que en ropajes para la suya esposa.

La mujer non se sorprende ante la vuestra presencias, pues non debéis de ser los primeros desconocidos en presentar las vuestras condolencias de turno. No hay ni rastro de los hijos.

La mujer, Bonifacia, aguarda en silencio con las manos cruzadas sobre el regazo, esperando las vuestras palabras.

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08/10/2014, 12:20
Ishaq ben Abner

Me interné el primero en la sala, pero nada más colarme, que no me di cuenta que dos de mis compañeros venían tras mis pasos. Pronto inspeccioné la sala con la mirada: alfombra, escritorio y estanterías con libros. Tras acercarme a ellos, supuse que esos números bien podrián ser fecha o bien encargos, todo ello referido al gremio de tejedores, en donde el maestre harías los negocios y las cuentas. Sin ir más lejos, en sabiendo que nada podía hacer en cuestiones de leer y escribir, comencé a rebuscar en los cajones del escritorio, sin hacer excesivo ruido, por si encontraba algo fuer de lo común: un arma, un pergamino, un sello especial... En realidad no sabía qué estaba buscando.

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