Partida Rol por web

Tras un pequeño descanso, una ducha y algo de comida el grupo se preparó para salir hacia Shavertown. Jacob Cornelisz, pese ha estar disgustado por la poca información que le daban los investigadores no tuvo mas remedio que volver a su casa con la promesa de que rescatarían al bebe. 

El camino fue agradable, un momento de relax mientras pensaban en todo lo ocurrido aquel día. Tras salir de la ciudad, al cabo de una hora de viaje, la ruta hacia aquel pueblecito ascendía por unas colinas rocosas dénsamente pobladas por arboles retorcidos. El cielo que había amenazado con lluvia todo el día empezó ha hacer su trabajo. Una lluvia gris transformaba la carretera en un lodazal. Por suerte ya no debían estar muy lejos del pueblo.

La lluvia empezó a hacer más difícil la conducción. El barro se incrustaba en los neumáticos y hacía menos manejable el coche. Hudson redujo un poco la velocidad, no tenían necesidad de salirse de la carretera ahora. Bajó la ventanilla cuando empezó a notar que el cristal del coche empezaba a empañarse.

Si alguien tiene frío tendrá que aguantar un poco, la lluvia ya nos hace perder suficiente visibilidad.

Un extraño escalofrío recorrió la nuca de Hudson cuando terminó de hablar.

Durante todo el viaje había estado muy callada, no sabía porque pero no podía quitarme de la cebeza aquellas piedras. Además, la lluvia contra los cristales me iba adormeciendo.
Si alguien tiene frío tendrá que aguantar un poco, la lluvia ya nos hace perder suficiente visibilidad.
Hudson y la repentina corriente de aire terminaron de despertarme, cosa que agradecí sinceramente. Mire a mi izquierda y vi que Peter estaba dormido. Había estado muy raro ultimamente.

Ademas, habia algo en el ambiente que me ponía los pelos de punta, pero no tenía muy claro que era.

Falta mucho para llegar señor Hudson-pregunte inquieta

Mis ojos se pierden en la inmensidad del paisaje, aunque lúgrobe consigue distraerme lo necesario para ignorar las posibles naúseas que asoman a mi estómago pues parece que el cmaino es angosto y el coche difícil de manejar.

Hudson abre la ventanilla y el aire frío contra la piel de mi cara sólo puedo relajarme.

-Tranquilo, yo voy bien-le digo a modo de respuesta desde mi lugar en el asiento del copiloto.

Hudson miró por el retrovisor interior a la señorita Clarkson.

No lo sé, supongo que estamos a punto de llegar.

Hudson se fijó en el indicador de gasolina para asegurarse que tendrían suficiente para salir de allí rápidamente si era necesario. Algunas gotas de agua se colaron por la ventanilla y le dieron en la cara.

Mientras os acercáis al pueblo a todos os parece ver a los lados del embarrado camino unas piedras con grabados que os recuerdan vagamente a los encontrados en la casa de los Cornelisz. En una ocasión incluso llegáis a parar el coche y bajar para saciar vuestra curiosidad pero os dais cuenta de que no hay ninguna forma en las rocas excepto un conjunto de inusuales grietas que hacían, junto con la lluvia, un efecto visual.

No mucho después llegáis al valle donde se encuentra el pequeño pueblo rodeado de colinas rocosas. Lo primero que lográis ver es la aguja de la iglesia del pueblo que se alza por encima de los arboles que rodean la villa. La carretera sigue el curso del río, un afluente del Delaware hasta el pueblo que resulta ser un laberinto de cabañas y casas que se caen a pedazos. Shavertown está en una decadencia terminal y nadie viene nunca por la villa. 

A medida que os acercais al centro del pueblo veis una serie de pálidos rostros que os miran con suspicacia.

Hudson estiró el cuello mientras reducía la velocidad hasta adaptarla a una segura para circular por el pueblo. Miró a los lados y vio a una serie de personas. Tienen una necesidad urgente de tomar el sol, je. No pudo evitar el pensamiento a pesar de que no le gustaba nada cómo los observaban.

"Bueno, ahí lo tenemos, somos los nuevo del pueblo" pienso mientras veo a la gente pálida mirarnos descaradamente.

-Nunca he soportado llamar la atención-digo como comentario sin esperar ninguna respuesta al respecto.

Las expresiones despiertan tensión en mí haciendome sentir incómodo. Luego lo único que hago es suspirar esperando llegar pronto a nuestro destino.

Mire las pálidas caras de los habitantes...no era normal. Un escalofrío recorrió mi espalda.
-¿Y ahora que hacemos? ¿Vamos a buscar el correo directamente?No creo que lo hayan recibido aún. ¿Nos hacemos pasar por turistas perdidos en busca de una pensión?

Mire-dije inclinandome sobre el asiento delantero- Ese parece un buen lugar donde parar

Demasiado cerca de los curiosos. Aparcaré mejor donde no nos vean directamente.

Hudson paró el coche en el lugar que le pareció adecuado. No es que el que le indicó la señorita Clarkson fuese malo. Simplemente no estaba de humor de estar a demanda de aquellos aficionados. Sacó un cigarrillo y lo encendió antes de bajarse del coche.

Muy bien, va a ser fácil lo que vamos a hacer. Buscar la casa de este individuo, identificarlo y ver si está con alguien más. No necesitamos otro tiroteo como el de New York. Por lo menos, no hasta que tengamos ventaja.

Hice un mohín con los labios:
Desde luego suena fácil. Otra cosa es cómo acabe pero bueno...esos hombres no nos conocen* y podemos ser o que queramos ante ellos. COn uno de ustedes podemos ser una pareja extraviada...todos juntos podemos ser un grupo de turistas o incluso -digo haciendo una pausa para encender un cigarrillo y fumarlo elegantemente- podemos ser unos importantes magnates en busca de casas viejas para construir paradores con encanto

-Puede que salgan bien, pero las cosas no suelen ser tan fáciles-comento dirigiéndome a ambos pues la señorita Clakson ya ha comenzada a hacerse una buena película en su cabeza.

Me espero a que se bajen ellos del coche y después salgo yo en silencio pensando en qué paso seguir a continuación.

Como dice Samantha, es una buena idea lo de hacernos pasar por unos turistas...aunque no creo que aqui vengan muchos turistas la verdad-dijo Blood acariciandose la barbilla- por otro lado creo que no pasa nada si decimos que venimos de parte de la policia buscando a un secuestrador, por mal que nos miren no veo por que no van a colaborar con la ley...En cualquier caso será mejor que bajemos y vayamos a preguntar, no podemos demorarnos en encontrar al bebe.

Bueno, pues decidamos y pongamosnos en marcha-digo tranquilamente- Cuanto mas tardemos menos oportunidades habrá de encontrar a ese niño con vida. Dudo que sea buena idea decir que estamos llevando a cabo una investigación. No queremos poner en sobreaviso al secuestrador. Por cierto Peter ¿Estas bien? Has estado muy callado...

Traté de mantenerme tranquila, aunque se notaba de lejos que estaba inquieta. Tenía el cuerpo destrozado y aunque el baño y el viaje me habían relajado aún estaba algo afectada por ese tentáculo. Respiré profundamente en espera de que mis compañeros diesen una idea  o nos moviesemos

Si, si...estoy bien. Es solo que... no me apetece hablar demasiado-dijo, mientras su cabeza todavía recordaba lo que había ocurrido el dia anterior en los muelles.

Hudson miró a Peter mientras hacía su sugerencia y la respuesta de Samantha, no estaba muy contento de tener que darle la razón, pero ...

Desde luego, no creo que sea una buena idea lo de la investigación. Si algún otro compinche nos escucha podríamos ponerlos sobre aviso.

Se quitó el cigarrillo de la boca, lo tiró al suelo y con el pie apagó lo poco que quedaba del mismo.

Pongámonos en marcha, estar aquí parados no nos va a ayudar en nada. Será mejor buscar la oficina de correos de este pueblo y preguntar por este tipo.

-Estoy de acuerdo- Termino mi cigarro con un par de caladas profundas mirando al infinito y tratando de pensar. En cualquier otra ocasión hubiese soltado algún comentario sarcástico al hecho de que Hudson me hubiese dado la razón, pero ahora no tenía la cabeza para eso.

Vayamos en busca de esa oficina.

La oficina de correos no se encuentra lejos de donde estáis, es un edificio antiguo con una puerta de madera y un ventanal amplio desde donde se puede ver el interior. Allí, apoyado en el mostrador, hay un hombre hosco de ojos vidriosos que fuma un pestilente cigarrillo liado a mano. Hace un gesto con la cabeza cuando entráis en el lugar.

Hudson observó al tipo apoyado en el mostrador. Dudaba de que aquel individuo le fuese de ayuda pero tenía que probar.

Será mejor que no entremos en tropel a la oficina, pasaré para hacerle algunas preguntas a este tipo. Aunque con conseguir que me diga donde encontrar a que retiene al crío me daré por satisfecho.

Abrió la puerta para acceder dentro.

Buenos días - intentó sonar amable - estoy buscando la dirección de un conocido, sé que vive en este pueblo pero no sé la dirección. Su nombre es Ambrose.

Tras decir su nombre Hudson se dio cuenta de algo. Maldita sea, no conocemos su apellido.

¿Ambrose?-dice irguiéndose- me temo que tengo mala memoria extranjero, ahora mismo no caigo de quien habla usted. ¿Vienen de fuera verdad? No les había visto nunca -pregunta distraídamente y sonríe al detective que puede ver claramente  que este hombre, ademas de desagradable, tiene algunos dientes de oro en su boca.