Partida Rol por web

Ataque a los Titanes

Capítulo 2 - Los cinco del patíbulo

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12/07/2020, 11:48
Cécil Stedman

El interior de la lóbrega mazmorra era frío y húmedo. Mikeala podría jurar que aquel lugar no era objeto de un procedimiento de higienización desde hacía… Desde su misma construcción. Dudó hasta que se supiera de su existencia en la Corte Real.

De forma muy ocasional aparecía alguna tímida antorcha iluminando algún pasillo en aquel laberíntico subterráneo que tanto Donaldson como Stedman parecían conocer de memoria. El autómata, manteniendo un paso ágil y militar por el subterráneo, desveló en confianza al grupo que Pallisade era una nación sin crimen y con pleno empleo. Y esa combinación era posible gracias a la expeditiva fuerza de choque que eran los Centuriones. Eso explicaba la ausencia de mendigos y vagabundos por las calles. También de aventureros.

Las palabras de Cécil permitían deducir que el equipo que había compuesto para la ocasión estaba conformado por presidiarios a los que iban a conmutar la pena de muerte por servir a Pallisade.

En palabras de Stedman:

-Es una oferta que no pueden rechazar.

Porque claro, ¿quién preferiría la horca que morir por el honor de una nación de supremacistas elfos y rescatando a una princesa desconocida de una banda de un montón de sucios gigantes?

Según especificó Cécil, Ser Autumnshield tendría potestad para ejecutarles en el mismo momento en el que detectase cualquier insubordinación. Cécil calibraba –y lo hacía con un índice de fiabilidad cercano al 99,9%- que cualquier preso tendría pavor al Caballero del Zodíaco, por lo que era un candidato ideal para liderar la expedición y garantizar el orden.

Estadística… Ramera despiadada.

-Permítame disipar sus dudas: estos candidatos son gente sobradamente capaz en sus… ámbitos profesionales. Sólo han errado en su camino, colisionando violentamente contra el inquebrantable muro de la Ley. Necesitan un guía, y ese es usted, Ser Autumnshield. Por lo demás, tenemos a su disposición todo lo que podría necesitar.

Cécil se detuvo en una galería desde la que se divisaban varias celdas y a varios guardias dispuestos para abrir las rejas que contenían a los presos. El autómata chasqueó los dedos y los carceleros intercambiaron unas miradas nerviosas antes de abrir las celdas.

De izquierda a derecha, salieron al paso cinco individuos, a cada cual más extravagante.

Cécil apuntó con su bastón al preso número tres.

-Oficial. ¿Por qué el preso número tres no tiene grilletes?-.

El carcelero palideció mortalmente. Iluso. Pensaba que Cécil no se daría cuenta.

-Se-se-señor Stedman, es que…

El preso número tres habló por él. Y su voz retumbó en toda la mazmorra.

¿He dicho en toda la mazmorra...? EN TODO FAERÛN.

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12/07/2020, 11:53
Bam Bam

-ME LOS COMÍ.

Un enorme, descomunal e imponente dracónido dorado permanecía en pie con gesto orgulloso. Sus ojos ambarinos estaban clavados en Efrain. Podía medir fácilmente dos metros y medio de altura y pesar casi doscientos kilos de peso. Sus brazos parecían esculpidos en furia y fuego. Si ese ser era obra de algún dios, su propósito era causar DOLOR y MUERTE.

No vestía más prendas que un fajín que se desplegaba en un tabardo hecho con la piel de algún animal que, a buen seguro, habría cazado aquel gigantesco espécimen de dracónido con sus propias manos.

O quizás sólo con un gruñido. Uno tenue.

Los infartos al corazón también existen en el mundo animal.

Es bien sabido.

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12/07/2020, 11:56
Cécil Stedman

Cécil sacudió la cabeza en una mezcla de decepción por la falta de protocolo del preso y preocupación por la integridad física de sus guardias.

-Este… individuo, responde al muy críptico nombre de Bam Bam. Según explicó al ingresar en la prisión, es por el sonido que efectúan los cráneos al partirse cuando los golpea. Dos veces-. Murmuró Cécil a Efrain y sus compañeros, como excusándose por lo poco ortodoxo del careo.

-Y bien, preso número tres… ¿Por qué no has tratado de escapar tras liberarte de tus cadenas?

Era una pregunta legítima, dada la situación.

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12/07/2020, 11:57
Bam Bam

Bam Bam señaló a Efrain.

Por un momento se hizo un silencio tenso, como si fuera a caerle un rayo al paladín a la señal del gargantuesco dragón.

-BAHAMUT GUÍA MIS PASOS. BAHAMUT ME ENVÍA SUEÑOS. TE HE VISTO EN ELLOS. TÚ SER EL HOMBRECILLO QUE GUIARÁ A BAM BAM A GRAN BATALLA. BAM BAM MATARÁ A TUS ENEMIGOS PARA HONRAR A BAHAMUT. NO HAY MEJOR GUERRERO QUE BAM BAM.

El dracónido se dio un golpe en el pecho para enfatizar su ardor beligerante y a fe de los presentes que el mundo pareció temblar con la rabia de un dios vengativo.

-YO SOY FUEGO. YO… SOY… MUERTE.

Y no hacía falta que lo jurase.

Había algo sobrenatural en aquel dracónido. Y no era su prodigiosa constitución o su impresionante altura.

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12/07/2020, 11:59
Cécil Stedman

-Un prodigio de la oratoria, sin duda.

Cécil releyó sus notas en la carpeta y acto seguido señaló al preso número uno.

-Preso número uno. Identifíquese. ¿Quién… o qué, es usted?

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12/07/2020, 12:00
Zev

El preso número uno parecía, literalmente, un ser alienígena.

Delgado, fibroso, de piel gomosa de tonalidad azul con un extraño tatuaje grabado en la frente de su abovedada y alargada cabeza, con cuatro brazos dispuestos en una pose vacilona y la parte inferior del rostro cubierto por un pañuelo verde hoja.

-Zevran Alhen Val Thaali, jefe. Para servirle a usted y a sus colegas.

El número uno dedicó un saludo con dos dedos de su primera diestra a Cécil y a sus acompañantes. Sus ojos no tenían pupilas. Eran dos orbes brillantes del color de la obsidiana.

-Mis amigos me llaman Zev. Soy aventurero, cazador de tesoros y, lo confieso, alborotador profesional.

Echó una mirada cómplice al preso número dos y le tendió la segunda siniestra, que este no tardó en palmear con cierto compadreo.

-No importa para qué, soy su hombre, jefe.

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12/07/2020, 12:02
Cécil Stedman

Cécil negó con la cabeza.

-Señor Val Thaali, en este documento que obra en mi poder indica que usted es pistolero a sueldo, contrabandista, asaltante de caminos y un peligroso mercenario… ¿Quiere rectificar su declaración?

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12/07/2020, 12:03
Zev

Zev se llevó la primera diestra y la primera siniestra a las mejillas y lanzó un chillido de terror.

-¿¿¡CÓOOMO!?? ¿¡Han olvidado poner que soy un habilidoso ninja!? ¡Yo maldigo la burocracia de esta ciudad! Por cierto, jefe… Añada también “Lover” a mi currículum. ¡Je!

Zev lanzó un guiño descarado a las damas que seguían a la comitiva.

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12/07/2020, 12:04
Cécil Stedman

Cécil empezaba a indignarse ante aquella persistente falta de decoro y profesionalidad de los presos.

-Corramos un tupido velo sobre este lamentable incidente… ¡Preso número dos! ¡Identifíquese!

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12/07/2020, 12:05
Chafee

El preso número dos reía abiertamente con las chanzas de Zevran. Al verse señalado por el bastón de Cécil soltó un muy ilustrativo…

-¡IIIIIIIIIK!

Era un hombre rata ataviado con una gabardina con capucha. Llevaba unos anteojos que impedían verle sus ojos ratoniles.

-Perdón, perdón. Me presento, sí, sí. Ahem. ¡Chafee soy y a por los malotes voy! Mis bellotas y yo estamos listos para esa misión súperespecial y súperletal.

Acompañó sus palabras de un innecesario e impúdico rascado de sus muy viriles bellotas.

-Perdón. Me picaban. Mucho.

Carraspeó para romper el incómodo silencio.

-Soy un mangante de primer nivel. De hecho, le he birlado el bigote a ese guardia y ni se ha pispado.

El hombre rata señaló con una risilla maliciosa a uno de los carceleros, que se llevó la mano bajo la nariz, comprobó que la superficie estaba insólitamente suave y lanzó un afeminado grito de terror.

Chafee estalló en una carcajada, acompañado de Zevran. El rátido se quitó el bigote –ya decía Cécil que había algo muy raro en su hocico- y se lo tendió al avergonzado guardia.

-Anda, ten, colega. ¡Ah! ¡Y no te olvides del tanga…!

El hombre rata tendió al carcelero una especie de… ¿prenda? que hizo enrojecer aún más su rostro.

Zevran estaba doblado de la risa mientras palmeaba el hombro de Chafee, que por su parte estaba carcajeándose a lágrima viva. El guardia, claro, quería morir a fuego lento.

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12/07/2020, 12:08
Cécil Stedman

Cécil lanzó una mirada fulminante a Donaldson.

Así de expresiva fue la mirada de Cécil.

-¿Desde cuándo una mazmorra subterránea de nivel 20 no socava el coraje y el sentido del humor de unos vulgares bandidos? Acabemos con este asunto cuanto antes… ¡Preso número cuatro! ¡Le advierto de que cualquier broma será castigada con una ducha de agua fría... a presión! ¡IDENTIFÍQUESE!

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12/07/2020, 12:09
Comadreja

La única mujer del elenco era una humana no demasiado alta, con un pelazo en forma de melena castaña recogida en una trenza a la que llevaba anudadas varias plumas de algún pájaro exótico.

-Mi nombre… es Comadreja.

Resopló con desgana, como si estuviese a disgusto con aquella panda de cafres. Su lenguaje corporal advertía en ella un carácter fuerte y su mirada tenía algo de animal, con dos pupilas pardas que parecían narrar que había tenido una vida dura, sin concesiones.

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12/07/2020, 12:10
Cécil Stedman

Cécil pareció satisfecho de que alguno de los presos pareciese “normal”.

Con énfasis en pareciese.

-Señorita Comadreja, ¿cuál es su especialidad?

La pregunta sonaría absurda en boca de cualquier ser vivo, pero Cécil era un androide de protocolo exquisito.

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12/07/2020, 12:11
Comadreja

Comadreja ladeó su rostro y lanzó una mirada de desprecio a Stedman. Era bastante joven y, bajo la capa de mugre que cubría su rostro, parecía una humana muy hermosa.

-¿Mi especialidad…? Sobrevivir.

Dedicó una media sonrisa desafiante a Cécil que parecía decir “Yo también sé guardar secretos, hojalata”.

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12/07/2020, 12:12
Cécil Stedman

Stedman apretó con fuerza el documento con las fichas de los presos y se la tendió a Donaldson con tal ímpetu que le dio un carpetazo en toda la napia. Desde luego, el archivo era lamentable y lleno de imprecisiones.

-El nivel académico de estos presos es en sí mismo una sutil crítica al sistema educativo que impera en Faerûn. Bien, resta la identificación del último mentecato. ¡PRESO NÚMERO CINCO! ¡ABSTÉNGASE DE HACER CUALQUIER COMENTARIO ESTÚPIDO! ¡IDENTIFÍQUESE!

Todas las miradas se posaron en el número cinco.

Se notaba la presión en el ambiente.

Hasta Chafee y Zev murmuraban inquietos, queriendo saber la identidad del tipo de la chistera.

Notas de juego

Hamleen, todo tuyo, colega ;)

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12/07/2020, 13:16
"Billy Banjo" / Hamleen

Después de meses... o años... encerrado y vigilado por autómatas sin mente me hacen salir, ¿y exactamente para qué? La verdad es que tan mal no estaba. Me habían permitido conservar mi instrumento, con el que podía entretener a mi público, los otros cuatro desgraciados a los que empezaba a apreciar como si fuesen de mi família. También me habían permitido conservar mi último vicio, el tabaco, me traían un poquito cada día con el plato de gachas y lo disfrutaba más que la propia comida. Con humo y música, mis días en este lugar se habían vuelto incluso apacibles. Me sentía conectado con el lugar, con las personas e incluso con algunas ratas. La verdad es que pocas preocupaciones lograban turbarme la paz y la calma que había alcanzado, incluso una de mis motivaciones más imperantes se había relajado. Conocer Pallisade desde dentro había hecho que me despreocupase por cierta persona hasta tal punto, que lograba borrarla de mis recuerdos frecuentemente. Mi mundo se había reducido a tan pocos seres vivos que las relaciones sociales eran básicamente un juego de niños para mí, un descanso para mi mente turbada.

El fanático Bam Bam no era muy versado en palabras y apensas mantuvimos conversación. Pero descubrí por su gesticulación que le gustaban mis histórias épicas de valientes guerreros que arrasaban naciones dando la vida por sus dioses. Cuanta más destrucción y más trágico el desenlace, más entusiasmado y motivado se dormía, como un niño la noche antes de su cumpleaños, angelico... Luego estaba Chafee, el ratero, le encantaba usar sus manos largas para llevar de culo a los autómatas cabezahuecas. El trato era facil, yo le pedía cosas cuanto más descabelladas mejor, y él las conseguía. Lo peor de él eran sus ausentes modales y su afición por rascarse las pelotas delante de todos. Resultaba evidente que disponía de un variopinto surtido de enfermedades en su haber, muchas de ellas probablemente adquiridas por transmisión sexual. Me ha enseñado algunos trucos que espero poder probar si algún dia salgo de este agujero. Su colega Zev me pareció de lo más sorprendente, poco me quiso contar sobre los orígenes de su raza pero resultaba de lo más dispuesto y versado en diversas habilidades. Le enseñe cuatro nociones de ritmos y con sus cuatro brazos me acompañaba frecuentemente en mis canciones, todo un percusionista nacido para ello aunque él no lo supiera. Acabó aqui junto a Chafee por algún golpe conjunto que les salió mal, ambos amigos formaban un peculiar dúo que me habría resultado muy útil por mis andanzas callejeras y de taberna.

Pero la persona que había despertado más mi curiosidad y mi creatividad era Comadreja. Poco habladora, mucho carácter y mucha belleza muy bien disimulada. Zev lleva desde el primer día soltándole indirectas cada vez más directas y ella se limita a mirarle inexpresiva. Él se piensa que se la ha ganado con su actitud, pero yo se que no es así, pues hemos cruzado miradas en alguna ocasión y sus ojos no me han dicho lo mismo. Sé que disfruta de mis canciones, de algunas más que de otras, y sé que guarda un corazoncito detras de esa fría expresión y de esa capa de mugre... en alguna ocasión me ha dedicado una ligera sonrisa pero eso es algo que jamás reconoceré frente a los demás. La mujer tiene algo especial, pero todavía estoy tratando de descubrir qué es.

Este último día andaba todo el mundo en esta mazmorra más alterado de lo normal, puedo sentir esos matices en la gente, incluso en esos cubos articulados que ni siquiera piensan. Algo se avecinaba que parece que cambiaría el status quo de mi nuevo hogar. Todavía estaba por decidir si tal cambio me resultaría beneficioso, así que me mantuve a la espera pacientemente hastá ver que cariz tomaban los acontecimientos.

No fué hasta entrada la noche cuando se reveló la trama. Apareció ese tal Cecil, con el cual había preferido mantener una conversa distante y precavida siempre que se había dirigido a mí. Pese a tratarse de un hojalata como el resto de guardias, este poseía algo más, inteligencia y don de la palabra, cosa que hacía saltar todas mis alarmas. Actuaba, vestía y hablaba como un político, eso es algo que no me inspira ninguna confianza, sobretodo al tratarse de alguien que no debería poseer consciencia como tal, como los guardias de la prisión. Lo peor de todo es que el maldito hojalata del pico de oro venía acompañado, y no de cualquiera. Había reunido a toda la compañía de locos con la que habíamos derrotado a Strahd, a excepción de la mas loca de todas, Yuri... no tengo claro si su ausencia me inquieta o me relaja. ¿Qué coño pintan ellos aquí?

Tras las presentaciónes de todo el personal llegó mi turno. ¿Qué esperan de mí? ¿El cabrón hojalata sabrá quién soy? ¿Se lo habrá dicho a los demás? Todas estas dudas afloraban en mi mente mientras los demás hablaban, así que al dirigirse a mí, estaba yo bastante en bavia, pensando fuertemente mientras me hacía el distraído:

- Ah... mierda... si, ehhh... Billy Banjo, pero no para servirle por gusto, teniendo en cuenta que es usted quien me mantiene preso. - Mi voz suena lo suficientemente cortada por el paso de tanto humo y alcohol que cuesta encontrar mi antiguo timbre detrás de ella.- No se que arbúcias pretenden para con nosotros, pero tenga en cuenta que mi estancia en sus lujosas cámaras - Señalo las celdas que nos quedan detrás, donde mi banjo de cuatro cuerdas se puede ver apoyado en la pared, mientras un par de ratas se encuentran sobre mi catre, copulando. - ha resultado de lo más apacible y tranquila hasta ahora. Sólo deseo cumplir mi condena con dignidad, por lo que sea que ustedes me estén acusando, para se me permita continuar mi camino.

Mi mirada repasa las caras de todos los presentes, sabiendo que mi sombrero, mi barba mugrienta y mis ropajes dificilmente revelarían mi auténtico yo. La persona que más me preocupa que descubra el pastel es Sor Celestina, con quien mas tiempo he compartido en los últimos tiempos. Doy una profunda calada a mi cigarro el cual no he tocado con mis manos esposadas en ningún momento, pese a ello he seguido fumando durante todo el rato; y me fijo especialmente en la ardiente madre superiora, por si veo algún atisbo o reacción ante mi presencia. Suerte que sus ojos cubiertos no pudieron reconocer mi aspecto al marcharme de su monasterio.

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12/07/2020, 17:26
Chafee

Chafee murmuró algo al oído de Zev.

-Ya se ha levantado con la voz aguardientosa otra vez... Me recuerda a mi tía Moe con resaca.

El roedor agitó una de sus orejotas y echó un vistazo a la celda de su colega Billy. Olfateó el aire y pareció aterrorizado.

-¡Huelo a pecado!-. Sus temores resultaron ciertos, como pudo comprobar al echar un vistazo al jergón. -¡Spencer! ¡Tracy! ¿¡No os da vergüenza!? ¿¡Os lo montáis en mitad de una operación ultrasecreta!? ¿¡EN LA CAMA DE MI AMIGO!? ¡Tcht, tcht, tcht!

Chafee sacudió la cabeza, indignado.

-¡Qué vergüenza! ¡OS DESHEREDO POR COMETER INCESTO! ¡INDECENTES! ¡ENDOGÁMICOS!

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12/07/2020, 17:33
Comadreja

Comadreja puso los ojos en blanco y lanzó un largo suspiro mientras se pinzaba el entrecejo, adoptando una mueca de disgusto.

-Matadme lentamente... Sufriré menos que aguantando a este roedor...

Echó un vistazo a Billy y entornó sus ojos pardos. Se avecinaba un comentario hiriente.

-Dioses, Billy... Apestas como un mofetasaurio.

Billy se preguntó si realmente existían los mofetasaurios y descubrió que no quería averiguarlo al sentir un ligero escalofrío.

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12/07/2020, 17:36
Zev

-Tío, Billy, a ese banjo le falta algo de... ¡SAAAAABORRRR!

El extravagante alienígena de cuatro brazos alzó un dedo, como advirtiendo al personal.

-Y a continuación, damas y caballeros, con la cortesía de nuestros bailarines profesionales, el dúo más canalla de esta prisión, ¡un gran aplauso para...! ¡CHAFEE, EL RÁTIDO RATERO, Y BOOGALOO BILLY INTERPRETANDO EL RAP DEL PATÍBULO! Las señoritas pueden bajar a la pista a bailar cuando lo deseen. ¡OUH, MAMA!

Zev entró en su celda y sacó una especie de tambores algo primitivos pero funcionales. Empezó a tocar a cuatro manos con un auténtico ritmazo.

-¡Chafee, Billy! ¡No me dejéis solo! ¡Allá vamos! ¡ ¡JUH-JAH!

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12/07/2020, 17:43
Chafee

El roedor se acercó a gran velocidad a Billy y le tendió su diminuta manita.

-¿Me concede usted este baile, noble damiselo? No me rechace, por favor. No sé si mi corasonsito lo soportaría.

Chafee tiró de Billy a la improvisada pista, para desconcierto de los carceleros, que miraban a Stedman como pidiendo instrucciones. El androide no se inmutaba. Estudiaba la coreografía de aquellos dos sujetos, como embelesado.

En realidad, Cécil Stedman no estaba programado para reaccionar al esperpento.

-Tío, Billy... Apestas a vertederosaurio. ¿Lo he dicho bien?-, inquirió mirando a Comadreja, muy alegre él.