Partida Rol por web

- Muy bien os ayudaremos a deshaceros de la dragona, indicanos el camino. Hay que estar preparados, no sabemos que poderes pueda tener esa dragona. ¿Alguien sabe hablar con dragones? Quizas podamos primero usar la via diplomatica

- Yo se hablar draconico... espero que podamos solucionar las cosas hablando en vez de pasar al plan de infanticidio.

Yo también se hablar dracónico. Espero que entre los dos podamos hacerla entrar en razón

- Propongo que vosotros dos hableis con ella, los demás nos mantendremos ocultos, si las negociaciones no salen como deberían podremos atacar a distancia, al no vernos tendremos a nuestro favor el factor sorpresa

Entonces yo guiar hasta la cueva de Noak, seguir a mi, por favor. Tener cuidado con hongo en el suelo. Dice señalando al hongo que hay en el camino.

Después Urrtarr os conduce por aquel pasillo que lleva directamente a la habitación donde estaba el cofre y los túneles y desciende por unas escaleras que había en el lado oeste. Llevandoos a una habitación iluminada por antorchas situadas en las paredes, con un camastro y un escritorio. Al final de la habitación y pegado a la puerta hay un gran trasgo armado con su arco que dispara la flecha contra Vankaard que era el primero tras la mujer trasgo.

La flecha queda clavada en la pared, pues no llega a acertar al guerrero.

¡Alto el fuego Darax! ¡Ellos ser aliados!

¡Tú no dar cuenta Urrtarr! ¡Ellos matar a la tribu! ¡Ellos querer matar a todos, ellos matar a los huevos!

¡No, ellos acabar con Noak, ellos liberar tribu!

¿Ellos liberar tribu? ¡Ellos ya matar tribu! ¡Ellos acabar con Noak! ¡Ellos acabar con todos! ¿No te das cuenta?

¡Ven a mi lado! ¡Peligro!

Y Urrtarr sale corriendo para situarse del lado de su compañero Darax.

El trasgo volvió a cargar una flecha en su arco y Urrtarr comenzó a murmurar unas palabras.

Tanta preocupación por los trasgos, y ahora esto. No me volveré a fiar de ellos.

Con el espadón preparado, Vankaard salió corriendo y atacó a Urrtarr. Podría combatir a las flechas, pero un hechizo no, así que lo primero sería cargarse a aquella trasgo

- Nosotros nos defendimos, queremos liberaros de la dragona, ya han habido muchas muertes, si bajais las armas nadie más tiene porque salir heridos. Han muerto muchos en vuestra tribu, pero vosotros aun seguis vivos, pero si no os rendis no nos dejareis más remedio que acabar con vosotros

La mujer trasgo parecía tener dudas, pero el trasgo había terminado por ponerla en nuestra contra, esperaba que con mis palabras se calmasen, de no ser asi no nos quedaría más remedio que acabar con ellos.

Guarde mis estoques para coger el arco, si había que luchar acabaría con aquel que nos estaba disparando, no queria disparar sobre la mujer trasgo ya que podía herir a mi compañero

Los trasgos no eran criaturas de fiar y ellos habían pecado de pardillos. El hechicero retrocedió dejando que los combatientes pasaran delante mientras echaba mano de su saquillo de componentes. Recitó las palabras arcanas que tantas y tantas veces había recitado en sus prácticas y lanzó su conjuro contra sus oponentes

¡Quieto todo el mundo! - Dijo Yago colocandose entre sus aliados y los trasgos. Hemos venido a ver que os había obligado a romper el tratado, no hemos matado a nadie que no nos hubiese atacado antes. Urrtar ha sido la única que se ha parado a hablar con nosotros. Os recuerdo que le prometimos no dañar a nadie mas de su tribu, sobretodo no dañar a Darax. - dijo mirando a sus compañeros. - ¿Acaso vosotros rompéis vuestra palabra tan fácilmente? Se volvió lentamente con los brazos en cruz mirando a Darax y a Urrtar y dijo: No os haremos daño, solo queremos restaurar la paz que pedía el tratado, no nos hace felices mataros. Si nos lleváis hasta el dragón acabaremos con el y nos iremos.

Ayur mantiene la lanza en alto.

- Me molesta cuando la gente no atiende a razones...

Zhirkan estaba bastante divertido con el rumbo quehabian tomado lascosas. Ahora resultaba que ellos eran los asesinos y para colmo habria que pelear con una Dragona bebe. ¿Donde estaran sus padres?.

Casi como siempre siguio a los demas procurando recordar el camino. Cuando la situacion parecio salirse de control al ser "traicionados" preparò su ballesta, aunque estaba casi seguro que solo bastarian unas palabras para calmar los animos.

No nos hace felices mataros.

Habla por ti yago, a mi ciertamente me hace feliz acabar con esa plaga. Pensó Quentin.
El mediano se dirigió a los trasgos en su propio idioma: [Creo que no deberían interponerse con nuestro grupo, si valoran su propia vida].

No es cuestión de palabras, Yago. Yo no iba a hacer daño a nadie, pero fíjate, ella es la primera que está dispuesta a atacarnos. Olvídate, las palabras aquí no sirven

Y tras las últimas palabras de Vankaard la mujer trasgo descargó un conjuro que os dañó a todos. De sus manos brotó un chorro de fuego que os hizo unas leves quemaduras.

¡Yo no tener culpa! ¡Yo no querer más daños! ¡Pero yo recibir órdenes de líder de tribu! ¡Líder de tribu ser Darax! ¡Él ordenar atacaros, yo atacar a vosotros!