Partida Rol por web

Helden da un paso y asesta lanza dos espadazos al lider elfo pero parece que solo consigue impactar en uno de ellos. 

El segundo espadazo de Helden sólo corta el viento gélido. Resoplando fatigado, ni si quiera el propio líder de los bárbaros se había dado cuenta de que el Príncipe de los Bandidos yacía inerte sobre la nieve teñida de rojo carmesí. Una certera estocada había sido suficiente para acabar con el elfo que se desplomó sin emitir ningún sonido.

Stumred segó la garganta del bandido inmóvil y acto seguido le propinó un empujón con su corta pero musculosa pierna. Sorprendentemente era el último superviviente, aunque poco pudo aportar.

Aún os restaban tres días de camino a Kelten pero debido al viaje mágico y al reciente encuentro, vuestra prioridad era encontrar un lugar dónde descansar y recuperaros.

Había algo que os empezaba a preocupar: la voz sobre los filos y sus nuevos portadores había corrido como la espuma de una buena cerveza norteña y eso os ponía en una situación muy complicada.

-¡Menuda gentuza!--espeta Ingrid con desprecio cuando sucumbe el último de los bandidos--Parece que vamos a tener más problemas de lo esperado, me temo.

-Registrad los cadáveres y busquemos un refugio en el que recuperarnos como es debido--solicita la druida albina para luego comenzar a atender las heridas de Baern.

- Uf! - exclama Baern al darse cuenta que, por fin, el combate ha terminado - Tienes razón. Será más complejo. La pregunta es COMO es que sabían que nosotros teníamos los filos. Si ni siquiera sabíamos que llegaríamos a este lugar... -

Meneando la cabeza, tratando de olvidarse el dolor que recorres su cuerpo a causa de la cantidad de cortes y golpes que adornan su piel mira a su alrededor buscando donde descansar cuando observa los caballos que utilizaron los bandidos - Aunque quizás haya algo bueno de lo que pasó. Por lo menos tendremos caballos y no deberemos caminar tanto para llegar a nuestro destino -

Sabrala sonríe satisfecha, su filo había probado sangre, todo su entrenamiento con él estaba dando sus frutos al fin y al cabo.

- Descansemos, el viaje nos ha dejado demasiado fatigados. Nos curaremos antes de dormir, tengo todavía recursos, pero es mejor montar el campamento antes, por si tuviésemos todavía más encuentros. Bueno, Baern, tú no puedes esperar...

Y como ya era habitual, empezó su melódico canto curativo que parecía calmar tanto el dolor de los cortes como la nostalgia del alma.

Al ver caer al último de los bandidos, que no era otro que su jefe, escupo en el suelo malditos estupidos. No se por que no nos hacen caso. Niego con la cabeza enfundando las hachas a la espalda y comenzando a apilar cadaveres voy a acercarlos todos para luego ir más rápido comento para mi mismo, sin dirigirme a nadie en particular.

Si la voz se ha corrido tan rápido, que sabían dónde íbamos a estar antes casi que nosotros mismos, tenemos un problema. Digo sentado sobre un cadaver, inspeccionado todo lo que llevan y apartando lo que parece de valor ¿puede ser que otros tengan alguna forma de localizar esas espadas?

Mientras el enano apila los cadáveres para verificar sus posesiones, Baern prefiere acercarse a los caballos que trasladaban a los bandidos y, lentamente, acariciarles los belfos.

- Bien, bien, caballitos - murmura en voz queda - vengan conmigo y verán que bien los tratamos - agrega antes de sentir el poder curativo de la bardo que cura gran parte de sus heridas.

Tras cerrar los ojos un momento y disfrutar, pese a su fatiga, de la ausencia de dolor, concuerda con Sabrala - Si, busquemos donde descansar. Nosotros y nuestros nuevos amigos - aclara mientras va tomado las riendas de los animales uno a uno - Mañana el viaje será mucho menos cansador. Y digan lo que digan, prefiero el seguro lomo de un caballo antes que el camino de la magia que, por lo que parece no nos lleva donde debe -

Tras escuchar a Stumred mueve su cabeza arriba y a bajo - Es una buena pregunta. Y mientras no tengamos la respuesta deberemos estar más atentos que de costumbre -

Será mejor encontrar un lugar más alejado del camino para montar el campamento. Y los cadaveres es mejor llevarnoslos y enterralos entre los árboles para evitar que cualquiera que pase por el camino los vea.

Es una buena pregunta que igual nos puede responder alguno de los magos. ¿Como podian saber que veniamos aqui con los filos?¿Hay algun objeto mágico que pudiera haberles informado tan bien de todo? Comenta Helden mirando hacia sus compañeros los magos.

Mallon se disponía a hablar pero su maestro se adelantó y el semielfo solo emitió un sonido ridículo del que él mismo se arrepintió.

La sombra de los Filos de Corusk es muy alargada - dice Karasten intentando arrojar algo de luz -. Es de suponer que muchos seres poderosos en Flaenia las han estudiado, las escudriñan y las persiguen. Su poder no tiene parangón y el que logre reunirlas tendrá una amplia ventaja en la guerra que se avecina - explica el mago atusándose la barba, como queriendo hacerse comprender a sí mismo las razones del asalto -. Su poder atraerá a muchos seres variopintos y debemos estar preparados para ello.

Mientras sus compañeros elucubrbaban sobre como habian logrado seguirles la pista Fenestir se dedico a registrar a los muertos , por si lelvaban algo util o valioso.

Demonos prisa en buscar un refugio ... lo necesitamos . Dijo la joven mientras sacaba las cosas de valor de los muertos.

Lo malo es que si nos conocen no vamos poder vender nada de lo que saquemos . Murmura la joven con resignación.

Sabrala guardó silencio cuando terminó de curar a Baern.

Seguramente era la única del grupo que tenía algunas nociones de magia, aunque en ella eran algo innato, no aprendido, y desconocía realmente cuales eran las fuerzas que ella ponía en movimiento y como funcionaban. Solo ocurría sin más.

Pero no conocía, ni le sonaba, ni había oído nunca, que alguien pudiese saber de antemano el destino de una teleportación. Y más si, como habían dicho los magos, el destino era tan falible y aleatorio.

Una explicación más sencilla era que los magos sí conocían el destino de la teleportación y los habían llevado allí a propósito, y por eso lso esperaban.

Sin embargo, los magos habían peleado a su lado, lo que no parecía coherente con esa línea de pensamiento. Si ellos hubiesen planeado la emboscada no tenía sentido que peleasen contra los emboscadores.

"Su poder atraerá a muchos seres variopintos y debemos estar preparados para ello."

Sí, y quizás algunos magos con intereses propios en los filos podrían aprovecharse del grupo de bárbaros de la escarcha destinados a encontrar los filos para reunirlos y después robárselos...

Malhumorada por esa línea de pensamiento se centró en la tarea de revisar los cadáveres para luego esconderlos y tapar con nieve los rastros de la sangre en la medida de lo posible. La única tarea inmediata posible era esconder la batalla y encontrar un refugio donde terminar de curarse y descansar.

Stumred revisa cada cadáver a conciencia y apila minuciosamente sus cuerpos. 

Teniendo en cuenta la envergadura de los magos y alguna de las mujeres del grupo, quizá serían suficientes monturas para el camino. Alguien tendría que compartirla, pero eso no era nuevo entre vosotros. Habíais vivido y viajado mucho juntos, érais más una familia que una compañía.

- Bueno, esto es interesante. Mirad e ese caballo - la voz de Baern fue el preludio del acercamiento del bárbaro a uno de los animales de espléndida alzada y mirada inteligente. En sus cascos una brillantes herraduras plateadas brillaban mucho más de lo que resultaba previsible para unas simples herraduras de metal.

Sin embargo, lo más curioso fue que el animal respondió mansamente a las caricias de Baern, como si ya lo conociera - Yo montaré en este - aseguró, olvidándose del botín que Stumred había juntado - Elijan Uds lo que quieran de eso, yo ya tengo mi recompensa - añadió mientras seguía acariciando al animal - Desde hoy te llamarás Centella - le explicó al caballo antes de continuar hablando con sus compañeros - Luego verifico si hay algo que me pueda interesar -

Cuando acabáis de repartir el botín, os afanáis en encontrar una pequeña cueva que os permitirá usarla como refugio para descansar.

Las sospechas sobre lo acontecido os hace sembrar dudas en todas direcciones pero lo importante ahora es pensar en la supervivencia.

Como siempre, Stumred se hace cargo de encontrar algo de leña para encender un fuego y manteneros calientes durante la noche. Al tiempo que Ingrid y Sabrala se encargan de asistir a los heridos. El resto, vais preparandoos para repartiros las guardias, excepto los magos, que comienzan a estudiar sus grimorios como cada anochecer.

Lo cierto era que todas aquellas cosas, salvo un par de ellas, no valían demasiado en nuestras manos, aunque sí que podríamos sacar buen provecho vendiéndolas.

Así, cuando el resto fue comentando lo que les podría valer, lo fui separando poco a poco hasta dejar solamente dos objetos. los guantes y la capa. El resto lo fui guardando, atándolo con cuerdas para empacarlo y meterlo en los sacos.

Concluida la tarea, nos pusimos nuevamente en marcha, esperando no encontrarnos con más problemas por el camino, con la intención de buscar un refugio donde recuperarnos definitivamente, tanto del viajecito como del combate.