Partida Rol por web

Berenice levantó una vez más la maza, rezando a Selûne para poder golpear con éxito. Pero su diosa no estaba presente aquel día.

-¡Quédate quieto!

Galatea hizo un gesto a Áscalon para que se retirase antes de dar un paso atrás y gruñirle ominosamente al malarita que acababa de herir a su compañero.

Volutas de vapor helado se empezaron a desprender de las fauces entreabiertas de la druida como si de pronto el aire se hubiese vuelto gélido en torno a ella y al siguiente segundo las abrió de par en par, proyectó la cabeza hacia adelante y escupió una estalactita de hielo que salió disparada como una lanza y se hizo añicos en medio de una nube de brillantes cristalitos helados al impactar. 

Áscalon hace retirada (F10 y rodeando a Berenice) hasta J4

Galatea da un paso de 5' a H8 y conjura Lanza de Hielo contra el licántropo que queda (Ataque: 32. Daño: 25) TS Fort CD 19 o queda stuneado 1d4 turnos.

Kora no sé lo pensó dos veces y corrió a refugiarse entre los arbustos, lejos de la violencia del combate

Las fuerzas combinadas de Rya y Sésperis, garrazos y garrotazos, terminaron por dar cuenta de uno de los licántropos.

—¡Va! —gimió Savinian, que se tuvo que detener un momento en el aire y agarrarse las profundas heridas que no dejaban de sangrar—. ¡Ya casi lo tenemos!

El drow conjuró una nueva esfera de reluciente líquido verdoso y la arrojó contra el último hombre lobo que quedaba en pie, justo cuando Galatea lanzaba a su vez una estalactita que dejaba un rastro de vaho. Ambos ataques mágicos golpearon a la criatura bestial que, lanzando un rugido de desafío, huyó a la carrera a través del espeso bosque.

—Ay, ay. Necesito unas venditas por aquí —dijo descendiendo suavemente al suelo.

Activó la magia de su cinturón curativo y sus heridas mejoraron notablemente. No obstante, sería herido.

Hombre lobo 3 resiste el aturdimiento de Lanza de hielo (TS Fort 27). El daño de Lanza de hielo se reduce a 20 (RD 5/plata se aplica a la parte del hechizo que hace daño perforante).

Savinian mueve y utiliza su dote de reserva Salpicadura ácida contra Hombre Lobo 1 (ataque de toque a distancia 23, éxito). Daño: 19.

Hombre lobo 3 se retira.

Savinian activa su cinturón curativo tres veces consecutivas curándose 7, 12 y 8 pg.

FIN DEL COMBATE (a menos que declaréis lo contrario)

(22) Savinian: 29/49 (Volar)
(21) Hombre lobo 3: 45 daños, herido y a la fuga
(16) Galatea: 69/71 (infundir valor +2 3 asaltos)
(16) Áscalon: 18/45 (infundir valor +2 3 asaltos)
(16) Rya: 67/67 temporales 19/19 (Armadura luminosa 14 horas y 45 minutos, Escudo +6 12 minutos, Falsa vida 7 horas, Greater mighty wallop 14 horas y 45 minutos, infundir valor +2 3 asaltos)
(16) Sésperis: 38/45
(15) Berenice: 30/45 (Devoción por la protección +3 9 asaltos, infundir valor +2 3 asaltos)
(6) Kora: 17/56 (infundir valor +2 3 asaltos)

La sacerdotisa seguía viéndolo todo rojo, no había hecho más que agitar la maza y podía escuchar al lobo riéndose de ella por su torpeza en combate. Cuando la criatura huyó, pensó en correr detrás para seguir moviendo la maza como si fuese un sonajero en manos de un bebé, pero se dio cuenta del ridículo que haría.

Escuchó a Savinian protestar de dolor y recordó que su labor en los Escudos no era, precisamente, la de combatir, sino la de proteger. Tiró el arma al suelo y corrió a recoger al drow cuando descendió de su vuelo.

-Ay, ay, ¿estás bien? ¿Dónde te duele? 

Por todas partes, parecía querer decir el hechicero por su gesto contrito. Berenice lo tumbó en el suelo, una medida tal vez algo exagerada. Le inspeccionó el rostro, el cuello, y luego recorrió su cuerpo en busca de heridas graves. No le quedaba más que un conjuro, de modo que susurró una plegaria a Selûne para lograr evitar más daños. Una cálida corriente recorrió al elfo oscuro y los arañazos superficiales se cerraron.

-Ya está, enseguida estarás bien -lo arrulló mientras le recorría la frente con los dedos chisporroteantes.

En realidad él ya estaba bien, pero quería estar del todo segura y lo revisó de arriba abajo, sin pararse a pensar si estaba invadiendo su espacio vital o estaba tocando donde no debía. Solo pensaba en ver sus heridas para sanarlas, pero también en comprobar que estaba vivo y en perfectas condiciones. Con el corazón aún agitado, terminó de asegurar la salud de Savinian con una carga de su varita mágica y se volvió hacia los demás.

-¿Quién más necesita ayuda?

Kora levantó la mano. La sangre antigua estaba ahora cubierta por la nueva, la bardo estaba echa unos zorros. Berenice se acercó a ella para sanarla con las cargas de la varita.

-Creo que ya hemos combatido suficiente por hoy -comentó con la voz estrangulada-. Tenemos que descansar. Selûne me ofrecerá sus dones cuando salga la luna y para eso no falta mucho. Pero aún así, no estamos en condiciones de seguir luchando. ¿Por qué no... nos tomamos un descanso y afrontamos las cosas con la mente despejada?

Sésperis no necesitó que Rya la espoleara o le indicara al licántropo que huía. Bastó con girar el rostro y un cruce de miradas para que la dragonnel se lanzara a la carrera tras el hombre lobo. Extendió las alas, dio un brinco y sacudió el aire para elevarse dos cuerpos, y planeó sobre el follaje en busca de su presa.

En otras circunstancias, la paladina hubiera dejado escapar al hombre lobo. Aunque era un monstruo vil, sus amigos estaban heridos, y los ocupaban asuntos más acuciantes en el bosque de Velar. Sin embargo, parecía que habrían de enfrentarse a la manada de Colina Aullante. Por la forma en que habían hablado, si bien no eran parte de la manada, sí estaban en contacto con ellos, y sería mejor si no estaban advertidos antes de que los Escudos fueran a ellos.

Perseguiste al hombre lobo por el bosque a lomos de Sésperis. El licántropo trató de darte esquinazo, pero cuando resultó obvio que ibas a alcanzarle se giró sobre sí mismo y saltó sobre ti. Su zarpazo hizo chisporrotear tu conjuro de escudo, que absorbió la fuerza del impacto.

¿Tu CA es 24 ahora mismo? Creo que sí, pero confírmamelo.

No hace falta que tires Ini xD.

(27) Hombre lobo 3: 45 daños, herido y a la fuga
(X) Rya: 67/67 temporales 19/19 (Armadura luminosa 14 horas y 45 minutos, Escudo +6 12 minutos, Falsa vida 7 horas, Greater mighty wallop 14 horas y 45 minutos, infundir valor +2 3 asaltos)
(X) Sésperis: 38/45

El licántropo se abalanzó sobre Rya un momento antes de que Sésperis lo alcanzara, y los tres se enzarzaron en una cruenta batalla de garras, dientes y un garrote.

¡Por fin! clamó. Al menos, en sus últimos momentos, tal vez por que no le quedaba otro remedio, uno de ellos había tenido el coraje de enfrentarse a ella cara a cara.

Rya y Sésperis hacen sendos ataques completos, y fallan todo, salvo uno, que no supera la RD.

CA 26 (y los que le atacan cuerpo a cuerpo reciben -4). He subido a notas la CA con las diferentes protecciones puestas.

*No he contado el bono de inspirar coraje, porque supongo que ya se habrá agotado. Aun así, solo acertaría un garrazo.

El hombre lobo rugió como respuesta y castigó tus defensas mágicas con sus zarpazos sin lograr sobrepasarlas.

Pues él tampoco se queda corto xD.

(27) Hombre lobo 3: 45 daños, herido y a la fuga
(X) Rya: 67/67 temporales 19/19 (Armadura luminosa 14 horas y 45 minutos, Escudo +6 12 minutos, Falsa vida 7 horas, Greater mighty wallop 14 horas y 45 minutos)
(X) Sésperis: 38/45

Rya mantuvo a raya al licántropo de un garrotazo, y cuando volvió a lanzarse sobre ella, le abrió el cráneo al mismo tiempo que Sésperis le propinaba una dentellada en el hombro.

Rya y Sésperis hacen sendos ataques completos:
   Ataque 2 de Rya. Ataque 27, daño 25.
   Mordisco de Sésperis. Ataque 27, daño 11.

Con un gañido, el licántropo se derrumbó en el suelo del bosque tras tu último garrotazo. Poco después, como había sucedido con los demás, retornó al aspecto del hombre que había sido en vida.

Rya y Sésperis emergieron de la espesura. La paladina bajó de la grupa cargando con el cadáver de un hombre Su torso mostraba dos graves quemaduras, y su cráneo estaba hundido justo por encima de la frente.

Se agachó para dejar el cuerpo junto al de los otros dos licántropos muertos. Que el mal que hayáis hecho desde que fuisteis malditos os sea perdonado en el otro lado, pidió, antes de volver a ponerse en pie.

A su alrededor, sus amigos parecían recuperados de sus heridas, pero sus rostros reflejaban el agotamiento y la conmoción de haber peleado por sus vidas dos veces en un mismo día.

Deberíamos buscar un refugio para descansar, propuso. Todavía sentía la magia palpitar en armonía con los latidos de su corazón, y estaba ilesa. Por eso consideró que debía ser ella quien lo propusiera en primer lugar, inconsciente de que Berenice ya había hablado de ello mientras ella perseguía al hombre lobo. O podemos intentar volver a Velarburgo. ¿Cuánto creéis que tardaríamos en llegar?

—Savi, ¿Estás bien?

Galatea se acercó apuradamente haciendo ademán de levantar los brazos por si Savinian necesitaba ayuda para descender, pero como vio que podía solo, le dejó espacio para que pudiera hacerlo. Aunque lo que vino después la hizo arquear una ceja.

—Por amor de los dioses Berenice, no hace falta que lo sobes tanto—dijo con la cómica expresión de alguien que acaba de descubrir una tarántula en el pan que se está comiendo. Para ella el espacio vital era algo de suma importancia, así que tanta exageración para lanzar un hechizo de curación se le hacía un atraco a mano armada contra él susodicho.

Áscalon se acercó en ese momento emitiendo un gañido con las orejas planas y la cola caída.

—No—respondió inmediatamente como si acabara de tumbar de forma tajante una pregunta. Se acercó a su compañero y se agachó para abrazarlo—. Eres igual de importante que cualquiera de nosotros.

«Para mí lo eres»

—Lo has hecho muy bien—le susurró estrechándolo ligeramente para no lastimarlo antes de volver la cabeza para contestar a la pregunta de Berenice—. A Áscalon también le vendría bien un poco de sanación.

El lobo movió ligeramente la cola tras aquello y alzó un poco las orejas. A Galatea tendía a molestarle que Áscalon pareciera estar "en segundo plano" para todo el mundo que no fuese otro druida, así que siempre que pasaba se recordaba que sus amigos no lo hacían a propósito porque para algo eran sus amigos. Que de base era imposible que vieran al lobo como ella lo veía porque simplemente no eran ella. Aunque al menos ellos sabían que no era una simple mascota, que ya era más de lo que podía decirse de la gran mayoría de la gente.

Rya regresó de su persecución en aquel instante, al parecer había logrado dar caza al malarita aunque los dioses la librasen de elucubrar qué le habría lanzado para haberlo dejado de aquella guisa.

—Sí, estoy de acuerdo. Pero creo que Savi podría crearnos otro refugio como el de la última vez, que siendo esto Velar va a ser más seguro—le dijo a la paladina antes de mirar al mago para que corroborase si podía. Si aquellos "lobos guardianes" habían avisado a aquel grupito, cabía la posibilidad de que no hubieran sido los únicos. En Velar cualquier precaución era poca—. Eso y que deberíamos evitar que puedan seguirnos el rastro. En cuanto a lo de volver a Velarburgo, me temo que nos llevaría varias horas.

También tenían que recordar memorizar aquel conjuro para poder hablar con los trolls al día siguiente. Si después de hacerle una visita a la Colina Aullante encontraban nada que pudiera interesarles, siempre podrían intentar explicarles, ya en su idioma, que podían intercambiar con ellos cosas que encontrasen a futuro y que interesaran a ambas partes. 

Aunque la sola idea de plantearse el comerciar con trolls chatarreros la seguía desconcertando. ¡Trolls chatarreros! Si no los hubiera visto con sus propios ojos le habría costado creer tal cosa.

Savinian se tomó el escrutinio de Berenice con humor.

—No es necesario, pero es siempre agradable que una mujer hermosa le sobe a uno —rio el drow—. Gracias, Bere. Y por la curación también.

Recuperadas su jovialidad y su vitalidad se incorporó, quedándose sentado en el suelo con las piernas cruzadas.

—Uf, os juro que me ha pasado la vida por delante —dijo, y se encogió de hombros—. Hoy no ha sido nuestro mejor día, ¿eh?

Se caló sus anteojos de vidrio esmerilado.

—En efecto, tengo un conjuro de Truco de la cuerda preparado. Creo que lo prolongaré más allá de las ocho horas que dura. Nos merecemos quedarnos cinco minutos más en la cama, ¿no pensáis?

Por supuesto, el pensamiento de Savinian iba por sus amigas no élficas y sus compañeros bestiales. Tanto Galatea como él se apañaban solo con cuatro horas de meditación, el Ensoñamiento.

Rya se acercó para curar a Áscalon, pero su cinturón estaba seco, y no recuperaría su energía hasta el próximo amanecer.

Hemos sacudido el avispero y acabado con la dríada malvada, dijo, cuando estuvieron todos reunidos y recuperados de lo peor de sus heridas. No había sido su mejor día, pero eran aventureros, y habían sobrevivido a aventuras peores. No todos podían decir lo mismo. Mañana empezaremos a remontar.

Cuando Savinian mencionó el truco de la cuerda, Sésperis sacudió la cabeza, erizó el pelaje y bufó como una gata. Estaba acostumbrada a dormir en espacios cerrados, pero la planta baja del almacén que Rya había convertido en su casa era lo bastante grande como para que extendiera las alas, levantase la cabeza y rodase sobre sí misma sobre la paja.

Rya recordó a su compañera que había un dragón en el bosque, y la pobre dragonnel, que temía más a los dragones que a los espacios reducidos, aceptó a regañadientes la solución que les ofrecía Savinian para pasar desapercibidos en el bosque.

Comamos algo antes, propuso. Habían matado a los lobos y los licántropos. Suponía que eso les daba tiempo suficiente como para cenar con tranquilidad antes de retirarse a recuperarse.

¿Querréis ir a la Colina Aullante mañana? preguntó. No habían sido capaces de seguir el rastro de Aedelwulf, y al día siguiente, sospechaba que lo que estaría demasiado frío. Esos fetiches que encontramos no estaban impregnados de maldad. La influencia de esa nueva hembra alfa no será profunda todavía; podemos librarles de ella antes de que sea demasiado tarde.

Galatea se acercó a los lobos caídos y los olfateó detenidamente. En concreto, olfateó aquella sustancia negra y arrugó el hocico.

—Esto huele como un hongo o una seta... —dijo antes de volverse hacia Rya—. Ya que mencionas a Cilantro, ¿recuerdas haber advertido que las setas que tenía sobre su cabeza estaban por toda la cueva?

Se cruzó de brazos con un ceño pensativo.

—Hay algo relacionado entre ella, Kazok y estos malditos malaritas; esta porquería negra estaba tanto en los colmillos de estos lobos como en los de los perros—gruñó—. Lo que aún no sé es cómo encajan exactamente. Pero apuesto a que en la Colina Aullante hay bastantes posibilidades de encontrar alguna respuesta.

Sacudió la cabeza.

—Y ya no es solo eso... por supuesto que no quiero dejar a esa manada a su suerte. Si puedo zafarlos de las asquerosas zarpas de Malar, ya lo creo que lo pienso hacer. Allá donde van sus malditos seguidores sólo siembran ponzoña y miseria.

Rya se echó el cabello hacia atrás y se rascó la sien.

Había bastantes por la caverna, pero no sé si eran del mismo tipo, dijo. No me fijé, estaba ocupada peleando. Y además, qué sé yo de setas...

Berenice aceptó el cumplido de Savinian con una sonrisa.

-Un placer. Lo de poder ayudar, digo -añadió después. Por suerte Galatea le dio una salida a la conversación embarazosa hablándole del lobo-. Claro que sí, bonito -le dijo a Ascalón, acercándose a él. Le acarició el pelaje, el pobre animal tenía heridas y sangre seca, de modo que Berenice le regaló unas caricias y unos mimos mientras usaba la varita para restaurar el dolor-. Ya está, como nuevo, ¿a que sí?

Lanzó un hondo suspiro.

-No ha sido nuestro día, no estabamos preparados para lo que ha sucedido. Yo no estaba preparada para lo que ha ocurrido y no he podido ayudaros. Tenemos que pensar detenidamente el siguiente paso y prepararnos debidamente, y para eso necesitamos información. ¿Qué nos vamos a encontrar en la Colina Aullante? ¿Se os ocurre de qué manera podemos obtener información? Puedo... puedo intentar preguntarle a Selûne, quizá me ofrezca algo de información, pero... no sé por dónde empezar.

Ay, magos, druidas y sacerdotisas, y su obsesión con la planificación y la preparación. Rya siempre estaba preparada para lanzarse a la carga blandiendo su garrote. Mystra, en su cósmica sabiduría, la había bendecido con los dones que necesitaba, y la había apartado de los enredados caminos por los que otros transitaban.

Sin embargo, la paladina apreciaba que hubiera otros con ella que compensaran con cautela su temeridad. Más de una vez habría perdido la vida de no ser por ellos, tanto cuando era parte de las Plumas como ahora, en los Escudos.

Ese ha dicho que la malarita mató al líder de la manada. Rya señaló al cadáver del que había sido portavoz de los licántropos. ¿Bastaría con retarla y matarla?

Áscalon emitió un gañido triste aunque cuando el dolor de las heridas fue desterrado, empezó a mover la cola ligeramente y Berenice recibió varios lametones agradecidos en la cara antes de que el lobo volviese con Galatea.

—No—respondió ésta a Rya mientras acariciaba a su compañero—. No es tan sencillo. Por lo que entiendo que ha sucedido... la manada de Malar es más grande y se trasladó al territorio de la manada de la luna que es más reducida, así que se lo reclamó retando a la Alfa. Aun siendo yo otra licántropa no tengo una manada, no tengo números para reclamar la supremacía del territorio así que simplemente derrotarla a ella no bastaría para arreglarlo todo.

«Y tampoco es como si quisiera hacer otra cosa con una manada de malaritas que no fuera correrlos a todos a patadas»

Sacudió la cabeza. ¿Cuál habría sido la diferencia numérica? No eran lo mismo seis hombres lobo que doce. Ni que veinte.

—No consideraría mi primera opción enfrentarnos a una manada entera sin más. Esos malaritas son quienes estaban dando problemas en Cormanthor y ya habéis visto que no se les hiere con cualquier cosa.

Si al menos pudieran contar con los licántropos de la luna... pero no sabía ni en qué estado podían estar y aquello la hizo sentir un desagradable frío interior. Para colmo, el comentario de Berenice, aunque involuntariamente, sólo lo hizo aumentar pues recordó de golpe todo lo sucedido aquel día y el angustioso regusto de la hiel se le vino a la boca. Selûne bendita si soñase tendría pesadillas.

Suspiró interiormente.

—En cuanto a maneras de obtener información... yo puedo intentar preguntar a la fauna local, pero no garantizo que sepan algo que nos sirva. No sé si vosotros contaréis con algún conjuro para husmear de lejos, o si es factible preguntarle algo a uno de esos cuerpos.