Partida Rol por web

Avalon [partida NO finalizada]

Rob

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03/06/2009, 14:37
Rob Red

-No veo por qué no. Vayamos al mercado para ver qué han traído.- El gigante de las Marcas Altas repite la misma maniobra con la que tantas veces ha posado a su hijo sobre sus hombros y así se encamina imponente hacia el mercado de Carleon. El avance es tranquilo y distendido intercambiando bromas entre padre e hijo, sin embargo, en todo momento van pendientes de los pequeños matices que con claridad notaron han cambiado en el entorno.

Notas de juego

Sigo sin entender si es por la mañana o por la noche. Hace un rato estábamos desayunando y ahora el banquero me ha dado las buenas noches.

Master, antes o después vas a tener que dejar o tus pastillas o los viajes astrales… con las dos cosas está claro que no puedes.

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05/06/2009, 10:38
Rob

Como siempre, el mercado de Carleon es una mezcolanza de olores, colores y sabores que regalan a vuestros sentidos. Llevas a Rob a tu hombro, sabes que, si lo dejas en el suelo, empezará a corretear de un puesto a otro y no es la primera vez que lo pierdes de vista así.

Hay un pequeño teatro interpretando una obra que recrea la historia de Avalon, con las invasiones y los sidhe, y que termina con la muerte de la última reina. Tambien os encontrais malabaristas y prestidigitadores. Tu hijo lo mira todo asombrado. Os hacercais al gremio de los artesanos, donde extraños juguetes, venidos del continente, se esparcen por los puestos. Se acerca la hora de comer y escuchas como el estómago del niño comienza a hacer ruidos.

Notas de juego

Mis pastillas hacen cosas extrañas con mi cuerpo. :(

Es por la mañana, desayunasteis, salisteis para el banco y ahora vais a pasear por el mercado.

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08/06/2009, 15:55
Rob Red

-Parece que por ahí arriba ya se van aculando las ganas de comer.- dice Rob tornando ligeramente la cabeza para hacer amago de mirar al crío sobre sus hombros -¿Has visto algo en el mercado que se te apetezca comer o prefieres que volvamos con Marcel? Hoy te dejo decidir.-

Mientras conversan, su marcha a través del mercado no se detiene. Según decida el joven irán para un lugar o para otro, mañana se presenta un viaje de trabajo por lo que este era un excelente momento para que el chaval disfrutase a placer. Las gentes siguen haciéndose a un lado ante la imponente pareja y las zancadas seguras prosiguen sin más a la espera de un destino.

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09/06/2009, 21:54
Director

Rob decide que probeis un extraño plato importado desde Theah. Es una especie de pescado cocido dentro de bollos de pan. De postre, manzanas caramelizadas. Pasais el resto del día paseando por el mercado de la ciudad. Carleon es una pequeña ciudad marinera, con bastantes entretenimientos que ofrecer en un día de feria.

Volveis a la taberna de Marcel bastante tarde. Rob casi se queda dormido encima de la cena que os trae Marcel. El cuanto lo subes al cuarto, se queda encima de la cama completamente dormido.*

Notas de juego

Querría que me digeses si tu PJ frecuenta el barrio de las Jennys. ^^

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10/06/2009, 16:31
Rob Red

Tras dejar a su hijo durmiendo, Robert vuelve sobre sus pasos para ver pasar un par de horas en la taberna junto a Marcel. No necesita demasiado descanso para estar fresco como una rosa y prefieran aguardar pensando en el camino que le espera junto a una buena jarra de vino.

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11/06/2009, 15:22
Marcel

Marcel te sirve un cuenco de vino con un pedazo generoso de pan de maiz. En la taberna empieza a haber un ambiente extraños. Los marineros susurran entre sí. Algunos parecen simplemente felices, pero otros tienen la cara de un hombre que está a la espera de que algo terrible suceda.

-Avalon está cambiando. Los hombres hablan de seres que no se veían desde la época de mi bisabuelo, y las capturas del día han sido extraordinarias. Tal vez demasiado. Y no ha todos les gusta.-

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19/06/2009, 19:12
Rob Red

-Justo aquí, en estas islas, cuando los primeros rayos del sol se cuelan entre las nubes portadoras de tormentas, puedes encontrar seres que te miran fijamente a los ojos. Aunque habitan en muchos otros lugares, no hay duda de que ellos prefieren Avalon, pues a fin de cuentas ellos estaban aquí antes. Esta es su casa y cuando se dejan ver siempre son portadores de noticias.-

Rob humedece la hogaza de pan en el vino y tras escurrirla levemente en el borde le da un tiento. Tras degustarlo tuerce el gesto de forma complacida y le devuelve una medida sonrisa a Marcel al cual ha encontrado bastante afectado por los desvaríos de la Naturaleza que aún no han sido justificados.

-¿Te preocupa que lleguen nuevas noticias?-

Notas de juego

Perdona que no contestase antes, es que me distraigo, es mi naturaleza.

:P

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22/06/2009, 21:33
Marcel

Marcel se apoya en el respaldo, rascándose la prominente tripa.

-No, no me importan las nuevas noticias. Si los shide han vuelto, el país estará más protegigo. Lo que me preocupa es lo que puede venir con ellos. Los Oscuros siempre están más atentos. Y no tenemos corona, eso hará que pongan ellos una, no lo dudes. No me gusta pensar que mi destino lo rigen seres que se creen superiores. Un hombre debe hacer su propio camino, aunque sea uno que ya está decidido.-

El tabernero, que es un hombre bastante sencillo en la vida cotidiana, parece hablar ahora un extraño galimatias

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30/06/2009, 04:31
Rob Red

-Una corona… un destino… una decisión…

Permíteme contarte una historia que acaba de venirme a la cabeza. Puede que ya la escuchases antes, de ser así no dudes en avisarme.-

Robert da un largo tiento a su jarra de vino para después entornar los ojos mientras recoge de su memoria los trazos precisos de aquellas viejas historias clásicas sobre grandes reyes que una vez le contó su padre.

-Una vez un gran conquistador se hizo con cierta ciudad y antes de partir para proseguir con sus conquistas tuvo a bien escoger un regente local que custodiase el lugar. Buscó un intérprete y comenzó a dar paseos por la ciudad de forma discreta, miraba en los mercados, comía en las tabernas o aceptaba las invitaciones a comidas oficiales que ofrecían las gentes acaudaladas. Pero no conseguía encontrar a nadie que fuera digno de aquel cargo.

Un día, acompañado por su intérprete, pasó cerca de un pequeño muro de piedra del que asomaba el follaje de toda clase de árboles: majestuosos cedros, higueras seculares de ramas extendidas, cascadas de pistachos y melocotones.

Echó un vistazo sigilosamente al otro lado de la verja y se quedó estupefacto de las maravillas que se presentaron ante sus ojos: árboles frutales de toda especie, arbustos maravillosamente cuidados, fuentecillas y arroyuelos, rocas entre las que crecían plantas espinosas que no había visto jamás en su vida.

De repente apareció un hombre que tiraba de un pequeño carro cargado de estiércol. Este, se puso a abonar sus plantas una por una, y lo hacía con tanto amor y cuidado que asombraba.

-“Cuando conquistasteis la ciudad vuestros soldados decidieron incendiar este jardín”–le contó el intérprete-“pero ese hombre se puso delante de la verja y dijo que si querían cometer semejante atrocidad primero tendrían que pasar por encima de su cadáver.”
-“Él será el rey.”-afirmó el gran conquistador.
-“¿Un jardinero?”-preguntó asombrado el intérprete.
-“Sí. Un hombre que está dispuesto a morir por salvar las plantas de un jardín que no es siquiera el suyo, ¿qué no haría por proteger a su gente y para hacer crecer su ciudad?”

Y así fue. Aquel humilde jardinero con grandes manos callosas fue el mejor rey que recuerde dicha ciudad.-

Concluida la historia, apuró el trago y se dispuso a partir hacia sus aposentos. Sin embargo, su rostro no era ahora el mismo que al comenzar el relato. Su expresión mostraba conjuntos rasgos de amargura y desilusión. La historia no parecía ni mucho menos un relato pesimista, mas los pensamientos que esta había forjado en el montañés no eran para nada alentadores.

-Desgraciadamente esta es tierra de pesadores y no de jardineros. Alguien acabará siendo coronado, pero no será un jardinero. No importa en demasía la voluntad de los hombres sencillos como nosotros, mas te digo que tampoco en demasiad va a importar lo que los shide hagan o dejen de hacer. Lo único que sé es que aquí no veremos reinar a un jardinero.-

Notas de juego

Disculpa el retraso en el posteo.
Espero que el contenido del mismo compense la espera.
No he sido muy original, pero he tirado de un bonito clásico.
(Así de paso ya sabes los pensamientos de Rob sobre futuros regentes)

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01/07/2009, 23:19
Ossian

Un hombre que parece materializarse de la nada, que juraráis que no estaba sentado allí hace unos minutos, se levanta de una de las mesas con una jarra vacía en la mano. Es casi un anciano, que lleva las ropas de los druidas.

-En un jardin crecen flores. Tal vez ese jardinero tuyo ha conseguido cultivar una flor tan perfecta que sea merecedora de sentarse en el trono.- dice en el tono misterioso que siempre parece acompañar a los miembros de su gremio - Marcel, partiré ya. Buenas noches.-

Se despide dejando unas monedas en la barra.

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02/07/2009, 01:11
Rob Red

El hombre utilizó el termino: “una flor tan perfecta”. Robert siguió y sin cambiar su actitud sobria. Cuando el desconocido se despidió de Marcel y justo en el instante en que pasó caminando a su lado recibió de este una leve pero cortés inclinación de cabeza, quizá un saludo o tal vez tan solo un gesto de deferencia. Cuando la puerta se cerró tras el misterioso hombre, volvió a posar sus ojos en el posadero y expulsó lentamente, con indiferente suavidad, un suspiro resignado:

-Que sea grata la noche, Marcel, pues mañana será un nuevo día.-

Con estas palabras se despidió para emprender camino escaleras arriba e ir a reposar junto a su hijo, ya que en unos horas, ambos deberían estar prestos para el trabajo.

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02/07/2009, 15:29
Serk

La noche transcurre sin más sobresaltos. Por la mañana, el niño se viste rápido, conocedor de que, en días como hoy, más vale ser puntual. Marcel os sirve el desayuno, con la cara un poco más seria que de constumbre. Sabes que no le agrada que te lleves al niño a las misiones, aunque nunca hubiese problema.

-Buena suerte muchachos.- os desea apoyado en la barra, acariciando el pelo del niño.

Cuando llegais al lugar convenido, Sherk os espera junto a un hombre y una mujer.

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02/07/2009, 17:49
Rob Red

No debía quedar mucho para que la noche se tornara rojiza en uno de sus extremos, avisando el amanecer. Padre e hijo se habían levantado con mucha previsión para llegar a tiempo a la cita. Los ojos del insomne niño aún luchaban por mantenerse abiertos, mientras tanto Rob se concentraba en aquel anuncio de esplendor, y agradeció el fin del frío y la huída de la oscuridad. Íntimamente se alegró del nuevo día, pues aunque el regalo de la novia no tendría tan fácil solución como la luz, al menos con este nuevo encargo podría acceder a conseguir lo que para ella valoraba justo.

Como era costumbre Rob Red estaba en el lugar indicado donde la noche acaba. Su mirada contemplaba el cielo abierto y le pareció grato el reencuentro con su contratista ya que los clientes también se habían adelantado. Mientras caminaba hacia la comitiva trató de sentir las aguas tranquilas, trataba de presentir posibles tormentas que coartasen la plena luz, su camino era corto, sendero a Luthon, es tránsito habitual en el que no se prevé daño. No obstante, sería ausencia de sabiduría y también de amor por vida echarse a los caminos sin alguien que los conociera. Una vez todos estuvieron cerca, el gigantesco montañés hizo un reverencia que fue imitada por el niño, con ello esperó a que Serk tuviera a bien realizar formalmente las presentaciones.

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03/07/2009, 00:41
Serk

Tus nuevos clientes responden con una leva inclinación de cabeza. La mujer lleva una capa con la capucha echada, que la cubre de la cabeza a los pies. Unos pequeños mechones pelirrojos se escapan entre la tela. El hombre tiene un aspecto tan siniestro que  hace que el pequeño Rob se ponga detrás de tu enorme cuerpo. Uno de sus ojos es rojo, y el otro azul. A diferencia de la dama, lleva ropas andrajosas, y parece necesitar un bunen baño, aun que su olor no sea desagradable.

Serk os presenta con bastante formalidad.

-Este es Rob Red, os llevará hasta la capital. Una impecable hoja de servicios lo abalan. Estos son tus clientes, el druida Derwyddon y Lady Linette. Suerte a los tres y buen viaje.- dice ignorando a tu hijo-

 

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03/07/2009, 03:34
Rob Red

El niño fue elevado hasta la grupa del caballo y allí se acomodó. No era la primera vez que acompañaba a su padre, tampoco la primera que montaba. Era otra parte del trabajo, una parte que a él le sucedía a menudo y que le permitía ir aprendiendo. ¡Y todo era tan variopinto! Primero había que salir al paso de la ciudad, después debían de cruzarse bosques… era un camino ya conocido, pero siempre peculiar. Fuese lo que fuese, ya viajantes, animales, bandidos despistados, todo lo que veía, después, le sería útil para convertirse en un hombre honorable. Aunque él aún no tenía realmente claro qué era eso del honor, pero debía ser algo muy importante por lo que decía su padre, quizá algún día se atreviera a preguntarle.

-Señores, partiremos en cuanto estén dispuestos. Pero recuerden que llegaremos más lejos partiendo ahora que haciéndolo luego.- Robert lanza una sonrisa marcada y cómplice desde lo alto del caballo, es bueno que sus protegidos tomen cierta confianza en su persona lo antes posible, eso ahorrara futuras diferencias -De aquí a pocas horas la tormenta nos habrá calado, pero por el momento el sol nos da tregua. Sugiero aprovecharlo.-

Los dos compañeros de viaje asintieron conformes. Así los tres caballos se pusieron en marcha, siempre con paso calmado, para evitar posibles encontronazos en calles que de aquí a poco hervirían en actividad, pues esta era ciudad madrugadora. Alguien vendiendo y alguien comprando, alguien robando y alguien sufriendo, lo que viene siendo la vida urbana de la época. De hecho es algo que se puede apreciar hasta ya bien entrados en los límites del bosque, pues los hombres no dejan de comerle terreno al mismo. Los márgenes arbóreos son para muchos una extensión de la economía de un pueblo y están llenas de cazadores, leñadores y carboneros.

En estos lugares, incluso cuando los caminos abiertos son anchos y transitados, el hombre sigue siendo un invitado. Los verdaderos señores son los árboles, que dan a regañadientes la luz que las plantas bajo ellos necesitan. Los animales se mueven a su alrededor, los pájaros cantan y el aire queda cargado por la fragancia de verdor y el crecimiento. Los robledales son el árbol dominante en estas tierras pues prefieren las zonas soleadas y con abundancia de agua, zonas aptas para todo tipo de vegetación. Entre roble y roble es posible encontrar nogales, hayas y manzanos. Bajo sus copas crecen todo tipo de flores y arbustos, bayas y acebos. En la espesura los zarzales y demás maleza que complica el movimiento. Por fortuna hay camino hecho.

Mientras avanzan Robert va dejando caer pequeños cúmulos de información en los oídos del pequeño que parece ansioso por aprender cada día un poco más. El tono que usa es suficientemente discreto como para no molestar la marcha al trote de sus protegidos, pero tampoco pretende que estos sean ajenos a sus palabras:

-Algunos de estos árboles llegan a ser tan anchos que hacen falta hasta cinco hombre para rodearlos uniendo sus manos. Uno solo de ellos puede albergar colonias enteras de pájaros, ardillas e incluso campesinos. Con harina de bellota se hace un pan realmente sabroso. Esta también es una excelente zona para cazar venados, jabalíes, faisanes y urogallos. Según la zona también podrías encontrar conejos y tejones…-

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03/07/2009, 21:22
Derwyddon

Poco a poco, salís de los muros de la cuidad, dejando atrás el bullicio urbano.El bosque os recibe con cierta humedad que casi llega al bochorno. Aún así, la mujer no se desprende de su capucha.

El pequeño Rob atiende a todas tus explicaciones, casi sin pestañear. La mujer camina silenciosa, mirando al frente. El hombre, sin embargo, mira a tu hijo con curiosidad. Para el caballo frente a unas plantas, recogiendo muchas de ellas. La dama, aun de espaldas a vosotros, para tambien el caballo.

Derwyddon vuelve con fresas, tanto con los frutos como con las plantas.

-Tomad.- dice alzando las manos, como si se tratase de una ofrenda -no solo sirven para comer, tambien son buenas para las heridas. Debeis guardarlas para despues.-

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03/07/2009, 23:14
Rob Red

El niño miró de soslayo a Rob, ambos reposando sobre el caballo, y este le asintió conforme. El pequeño, que tenía siempre en mente la referencia de su padre, extendió las manos para recoger los rojizos frutos, seguidamente los echó al morral que colgaba a un lado del animal.

-Confío en que os referís al almuerzo y no a un imprevisto.- responde el montañés mientras cruza una mirada inquisitiva con el extraño druida -Podremos encontrar comida y cobijo antes de que anochezca si apuramos el trote.-

Tras acariciar con una mano el cabello de su hijo, clava espuelas con suavidad y emprende camino de nuevo para alcanzar a la dama.

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03/07/2009, 23:32
Elaine

La dama por fin muestra su rostro. Un rostro muy hermoso, de los que no pasarían desapercibidos en ningún lugar. Os mira sonriendo.

-Gracias por acompañarnos, sir Rob, me temo que nos costó un poco encontrar un acompañante dispuesto a llevarnos a los dos.  dice señalando a Derwyddon - Mi nombre es Lady Elaine. Si es necesario apurar el paso, así lo haremos. Preferiría dormir a cubierto.-

Proseguís el camino a Luthon discretamente, cruzándoos con caravanas comerciales y viajeros aislados. Según os cuentan, el camino está despejado. A los lejos atisbais las Montañas Negras, y observais las ruinas del puente de Bran, con el lago a su lado. Elaine empieza a relatar una leyenda con tono firme. Su voz es suave y elegante.

-Cuentan las leyendas que , hace mucho siglos, cuando la invasión de Montaigne era ya un hecho, el heroe Athwys huyó aquí con el Grial de los shide. Lo arrojó al agua, donde la Dama del Lago lo recogió para poder entregárselo a su legítimo heredero. Dicen que cuando ese heredero recupere lo que es suyo por derecho propio; el trono de Avalon, el glamour volverá a nuestas islas. Para protegerlas, apra siempre.-

A medida que os alejais del agua, Rob tiene un aspecto más cansado. Le es difícil estar lejos del mar y sigue siendo solo un niño. Aún así, escucha la historia con atención.

El día avanza y parece que os librais de la lluvia, como si escapáseis de ella. Comeis en los caballos, con las provisiones preparadas para ello. Se acerca la noche y llegais a Lerith, un pequeñp pueblo con una posada bien guarnecida. La primera parte de vuestro viaje se ha saldado sin incidentes.

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05/07/2009, 02:15
Rob Red

Rob la miró intensamente en silencio. Creyó que eso sería suficiente. Cuando ella desmontó del caballo, sola y con soltura, él adivino una gracia muy peculiar en sus movimientos. Durante el último tramo del camino, tras oír su nombre y unirlo a la leyenda narrada no pudo dejar de pensar que no había sido escogida al azar. Repasó las sagas que en su juventud le habían sido contadas y no tardó demasiado en encontrarse frente a un personaje exactamente igual a ella. Pero no dijo nada, todavía.

Ayudó a bajar al niño y este, nada más tomar tierra, se alisó la chaquetilla de cuero. Robert le ayudó a ajustársela y después le señaló la blusa. El pequeño no tardó en darse cuenta de lo que su padre quería, con diligencia metió la parte inferior de la misma por el interior de los pantalones de lana. Después se atusó el cabello mientras veía como su padre alcanzaba las riendas de los tres caballos. Todo esto dio sobrado tiempo para que los dos protegidos se encaminasen hacia el interior de la posada. Ellos dos irían antes a las cuadras para encomendar a las monturas.

Notas de juego

Describeme las cuadras y si hay algún paje, ya de paso dime si el druida y la dama se encaminan hacia el interior de la posada o hacen algo antes.

Robert tiene que hablar con su hijo a solas antes de entrar. Debe consultarle algo. Dame pie a ello antes de meternos para adentro.

Gracias Master.

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05/07/2009, 02:42
Director

Antes de entrar en la posada, Derwyddon te mira con ambos ojos, haciendo una señal de asentimiento, como si hubieses hecho una pregunta a la que el deseaba contestar. Sigue a la dama por la puerta, con el aire misterioso que lo caracterizas. Después del tiempo que habeis pasado juntos, el druida empieza causarte menos aprensión.

Os dirigis a unas caballerizas que ya conoces. No son más que unas pequeñas coberturas de madera, pero los caballos siempre son bien atendidos por el mozo, un amante de estos animales. Coge las riendas, llevando a los caballos hacia los pesebres con agua y alfalfa, empezando a cepillarlos.

Escuchais como resuena un trueno a lo lejos, el cielo empieza a oscurecerse.