Partida Rol por web

Avalon [partida NO finalizada]

Rob

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05/07/2009, 22:02
Rob Red

-Rob, ahora quiero que no pienses en lo que nos rodeó durante el viaje. Piensa tan sólo en lo que sentías.- El chico le miró atento sin responder -Tú también notabas a la tormenta encima nuestra. ¿Verdad? Sabías como yo que debía haber caído agua sobre nosotros antes de llegar aquí.-

Las preguntas que le estaba realizaron se pronunciaban muy cerca del chico y con voz dulce, en ningún momento el padre pareció molesto o inquisitivo. Simplemente se inclinó junto al pequeño y trató de confirmar sus sospechas.

-Cuando entremos quiero que permanezcas atento pero en silencio. Si el hombre te pregunta no le des respuesta, mantén el gesto y déjame hablar a mí. A la mujer que venía con nosotros si se acerca a ti dile que has olvidado su nombre, que te agradaría volver a oírlo.-

Robert acarició el pelo de su hijo de forma cariñosa. Después aguardo a que le contestara antes de dirigirse al interior de la posada. Pero aún quedaba una advertencia más por hacerle. Era importante que Rob Red tuviera claro a quien estaba llevando a la capital antes de permitir que su hijo pasease por el mundo de los sueños.

-Cuando llegue la noche, tras la cena, te llevaré a un cuarto. Una vez en el cuarto, solo y en la penumbra de la sala, cierra bien la puerta y las ventanas, apaga también todas las luces. Quiero que te sientes en la cama y que te niegues a soñar hasta que yo esté contigo. Oirás mi voz para así poder abrirme la puerta.-

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06/07/2009, 01:46
Rob

-Pero ese hombre hacía algo... y me picaba el pulgar.- dice enseñándote un dedo en el que no hay ninguna marca visible - por eso no llovía, el se ocupaba de eso.-

Escucha muy atento todas tus órdenes, mirándote fijamente con sus hermosos ojos dorados. Asiente, dispuesto a obedecer.

-Papá, ¿esos señores son malos?. Porque yo creo que no. No son como yo, ni como tu, pero no son malos. ¿Crees que lo son?.-

Se ha hecho la noche en el día. Unos negros nubarrones encapotan completamente el cielo, haciendo que la llegada de la noche se adelante bruscamente. El pequeño bosteza, luchando por permanecer despierto. Sabes que intentará no dormirse hasta que tu llegues al cuarto, pero tambien sabes que está agotado por el viaje y la lejanía de su añorado mar.

Entrais en la posada, que os recibe con un ambiente caldeado y olor a comida. La planta baja es una sala común, en la que dos chimeneas, una a cada extremo, se ocupan de templar los cuerpos de los cansados viajeros. Abundan largas mesas de madera con bancos para reposar lo miembros y hacer acopio de fuerzas. En uno de esos bancos están sentados la Elaine y Derwyddon, dando cuenta de la cena.

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06/07/2009, 23:22
Rob Red

-Yo tampoco lo creo.- le contestó Robert con tono conciliador.

-Sabes que Avalon no tiene rey, ya hablamos de eso. También sabes que el abuelo y yo marchamos muchos días atrás para ayudar a un hombre que quería ser rey en estas tierras. No lo conseguimos, quizá por que no debíamos hacerlo, y por eso tú y yo estamos aquí ahora. Y por esa misma razón hay guerra en esta isla.-

En las Marcas Altas es habitual hablar a los niños como si de adultos se tratasen, se cree que es la mejor manera para que asimilen el mundo que les rodea lo antes posible. Jamás ha habido reparos entre estos dos montañeses para hablar claramente sin necesidad de rodeos, sin embargo son habituales las pausas para asimilar lo dicho.

-Creo que esa mujer también quiere ser rey. Lo que sientes que rodea a esas dos personas es el glamour, una especie de bruma que les aísla y les encierra, están pero no están, es una forma de magia que nace de las islas. Creo que esa mujer ha vuelto desde una leyenda y por eso necesito hablar con ella.-

Dicho esto el hombre se incorpora y pone su mano en el pomo de la puerta para después concluir diciendo:

-Ahora iremos dentro, te traeré una cena caliente y después harás lo que te pedí. No te preocupes, hijo, si son buenos les ayudaremos.-

Los dos entraron en la posada. Una persona puede determinar la calidad de una posada por su olor, y esta siempre huele a buena comida. Esta noche destaca el olor a estofado, ajo y cebollas, además debe haber cerveza. Los dos Robs aguardan en la puerta hasta que sus ojos se acostumbran a la penumbra y pueden ver lo que se les ofrece. Una vez dentro van a la barra a por comida antes de ir a sentarse junto con la dama y el druida.

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07/07/2009, 14:03
Elaine

El niño aprece mucho más contento cuando le dices que no crees que sean malos. Empieza a sonreir cuando le cuentas tu impresión sobre ellos.

-Una mujer puede ser rey.- afirma, casi para si mismo. Duda unos segundos antes de seguir hablando. Vuelve a mirarse el pulgar -Creo que, cuando se usa el glamour, mi dedo pica papa, creo que pasa eso. -

Tu hijo se ha llenado de preguntas que pugnar por salir. -Pero... las leyendas son historia, cosas que ya pasaron, ¿no?. ¿Son como el loco O´Banoon?.-se queda en silencio cuando entrais, dando por hecho que le contestarás más tarde.

Os dirigís con la comida a la mesa, en la que Elaine os recibe con una sonrisa y Derwyddon con indiferencia. La mujer lleva la capucha echada hacia atrás, y come con unos modales que no concuerdan mucho con la humilde posada.

-Buen provecho caballeros.- os recibe.

 

Notas de juego

*lo que siente el niño es una característica del glamour. Con ella, puede detectar cuando se está usando Glamour.

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07/07/2009, 21:02
Rob Red

-Gracias, e igualmente.- contesta Rob Red al sentarse a la mesa con su hijo.

Al principio el silencio presidió la mesa, pero después de probar los primeros bocados llegó el momento de narrar una historia. Durante el camino la dama tuvo a bien contar una leyenda, ahora el montañés vio la ocasión de devolverle el gesto narrando ciertos hechos que él conocía bien y que tal vez resultarían interesantes.

-Hay otra leyenda que cuenta, que no hace mucho, un rey gobernó estas tierras comenzando con gran gloria su mandato. Decían las gentes que en la cabeza de este rey estaban bien presentes las historias de tiempos pasados. Se demostró amigo de la Iglesia Vaticana y decidió casarse con una mujer de montaigne. Lo tenía todo, salvo una cosa, un heredero. Su amada esposa sólo fue capaz de concederle una hija, pero él quería un varón, por ello rompió la unión y volvió a casarse, enemistándose por ello con sus antiguos aliado de la Iglesia y de Montaigne. Mas la fortuna no quiso acompañarle ya que recibió de nuevo una hija como fruto del nuevo enlace. De nuevo se volvería a casar, una y otra y otra vez, pero ya no nació más descendencia de los posteriores matrimonios.-

Rob hizo una pausa y comprobó que el pequeño estaba disfrutando de su comida a la par que de la historia. Se decidió a tomar un buen trago de vino para aclarada la garganta yproseguir con el relato de forma jovial.

-Al morir el rey, su primera hija fue coronada. A ella se la conoce como la Reina Margaret de Avalon, la cual fue muchas cosas. Fue creyente de la Iglesia Vaticana, fue esposa de un noble de Castilla y fue la más terrible dirigente que se ha sentado en el trono de Avalon. Persiguió lo antiguo y elevó hogueras por todo el reino. Gobernó con puño de hierro y en su reino no hubo voz alguna que se atreviera a contradecirla. De ella siempre se podrá decir que bien mantuvo la guerra alejada de sus gentes. Sin embargo, también acabó llegando el momento de que la vida abandonase a esta reina.-

El rostro del montañés parecía cómodo. Su tono de voz bronca y conciliadora mostraba considerable destreza al hablar de estos hechos, dio a entender que había sido una persona criada entre historias de las islas, de ahí la soltura natural. Tras un par de tientos al vino pasó al desenlace del cuento.

-Fue entonces cuando todos buscaron a la otra hija, la que nació de la segunda unión, la pequeña olvidada, mas nadie pudo encontrarla. Se cuenta que desvaneció durante su noche de bodas y ya ocho años lleva perdida. Muchos han reclamado el trono, muchos hemos luchado por ellos, la tierra se dividió y fue bañada de color escarlata. Irlandeses y Montañeses ahora se dicen independientes. Los rumores del extranjero hablan de una flota que vendrá desde Montaigne. Y así es como se encuentra una isla a la deriva en la que no hay nadie que hoy por hoy merezca un trono.-

Concluida la historia y ya todos bien cenados, Rob puso hesto serio pero no severo y contempló a sus dos protegidos para que el niño apurase sus últimos bocados. El relato había sido bastante correcto, al estilo de los bardos clásicos. Pausas en su sitio, tono narrativo, entusiasmo adecuado, lo que se ajusta a un buen relato. Pero él sentía curiosidad por ver hasta que punto estaban ellos conformes con el contenido del mismo. No obstante, había tiempo y lo primero era su hijo, así que se puso en pie.

-Parece que el chico ya ha terminado con su cena. Lo noto fatigado por el viaje y juzgo que lo mejor será que lo lleve a un cuarto.- fue entonces cuando el montañés se levantó e ignoró al druida para asomarse con curiosidad al interior de los ojos de Elaine -Si tuvierais la bondad y paciencia de esperarme, me sentiría honrado de mantener una charla sobre la saga relatada antes de que os retiréis en busca de descanso.-

Notas de juego

Si narras tú cómo pido habitación para los dos y cómo dejo allí al niño para volver junto a Elaine te estaría muy agradecido.

Ahora veamos por donde me sale la Master.

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07/07/2009, 22:34
Elaine

-Esperaremos por vos.- dice Elaine con tono autoritario, mirando hacia Derwyddon que parece muy contento.

Rob se despide de tus protegidos muy formalito. El posadero sale de la barra para daros un cuarto pobre, pero limpio. Dos camas y  una silla. Rob se quita la ropa, dejándola en la silla. Se queda sentado en la cama, muy tranquilo. -Y ahora esperaré despierto a que vengas.- dice esperando a que lo arropes ante de que te marches.

Cuando vuelves a la sala del primer piso, Elaine se ha movido a una mesa más reservada. No hay rastro del druida. Te mira con unos ojos azules muy serenos. Unos ojos que parecen tener mil años más que su dueña.

-Sentaos, Rob.- te pide amablemente. Ha pedido vino para ambos, y pan. -Me ha agradado su legenda, muy instructiva pra el niño.-

Moja un poco de pan en la taza, disfrutando del sabor de un manjar tan simple.

-Me ha agradado tanto, que estoy dispuesta a continuarla. Erase una vez una chica de pueblo. Vivía con su viejo tío, sin grandes lujos, pero sí cómodamente. La chica creció feliz y con una excelete educación.Era hija de cierto cruel rey que desposaba una esposa tras otra, sin conseguir engendrar un hijo barón. Por tanto, era un heredera al trono, algo que ella ignoraba. La chica, ya convertida en mujer, decició casarse con el hombre al que amaba. Pero la boda no llegó a formalizarse, pues su destino era otro. Un destino que no le fué desvelado hasta el día de la boda. Ese día murió su amado y ella descubrió la senda que le había sido trazada. Pasó muchos años entre la Buena Gente, aprendiento todo lo que debía saber una Reina de Avalon. Lo más importante que aprendió es uqe debía amar a su país y a todos los seres que la habitaban mas que a nada. Cuando estuvo lista, recibió el Grial, símbolo de que los propios shide la consideraban la única candidata al trono válida. Y el Glamour regresó a las islas. Partió hacia la capital de su futuro reino, deseosa de llegar a tiempo de evitar más sangre.-

Hace una pausa, observando tus reacciones.

-¿Disfrutais del cuento?.-

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08/07/2009, 00:27
Rob Red

Cuando la dama formuló la pregunta Rob Red miraba atento las grandes sombras de la estancia que empezaban a alargarse con la lumbre de los dos fuegos, el corpulento hombre vestido al modo tradicional de su pueblo comenzó a buscar una razón para que este lugar fuera el adecuado para concluir la historia. Concluyó con el pensamiento de que ninguna historia que se precie debería ser contada bajo unos techos de madera que son burdas imitaciones de los gigantescos árboles, por lo que no tardó en proponer un cambió más adecuado de aires.

-Las historias de verdad deben ser contadas bajo un cielo de verdad.- la dama pareció de acuerdo y se levanto para acompañar al montañés hasta afuera.

El tiempo había sido extrañamente bueno todo el día, pero se podía ver contra las últimas luces las nubes de la tormenta. Mientras los dos caminaban hacia el exterior de la posada se puso a pensar en su mujer y en su hijo. Llevaba mucho tiempo sirviendo a ninguna causa y no veía el momento de regresar a casa.

El primer trueno le sacó de sus pensamientos y aceleró su paso; esperaba encontrar un claro adecuado entre los árboles cercanos antes de que fuera demasiado tarde. Entonces, cuando creyó haber encontrado el lugar se tornó hacia la dama únicamente para descubrir una chispa de luz en sus ojos azules, una luz en mitad del bosque que no dejaba de brillar, en ningún momento. Numerosos cabellos surcaban el rostro de ella, todos bailaban alegremente mecidos por la brisa.

Robert sabía que él no tenía ningún derecho para cuestionar a esta dama, pero la honrada curiosidad pudo con él.

-Vais a una ciudad de Encantadores, construida por Reyes de las Hadas. Señora, no tardaré mucho en oír de mis compatriotas allá en nuestro hogar del Norte que esta Reina no es la Reina, sino sólo un shide del País de las Hadas, que sorprende a los paganos mediante hechicería y mediante el poder de su druida, quien a fin de cuentas es el que realmente pensarán que gobierna.

Conozco a los míos y comienzo a conocer a las gentes de esta tierra. Señora, desde que arribé a esta isla no he dejado de cruzarme con humildes pescadores, granjeros pobres y pastores venidos a menos, ellos son los que habitan Avalon. Una edad de peste, caza de brujas y guerras interminables es en lo que viva la isla en la que nacen esas personas, ahora la fantasía se ha vuelto algo lúgubre y sombrío.

Señora, no debe ser una copa regalada por la Buena Gente la que convierta a una persona en rey, aunque así lo canten, todo es una vana ilusión. La Buena Gente no tiene nada de buena, al menos no más que la humanidad con la que una vez jugaron. Ellos nacieron de los sueños de los hombres prometiéndoles buenos momentos para después cobrarles diezmo.

Un verdadero rey debe ser aquel capaz de mojarse bajo la misma lluvia que moja a su pueblo.-

Y en todo momento las luces de su mirada siguieron brillando tentadoras frente a él.

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08/07/2009, 23:37
Elaine

Elaine te mira pensativa. Cuando abre la boca para hablar, las nubes deciden descargar lo que han contenido todo el día. Se ríe como una chiquilla unos segundos mientras os empapais. Poco después, vuelve a mirarte con esos ojos tan bello y tan viejos.

-No soy un shide Rob, tan solo soy una mujer. Y Derwyddon no es exactamente un druída, es mi consejero. Es cierto que su aspecto es extraño e inquietante, pero sabe más que cualquier otro ser que haya conocido.- Baja en tono, habladote confidencialmente -No deberíais hablar así de la Buena Gente. Es cierto que son... como son, pero no hubo invasiones en Avalon mientras ellos nos ayudaron a cuidar del pais. Vendimos Avalon cuando perdimos el favor de los shide. No quiero ver mi gente y mi pais pisoteados por extrangeros que nos consideran inferiores o menos civilizados.-

Alza una mano para coger agua de lluvia en ella, mirándo como las gotas salpican.

-Se que debo ganarme el trono, aunque sea mío legítimamente. No quiero un nuevo baño de sangre en las tierras, espero que los Inismorenses y los montañeses acepten mi reinado. Pero eso, aún está por verse. Sois muy agudo, Rob Red.-

Vuelve a mirarte con curiosidad.

-¿Qué esperais de una reina?. ¿Qué os haría seguirla y serle fiel en todas sus decisiones?.-

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13/07/2009, 02:44
Rob Red

-¿Qué me haría seguirla y serle fiel en todas sus decisiones?- el gran hombre esboza una sonrisa al oír este planteamiento -Sencillamente el camino que tomara y a quien mostrara ella ser fiel con sus decisiones.-

-No le dijisteis a vuestro pueblo que os ibais, que lo abandonabais. El pueblo lo dio por bueno, aceptándolo con tristeza, y no contestó. Las gentes ocultan un intimo dolor, aunque vos debéis notarlo.- Rob desvió un momento los ojos de los suyos, lo cual era extraño, ya que siempre solía mirar de frente -Deberíais explicar vuestra huída. Ese sería un buen comienzo para un buen reinado.-

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14/07/2009, 12:16
Elaine

Sonríe apoyándose en un arbol, sin apartar la vista de tus ojos. El agua no deja de empaparos. Es hermosa, muy hermosa.

-Explicar donde he estado... sois gracioso Rob. No creo que vuestra gente lo aceptase. No todo el mundo ve bien a la Buena Gente. El pueblo está tan desesperado por encontrar un guía que no preguntará. Puede que algunos nobles den problemas, pero les costará mucho encontrar apoyos o forzar a sus hombre a marchar sobre mi.-

Se queda callada unos segundos antes de continuar.

- No puedo obligaros a seguirme, pero os aseguro que bajo mi reinado, me ocuparé de la seguridad del reino, y de la tranquilidad de todos sus habitantes. Ama Avalon Rob, no hay ni habrá, nada más importante para mi.-

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14/07/2009, 16:18
Rob Red

La lluvia se derramaba como una manta, demasiado fuerte incluso para que el espeso follaje cercano de los robles la hubiera podido detener.

-Demostrad vuestro amor y seréis correspondida.-

Rob sintió la tentación de volver a mirar con fascinación esos ojos que tenía en frente, ya que hacía una vida que no encontraba una mirada así. Sin embargo, el montañés se atemperó y se limitó a mirarlos con moderación. Entonces se vio afectado por una extraña sensación y supo al fin cual era su cometido.

-Bienvenida a vuestra isla, reina Elaine.- Se arrodilló ante ella encantado; era una de las criaturas más bellas que había visto nunca. Su piel era clara como las nieves del norte, y sus ojos eran pozos insondables de tranquilidad. Creía poder estar contemplándolos eternamente. -Mi nombre es Raibeart Ruadh del clan McDonald, y estoy a vuestro servicio.- siguió mientras se llevaba la mano derecha al pecho.

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14/07/2009, 18:21
Elaine

Ves un nuevo brillo en sus ojos. Se agacha hasta tu altura, tomando la mano que has llevado al corazón.

- Entonces, Rob.- empieza con un susurro que te acelera el corazón - sólo hay una forma de jurarme fidelidad. Bebereis del grial de los sidhe. Pero tened cuidado, si vuestras palabras no son sinceras, morireis al instante. ¿Correreis ese riesgo?.- pregunta con serenidad.

Serenidad, eso es parte de lo que te transmite. Y mucha fuerza. Son características loables en una mujer, más aún en una que va a ser reina.

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14/07/2009, 19:10
Rob Red

Le ofreció su mano que ella tomó encantada; a su lado el aire brillaba y los colores se hacía más vívidos y vibrantes.

-Ya os he dicho que sois bienvenida, y así lo haré. Por favor, compartid vuestro caliz si así lo deseáis. Pues este hombre está sediendo después de tan larga espera.-

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16/07/2009, 13:20
Elaine

Elaine, tu reina, se levanta con el vestido empapado, pegánsose a su cuerpo de una forma que deja poco a la imaginación. Los cabellos caen desordenados, con el peinado ya deshecho. De su zurrón, saca el caliz. Esperabas algo más expectacular, pero es una simple copa de oro. Es de un metal noble, pero carece de joyas o adornos que lo identifique. Sin embargo, una corriente especial te recorre cuando lo miras, transmitiendo su verdadero poder.

Elaine llena la copa con agua de lluvia, el agua que fluye hacia Avalon en un ciclo sin fin.

-Repetid conmigo.- te susurra con suavidad antes de empezar a hablar con voz más clara.- 

"Ante su Majestad la Reina y ante todo el Triple Reino, juro solemnemente que:

 -Defenderé la justicia allí donde me encuentre, sea en la tierra, en el mar, o en el cielo.

 -Seguiré las leyes de Avalon, y protegeré al pais de sus enemigos.

 -Defenderé al inocente y a todos aquellos incapaces de protegerse por si mismos.

 -Seré un ejemplo de honor y nobleza de las Islas del Glamour en todos mis pensamientos, palabras y acciones.

 -Y defenderé a Su Majestad la Reina de todos sus enemigos, extrangeros o nacionales.

 -Juro esto en nombre del Alto Rey, Su Majestad y el Triple Reino.-

Notas de juego

Puff, no encontraba el juramento por ninguna parte.... tal vez era porque lo buscaba en el manual que no era. Buscaba en el de el director y estaba en el de Avalon. Sin comentarios... ahí lo tienes, al fin. ^^

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04/08/2009, 21:53
Rob Red

-Ante su Majestad la Reina y ante todo el Triple Reino, juro solemnemente que: Defenderé la justicia allí donde me encuentre, sea en la tierra, en el mar, o en el cielo. Seguiré las leyes de Avalon, y protegeré al país de sus enemigos. Defenderé al inocente y a todos aquellos incapaces de protegerse por si mismos. Seré un ejemplo de honor y nobleza de las Islas del Glamour en todos mis pensamientos, palabras y acciones. Y defenderé a Su Majestad la Reina de todos sus enemigos, extranjeros o nacionales. Juro esto en nombre del Alto Rey, Su Majestad y el Triple Reino.-

Repite Rob con solemnidad mientras aguarda el beneplácito de su Señora.

Notas de juego

A ti te pasó con el juramento lo mismo que a mi con el protector solar cierto día de playa... conclusión, un bronceado similar al de Sebastián, el cangrejo de la sirenita.

:P

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07/08/2009, 11:22
Elaine

La ves sonreir entre las sombras. Te acerca la copa llena de agua pura de Avalon. En el último segundo, antes de que la cojas, la retira unos centímetros.

-Recordad Rob, si bebeis y mentís, morireis. Teneis un hijo muy especial. Va  crecer si una madre, no creo que os guste la idea de que lo haga tambien sin padre. Es vuestra decisión.-

Parece que tu pequeño ha llamado la atención de la Reina. Elaine espera frenta a tí. Con el pelo desordenado y las ropas mojadas, parece casi una chiquilla. ¿Será alguien así capaz de determinar el destino del país?.

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17/08/2009, 20:36
Rob Red

Rob miró fijamente a los ojos de la reina y sin mostrar signo alguno de duda se llevó el caliz a los labios. Bebió de él orgulloso y trató de sentir algo especial que aquel signo de la buena gente pudiera trasmitirle. Quería sentir que con este gesto se ligadaba a las Islas del Glamour.

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18/08/2009, 12:16
Elaine

Contrariamente a lo esperado, el agua sabe como debe saber el agua de lluvia de Avalon, esa que has probado tantas veces. Elaine, tu reina, te mira con una sonrisa torcida, casi cruel. Casi como si esperase que te derrumbases delante de ella, confirmando ser un traidor.

Elaine toma la copa con suavidad de tus mano, con gesto satisfecho. -Muy bien Sir Rob, estareis al servicio de Avalon a partir de ahora. Me alegro que esteis entre nosotros.-

Se acerca a ti, tomándote del brazo. -Entremos en la taberna. Derwyddon está esperando.-

 

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18/08/2009, 12:59
Rob Red

-Como gusteis.- añade Rob.

Acompañando la cadencia de paso de la dama se encamina hacia el interior de la posada para tratar con el tan extraño druida. Parece ser que sobre tan peculiar hombre recae la responsabilidad de dar consejo a la señora de las islas.

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19/08/2009, 15:53
Derwyddon

De vuelta a la posada, veis a Derwyddon en la misma mesa en la que habíais cenado. Es curioso, ya que no lo habías visto volver a entrar. Elaine se acerca a la mesa. El druída os mira mal a ambos, pero sólo con uno de los ojos. El otro parece estar perdido en otro lugar, en otro tiempo.

-Elaine, enfermasteis por la lluvia. Deberíais cambiaros de ropa. Llegar a la capital constipada es un mal presagio. Sir Rob, deberíais haber sido más prudente.- dice en tono seco.

Elaine sonríe con paciencia. -Partiremos mañana a primera hora.- dice la noble dama, despidiéndose con una ligera inclinación de cabeza.

"Sir Rob" resuena de forma extraña en tus oídos. Sobre todo por ser usado por Derwyddon sin mediar palabra antes. Cada vez el druída resulta más inquietante. Te indica con un ligero movimiento de mano que te retires.