Partida Rol por web

La Segunda ciudad más grande del Reino Tierra

Después de tanto caminar por una verde pradera empieza a escasear nuevamente la vegetación hasta que la tierra una vez más vuelve a estar cerca, al seguir unos pocos kilómetros ves los grandes muros de Omashu, inmensas paredes se elevan desde la tierra, majestuosas, ya es casi de noche.
Al acercarte un soldado te habla desde lo alto del muro.
"Di tu nombre y tu motivo para entrar muchacho, no cualquiera entra a Omashu hoy en día."

-Soy Galbart del reino del agua y residente en el reino de la tirra, al otro lado del lago, vengo a modo de comerciante.

El hombre se desliza por la pared como patinando, evidentemente es un maestro tierra. Cae a tu lado, muéstrame tu mercancía tengo que inspeccionar todo lo que entra.
El soldado extiende su mano esperando que le muestres lo que traes.
"¿Traes algún arma contigo?"

Si, no, bueno, vera son de decoracion, unas catanas para decorar-digo mientras desenvuelvo el petete y le enseño las espadas, paso el dedo por el filo para demostrale que no estan afiladas-Ve, no corta.

El hombre examina la mercancía y pone una cara de extrañeza,
"Está bien, pero ¿y esa daga?" señala la daga que tienes asomando entre tu ropa con cara de desconfianza.
Al señalar el hombre tu daga, ésta brilla con la poca luz que le queda al día y dos soldados más bajan de la pared para acompañar al hombre en su inspección.

ho ho, mierdapienso mientras saco la daga.
-Es de mentria tambien-sigo un poco nervioso y paso el dedo por el filo, aparentemete presionando pero tocando lo minimo para evitar hacerme un corte-Ven, tranquilos , es de mentira-

Los soldados se miran con cara de desconfianza.
"A ver préstame por favor" dice el único soldado que habló hasta ahora extendiendo su mano gentilmente mientras con la otra te devuelve la mercancía.
Los otros dos soldados esperan inmóviles tus movimientos...

-Como ha dicho?-intento ganar tiempo mientras cojo de nuevo la mercancia y me guardo la daga.-No le he entendido bien

"Ya muchacho, quiero ver la daga que tienes ahí" los soldados se impacientan.

Ya señores está bien dice un hombre que baja de la muralla de un salto, sin deslizarse y al caer la tierra se abre a su paso desapareciendo bajo la tierra y reapareciendo entre los soldados y tu. "Niño no está mal que traigas armas, todos necesitan en estos tiempos algo para defenderse pero debes declararlas, es por asuntos que no te incumben." dice serio el hombre misterioso.

"Tienes suerte de que conozca a tu padre, porque sino nunca podrías entrar por mentiroso, o peor entrarías derechito a la cárcel por querer contrabandear armas" dice seriamente mientras te mira con un gesto de enojado gravemente.
Luego se voltea y mira a los soldados "Vayan nomás, vuelvan a sus puestos yo lo cuido"

A lo que los otros soldados inclinan la cabeza y golpean su pecho con la mano derecha en el sector del corazon y vuelven a deslizarse a la cima de la muralla.

"Galbart como has crecido, todavía recuerdo cuando tus padres te traían en sus viajes" dice el hombre dándote una palmada en el hombro derecho.

Me quedo un poco atontado mirando al "armario*" qu me hablaba
-Perdone, pero no recuerdo.. qiero decir que no... osea, no se quien es, lo siento..

Jajaja, pequeño Galbart, mi nombre es Durlock soy un Teniente de los ejércitos de Omashu, tu padre me ha vendido alguna que otra reliquia del Reino Tierra y también consigue las mejores especias para la cocina. Por cierto nunca me dijo donde las consigue tu no sabés ¿no? dice sonriendo a carcajadas.
Durlock saca una daga y la pone en tu cuello luego la quita y te muestra la empuñadura el símbolo de la nación de la tierra se ve tranquilamente en la empuñadura y abajo en el mango está la firma de tu padre Ésta me la hizo él, no se si sabías pero antes de conocer a tu madre tu padre fue un gran herrero. Ésta es la mejor daga que hizo y es la mejor daga que he tenido.

Sonrio
-Gracias!, es un honor-luego fruño un poco el ceñoCreo..., Señor Durlock genial conocer a gente satisfecha con el trabajo de mi padre.-balbuceo un poco, buscando palabras para intentar no ser grosero con lo siguienteVera, yo tendria que ir al puerto comercial, como comprendera, debo ayudar a mi padre en lo que pueda y si usted viniera conmigo podriamos seguir hablando, y tal vez conseguiria no perderme...

Muy bien, te acompañaré. ¿Donde es que tienes que entregar tu mercadería?

-Pues...-rebuscando enmis bolsillos saco una hoja de papel que mi padre me dio con la entrega-A esta persona, me dijo que eran ricos, gente de bien, que queria estas armas para decorar su casa

Ah conozo esa casa, pero no está cerca del puerto comercial, está por allá digo señalando la parte alta de la ciudad, no está muy lejos ya que la parte rica de la ciudad se encuentra al noroeste, ven yo te llevo.

Mientras vamos hacia allá no puedo evitar preguntar ¿Por qué no les dijiste a los guardias que traías armas?

Llebabamos caminando ya un rato cuando Durlock me formulo la pregunta:
-Bueno, no llevo armas, (a excepcion de la daga que habia pasado por alto) me di cuenta despues, cuando llegaron los otros guerreros y, claro, con tres masas de musculos que pueden estamparte contra el suelo con un movimiento de mano...-suelto una risa forzada-Se podria decir que fue un acto reflejo-miro entonces a Durlock de reojo para comprobar su reaccion y ver si habia hablado demasiado.

Entiendo... digo con seriedad y pensativo
Pero a veces muchacho es mejor reconocer un error tempranamente. Ya que si cometes un error es peor si lo quieres tapar con un error más.
Miro a Galbart, el chico parece estar pasando un momento embarazoso.
Si no hubiera aparecido esos soldados te habrían desarmado y con suerte te habrían hechado de las puertas digo a carcajadas.
Luego de un rato de caminata veo una casa adornada con detalles dorados alrededor de la puerta principal y balcones de color verde.
Hemos llegado

-Muchas gracias Durlock-le digo sonriente. Me acerco a la puerta y toco la argolla dos veces, esperando a que alguien me responda, sostego las espadas contra el pecho y mientras espero a que la puerta se abra pienso:Mmm, me esperara el amigo de mi padre?-me doy la vuelta para comprobar si sigue ahi.

Al voltear ves que Durlock duda si retirarse o no.
Luego vuelves a ver al frente y una mujer está parada frente a ti, es muy linda, lleva puesto un kimono verde y unas sandalias del mismo color, su pelo está atado con un lazo negro, sus ojos verdes te observan curiosos.
¿Sí, que deseas? dice amablemente con una sonrisa.