Partida Rol por web

Niké asintió vagamente a lo que dijo el brujo. Su atención ahora se había centrado en aquella muchacha que había montado un alboroto en la posada. La muchacha la observó con cierto espanto, como si no le cabiera en la cabeza que uno pudiera entregarse tan libremente a sus impulsos. ¿O acaso podía? Niké se dió cuenta entonces de lo diferente que era, mucho más reservada y taciturna, conservadora en muchos más aspectos de lo que le gustaría admitir.

En estos pensamientos se perdió por un tiempo hasta que su inconsciente le recordó las palabras de Knoss, como si hubieran retornado de pronto en forma de eco. Parpadeó, chasqueó la lengua y amagó una mueca de descontento hacia si misma por sentirse tan absorta en minucias.

"Dicen que la Puerta es tan sólo una leyenda. ¿Realmente creéis que el hechicero aceptará recibir a unos extranjeros que persiguen cuentos de hadas?"

Entonces no pudo evitar sonreír para si misma. Era evidente la respuesta. Y sin embargo...

"Diablos, ¿qué perdemos por intentarlo?"

Dió un golpe seco en la mesa. Amplió su sonrisa y asintió, convencida de sus palabras.

"Partiremos mañana entonces, maese Knoss, si a vuecé le place. Aunque tampoco sería mala idea si limamos nuestras dudas en Seluscu. Maese Kariber nos habló antes de una tienda de alquimia, ¿quizás su dueño pueda revelarnos algo?"

- Sí, el mago de la corte. Es el único que tiene una biblioteca lo suficientemente extensa como para tener algún conocimiento de la Puerta. Pero el viaje a pie... suena largo y peligroso. Podríamos ir en barco. Seguro que se puede conseguir algún pasaje hasta Specularum? Yo tengo algo de dinero, si es menester. Pero negociar los precios de los pasajes es algo que siempre se me ha dado muy mal.
No puedo dejar de sorpendenderme con cierta envidia de la habilidad para bailar e integrarse de la chiquilla. Habilidades que jamás tendrá Kaliber.
- Ah, ah, achiís... Creo que tengo alergia a los gatos. Tal vez Niké y yo podemos ir a la tienda de alquimia mientras Knoss y su chiquilla van a ver si hay algún pasaje hacia la capital, ¿qué os parece?

Ciertamente no tardas en encadilar a los parroquianos más jóvenes y atrevidos, alguno quizás demasiado, que con tanta aguamiel en la sangre parece confundir tu trasero con algún tipo de trabajo manual.

Cualquiera de ellos te invitaría a un plato de comida, o varias jarras de aguamiel si hiciera falta, aunque también esperará que calientes su lecho esa misma noche.

Posada "El Gigante Tullido"
Una hora más tarde

Todos observáis a la joven y extrovertida Titiana bailar alegremente al son de las deliciosas melodías que un hombre menudo y sonriente toca con su laúd. Los más jóvenes y osados no tardan en ir acercándose a la jovial muchacha mientras brindan sus jarras de aguamiel salpicando con ello sus ropas. No importa, se lo están pasando bien y continúan bailando, cada vez más arrimados a su "presa".

Al gesto de Kaliber sigue un asentimiento de Lorna, la bella camarera de la taberna, y unos minutos más tarde vuestra mesa se halla con las jarras llenas de nuevo y unos platos de comida, que si bien no exquisita, saciará vuestro hambre hasta el día siguiente. Tras posar los recursos sobre la mesa, Lorna extiende la mano esperando sus monedas.

Procuro controlar un poco la temperatura de los chicos. Me interesa provocarlos ligeramente, pero sin llegar a resultar demasiado evidente. En cuanto identifico a alguno que aparente tener dinero(*), intento centrarme en el.

En el momento que sus dedos se posan por debajo de mi cintura, me apresuro a apartarle la mano - No, no, no, cuidado!! - Sin dejar de bailar, como si intentase disimular, me acerco a su oído para susurrarle un secreto - Mi padre esta ahí, en esa mesa. Es un poderoso Vizir que ha trabajado para los mas importantes reyes. Si te descubre va a maldecir hasta que tus huesos yacen putrefactos en una tumba poco profunda. Al alcance de los gusanos y alimañas. No es un hombre con el que se pueda tratar cuando esta enfadado.
A pesar de que esta de espaldas, observo a Knoss con pavor el los ojos. - Tiene un ojo que todo lo ve ... Pero por suerte también tiene una gran debilidad. Cuando come bien, y a gusto, se olvida de todo. Solo piensa en llenar su maldito estómago. Durante un buen rato ya no se acuerda de que tiene una hija muy muy muuuy traviesa. - No puedo evitar mirar de reojo al joven pronunciando esta ultima palabra mientras muerdo mi labio.

Si consigo que llene la mesa de mi padre con varios platos de comida (al menos suficiente para el y para mi). Después entrará el plan B. El cual ya tenemos ensayado previamente y lo hemos usado varias veces. Mi padre me descubre flirteando con ese joven, a pesar de la comida. Se enfada y no me queda mas remedio que bajar la cabeza e ir a comer ... gratis ^_^.

Yo pago lo mio sin ninguna pega. He probado comidas mejores, pero sin duda esta no está tan mala como para que no merezca lo que piden por ella.

El Vizir contempló unos momentos a su hija mientras pensaba en lo dicho por Kaliber.

-... a ser verdad, no me interesa un pasaje en barco- Centro su vista en sus acompañantes mientras su gato se acercaba a Titiana y se ponía a maullar de forma vistosa.

-Los barcos tienen un problema, y es que cuando las cosas se ponen feas, tienen que saltar al agua-

Su rostro continuaba sin mostrar muchos matices y su ronca voz no ayudaba a inferir intenciones en la conversación.

-Al menos cuando vas a pie, tienes la oportunidad de esconderte si percibes el peligro a tiempo- Argumentó mientras disponía unas monedas en la mano de Lorna. -Y no me apetece que mi hija suba a bordo de un barco lleno de marineros durante varios días, a saber que le podría pasar-

El Vizir jugueteó con su orbe entre sus dedos, centrando su mirada en el.

-No ... en mis sueños andábamos ... no había caballos ni carretas, pero si parajes y el malestar del tiempo-

Niké, en la medida de lo posible, comió copiosamente. Favoreció la carne antes que las verduras, pareciendo deleitarse especialmente con el guiso de cordero servido por Lorna. Aún tras haber terminado de comer, se pasó un rato chupando la cuchara. El recuerdo del sabor de la caldereta tardó en abandonar su mente, desde luego.

Cuando retomaron la conversación, Niké esperó a que los demás dieran su parecer antes de compartir el suyo:

"Realmente no sé cuánto costaría. Por lo que a mi respecta, llevo poco más que lo puesto, así que quizás debamos buscar otra alternativa."

Asintió a lo propuesto por Kaliber. Dejó la cuchara de nuevo en el plato y sonrió.

"Bien, pues sugiero que sean ustedes quienes vayan, siendo ambos practicantes de hechicería. Nada sé de sus artes. Y si algo puedo decir de los comerciantes, es que poco gustan de hacer favores sin antes ponerles un precio."

Niké creía que quizás ellos tendrían algo más que hablar con el alquimista, y que quizás fuera más razonable que fueran ellos quienes preguntaran sobre la Puerta de los Sueños que una muchacha armada.

Ohhh ... ¡ Pero mira que ricura quiere bailar conmigo ! - Los maullidos de Luna y sus reflejos felinos han evitado que le golpeara sin querer. Pero no reacciona lo bastante rápido como para evitar que le coja, la levante hasta mi altura y la abrace. En contra de su voluntad sigo dando un par de vueltas mas entre la música, los chicos, disfrutando de mi nueva y peculiar pareja.

El gato maulla con impotencia dos o tres veces mientras debate por liberarse, amenazando en sacar las zarpas si no la suelto de inmediato. - Dile a Padre que ya voy. - Le susurro antes de darle un beso y dejarla al suelo para que regrese con Knoss.
Vuelvo mi atención al chico con el que bailaba. Levanto los hombros aparentando estar apenada, con expresión de - ... lo siento ... pero tengo que irme. - Sin embargo antes de marchar, me acerco con intención de regalarle un beso que nunca llega a producirse. Mucho antes de que mis labios toquen su piel, retrocedo con una risa traviesa y vuelvo corriendo hacia la mesa.

...

¡ Hola Padre ! - Retomo el asiento que he dejado hace un rato, aun visiblemente exaltada, con la respiración acelerada y con el rostro ligeramente sudoroso. Observo la mesa satisfecha al ver algunos platos llenos. Durante los primeros minutos permanezco demasiado ocupada agarrando un poco de aquí y otro de allí, como para prestar atención o participar de la charla.

...

No me gustan los barcos. - Solo alcanzo a decir de forma semi-pronuncialbe con la medio boca llena.

- Bien, lo del pasaje en barco era sólo una sugerencia. No seré yo el que obligue a nadie a montar en un barco. Aunque el viaje hasta Specularum se hace en cabotaje y por río... el peligro sería mínimo porque iríamos pegados a la costa todo el tiempo. Pero claro, hablo sin la responsabilidad de tener que cuidar de una hija -mirando a Knoss y Titiana- por lo que supongo que eso debe primar sobre lo demás. Si preferís por tierra, no veo porqué no.

Taberna "El Gigante Tullido"
De madrugada

Las horas pasan volando mientras devoráis vuestros platos, no cesáis de beber jarras de aguamiel y habláis sobre la Puerta de los Sueños y vuestro próximo paso a tomar. La taberna se encuentra ahora más tranquila y vacía; aunque la mayoría de los aldeanos ya se han ido, incluído el que pagó parte de vuestra comida gracias a las artes hábiles de Titiana, otros tantos han ido llegando, la mayoría de ellos marineros. La fiesta y el jolgorio ya han cesado para dar lugar a un ambiente donde lo único que se escucha es el murmullo de los reducidos grupos que charlan en sus mesas y el crepitar de una hoguera hace horas encendida.

Habéis decidido pasar la noche en un par de habitaciones que quedaban libres en la taberna y algunos de vosotros planeáis acudir pronto al confortable lecho que os espera...

1- El "El Mago de la Corte".
2- Respecto el Duque Stefan II.
3- ¿ y la ciudad de Specularum ?
4- Calidad y precio del transporte marítimo de por aquí.
5- Seguridad de la zona para transitar sus caminos.

Observas la taberna, ahora más vacía, y puedes ver lo siguiente:

- En la mayoría de las mesas la gente charla ociosamente mientras beben y pican algo de un plato de comida compartido.
- En otra ves un grupo de humanos mal afeitados que observan silenciosos a un mediano postrado en la barra de la taberna.
- Te sorprendes de ver a un solo mediano en un lugar como este. Parece sobrio y mientras toma un último trago de su jarra, saca un par de monedas de una bolsita y le paga al posadero, despidiéndose de él y dirigiéndose a la puerta de salida.
- Cerca de donde estaba el mediano observas a un hombre apoyado en la barra, con la nariz y las mejillas altamente sonrosadas y los ojos cerrados. Sin duda el borracho del lugar.
- De repente, los humanos mal afeitados se levantan también de sus asientos y se dirigen hacia la salida de la posada.

Me levanto y hago una pequeña reverencia con la cabeza - Caballero, señoras. Me temo que mi cuerpo y mi mente necesitan descansar. Mañana durante el viaje, tendremos muuuucho tiempo para hablar y tratar de encontrar una estrategia para acercarse al mago consejero de la corte.
Dicho esto me dispongo a retirarme a descansar.

-Si.- Asiente el Vizir. -Es mejor que descansemos ... no olvides que mañana deberías visitar a ese alquimista que tanto anhelas.-

Knoss acaricia la pequeña cabeza peluda de su gato que ronronea a su falda cómodamente.

-Mi hija y yo aprovecharemos para investigar un poco sobre el paradero del mago, que rumores hay sobre los caminos que llevan a el y cualquier cosa que pueda ser relevante.-

El hombre se levanta de su silla a la par que el gato salta al suelo gracilmente, y andando con eterna lentitud se dirige a su habitación donde pasar la noche.

-Que tengan una buena noche.- Dice con una teatral reverencia.

"Buenas noches", respondió Niké a su vez, despidiéndose de sus compañeros. A medida que ellos se marchaban, su mirada se volvió hacia la puerta. Tenía un extraño presentimiento. Y quizás lo que hizo después fue un impulso que no debió seguir. ¿Pero iba a quedarse quieta si se gestara una desgracia?

Siguiendo a aquél grupillo, Niké salió de la posada. Observó a su alrededor, poniendo atención hacia adónde se dirigían. Si intentaban algo, quería saber el qué.

Por fin nos ponemos en pie. Llevaba un rato luchando para resistirme a la llamada de la dichosa Hada de los Sueños. Ya me estaba empezando a costar mantener los ojos abiertos, por no hablar de mi aguantar mi atención fija en lo que se hablaba en esta mesa.
Inspiro profundamente, abro los ojos para intentar volver a despejarme un poco, al menos por el tiempo suficiente hasta que pueda dejarme caer en una cama.

Kaliber ... Niké ... - Me despido de ambos con una leve reverencia como la de antes, flexionando ligeramente las piernas, y rapidamente vuelvo a la derecha de Knoss antes de que se me aleje demasiado.

- Pensaba que no íbamos a irnos nunca a dormir - Protesto ya desde un poco lejos, cuando creo que la distancia nos otorga cierta privacidad. - Pffffff ... He comido demasiado y estoy agotada ........ ¿ Que te parecen ? ... ¿ Crees que están liados ? ........... Lo digo porque a mi me da que no, pero tampoco lo tengo tan claro. ¿ Has visto como ella ... - El resto de la conversación se pierde escaleras arriba ;).

Cuando sales al exterior de la taberna compruebas que la luz de la luna ilumina tenuemente el lugar. A pesar de que la primavera está entrando, a estas horas el frío aún arrecia y una humareda helada escapa de tu boca con cada respiración que das.

Por el camino que lleva directamente a la plaza del pueblo vislumbras cuatro siluetas oscuras que parecen acechar a otra más pequeña; sin duda se trata del mediano que viste salir instantes antes.

De pronto, y con rápidos movimientos, las siluetas humanas apartan bruscamente del camino al mediano, se abalanzan sobre él y escuchas un breve grito de socorro que nadie más que tú parece haber oído.