Partida Rol por web

Aventuras en Amn

0.2 - Por hacer caso de las verdades de un borracho!

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30/05/2010, 06:21
Director

Microescena introductoria.

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30/05/2010, 06:22
Director

En tu reciente pero no por eso menos largo andar, has recorrido buena cantidad de ciudades y pueblos. La pasta se ha ido agotando sin que des con la pista de alguna ruina enana que despierte tu interes, y falta apenas poco más de una estación para que llegue el invierno.

El asunto es simple: Hacerte de una moneda antes de que llegue la nieve, o en su defecto, conseguir un trabajo estable para pasar cobijada dicha estación.

Hace no mucho escuchaste en una posada, al oeste de la ciudad capital de Amn, a un grupo de borrachines y truhanes que entre risas, vomitonas y eructos hablaban sobre lo prospera en oportunidades que en estas fechas se encontraba Púrskul, para alguien con músculo y cojones, principalmente por ser el polo cerealero de todo Amn... Y estar llegando la época de cosechas.

 

-Es Rab colega, Rab Halo de Maíz decía uno de ellos con aires de grandilocuencia le conozco desde hace años! jaja es mandamas en el gremio, ha de conseguirme un contrato doble jugoso por ser yo! jeje

El otro, cual si le estuvieran contando un chiste estallaba en carcajadas.

-En serio hombre, se necesitan gentes como un servidor allí!

 

Athkatla, ciudad a la que habías  evitado hasta este momento a sabiendas de su fama "que es un hervidero de ladrones, corruptos y ventajeros", continuaba otro tiempo más a tus espaldas al momento de poner pié en El Camino del Río para bajar de norte a sur en dirección a la agrícola ciudad.

El trafico es incesante. Caminas entre medio de caravanas, carros, gente y ganado yoxen. Tanto a primera hora de la mañana, cuando dejas la posada que más cómoda te ha quedado al paso, como a última hora, antes de parar, ves decenas de almas yendo y viniendo por la ruta comercial que surca verticalmente el extremo oeste de la mercantil nación.

Ahora, con el canto de los pájaros y un sol que amenaza con azotar la superficie al llegar el mediodía, te encuentras (según escuchas a un granjero con su carga decir a su  esposa, avanzando en tu misma dirección):

-Vieja, queda menos de una hora para llegar. Entre que descargamos y eso, vamos a caer justo para el almuerzo.

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30/05/2010, 12:51

   Durbara gruñó por enésima vez y se enjugó el sudor que perlaba su frente. Acostumbrada a los climas gélidos del Norte, aquel calor la ponía de muy mal humor. ¡Y cualquiera se quitaba la armadura! No la llamaban La Costa de la Espada porque sí. Durante su viaje vio varios restos de las escaramuzas que los bandidos hacían a los viajeros incautos que utilizaban la vía. Aunque solían escoger presas fáciles y una enana con treinta kilos de metal encima no lo era, se vio obligada a viajar en compañía para evitar sorpresas desagradables. Y ese era un agravante para su genio.

   Al menos parecía que quedaba poco para llegar a Púrskul. Esperaba que aquellos borrachines dijeran la verdad y hubiera trabajo allí. El viaje llenaba la mente, pero vaciaba los bolsillos rápidamente. 

   —Buenos días —les gruñó a los viajeros en un tono tan áspero que parecía que les estuviera insultando. Y desde luego, el aspecto de la enana (con la armadura, el hacha y demás) era tan tranquilizador como un orco aullante—. No he podido evitar escucharles. ¿Cuántas millas quedan hasta Púrskul?

   Durbara dio un manotazo para espantar una mosca. Los insectos la ponían enferma.

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31/05/2010, 05:01
Anciano

El viejo mira desde el pescante del carro con el rostro triste y melancólico antes de contestar

Bufff... Una enana armada hasta los dientes... Acaso no lo digo yo vieja? El mundo se va a los nueve infiernos... Si uno debe viajar de ese modo ¡Qué queda para una pareja de ancianos! Sí, está todo perdido...

Ante un codazo en las costillas por parte de su compañera, el viejo vuelve al asunto

Ah! Emm... Cuánto? Dos millas señorita, una hora en este decadente carro... Lamento no tener una cuádriga, pero, qué transportaríamos en ese veloz carro? Bah! Nos asaltarían pensando que... amm... Pues, quiere subir atrás y acompañarnos hasta la ciudad?

Dice amable el entristecido viejo.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: XDDD
Resultado: 64

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31/05/2010, 15:50

   Durbara se rascó la nariz en un gesto pensativo. Dos millas en una hora es lo que promediaba ella. Llegaría a la vez y si acompañaba a los ancianos al menos iría sentada en el carro. Era muy práctico. No tenía nada que ver con que le dieran pena los humanos y quisiera evitarles el riesgo de ser emboscados. Oh no, de eso nada.

   La enana refunfuñó.

   —Está bien, les acompañaré —admitió al fin, en un tono que era como si les estuviera haciendo un favor—. Vivimos en una era oscura. 

   Durbara se aupó al carro y echó un vistazo a su contenido. Hubiera mantenido una conversación frívola sobre el tiempo o sobre las razones por la que los ancianos iban a Púrskul, pero lo cierto es que no tenía humor para cháchara.

Notas de juego

En el fondo es buena chica, pero jamás lo reconocerá xD.

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31/05/2010, 18:01
Anciano

Si tu humor no era el màs brillante (aunque la luminosa mañana parecìa dar para ello), los funestos comentarios del anciano no hicieron más que empeorarlo.

Los cerdos despellejados en el carro con su característico hedor hicieron otro poco.

Llegaste a Púrskul por el norte a poco del mediodìa.

Mira el sol, ya es mediodìa... No llegaremos para la comida. Entre que llevamos los chanchos... Nah...

Al menos cuatrocientos metros de casas chatas y humildes, mas no precarias ves sobre el margen izquierdo de la ruta. Más allá de las mismas un calmo río, y del otro lado establecimientos claramente agrarios.

Mmm... Cada vez más pobres... Pobres y pobres... Esos luego nos asaltan y dejan más pelados que estos chanchos...

Sobre el margen derecho de la ruta ves granjas y más granjas pulcramente trabajadas de pequeña extensión cada una, recorridas por azequias de riego alimentados por un canal principal que, pasando bajo un puentecillo de piedra bien cuidado llega desde el río...

Granjeros! Buf... No sueltan una moneda ni que los pongas de cabeza... Y asì caen los precios de nuestras materias primas...

Tras recorrer lo que el caserío duraba de extensión puedes ver ahora sí el casco de la ciudad. Perfectamente urbanizado, con calles empedradas de adoquines, y edificios de buena construcción. El primero de ellos, uno de tres plantas con la leyenda "Posada Jarragrande"...

 

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31/05/2010, 22:10

   La réplica al último comentario del anciano fue el estruendo de 20 kilos de metal apeándose del carro. El viaje había transcurrido sin ninguna incidencia, aunque el constante rezongar del anciano había puesto seriamente a prueba el aguante de Durbara. Quizá fuera porque el viejo estuviese algo duro de oído, quizá fuera que con el traqueteo del carro no se oía nada, o tal vez al anciano no le importara un ardite, pero los resoplidos de la enana no lo hacían callar.

   Por eso cuando se vio en Púrskul, Durbara no quiso prolongar aún más su agonía.

   —Señor, señora... gracias por llevarme en su carro. Ahora si me disculpan tengo negocios que atender —carraspeó y en un derroche de amabilidad que casi le raspa la garganta añadió:—. Que Tymora les sonría.

   Giró sobre sus talones y puso rumbo a la posada. ¿Qué otro sitio mejor para poner su hacha a servicio de una bolsa de monedas de oro?

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01/06/2010, 00:13
Desconocido

Los ancianos te saludan sin mas, con rostro triste el viejo...

Al acercarte a la posada, ves un individuo aparecer por la calle perpendicular a la ruta por la que tu caminas. El nota también está por ingresar en la posada, y se toma la molestia de abrirte la puerta y esperar a que pases, cual si fueras una gentil dama.

No es de por aquí ¿Aventurera quizà?  Dice con amabilidad y muy buenos modos, pero notas perfectamente que (amén de sus armas bajo la capa, que no esconde para nada) posee un cuerpo atlètico y diestro.

 

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03/06/2010, 17:42

   Durbara observó a su interlocutor durante unos momentos con el ceño fruncido. ¿Que si era una aventurera? ¿Y con las pintas que tenía que quería que fuese, una equilibrista del circo?

   La enana se tragó sus pensamientos. El humano estaba intentando ser amable y las armas que portaba parecían indicar que él mismo era aventurero. Quizá sacase partido de ello.

   —Sí, soy aventurera —acabó gruñendo—. He oído que en esta época del año se mueve mucho oro aquí. Y donde hay dinero, siempre hacen falta brazos fuertes.

   Durbara entró al interior de la taberna.

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03/06/2010, 17:48
Desconocido

Dadme un instante antes de ingresar entonces Dice y se aparta de la puerta.

Si oro buscais, y sois aventurera, el destino me ha sonreìdo, pues oro tengo y brazos fuertes necesito. ¿Què decìs?

Pregunta aùn muy amable.

¿Me acompañareis a un breve paseo para hablar sin que se inmiscuyan oìdos curiosos?

Notas de juego

Si hay dudas, siempre se puede t irar averiguar intenciones muajaja

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03/06/2010, 17:55

   —Pues no —dijo cruzándose de brazos.

   «Si piensas que voy a dar un paseo con un desconocido en una ciudad extraña, lo llevas claro. No nací ayer, humano» —pensó Durbara.

   —Pero seguro que el tabernero nos puede buscar una mesa discreta si aún te interesa hablar conmigo. —dijo señalando a sus espaldas con el pulgar. Discreta, sí, pero a la vista de todo el mundo.

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03/06/2010, 18:02
Desconocido

JAJAJA lanza una carcajada Vaya, me ha sorprendido... Gratamente.

Dice al mirar en detenimiento tu armadura.

Entremos pues, y que asì sea.

Ingresan en la posada. El enorme edificio de tres pisos que parece dar la bienvenida a la ciudad con su cartel muy pintoresco proclamando "Posada Jarragrande" te muestra en su interior el leve humo de la chimenea sobre la mitad de la pared a la derecha de la puerta, con sus leves llamas crepitantes.

El salón principal es cuadrado, cuatro  columnas de piedra argamasada, equidistantes de las paredes sostienen los dos pisos superiores. El piso de tablones, limpiamente encerado (amén de la suciedad esperable de un local por el que pasa mucha MUCHA gente), cruje apenas con tu paso y el de tu interlocutor... pero cruje.

Cuatro mesas alargadas de caballetes son lo primero que ves entre la pared de la puerta y la barra, cada una de ellas con un banco alargado de cada lado en que se pueden sentar no menos de cuatro personas. Éstas se encuentran disparmente ocupadas... Comerciantes de relativa elegancia, cerrando algún trato quizá, algunos estibadores en las más alejadas del fuego, un grupo de semiorcos ligeramente armados en otra (la segunda contando desde el fuego) conversando civilisadamente.

Luego, ves seis mesas cuadradas con dos y cuatro sillas, en su mayoría ocupadas. En la mesa más alejada de la luz, y de la barra, una mesa contra un rincón (de cuatro sillas) es la que el nota escoje para sentarse, e invitarte a que te sientes tu.

Hermosa armadura ¿Es vuestra desde su creaciòn? te dice, sin dejar de mirarla... Lo cual es curioso porque parece leer las runas enanas.

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03/06/2010, 18:20

   — —dijo Durbara antes de volver a sellar sus labios.

   Pudo haber dicho mucho más cosas de la armadura, por supuesto. Que la había fabricado su habilidoso hermano Thraar, que se la había regalado cuando había cumplido la mayoría de edad, que narraba la historia de su familia... pero Durbara era tan habladora con los desconocidos como una piedra. Como una piedra particularmente silenciosa.

   —¿Y para qué necesitáis unos brazos fuertes? —preguntó yendo al grano, mientras sus dedos tamborileaban en la mesa con impaciencia.

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03/06/2010, 18:50
Desconocido

Al grano humf, no es curioso estando en la capital nacional del grano...

Murmura.

Bien, trabajo para un poderoso noble.  ¿Barón Firkraag* puede que os diga algo?

Bàsicamente, un trabajo... No del todo sencillo, pero que, con algo más de apoyo habreis de resolver si acaso os interesa. Mucho oro y el agrado a mi jefe. Si os interesa, podemos continuar hablando sobre los detalles... Bàsicamente se trata de una pequeña investigaciòn con lo que parece ser una carga de peligro menor...

 

Notas de juego

*saber nobleza, si lo tenés. Dificil :D

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03/06/2010, 18:56

   Durbara no demudó el rostro. O ese apellido no le decía nada o simplemente no le había impresionado.

   —Ya me imagino que no será sencillo, o no habría "mucho oro" de por medio —asintió Durbara. Aunque en realidad, otra razón por la que habría mucho oro era que se tratara de algún asunto turbio... o que además de su habilidad estuvieran pagando su silencio—. Aunque tengo interés por saber cuánto es eso que decís "mucho oro", me gustaría saber antes más detalles de esa peligrosa investigación de la que estáis hablando. ¿Para qué se requieren mis servicios exactamente?

Notas de juego

Firkraag, que jodío xD. Bueno, podría haber sido peor. Kangaxx, por ejemplo xDDD.

En fin, no. Mi pj no tiene entrenada Saber (nobleza y realeza) así que ni idea.

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04/06/2010, 01:14
Desconocido

Vamos a ello entonces. Susurra

Mi señor se siente sumamente ofendido con algo... Algo que, por medios màgicos le hizo saber una adivina. Puedo deciros que, donde otrora un templo se alzò, hoy un insulto a su persona tiene lugar. Sòlo sabe que hoy ese lugar està enterrado, y que una mazmorra màs que un sitio de culto parece. Hay peligro, segùn le dijo la anciana, pero no mucho más que eso... Quiere en primera instancia que averiguen, vos y otros miembros de una "compañía" ad hoc, qué ocurre allí abajo. Luego de eso, negociaremos otro contrato. ¿Què opinais? Cincuenta dànteres a cada uno, es decir, cincuenta pequeñas perlas.

Por cierto, qué deseais comer y beber? De más decir que va por cuenta de mi señor.

Notas de juego

XDDDDDDDD ya veremos si te mola el meollo del asunto :D ;)

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04/06/2010, 13:23

   —Ah, sí, explorar unas ruinas subterráneas. Faltan las ratas gigantes para ser como uno de esos cuentos de aventureros que narran los bardos por todos los rincones de Luna Plateada —bufó la enana—. En fin, el sueldo me parece adecuado siempre y cuando la misión no nos lleve más de 5 días. A partir del sexto cobraré diez dánteres más por día. También quiero quedarme con mi parte de cualquier riqueza que podamos encontrar y que el Señor Firkraag no quiera reclamar. Oh, y cobraré la mitad de los cincuenta dánteres por adelantado.

   Durbara se miró las uñas con un gesto desdeñoso y profesional. Le iban a enseñar a ella a negociar...

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04/06/2010, 13:44
Desconocido

Vuestra determinaciòn me es grata. Antes del mediodía de mañana encontradme en este mismo sitio. Los veinticinco dánteres y las instrucciones, asì como el resto de la "compañìa" os estaràn esperando.

Murmura con rostro serio.

Sobre los objetos que desee reclamar mi señor, pues, mañana os los harè saber.

Dice seco. Ves que no pide nada para tomar, ni para comer... Se pone de piè y espera que no tengas nada màs que decir antes de retirarse...

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04/06/2010, 13:56

   —Tenemos un trato entonces —replicó Durbara.

   Sabía que los humanos solían cerrar tratos estrechándose las manos, así que le tendió la suya para que su contacto hiciera lo propio. Después desvió su vista hacia la tableta de madera en la que estaba grabada el menú de aquel sitio.

   —Decíais que la comida y la bebida iba por cuenta de vuestro señor ¿no? —dijo la enana aguantándose una sonrisa—. Pues ya que estás de pie dile al posadero que me traiga un pucherón de jabalí y castañas, un pastel de pavo relleno, una hogaza de pan de centeno y una buena jarra de cerveza. Por favor.

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04/06/2010, 14:08
Kentru Culotrompeta

El individuo deja en el aire "Faltarìa màs señora" y se retira, mas no sin antes pasar por la barra... Puedes ver que no le deja dinero al posadero, pero este asiente sin mas.

Pasados unos minutos, el nota te trae personalmente una tabla con el puchero, el pan y la cerveza.

Como puedes ver, se trata de un enano algo desaliñado, y malhumorado como el que mas.

La comida. Lo otro sale en nada. Dice osco.